sábado, 31 de octubre de 2015

Planes tranquilos para este Halloween

Quitando que tenemos muchos planes para disfrutar de este Halloween fuera de casa a tope, he querido dejar hueco a un poco de tranquilidad y ocio en casa. Así que el miércoles nos dimos una salto a la biblioteca y nos volvimos cargaditos de "terroríficos" libros para contar en familia. Los chiquillos lo pasaron en grande eligiendo títulos llenos de monstruos, brujas y fantasmas. Al final nos llevamos nada menos que quince. Llegué a casa doblada con el peso de la mochila. En el mostrador nos dieron una poesía cuento muy bonita de la vampira cuchufleta que se aburría como una seta hasta que descubrió que leer era increiblemente divertido. Fuimos leyéndolo por el camino. Me lo hicieron repetir tres veces hasta que les dije que ya no leía más porque me iba acabar empotrando en una farola.

Cuando llegamos a casa juntamos esos libros con lo cuatro que habíamos cogido el día anterior en la biblioteca del cole. Nos va a dar para halloween y para todo el mes.

También tenemos pensado hacer una sesión de juegos. Raúl está preparando una emocionante aventura de rol con el Hero Kids. Yo había pensado echar una partida a La Mansión Encantada y a Mix It, que va de construir monstruitos graciosos. También me he impreso el juegos "Cuéntame un cuento de Halloween" de Contras y Pros.

Quiero tenerlos muy entretenidos para que no les dé tiempo a echar de menos a nuestra preciosa y peludita Misi, que se ha ido al cielo para cuidar de ellos desde allí.

viernes, 30 de octubre de 2015

Una casa espeluznante

En mi casa todavía tenemos la decoración del cumpleaños prehistórico. Mis hijos no quieren ni oír hablar de quitar los pterodáctilos, los volcanes o el T-Rex, pero hemos encontrado un huequito para Halloween.

Allí hemos puesto nuestra terrorífica mansión acompañada de los graciosos personajes creados por Sonia, de El Revolero Mundo de Rukkia (faltan dos que no hemos encontrado porque a mis hijos les gustó tanto que estuvieron jugando con ellos por toda la casa y luego me tocó a mí buscarlos para pegarlos en la pared) y las telarañas de Midibu4u.

Para hacer la tétrica casa usé dos cartulinas negras de DIN A3 (reciclé las de la cueva del cumple para hacer pinturas rupestres). En una de ellas dibujé rápidamente la fachada con una gran puerta y carias ventanas que luego recorté para que pudieran abrirse. Luego llamé a los niños para dibujar en folios lo que íbamos a encontrar tras las pestañitas. La segunda cartulina nos serviría como parte de atrás para pegar esos dibujos aterradores.

Los dos empezaron a pelearse por hacer el dibujo de la gran puerta, así que ahí surgió la idea de las imágenes intercambiables: cada uno haría una ilustración para cada uno de los huecos y luego los pegaríamos de tal forma que se pudieran levantar también como pestañitas y se pudieran ver todos. Muy ilusionados nos pusimos manos a la obra, pero me engañaron. Iván hizo el monstruo de la oscuridad y ya no hubo manera de que volviera a coger el lapiz. Y Daniel hizo dos huecos y también se cansó, así que los únicos dibujos intercambiables son los que hicieron ellos para la puerta grande y el resto son inamovibles y casi todos acabé haciéndolos yo. Me han prometido que otro día harían más, así que la mansión se irá haciendo cada vez más terrorífica.

jueves, 29 de octubre de 2015

El Conde Drácula se mete a mago

Nunca me había encontrado con un Conde Drácula tan divertido como el que fascinó a mis hijos el domingo en La Vaguada con su magia vampírica.

Se los metió en el bolsillo desde el principio con un calentamiento para pequeños magos y muchos chistes infantiles que hizo que se partieran de risa. Luego los alucinó con el cántaro del que no paraba de manar sangre.

Me encantó como implicó a los peques en cada truco. "Esto es imposible", decía, "y vosotros no sois magos de verdad como yo, así que podéis decir las palabras mágicas, pero no creo que caiga nada... ¡Hala que sois magos de verdad!" Exclamaba con los ojos como platos mientras nueva "sangre" manaba del cántaro cada vez que los chiquillos decían las palabras mágicas.

Algunos salieron como voluntarios para sus trucos de cartas, con las cuerdas, con pañuelos... Y todos lo miraban fijamente con la risa fácil en los labios. ¡Hasta les contó un antiguo truco de mago! Iván todavía me lo explica a mí de vez en cuando: "Mami, hay que empujar con todos los dedos mucho mucho y coger el pañuelito arrugado arrugado con el gordoooo. Luego ¡te lo escondes en el bolsillo! Pero que no te vea nadie. Eeeeeh". Me parto con él.

