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viernes, 14 de junio de 2013

¿De vuelta?


Acabamos de volver de pasar una semanita en la playa, y por eso he estado (todavía más) desconectada. La verdad es que da gusto dejar el ordenador en casa y desconectar de verdad de casi todo.

La semana comenzó accidentada, porque con nuestra cabeza gelatina habitual últimamente, nos equivocamos de día de salida. Teníamos reservada la semana en un hotel, y estuvimos dudando hasta el último momento de qué día nos venía mejor irnos. Pues al final nos quedamos con una fecha que no era, y menos mal que a Guardabosques le dio por mirar el  papel el sábado a medio día. Las dos de la tarde, saliendo a comer a casa de mis padres, y nos damos cuenta de que ¡tendríamos que estar en la playa ese mismo día! Y las maletas sin hacer, Pollito tenía un cumple el domingo... y claro, como era sábado y después de las 2, pues en la agencia de viajes no nos cogían el teléfono. Ataque de ansiedad.


Total, que esa tarde hicimos las maletas a toda prisa, la primera vez que hacíamos maletas para ¡los 4!
Que así salieron, para cuando deshice el equipaje me dí cuenta de que llevaba 2 zapatillas de deporte del pie derecho (y ninguna del izquierdo). Y nos plantamos allí el domingo. Menos mal que luego lo pudimos arreglar, y no perder ningún día de la reserva. Sobre el hotel, otro día os cuento, porque se merece una entrada entera.

Pero por fin, por fin, estábamos en la playa, disfrutando de unos días libres en Gandía. Hemos estado fenomenal, la playa es buenísima, enorme, planita, y con la arena super fina. Y hay unos columpios estupendos, en donde hemos pasado casi todo el día, la verdad. Porque para bañarse no estaba, el agua estaba helada...

Haciendo el mono en el megabarco pirata
La prole ha estado muy contenta. Pollito ha aprendido a darse sola en el columpio (para descanso de sus padres) y a tirarse solita por la barra de bombero. Se ha pasado trepando por las cuerdas de un barco pirata de madera gigante la mitad de las vacaciones. Para que luego haya gente que no se crea que descendemos del mono...

Y Gatito... ¡cómo crece! Ya está más tiesa que un ajo, se levanta cuando la pones boca abajo, y ya empieza a practicar para girarse. Hace gorgoritos sin parar, y agarra cosas que le pones cerca.  Sigue siendo una niña tranquila, pero empieza a sacar su personalidad, y su genio. Y su alegría, porque sonríe y da carcajadas, un amor.


Además estamos haciendo cosas que con Pollito nunca pudimos hacer, como:

- comer juntos: menos excepciones, si la dejas en la hamaca, se queda contenta. Y podemos comer sin un bebé bajo el brazo, o haciendo turnos. Con Pollito no pudimos hacer esto hasta que pudimos ponerla en la trona a nuestro lado.

En el pañuelo
- ponerla a dormir en su cuna: Pollito no se dormía sola nunca. Necesitaba brazos y teta. Gatito no necesita nada fijo, aunque prefiere una superficie plana y quieta (¡¡¡!!!). Se duerme en el coche, en el pañuelo y en brazos (hasta aquí todo normal) pero es que también se duerme en la hamaca, y tumbada en la cuna, y a la teta, y con chupete, y sin chupete... Vamos, que ¡se duerme sola! Cada vez que la vemos dormirse así, que la dejas en la cuna despierta y se cuaja, flipamos. Y a las 9:30 suelen estar las dos dormidas, lo que es una bendición. Eso sí, se despierta cada 3 horas (por lo menos) a mamar. Tuvo una temporada de dormir 4 o 5 horas seguidas, que fue bonito lo poco que duró, pero ya hemos vuelto a las 3 horitas. En fin...

- trabajar: como ya he dicho, se queda tranquila en su hamaquita. Así que yo puedo trabajar en el portátil con la peque delante, sin tener que tenerla siempre en brazos, o en el pañuelo. Lo que da mucha libertad, todo hay que decirlo.

Aún así, pasa muchísimo tiempo en brazos, en el pañuelo, y durmiendo conmigo en la cama pero... es porque nos apetece, y no porque si no llora hasta desgañitarse... Eso sí, parece que con ella el tema dientes va a estar chungo, porque lleva ya quince días babeando, mordiendo todo lo que pilla y llorando a ratos... Pero en fin, algo tenía que tener, la pobre...

