De salud frágil, el pequeño
Maurice Valadon (posteriormente Utrillo) nació en 1883 y fué confiado al cuidado de su abuela materna. Desprovista de toda autoridad, esta mujer "
buena pero débil", que había tenido dificultades para educar a su hija, temía las crisis de cólera del niño, que a los dos años comenzó a sufrir ataques de epilepsia que le dejaron secuelas durante el resto de su vida. Reclamaba de forma tiránica y continuamente la presencia de su madre y sólo esperaba su atención.
Pero su madre,
Marie Clementine Valade, conocida como
Suzanne Valadon, la modelo firmemente decidida a convertirse en artista, seguía su camino por los talleres de pintores y escultores. Posando para artistas como
Puvis de Chavannes, Degas, Renoir, Toulousse Lautrec... pudo conseguir los medios económicos para que su hijo Maurice estudiara en un colegio privado,
l’École de la Flesnelle, en la
rue Labat. Pero Maurice no se adaptaba, tenía problemas de aprendizaje y fué trasladado de una escuela a otra, mostrando siempre una gran frustración y la sensación de abandono.
Con motivo de la Exposición Universal de 1889,
Miguel Utrillo i Molins llegó a Paris. Este ingeniero, pintor, ilustrador, periodista y crítico de arte ya había conocido a Suzanne a principios de la decada de 1880 y, el 27 de enero de 1891, reconoció oficialmente como suyo al hijo de Suzanne. Desde entonces se llamará
Maurice Utrillo y más tarde, firmará sus pinturas con este nombre, seguido de una V., la inicial materna y símbolo de una ausencia.
Desgraciadamente para el muchacho, la relacion entre Suzanne y Miguel era tumultuosa y terminó cuando su madre conoció al músico Erik Satie, con quien comenzó una relación en 1983 que duró algunos meses.
A partir de la segunda mitad del año 1894, Suzanne vivió con Paul Moussis, comerciante de tejidos, agente de bolsa y banquero que ofreció a Suzanne el confort y la garantía de poder ofrecer a su hijo una mejor educación. La familia conoció una respetabilidad y una estabilidad nueva. Suzanne renunció a sus aventuras amorosas y se consagró a la pintura. La pareja se estableció en el 2-4 de la rue Cortot, una casa en la que Suzanne pudo tener su propio estudio.
En 1896, Maurice fué testigo del matrimonio de Suzanne Valadon y Paul Moussis. Gracias a la posición económica de Paul, Maurice pudo ingresar interno en la Institution Molin, en Pierrefitte, una pequeña localidad al norte de Paris en la que Paul alquiló una casa, para que la familia pudiera mantenerse en contacto. Maurice, que seguía mostrándo un carácter insoportable, cambió repetidamente de escuelas y colegios hasta que en 1900 fué expulsado al considerar que sus ausencias, su indisciplina, su irregularidad y su negligencia le hacían incapaz de continuar sus estudios.
Gracias a la influencia de Paul Moussis, Maurice Utrillo comenzó a trabajar como ayudante de un representante de comercio. Sólo duró cuatro meses. Siguieron varios empleos conseguidos por la recomendación de su padrastro, que siempre acababan mal por sus accesos de cólera y su mal carácter, acentuados cuando comenzó a beber habitualmente, lo que afectó inmediatamente a su salud y le convirtió en un "terrible perturbador". La frecuencia y la violencia de las crisis de Maurice obligaron a la familia a trasladarse varias veces.
En 1902, Maurice Utrillo se instaló en la casa familiar, el 2, rue Cortot, en la Butte Montmartre. Usando el material de su madre, comenzó a pintar sin gran convicción. El resultado importaba poco. Estaba cerca de su madre y se mostraba más tranquilo.
Pero a principios de 1904 su estado mental empeoró. Sus accesos de cólera eran más frecuentes y sus crisis, cada día, más violentas, llegando a mostrarse agresivo con su madre. Paul Moussis, cuya paciencia había llegado al extremo, solicitó el internamiento de Maurice, que tenía entonces veinte años, y fué ingresado en el hospital Sainte-Anne. El consejo de los médicos era dejarle hacer lo que quisiera, o lo que era lo mismo en su caso: dejarle que no hiciera nada. En este periodo de ociosidad, Maurice Utrillo renovó sus intentos con la pintura. Suzanne Valadón, su madre, le animó y le dió algunos consejos, pero su aprendizaje fué fundamentalmente autodidacta. Pintaba sobre pequeños cartones y usaba la pintura a la manera de Sisley o Pisarro, con breves pinceladas empastadas, pero sus colores eran más oscuros, con ocres verdosos y azulados. Comenzó a pintar vistas de Montmartre y de Montmagny y sus alrededores.
Fué entonces cuando conoció a André Utter, un jóven artista dos años más joven que él.
Los dos amigos quedaban para ir a pintar juntos a la Butte Montmartre, pero también para ir a beber juntos. Según la leyenda, Utter acompañó a Maurice a su casa, tras una borrachera. Así conoció a Suzanne, cuya relación con Paul Moussis se había deteriorado progresivamente, en especial tras la decisión de ingresar a Maurice en el hospital.
Comenzó entonces la relación entre André Utter, el jóven amigo de Maurice, y su madre, la pintora Suzanne Valadon, que le superaba en veinte años de edad.
En 1909, tras la separación de Suzanne y Paul Moussis, ella, André, Maurice, y su abuela se trasladon a vivir juntos. Ese mismo año Maurice Utrillo participó en el Salon d’Automne con dos obras. La pintura de Maurice Utrillo comenzaba a ser apreciada pero sus entradas y salidas de diversos hospitales eran cada vez más frecuentes, igual que sus problemas con el alcohol y su violento comportamiento.
Sin embargo, entre 1909 y 1914 pintó varios centenares de obras, pertenecientes al conocido como "periodo blanco" del pintor.
(Imágenes: 1.Suzanne Valadon y Maurice Utrillo; 2.obra de Toulousse Lautrec con Suzane Valadon como modelo; 3. "La risueña", de Ramón Casas, con Suzanne Valadon como modelo.)
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