Los chiquillos se fueron pintados terroríficamente y con sus capas al viento más felices que una perdiz a su cita con el señor de las tinieblas, que resultó ser de lo más encantador y se le veía con muy pocas ganas de chuparles la sangre, que era la única preocupación del más pequeño.

Desde luego, los chicos de Tapa Tapita Tapón Animaciones se lo curran mucho.

Para terminar una velada tan Halloween esa noche cenamos las salchichas momificadas de La Jirafa. Fueron todo un triunfo. Hasta el papá me pidió que las volviera a hacer pronto.


miércoles, 28 de octubre de 2015

Peppa Pig y su divertihalloween

Cada vez le pillo más el gusto a estas fiestas extranjeras. No me olvido de todos los Santos, que el día 1 de noviembre los huesos de santo y las velas para mis seres queridos, que ya no están,nunca faltan, pero el 30 de octubre también ha pasado a ser un día señalado en el calendario.

Confieso que no soporto esa imagen macabra llena de sangre, ojos y dedos cortados. Más bien me decanto por los monstruos simpáticos y sonrientes que versionan de forma edulcorada a Drácula, Frankestein, la momia, etc... ¡Son tan graciosos!

Halloween no tiene por qué ser una fiesta que dé miedo. ¡Puede ser muy divertida! Y como muestra de esto tenemos los capítulos especiales de personajes tan entrañables como Peppa Pig, a la que podremos ver éste sábado 31 en Clan disfrazada de simpática brujita y, pongo la mano en el fuego, saltando en los charcos de barro tan alegremente mientras recoge chuches. Es un suponer porque todavía no lo he visto, aunque no pienso perdérmelo porque estoy segura que me voy a encontrar más risas que sustos.Y tampoco tengo excusa porque hay un pase mañanero a las 10.30 y otro de tarde a las 18.50. Me parece un plan perfecto para pasar un rato tranquilo en familia y muy apropiado a estas fiestas.

Por cierto, el poster tan gracioso de Peppa celebrando Hallowen os lo podéis descargar desde la web de la cerdita más famosa de la tele. ¿A que es muy chulo y nada terrorífico?

Todo Papás Love Madrid

El domingo por la mañana, para no perder el ritmo, cogí a mis churumbeles y me los llevé a la feria de Todo Papás. Así dejábamos espacio y tranquilidad a Raúl para que trabajara feliz. Aunque sospecho que él hubiera preferido venir con nosotros.

Mi plan prometía mucho: dejaba a los chicos en la ludoteca gratuita y me dedicaba a dar una vuelta curioseando stands y mirando ofertas en artículos para bebé con vistas a regalos navideños. Peeeero, nada más ver el espacio dedicado a la ludoteca los peques decidieron que ellos también querían echar un vistazo a los stands. Y eso que el sitio estaba bien: con globos, juguetes, pinturas... Pero supongo, que después de un cumple en un parque de bolas y un día en el parque de atracciones, les pareció que tendrían más emociones con mamá que en una habitación para con globos.

Resignada me los llevé conmigo, pero, entre que los pasillos eran muy estrechos y que mis hijos eran incapaces de tener las manos quietas empecé a agobiarme. Mirar, lo que se dice mirar solo miré a mis fierecillas para tenerlas controladas.

El único respiro lo tuve en el stand de Dream4you, en el que me atendió un chico encantador que me explicó que los preciosos peluches expuestos se podían meter en el microondas y usar como bolsa de agua caliente cuando el niño estuviera enfermo o con frío. Iván agarró a un perrito monísimo y se dedicó a darle todo su amor bajo la mirada divertida de mi interlocutor, que me contó que era profesor de primaria y padre. En ese momento me sentí muy comprendida y me relajé un poco. Daniel, por su parte, se enamoró perdidamente de un muñeco con forma de conejo que reproducía canciones, contaba cuentos, tenía luz en sus orejitas y opción para grabarse uno mismo. Además de ser extremadamente resistente. Doy fe. Ya lo hemos apuntado en la lista de los reyes magos. Hasta el nombre irradia ternura: Alilo. Daniel no para de repetirlo: "¿Te acuerdas de Alilo, mami?", "Papiiiii, tenías que haber venido a conocer a Aliloooo", "Alilo es una monadaaaaa". Y así todo el día.