Pues eso, buen tiempo, poco calor, muchos castillos de arena y recogida de conchas, mucho columpio. Si no se hubieran turnado para dormir la siesta todavía habría salido mejor. Pero bueno, en general ha salido muy bien.

Dándose sola
A partir de ahora intentaré retomar el ritmo del blog, pero... no prometo nada.


Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

sábado, 9 de junio de 2012

Sin gluten en la playa, más bien difícil

Puff, esta semana ha sido agotadora.

Entre el no dormir (la niña ha sido volver a casa, y volver a sus rutinas de no-sueño), las observaciones de la tesis, el trabajo por las tardes (que por fin se anima, que estamos en temporada alta) y el trabajo que me da mi "geriátrico" perruno (Marco esta vez, que está el pobrecillo artrítico perdido). No he parado, la verdad.

Pero lo prometido es deuda, os cuento cómo se puede comer sin gluten estando de vacaciones.

Pues... no se puede. Vale, se puede si:
a) Alquilas como nosotros un bungalow o un apartamento, y cocinas tú. Pero claro, si tienes que comprar, cocinar y limpiar luego, tantas vacaciones no son...
b) Buscas un sitio en donde haya varios restaurantes sin gluten, que esté cerca de la playa. ¿Existe? Tenemos otra semana libre más adelante, se admiten sugerencias.
c) Te gastas un pastón, y comes a diario de Parador, o de restaurante sin gluten (vamos, todos los días en el mismo sitio). Aburrido, y descartado, por el dineral.
d) Vas a restaurantes normales, a poder ser de menú, te explicas como puedes, te entienden de aquella manera (sobre todo porque a veces cuesta que te "entiendan", la mayoría no habla el idioma, siquiera), y te arriesgas...

Nosotros hemos estado con la opción A, C y D, un poco entremezcladas.

Los primeros días estuvimos en el bungalow del cámping de Bolnuevo, en Mazarrón, Murcia.
Desayunábamos y cenábamos en el bungalow. La comida la hacíamos en la playa, pero entre verduritas y pescadito a la plancha, pues bien. Los helados ya están casi todos marcados (Aleluya!) así que por lo menos el postre lo tenía asegurado.

En la playa, los horarios de Pollito no son problemas, nos uníamos a los jubilados alemanes, y punto.

Pero en Jávea... os cuento los problemas de intendencia, y cómo nos fue en general.

El Parador de Jávea:


El Parador de Jávea, muy bien puesto
Tiene, como todos los Paradores Nacionales, asesoramiento de F.A.C.E.
El Hotel en sí está muy bien, está situado a pie de playa, con unas vistas impresionantes. Las habitaciones son amplias y cómodas... un lujo. Ahora los peros...

El desayuno: es de buffet. A mí los buffets de desayuno siempre me han parecido un timo, porque son caros (13€, lo mismo que un menú del día), y para lo que yo desayuno... no compensa. Que no digo que no fuera bueno. Tenías para elegir unos seis zumos, uno de ellos de naranja exprimido. Varios yogures, fruta variada, mermeladas, embutidos, salmón, quesos... por no mencionar los huevos, el bacon, las salchichas... y un surtido de bollos y panes (con gluten) completísimos y con una pinta estupenda. ¿Y para los celíacos? Puedes comer casi de todo, con la excepción de algunos de los embutidos, algunos huevos, y las cosas que evidentemente, no puedes comer, como panes, bollos, migas... Los productos específicos sin gluten... ufffff... A ver, variados más o menos son. Hay dos clases de cereales (cornflakes y arroz inflado con chocolate), una barrita de pan, unas tostaditas y una magdalenas, todo marca Espsilon. Y mermeladas (¿?). Pero la variedad no da calidad. El pan está tieso como la mojama, y las magdalenas, también. Por lo menos, si lo pides, se lo llevan a tostar, y así está algo más pasable. Pero no es una marca que yo me vaya a comprar en casa. Y claro, te cobran lo que te cobran por un Nesquik/café y una barrita dura de pan con embutido... y da rabia.

Las vistas desde la habitación, una maravilla
La comida: tienen un pequeño menú especial para celíacos, pero es carito, casi 40€. Nosotros al final no comimos ningún día en el restaurante, así que no os puedo decir, pero normalmente en los paradores se come muy bien, celíaco o no.

