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Abatida en forma de arena
impalpable
llega imparable hasta el fondo del mar.
Es allí donde, desvalida y
solitaria,
añora que, en sus tiempos primarios,
fue
una roca
en la que se posaban las
ágiles gaviotas.
Ni en la bajamar queda ya al
descubierto.
Siempre la cubren las aguas
salitrosas.
Para luchar contra el ímpetu
de las corrientes
-ahora es consciente-
no fueron creadas las rocas.
Las rocas son el testimonio mudo
de una lucha sin tregua,
sin sentido aparente.
Puede ser que, al final, hasta en la rocas
se cumplan las palabras milenarias:
Sólo polvo eres…
Sí, mas polvo enamorado de la
vida
que corre a borbotones
por el estrecho cauce de mis venas,
que está en la luz de todos
los amaneceres,
que es la lucha bravía de las
aves silvestres,
que vive en la sonrisa de los
niños
que rompe la amargura de los
hombres.
¿Qué es al fin la vida?
Sólo millares de gestos de
amor:
no la justificación del egoísmo y de la ira.
TEXTO E IMÁGENES DE FRANZISKA, publicado el 15/01/2009. Las fotografías son recientes.
Alcalá de Henares, 30 de marzo de 2022