Los chicos del stand de Boirón también fueron extremadamente encantadores y pacientes con mis dos torbellinos que  intentaron arrasar con todo lo que pudieron: folletos, tarjetas, bolis... No tenía manos suficientes para controlarlos. En este stand de medicina homeopática me dieron una información muy interesante: me facilitaron una dirección de internet donde habían recopilado un directorio de médicos homeópatas. Antes era casi una misión imposible dar con uno. ¡Ole por ellos!

Otra cosa que triunfó entre mis churumbeles fue una hamaquita de bebé construida en tamaño adulto para que las mamis y papis podamos sentirnos bebés durante un momento. La idea me hizo mucha gracia. Y a mis niños más, que se turnaban para mecerse y no había manera de sacarles de allí.

Al final renuncié a intentar acercarme a la sala de charlas porque preveía que con el acompañamiento tan animado que llevaba no iba a ser muy buena idea. Intenté convencerles para que al menos se pintaran la cara en un rincón monísimo que habían montado para ese menester (Pintacaras de la Tita Fede), pero no hubo manera. Se ve que sólo les gusta si lo hago yo, porque en el Parque de Atracciones tampoco quisieron.

Viendo que poco más me iban a dejar hacer allí, decidí que era la hora de partir al hogar. Recogí mi bolsita con regalitos para bebés que te daban por asistir y que ya le he entregado a una amiga que está esperando para dentro de cuatro meses escasos, y me dirigí al metro con unos niños sonrientes y con las manos llenas de caramelos.

martes, 27 de octubre de 2015

Terrorífico Halloween en el Parque de atracciones

Gracias a un descuento muy suculento que le hicieron a Raúl en su trabajo nos plantamos toda la familia en el Parque de atracciones éste fin de semana a pasar miedo en su especial Halloween. ¡Y vaya si pasamos! Sobre todo en las colas, con unos niños emocionados, sobrexcitados y con unas ganas tremendas de montarse en las atracciones YA. No tuvimos una espera tranquila, pero sólo por ver sus caritas una vez montados ya valía la pena el sufrimiento.

Nos la prometíamos muy felices. Íbamos a montar en todo y luego volver a casa a tiempo para los baños. Hasta la risa me da ahora al recordarlo. En realidad, un mínimo de treinta minutos por cola no nos lo quitó nadie.

Era un fin de semana temático y el parque estaba hasta arriba de gente. Llegamos cuando abrieron las puertas, a las doce de la mañana, y nos fuimos cuando las cerraban, a las diez de la noche. Paramos sólo media hora para comer y media hora para merendar y, aun así, sólo nos dio tiempo de montar en unas catorce o quince atracciones: El colorido TioVivo, el vuelo de los perodáctilos, los globos locos de botas, los asientos que se caen, el circo de Nickelodeon (que por cierto, muchos padres confundimos con el cine en 4D y casi nos da algo cuando nos hacen tres pruebas chorris y fuera tras más de una hora de cola), las medusas que daban vueltas, los aviones, la casa de Bob Esponja (menudo timo, pero a ellos les flipó. Daniel todavía nos recuerda que él ha estado sentado en el sillón de la esponja amarilla), la jungla... Ellos lo vivieron a tope.

La decoración estaba curradísima muñecos esqueletos con movimiento, calabazas y cráneos gigantes para que los niños se metieran dentro, detalles sombríos en muchos rincones, una parte del decorado de Walking Dead... Hasta la gente que vino disfrazada daba otro color al ambiente.

Daniel no paraba de repetir que no se quería perder a los zombies que se iban a pasear por una de las plazas a partir de las seis, pero en el momento de la verdad casi le da un patatus y no quiso ni echar una mirada atrás cuando salió corriendo. No me extraña, porque eran demasiado realistas. Hubo que repetirle un millón de veces que era gente disfrazada y que no, no iban a salirse de esa plaza detrás de él.

En cambio Iván ni se inmutó. Los zombies, brujas, momias y vampiros que tanto llamaban la atención de su hermano le daban igual comparados con las increíbles atracciones que le rodeaban. Sólo un papá vestido de hombre lobo logró llamar su atención dos minutos y fue para acariciar su pelaje de mentira.

Tras esperar más de una hora en la última cola que teníamos pensado hacer antes de partir hacia casa, Raúl se dio cuenta de que habían abierto la puerta del cine en 4D (ahora de verdad) y que debió ser por sorpresa porque no había ni cola, así que nos metimos dentro como un suspiro y cogimos unos sitios buenísimos.