Otros restaurantes:

La pláya Jávea está llena de restaurantes. Todo el paseo marítimo, de arriba a abajo. Eso sí, sin gluten, ni uno. Me harté de contarle mi vida a los camareros, y que no se enteraran de la mitad. ¿Por qué tiene que ser tan difícil? Al final, mucho filete a la plancha, muchas verduras, y muchas dudas, la verdad. No voy a hablar específicamente de ninguno, porque de ninguno me llevé una impresión como para recomendarlo a otros celíacos. Lo que sí os puedo decir es que desde la última vez que estuve aquí, se han modernizado y vuelto como más de lujo. Antes eran más familiares.


El que sigue siendo más cómodo, sobre todo para ir con niños, es el "Café Viena-Wien", que tiene una amplia carta, con menús infantiles, y bastante bien de precio. Las raciones son muy generosas. Y si podéis (no sois celíacos), pedir tarta. Recuerdo las tartas de su pastelería como de las mejores que he probado.

Heladería La Jijonenca:




Mención especial para esta heladería. Llevan en Jávea como unos 30 años, pero tienen puntos de venta por todo el país. Son helados artesanos, especializados sobre todo en los helados de turrón (como no podía ser de otra manera, con ese nombre). Tienen una carta con los helados separados por: sin gluten, sin huevo, sin leche. Y tienen como 50 sabores, de los cuales unos 30 son sin gluten. Eso los de a granel, también tienen  polos y envasados. Yo me comí dos de los de a granel (tuve que repetir), los dos buenísimos. Y ¿lo mejor? ¡¡CUCURUCHOS SIN GLUTEN!! No me lo podía creer, hace como cuatro años que no me comía uno. Muy rico, no parecía "sin". Una delicia.

Y esto es lo que os cuento. Supongo que si volvemos a Jávea, intentaremos alquilar apartamento. Sale más barato, y comeré con más tranquilidad...

Y voy a buscar las heladerías de La Jijonenca en Madrid, que creo que hay...

Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

martes, 5 de junio de 2012

Ya de vuelta de la playa

Saltando charcos, como Peppa Pig

¡Ya estoy de vuelta!

¿No os habíais dado cuenta de que no estaba por aquí? Es que soy muy previsora, y dejé un par de posts programados, para que no os aburriérais tanto sin mí... Si alguno ha notado que no le he comentado en su blog, es que hemos intentado una desconexión digital-catódica total. Y casi, casi, lo hemos conseguido...

El plan era una semanita de playa total. Alquilamos un bungalow en el cámping de Bolnuevo, que está a pie de mar, en la costa murciana. Con los problemas de las comidas, se nos ocurrió que podía estar bien, y así podríamos cocinar en casita, y no comernos el coco.

En la playa de Bolnuevo, muy amplia, pero con piedritas
El cámping está bastante bien, tiene todos los servicios, y bastante arbolado. Eso sí, para ir no en temporada alta, que en Julio y Agosto está imposible de gente, calor y polvo.

¡Lo hemos pasado genial!

Pisando "montañas"

Mi idea de playa es tumbarme a la sombra con una novela y la idea de Guardabosques de playa es... no ir, si puede ser. Pero con el Pollito... la cosa cambia. A fenomenal, cambia.

¿Nadando?
Volver a sentir la playa como cuando eras pequeño. Todo novedades, todo alucinante. Rebozarse de arena, saltar las olas, hacer "muñecos de nieve" (Pollito no hace castillos, eso está pasado de moda...).
Nos lo hemos pasado pipa, jugando "a que no me pillas" con el mar, excavando agujeros en la arena, subiendo "montañas", saltando "charcos de barro" como Peppa Pig.

Mamá también se lo ha pasado bien haciendo castillos de arena... son un vicio...


Al Sr. Dinosaurio lo pisaron
antes de pudiera hacer foto














Hemos seguido "horario alemán" para que Pollito no perdiera todas sus rutinas, pero aquí daba igual, porque en la costa en temporada baja casi todo son alemanes jubilados, así que no desentonábamos. Y la niña ¡¡ha dormido!! Qué bien le ha sentado el aire del mar. Morenos no nos  hemos puesto (protección 50 es como llevar camiseta) pero Pollito ha cogido peso, y ha dormido siestas de ¡dos horas y media! Al final la teníamos que despertar, lo nunca visto (ha sido volver a Madrid, y despertarse de nuevo por las noches, claro...).


En fin, habría sido perfecto, de no ser por las obras. Sí, obras. Al cuarto día de cámping, se pusieron a hacer obras al pie del bungalow. Y empezaban a las 8 de la mañana. Y acababan a las 6. Ni despertarse tarde, ni siestas... Huimos.

