sábado, 20 de abril de 2013
Bollos de mantequilla (de Bilbao) sin gluten (opcional sin lácteos)
Una cosa que no he dejado de hacer estos días, dentro de mi vorágine personal, es cocinar. Primero, porque es algo que hay que hacer, todos los días y varias veces, y ya que estoy, prefiero que me guste y que esté rico. Y segundo, porque con la lactancia tengo un haaambreee. Pero de carbohidrato y dulce, me lo pide el cuerpo a carretadas.
Y claro, me lo tengo que hacer yo. Y los bollos de mantequilla me venían persiguiendo estos días. Yo no tenía ni idea ni de eso existía. Pero alguien preguntó cómo se hacían en el grupo sin gluten del facebook. Y luego el Comidista habló de ellos como los "mejores bollos del universo" (vale que él también es de Bilbao) y contaba los mejores sitios donde comerlos. Con enlace a la receta casera del blog Robin Food, con gluten, claro. La estudié, y era super parecida a los suizos de HannaSin. Así que estaba claro, el universo se alineaba, y ale, a terminar de adaptar la receta.
Bueno, pues quedan unos bollitos blanditos, esponjosos, con un sabor a mantequilla increíble. Y la crema de mantequilla, ufff, qué peligro tiene, de comérsela a cucharadas, vamos. No sé cómo será la versión glutenera, y ya nunca lo sabré, pero lo que sí sé es que van a formar parte de mi desayuno por una temporadita larga.
Para los bollos:
350 g de Proceli (o Alcampo o Special Line)
50 g de harina de arroz
80 g de harina de garbanzos
medio sobre de levadura de panadería o 12 g de levadura fresca
3 huevos M
100 g azúcar
100 g mantequilla en pomada (blandita) o margarina tal cual
125 ml de leche templadita (también vale de soja)
1 cucharadita de vinagre
pizca de sal
Yo hice la masa en la panificadora, en la opción amasado, para no tener que amasar yo. Lo podéis hacer igual, o dejar que amase la thermomix, amasadora normal, o batiendo a mano.
Primero batimos la mantequilla con el azúcar, hasta que se integre bien y quede como crema blanquecina. Entonces incorporamos los huevos batidos, la sal, la cucharada de vinagre y la leche templada. Yo peso las harinas en una bolsa, les añado el medio sobre de levadura, cierro la bolsa y agito fuerte. Así se airean y se mezclan bien las tres. Incorporar la harina poco a poco sobre los líquidos, hasta que se integre todo bien. Amasar unos 5-10 minutos, hasta que esté bastante suave. La masa hace una bola, bastante pegajosa pero manejable incluso con las manos secas.
Dejar levar en ambiente templado unos 20 minutos (en la misma amasadora o thermomix o bol, bien tapadita).
Desgasificar (amasar un poquito, suave) y dejar levar otros 40-50 minutos. Crecerá, aunque probablemente no doblará.
Sacar la masa, y repartir en porciones. Hay que hacer bolitas aplastadas, tipo croqueta, de unos 50 gr, o del tamaño de una mandarina. Puedes humedecerte las manos para que queden mejor.
Repártelas en una bandeja de horno cubierta con papel de hornear, bien separaditas, y déjalas levar como una hora más. Yo caliento el horno a 50ºC (lo mínimo que da mi horno), luego lo apago, y meto la masa con un vaso de agua bien caliente.
Al cabo de esa hora, sacar, y calentar el horno a 170ºC. Mientras coge temperatura, pincelar las bolitas con huevo o leche, y espolvorear azúcar por encima. Hornear unos 25 minutos, hasta que estén bien doraditas. Verás que mientras se hacen, todavía crecen bastante más. Yo las tenía super redonditas, y con éste último levado les salieron los bollos y se agrietaron. Pero claro, así quedan con la miga con la que quedan.
Para la crema de mantequilla:
200gr de mantequilla pomada
3 yemas de huevo
200 gr azúcar
100 ml de agua.
Poner el agua con el azúcar en un cazo y llevar a ebullición, hasta el punto de almíbar en hebra fina (te pones una gota entre los dedos y los separas, se formará un hilo fino). Con un minuto de hervor más o menos te sale.
Poner las yemas en el vaso de una batidora, y con la batidora encendida, ir echando el almíbar por encima, en hilillo, se hará como una mayonesa. Dejar enfriar un poco, y poner también la mantequilla. Batir todo junto, hasta que haga una crema que se puede untar.
Intenta no comértela a cucharadas, deja algo para los bollos...
Coges el bollito, lo abres por la mitad, lo untas con la cremita... mmmmmhhhhh
Y como son con leche y mantequilla: ¡¡ja,ja,ja!! (risa de bruja mala) ¡todos para mí!
PD: he puesto también la opción "sin lácteos", porque salir, salen bien. Eso sí, el saborcito de la mantequilla... pues no queda igual. Pero quedan muy presentones, y los puedes rellenar con mermelada, o lemon curd, o lo que te apetezca, y así disimular.
Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es
miércoles, 10 de abril de 2013
Los bebés abducen
Hoy, entrada, por fin. Llevo mucho tiempo sin escribir, y ya tenía mono. Pero tiempo... tiempo es lo que no tengo.