Nos pusimos unas gafas chulísimas para ver en 3D y disfrutamos a tope de una historia divertidísima de fantasmas y de Sonic, el erizo licántropo. El 4D lo ponían a base de molestísimos focos que hacían de flashes de cámara y de relámpagos y que se podían haber ahorrado. Cuando salimos de allí ya eran las diez, así que no nos quedó otra que irnos, aunque si fuera por nuestros peques allí seguiríamos.











lunes, 26 de octubre de 2015

Iván y la piscina

Estaba tecleando frenéticamente delante del ordenador cuando, de repente, me sobresaltó la musiquita de mi móvil. En la pantalla leí número desconocido. Lo cogí cruzando los dedos para que no fuera publicidad. Y tuve suerte. ¡Me habían admitido a Iván en las clases de natación del polideportivo! Que buena noticia. Como la piscina donde iba Daniel cerró por reformas, les había pedido plaza en otro y se habían quedado en la cola de la lista de espera. Al menos me habían admitido al pequeño. Cruzo los dedos para que pronto me llamen para el mayor, aunque Daniel cruza los dedos para justo lo contrario porque no le apetece nada.

En cambio, Iván estaba deseando apuntarse a natación desde que vio entrar por primera vez a su hermano a su clase. Cuando se lo dije saltaba de alegría y cuando le anuncié que a lo mejor no le llevaba a su primera lección porque estaba un poco malucho se puso a hacer pucheros y casi se me echa a llorar, así que le llevé con tos y mocos, pero con una gran ilusión reflejada en sus ojitos.

Nada más salir del cole, tenemos que pegarnos una carrerita hasta el polideportivo para llegar a tiempo. Allí le visto a toda velocidad, se lo entrego a su profesora, que me ha parecido encantadora, coloco como puedo las mochilas del cole, los abrigos, la bolsa de la piscina... Para que ocupe lo menos posible e intento entretener al mayor para que no se suba por las paredes. ¡Toda una Gymkana!

Encima ese viernes teníamos que volar después de natación para llegar en tiempo record al cumpleaños de una amiguita de Iván. Los hermanos mayores de los otros niños se negaban a ir porque decían que era una fiesta para pequeños, pero el mío debía pensar "¡¡Fiesta en el parque de bolas!! A los pequeños se les aparta de un empujón y ya está" o algo parecido porque no sólo asistió, sino que se lo pasó bomba igual que el resto de chiquillos. Está visto que cuando se trata de una parque de bolas la edad no importa.

Por el camino, el más pequeño de la familia nos contó que en la clase había hecho de todo, de todo, de todo: nadar, bucear, saltar, montar a caballito... ¡Que de cosas! Cómo me alegro de que se lo pase tan bien.

Y así empezamos un fin de semana que ha sido una locura.

sábado, 24 de octubre de 2015

Terroríficas galletas de mantequilla

Ya sé que dije que no haría nada de Halloween con los peques, pero Daniel se está esforzando muchísimo por no decir cosas desagradables y yo se lo agradezco en el alma. Es un descanso para mis oídos.

Un día me dijo que ya que no iban a tener calabaza, al menos podrían hacer unas galletitas de halloween. Así que cogí una receta cualquiera de galletas de mantequilla de las muchas que encuentras por internet e hicimos la masa con la Thermomix. Luego les ayudé a formar fantasmas, calaveras y calabazas para que quedaran terroríficas.

La idea era cubrirlas con la glasa blanca que me sobró del cumple de los niños, pero los peques se animaron a hacer caritas, rallas y puntos sobre las figuras. Se lo estaban pasando tan bien que cambié de planes.

Una vez horneadas, les llamé para que pusieran la glasa o pintaran las calabazas con colorante naranja. Lo de la glasa resultó ser más difícil de manipular de lo que pensaba y las calaveras casi se convirtieron en momias. Y lo del colorante, lo debí mezclar fatal porque mis hijos lo usaron más bien como sangre.

En fin, que nos quedaron realmente horrorosas, pero riquísimas. Y que nos quiten lo bailao que nos lo pasamos genial en todo el proceso.

Este post participa en el carnaval de "Trick or Treat blogger" de Mamá Canguro blog. Anímate. Es divertido y compartimos ideas para esta fiesta tan "espeluznante" jajaja

¡Feliz Halloween!

viernes, 23 de octubre de 2015

Los títeres de TapaTapitaTapon en La Vaguada

Este finde ha sido de mucho teatro, el sábado disfrutamos de Uno más en la pandilla en Nueve Norte y el domingo nos encaminamos al Centro Comercial La Vaguada para disfrutar de los títeres de TapaTapitaTapon. Salimos muy pronto porque los chiquillos querían tener tiempo de saltar en los charcos de agua por el camino.