¿Y adónde vas, si no tienes internet para buscar otro sitio? Pues al único sitio que a mí me sonaba que tenía desayuno sin gluten. El Parador de Jávea. Menos mal que se acercaba la fecha de nuestro aniversario, y que llevamos tres años sin celebrarlo... aprovechamos esta excusa, y nos dimos dos noches de lujo. En el próximo post os cuento qué tal.

Playa del Arenal, Jávea. El Parador es el grande blanco
Jávea (Xábia) es donde yo he pasado la mayoría de mis vacaciones cuando era pequeña. Hacía como 15 años que no había vuelto, y la experiencia ha sido extraña. Por un lado, es como si nada hubiera cambiado. La mayoría de los edificios están igual, y la mayoría de los restaurantes y tiendas del paseo marítimo son las mismas que hace 15 o 30 años. Pero... todo es distinto. Es como si hubieran renovado el pueblo entero. Hay muchísimas casa nuevas y todos (sí, todos) los restaurantes se han renovado. Han hecho obras, renovado las cartas... es raro porque todo es igual... pero diferente. Y como más de lujo. Antes todos los locales eran más tipo familiar, y ahora son todos como más finos. Y los precios también... Pero la verdad es que da gusto ver una zona donde todos los locales están abiertos,  no se vende ninguno, y hay gente y movimiento dentro de los locales. Y eso que era finales de Mayo, que no es temporada alta.

Puesta de sol tras el Mont'Go, Jávea
Bueno, todo muy bonito, muy cuidado y muy limpio, bastante mejor que hace años. Y la playa... es pequeña, pero es muy bonita. Y tiene una arena fina, suavecita suavecita, estupenda para los castillos. Y el agua está limpísima, y tienes un buen trecho hasta que empieza a cubrir. Los primeros diez metros de agua, llega sólo hasta la rodilla, fenomenal si tienes niños pequeños (o para jugar a las palas en el agua).


Bueno, hemos desconectado, nos hemos relajado, y Pollito ha dormido. Tenemos ganas de repetir.

Estupendos toboganes, para trepar y no parar
Por cierto, qué luz más bonita. No podía parar de hacer fotos. ¿Se nota?


Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

sábado, 1 de octubre de 2011

De vuelta(s), con el orinalito

Viendo Pocoyó. Está enganchadísima
Vuelvo después de este largo periodo de "vacaciones". Primero fueron mis vacaciones "normales", después una temporada libre forzosa, porque tenía que presentar el DEA la semana pasada, y me he pasado un mes pegada a la pantalla, pero sólo para trabajar. Y luego me he tomado unas vacaciones del ordenador, que le estaba ya cogiendo "tirria". Necesitaba descansar y desconectar de todo. Y reflexionar sobre mi vida. El futuro, el trabajo, la tesis (y de qué puede ir...). 
Tengo muchos temas atrasados, y un montón de cosas que he aprendido sobre los perros mientras me preparaba el DEA, que ya iré subiendo al blog. Pero hoy toca reencuentro. ¿Qué  hemos estado haciendo?
Pues en julio estuvimos en Gerona, con mis papis y mi hermana. Para que Guardabosques y yo pudiéramos descansar un poco, que la verdad es que es la única forma. Gracias a la familia, tuvimos nuestros ratos libres, y el Pollito les cogió verdadero cariño, porque la verdad es que tan pequeña, y de verles una vez a la semana, como que todavía no les tenía verdaderamente colocados. ¡Y conoció las GAMBAS! Un verdadero descubrimiento. Por cierto, Gerona es Precioso. Las playas, las calitas, los jardines botánicos... todo. Y se come fenomenal (sobre todo gambas, y anchoas, y arroz...y....). Os pongo un par de fotitos, que os hagáis una idea.
Buganvillas en el jardín botánico Mar-i-Mutra
En brazos de Abu, viendo barcos
En Agosto tocó quedarse en casita, que yo tenía mucho que currar. Jardín y piscina a tutiplén.
Y en Septiembre... muchos cambios. 
Pollito empezó la guarde, fenomenal, como siempre. En tres días ya se había adaptado, y estaba contenta y durmiendo la siesta como si lo hubiera hecho desde siempre (el año pasado sólo iba hasta la 1). Y ayer ya les daba abrazos y besos a las profes, y no se quería ir, que estaba muy contenta subida al tobogán... 
Y lo del orinalito.
Resulta que algunos de los niños mayores de la guarde (que claro, le sacan más de un año), han empezado a quitarse el pañal. Y ella lo vio en el patio. Si hacen pis en el orinal, les pintan un sol en la mano. Y claro, ella también. Así que llevamos todo el mes intentando resistirnos a lo inevitable. Toca quitar el pañal. Si es que es muy pequeña. El otro día fui a comprarle braguitas, y fue imposible. Todas enormes... Pero parece que lo vamos consiguiendo. Hoy  ha sido su primer día entero sin pañal, y hemos logrado como 12 pises dentro, 4 fuera (con caca incluida, arggghh). También nos hemos dado cuenta que hace pis "a medias". Se queda un poco, para ir otra vez ¡y que le pintes otro sol!
Esta niña es de lo que no hay. 
Por lo demás, está empezando con la gramática, ya junta hasta tres "palabras", con su artículo y todo. Y ya intenta repetir la palabra nueva, cuando se la dices. A su modo, claro, que todavía le faltan varias consonantes... La verdad es que ha dado un gran cambio, ya no es pequeña, y como dice ella, es una "nena". 
No pongo foto en el orinalito (aunque nos pasemos allí el día), os pongo una que le hizo su padre ayer, comiéndose una manzana a bocaos. Para comérsela...
Comiendo manzana a bocaos
Y a las amigas blogueras que me seguís, prometo volver a comentaros, que de verdad que llevo un mes sin leer ni un blog. Bueno, sólo Microsiervos, que en mi casa es sagrado. Pero ya estoy de vuelta, y os daré la lata.