Y es que con lo pequeños que son, cuánto tiempo necesita un bebé. Y lo que no necesita, se lo das tú. Porque no puedes soportar dejarlo, no puedes soportar dejar de mirarlo. Y encima Gatito, esta semana, ha empezado a fijar la mirada y a sonreír. Y entonces ya no lo puedes resistir, y te desmoronas en un montón de babas....
Pues eso, que aquí seguimos, con la falta de rutina de un bebé de mes y medio, que a veces duerme y a veces no, que a veces mama cada tres horas, y a veces cada hora, que a veces está tranquila y contenta para llorar y retorcerse medio segundo después... lo típico, vamos.
Todo hay que decirlo, después de tener un bebé de tan alta demanda como fue Pollito, que no había forma de depositarla en una superficie plana y que aguantara ahí medio minuto, Gatito está siendo más fácil. Se duerme de vez en cuando en la hamaca (la pones cuando está cansada, cierra los ojos, agarra el chupete y se duerme ¡estamos flipando!). Por la noche, duerme en su cuna, y se queja, le pones el chupete y le apoyas la mano ¡y se vuelve a dormir!
No sé si es que tenemos mucha suerte, o que Pollito nos dejó el listón muy bajo ;) en cuanto al sueño de los bebés se refiere.
Con las tripas estamos algo regular. Le sigue costando mucho echar gases, y se retuerce la pobrecilla cada vez. Pero también es verdad que entonces la pones en el pañuelo, y mano de santo, se cuaja en un momento y ya no se despierta hasta que tiene hambre. El problema es cuando no la puedes llevar en el fular, porque tengas que cocinar, o cenar, o lo que sea. El detector de "comida en la mesa" lo tiene afinadísimo.
La pobre Gatito tuvo un brote de dermatitis seborreica, y se nos llenó de granitos. Sobre todo en cara y cuello, se puso fatal. La pediatra nos recomendó una crema, y ponerle toda la ropa de algodón 100%, lavada con jabón neutro y sin suavizante. Ha funcionado, y en unos días se le ha quitado todo, menos la costra láctea, pero esa no me importa mientras no se le ponga excesivamente fea. Pero menos mal, porque el siguiente paso era que yo hiciera una dieta de eliminación, por si a Gatito le daba alergia algo de mi dieta. Y sin soja y sin huevos puedo vivir, pero sin leche... y sin los tres ingredientes, y sin gluten ¿qué me iba a quedar? Menos mal que al final no ha hecho falta.
Pintarse la cara, entretenimiento para los días de lluvia |
Y Pollito parece que no lo está llevando demasiado mal. Yo pensaba que iba a ser más difícil, porque tiene bastante genio. Pero no le ha dado por las rabietas, casi. Sí que está más mimosa, y quiere estar todo el rato con nosotros, sobre todo con Guardabosques. No quiere quedarse sola ni un momento, y todo el tiempo quiere jugar acompañada. Si tenemos en cuenta que no ha parado de llover desde que nació su hermana y no hemos podido salir de casa... la cosa se vuelve algo agobiante.
Pero a su hermana la quiere con locura. Si nos ve con Gatito en brazos, en seguida se acerca a besar a su hermana, y para mimarla y decirle cosas. Y si está en su hamaca, o llora, le canta, le cuenta cosas... yo me derrito. La hemos nombrado "reponedora de chupete" oficial, y le gusta. El mayor problema, como siempre, a la hora de dormir. Quiere que estemos los dos en su cuarto, pero como su hora de acostarse suele coincidir con la "hora mala" de su hermana, no es muy viable. Casi siempre acabamos enfadados, porque entre los llantos de la una, los de la otra, y lo cansados que estamos, se hace muy cuesta arriba. Además ha vuelto a adelantar la hora de despertarse pero... sigue durmiendo del tirón, así que no me voy a quejar nada.
Y Gatito con su hermana... es increíble. Está enamorada. La sigue con la mirada, le sonríe, la mira super atenta. Para lo pequeña que es, y se nota que le encanta. Espero que le dure muchos años... ;)
Yo sigo medio zombi, pero algo menos que con Pollito. Gatito puede dormir 4-5 horas seguidas cada noche, cosa que con Pollito no conseguimos hasta los dos años... no me puedo quejar. Los ratos libres, cocino. Tengo un hambre de dulce desaforada, y ganas de pan. En cuanto tenga tiempo, tengo varias recetas guardadas de las que mejor han salido. El pan... avanzo despacio, pero avanzo. Por ahora tengo el sabor muy conseguido, y la textura más o menos. Me falta un levado más homogéneo.
El trabajo lo tengo casi paralizado, como la tesis. Cosas que pasan, no doy para mucho más. Eso sí, la nueva empresa parece que avanza, y que al final conseguiremos sacarla adelante. No cuento más que no lo quiero gafar. Pero si sale bien... :))
Me voy a hacer la comida, que, como no, vuelvo a tener hambre. La lactancia materna me pide agua y calorías a lo bruto. Se me está quedando un tipín monísimo.
Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es
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