El clicker |
En este curso se explicaban varios tipos de adiestramiento, el tradicional de "te-coloco-tiro-de-la-correa-digo-buen perro", el adiestramiento de perros de trabajo policial "durante-cinco-minutos-todo-es-juego-intenso", de defensa "la-manga-es-tu-presa-ve-y-cázala". Pero la mayor parte del curso consistía en aprender una técnica "nueva", que se estaba empezando a utilizar con los perros de asistencia: el adiestramiento con clicker. Los ojos se me abrieron, la técnica era fácil, y tenía sentido tanto científicamente como "emocionalmente". Mi perra empezó a obedecer rápido, con alegría, disfrutaba del entrenamiento y "pedía más". En quince días su carácter cambió, se hizo más alegre, mejoró nuestro vínculo, y la perra se emocionaba cada vez que hacíamos una sesión.
Y hasta hoy.
He utilizado el adiestramiento en positivo, el clicker, con muchísimos perros, tanto adiestrados previamente con el método "tradicional" como sin ningún tipo de educación. Los resultados son maravillosos, en algunos casos espectaculares. Es como si una bombilla dentro del cerebro del perro se encendiera, el perro comenzara a comprender lo que le pedimos, y de ahí empezara a "flipar" con todo lo que puede hacer (¡y recibir un premio a cambio!). Os lo recomiendo a todos.
Pero ¿qué diablos es el clicker?
El clicker es una cajita de plástico con una lámina metálica en el interior, que al presionarla con un dedo hace “click-click”. Es la típica ranita que usan los niños para jugar. Produce un sonido distintivo, neutro, que es difícil que el perro escuche en otro contexto que no sea en nuestro adiestramiento. Este sonido en sí no tiene significado alguno para el perro, por eso la respuesta positiva ha de ser condicionada.
¿Cómo funciona?
Para que funcione, debemos "cargar el clicker" mediante condicionamiento clásico. Lo que hacemos es seguir el mismo método que usaba Pavlov: Pavlov tocaba una campanita, y daba de comer a un perro. Al cabo de cierto número de repeticiones, al oír la campanita el perro salivaba: es decir, el perro había aprendido que el sonido de la campana predecía la llegada de la comida. Esto mismo es lo que hacemos con el clicker, mediante repeticiones conseguimos que el perro asocie el sonido “click-click” con la comida que le ofrecemos, y que adquiera un significado positivo, para el perro querrá decir “muy bien, premio”.
¿Y por qué no usamos la voz?
Mucha gente piensa que el uso de la voz, como decirle al perro “muy bien” o algo por el estilo, significa lo mismo para el perro que el clicker. Pero esto no es cierto. Cada vez que decimos “muy bien”, lo decimos con un tono de voz distinto. A veces estamos afónicos, o estamos algo enfadado y no nos sale una voz alegre, o lo decimos más rápido o más despacio. El resto de las personas del entorno pueden adiestrar al perro y darle órdenes, y su “muy bien” no sonará exactamente igual. Además, cada “muy bien” no va seguido de premio. A veces decimos esas palabras y nada más, a veces damos una caricia, o damos comida. Para el perro no tiene un significado claro. Además, son dos palabras de uso muy corriente, que utilizamos en el habla diaria entre las personas. El perro puede escucharla sin estar apareada con ninguna acción dirigida a él, y pierde su significado. En cambio, el clicker es siempre igual. Siempre hace el mismo sonido, que es perfectamente reconocible, y que es muy improbable que el perro escuche en otro contexto. Además, SIEMPRE va seguido de un premio de comida, así que es un predictor perfecto del premio. Así es una señal clara e inconfundible de que el perro ha hecho algo bien y va a ser premiado por ello.
¿Y ahora qué?
Ya tenemos a un perro que sabe que en el momento que escuche un click, va a tener un premio. Ahora podemos utilizarlo para premiar aquellas conductas que nos gusten de nuestro perro, o que queramos enseñarle. Cuantas más veces premiemos una conducta de nuestro perro, más veces la realizará, porque así es como funciona el aprendizaje.
Y éste es el principio del principio del aprendizaje con clicker. ¿Hasta dónde podemos llegar?