lunes, 27 de junio de 2011

Playas de Llanes: niña, perros, amigos, furgo, sidra...

Uff, volvimos ayer de la playita, y todavía no nos hemos aclimatado. Sí, aclimatado, que pasar de 27ºC a 44ºC en 2 horas no sienta naaadaaa bien. Exagerada! Pues no, salimos de Asturias a 27ºC, de mañanita, y llegamos a Valladolid para comer, dos horitas largas después. Saco a pasear a los perros, y ¡bofetón! miro el termómetro de la furgo ¡¡¡44º!!! Menos mal que vivimos en la Sierra, y al llegar a casa "sólo" hacía 35º... 

En la furgo, hacia la Playa de la Ballota
El miércoles nos fuimos "de puente", aprovechando los días libres de Guardabosques, y el festivo en Madrid, y quedamos con unos amigos en la playa de Cué, en Asturias, para pasar unos días. Salimos con calor, y cuando llegamos allí estaba nubladísimo, y ¡hacía frío! Así que nos fuimos a dar un paseíllo por los acantilados, para ver el paisaje tan precioso. La niña encantada, en cinco minutos habíamos visto el mar, gaviotas, caballos, vacas... de todo. 

Por la noche cenamos en un restaurante que hay encima del acantilado de la playa, con unas vistas preciosas. La dueña en cuanto supo que era celíaca me puso aceite limpio en la freidora para hacerme unas patatinas fritas, y me entresacó del menú lo que podía comer, ¡menos mal que la sidra no tiene gluten! Domimos allí mismo, en el párking de la playa, de  hierba y con vistas a los acantilados... Se supone que en Asturias no se permite aparcar furgonetas, o algo así, pero se ve que como es temporada baja, nadie nos dijo nada.

Después, varios días de relajación, jugando a la pelota con los perros en la playa, bañando a Pollito en las aguas heladas (le encanta) y buscando pocillas dejadas por la marea, con el agua más calentita, para que jugara con el hijo de unos amigos, al "espelunking" (tirar una piedra al agua y que haga "spelunk", como diría Calvin, Guardabosques alterego).

Al final tuvimos que dejar atado a Marco, porque tanta pelota y tanta agua... ha acabado cojito perdido, medicación y todo. Pero es que no tiene límites, este perro, es ver una pelota, una ola... y cegarse. Menos mal que ya por lo menos obedece, y cuando le llamas gira antes de entrar en el agua... pero al momento, lo vuelve a intentar... es que le puede... Compramos en Madrid un pincho en forma de sacacorchos, para atar a los perros en la playa, superútil. 
Marco y Tosca al solecito
Al cabo de un par de días, nos fuimos a pasar la noche al Cámping La Paz, que está en un acantilado sobre una playa, todo hierba, todo terrazas con vistas al mar... Y admite perros... Una pasada de bonito, y como a los vecinos los tienes o arriba o abajo, pues no estás tan agobiado como en otros cámpings. Pensábamos quedarnos sólo un día, pero se estaba tan bien, que nos quedamos todo el fin de semana. Más playa, más sidra, más amigos... 



