Somos
como el espíritu del viento
una
legión de hálitos fantasmas.
Energías
sin paz
y sin justicia
dormitando
en el vacío de la nada.
Fue
una casa de pisos de alquiler.
En
las buhardillas vivían los desterrados.
En
los sótanos, con patios oscuros,
a
los que nunca llegaba el sol de la mañana,
un
gato ciego y todos los realquilados:
Dos
hermanas solteras y enlutadas.
Un
mutilado, recién llegado de Alemania.
Un
albañil que tenía un vino iracundo.
Un
taxista golfo y parlanchín.
Una
mujer obesa iba y venía de ninguna parte.
Mirando
al hambre cara a cara,
esa
mujer erguía su cabeza.
¡En
un mundo famélico era tan rara!
Una
anciana enjuta y desquiciada
ama
de una gallina flaca y desplumada.
Ah,
esa voz de la vieja escalera…
¡Cuántas
tragedias tendrá en su memoria!
¿Cuánto
dolor cargó María
sobre
su frágil alma de alondra?
La
vimos marchar temblando.
Sin
compañía, salió aquella noche
en
busca de su padre.
Es
una escalera tan espaciosa…
El
arquitecto la imaginó llena de luz
con
femeninas curvas sinuosas.
Solícito
lugar para el descanso.
Una
ruta para la sonrisa y el saludo.
En
la planta primera un gran ventanal
espera
que te aquietes y mires las estrellas.
La
escalera asciende, puedo asegurarlo.
He
oído la voz de todos sus peldaños
gemir
y conmoverse en las noches de enero.
Si
Dios está en todas partes, está aquí.
Habrá
posado sus manos en la barandilla.
Tantos
años de descuido y ella se sostiene
sin
haber perdido ni uno solo de sus tornillos.
Ahora,
el óxido los tinta en rojo carmesí.
En
las sombras del tiempo que pueblan mi memoria,
el
eco de las risas y alocadas carreras de los niños,
dieron
vida a las entrañas de la escalera.
Cuando
llegó otro tiempo,
sus
labios, abiertos al silencio del terror,
huyeron
al destierro del miedo.
El
rastro de un ciempiés nos avasalla.
Estamos
en la cuneta del olvido.
Sabemos
que nuestra espera es baldía.
En
un laberinto de cobardía, ella se extravió.
Casa
con ochenta ventanas y ninguna puerta.
María
no podrá escapar de su prisión.
Alcalá
de Henares, 18 de junio de 2015
Taller
de surrealismo de Alberto Cubero.
Texto
apoyado en una fotografía de una escalera de principios del 1900. De arquitectura modernista. La escalera que sirvió de inspiración en nada se parece a la publicada junto a este trabajo que ha sido copiada en los archivos de imágenes de Internet.
Texto: realizado por Franziska
Imagen: copiada en Internet. Desconozco el autor.
Texto: realizado por Franziska
Imagen: copiada en Internet. Desconozco el autor.