Proseguimos con la socialización de Teo, el perrito de una amiga mía, que cuando cumplió el año decidió que todo el mundo era un "extraño" peligroso al que había que echar del territorio por todos los medios... Nadie se atrevía a entrar en su furgoneta, y eso que el bicho pesa 5kg... Pues después de varias "sesiones", véase, vacaciones con los amigos y sus niños, con "citas de juegos" supervisadas y muchas chuches... Lo estamos consiguiendo.

Su otro entretenimiento es hacer agujeros, y pelearse con su "hermana" Tula por ellos... Meten los dos la cabeza en el hoyo, y ¡hala! a ver quien se cansa antes, y le deja el hueco al otro... creo que en una de esas, hasta se quedaron dormidos, de cabezones que son.

Y el domingo, ya de vuelta a casa, a esos 44 graditos de nada... Ufff... con lo bien que se estaba en Llanes, "Asturias, patria querida"...
¡Adiós!

domingo, 24 de abril de 2011

De Vacaciones Furgoneteras (y celíacas) en el Cabo de Gata

Paseando en la playa de Aguamarga, de mañanita
Después de estudiarnos el mapa del tiempo de esta semana, elegimos Cabo de Gata para pasar unos días de vacaciones. Eso es lo bueno de ir en la furgoneta, que hasta el mismo día de irte no tienes que decidir a dónde vas. Y acertamos, porque nos ha hecho un poco de viento, pero por lo demás buena temperatura ¡y buena compañía!

Nos juntamos allí con unos amigos, y hemos pasado unos días fenomenales, básicamente haciendo el vago al sol y comiendo. Ése es otro efecto secundario de ir en la furgo. Tienes la nevera y el armario de la comida todo el rato al alcance de la mano. Tú y toooodos los que viajan contigo. Cuando uno no tiene hambre, alguien siempre saca algo de picar. Y claro, pues picas.
Amigos, furgos, niños, perros, playa ... Playa del Playazo
Y a lo que iba. El viajar en furgo es comodísimo para un celíaco. Sales de casa con los armarios lleeeeenos de comida apta, panes y bollos especiales y precocinados mirados con lupa... pero llega la hora de comer. Todo el mundo te invita. Y tienes que pasarte el día "no, no puedo, gracias". "¿Ha tocado el pan? no, entonces no puedo, gracias". La mejor "¿puedo ver el paquete? a ver si de esto puedo comer..." Así todo el día. Y lo que tú sacas es caro, pequeño, y no está del todo bueno. Queda uno fatal, siempre. Al final todos comen de la comida de todos, menos una servidora, que se hace un cuenco de fideos chinos (que tardan dos minutos), por no pensar. 

Muchísimas gracias a todos los compis de viaje, que me han "aguantado", cocinado conmigo y dado mil vueltas a los ingredientes de las cosas, intentando que pudiera comer de todo. 
Y es que mientras estás en la furgo, todavía, pero en cuanto intentas ir por ahí a comer... En Almería, y nada de pescaíto frito, claro. Ni croquetas. Y las patatas ¿las habrán frito en aceite sólo para patatas? Y la paella ¿llevará cubito de caldo? ¿y colorante artificial con gluten? Por dios... hay que hacer un máster al camarero para poder comer, mientras todos a tu alrededor te miran como si fueras de Marte... Un rollo padre. 
Y yo no sé si a todos los celíacos les pasa lo mismo, pero yo al final siempre resulta que he comido algo con gluten (por cierto, ¿la mayonesa de bar puede ser apta?) y vuelvo con granos y dolor de espalda. 

Pero bueno, después de la pataleta, lo bueno de las vacaciones, esto:
Playa de los Muertos, Cabo de Gata
y esto, claro:
El Pollito con los perros en la playa, creo que de Aguamarga
La niña ha estado feliz, jugando descalcita en la arena, metiendo los pies en el mar, y rebozándose cual croquetilla. Hemos conseguido que hasta se ponga el gorro, de lo distraída que estaba.

¡¡¡Ay!!! ¡¡¡que me quiero volver!!!

Y por último, el tormentazo que nos pilló a la vuelta, con tornadito y todo: (eso de ahí a la izquierda)
Pequeño tornado, por Albacete o Cuenca, o por ahí
Para saber de qué va el rollo furgonetero-campista, podéis visitar www.furgovw.org, un foro estupendo para resolver dudas, comparar modelos y ver a qué bonito sitio me voy la próxima vez.