Hubo un momento en el que me planteé seriamente darme la vuelta y cambiar a los peques de ropa en casa, pero tanto me insistieron que les llevé finalmente a ver los guiñoles.

Mientras esperábamos a que empezara el espectáculo, los chiquillos se lo pasaron bomba en lo que yo llamo el cuadrado interactivo, en el que proyectan unas imágenes en el suelo que cambian, según dónde pisa el niño.

Por fin salió a escena el presentador, un tronco de árbol que se metió a los peques en el bolsillo desde el primero momento. Los chiquillos siguieron las evoluciones del bruto del Gamín el aventurero, se rieron con las canciones de su ayudante y se desternillaron con las travesuras que les hacía a los animalitos que se iba encontrando. Menos mal que el ayudante, tenía mejor corazón y acaba por resolver el embrollo.

Cuando acabó el cuento, los dos peques volvieron al cuadrado a seguir haciendo el bestia. Lo malo es que todos los niños que allí estaban debieron tener la misma idea y con tantos pies la proyección se volvía loca. Amén del peligro que constituye la masificación de niños saltando y burreando en un espacio tan reducido.

Menos mal que sólo fueron quince minutos de tensión porque enseguida comenzó la segunda historia, basada en Oliver Twist. Los peques se lo pasaron genial y se rieron muchísimo. Aunque hubo un momento en el que se acercaron demasiado a los muñecos para tocarlos y acariciarlos y hubo que poner orden para que siguiera la representación. La curiosidad les puede.

Salieron entusiasmados de la representación. Y encima, las marionetas les habían chivado que este domingo que viene tenemos al mismísimo Conde Drácula haciendo magia en La Vaguada. Ya nos hemos anotado la fecha en nuestra agenda de actividades remarcada y vuelta a remarcar.

jueves, 22 de octubre de 2015

Estudio dirigido

¡Se acabaron los deberes creativos! La tutora de Daniel me ha entregado un papel en el que me recomienda meter al mayor en una actividad extraescolar gratuita que se llama "estudio dirigido" y a la que sólo asistirá en caso de que los que lleven tal actividad piensen que ya no es necesario. Ella me ha dicho que es una decisión que debo tomar yo, pero me temo que la suerte está echada.

Está claro que le voy a apuntar. No puedo ignorar una recomendación tan directa, pero lo hago a disgusto porque el pobre ya pasa siete horas dentro del centro. Vale, que dos y media son de recreo, pero el recreo también es muy cansado para ellos. O eso creo yo.

Y si se va a quedar una hora más estudiando... Ya sería un delito que yo le pusiera a hacer más deberes. Los últimos que hicimos fue dividir un folio en cuatro casillas y que escribiera y dibujara un cuento. Le quedó genial: "Había una saco de patatas, se cayó una patata, se la comió (el escarabajo). Fin". Lo escribió todo él solito. Estoy muy orgullosa de sus avances. Cada vez se aplicaba más a lo que le pedía y últimamente hasta se ponía contento cuando le decía de hacer deberes. Al fin y al cabo es una actividad más que hacemos en familia y a él le encanta. Hemos pasado de oírle refunfuñar dos horas para leer una frase a que me lea tres páginas de un libro de lectoescritura casi del tirón. Y no lleva ni tres meses de curso. En cristiano, que en mi opinión con mi apoyo ya tiene suficiente el niño para crearle un hábito de estudio continuado y que le sobren horas para el juego.

En la actividad del cuento, hasta su hermano se apuntó, aunque a él las letras se las puse yo. El suyo era algo así como "Te voy a matar amigo. No si te mato yo antes. No me das miedo..." Snif snif. Menos mal que cuando quiere dice cosas tan bonitas como "¡Es el mejor día de mi vida, gracias mamiiii" o "Mami es muuuuy bonita". Te lo comerías a besos.

Creo que se lo han pasado muy bien con este tipo de tareas, pero a partir de ahora, en casa que jueguen.

Última hora: Ya he conseguido hablar con sus profesoras del Estudio Dirigido y estoy encantada. Lo que son las cosas. Son encantadoras y muy cariñosas. Me han comentado que el nivel de Daniel es bueno, que no me preocupe. Lo ven un niño muy despierto y sin problemas para mates y lengua. Aunque un poquito despistado (me temo que eso le viene de los genes). El chiquillo salió contentísimo y diciendo que está deseando volver a su extraescolar todos los días. Así que mi plan de pedirles que le bajaran la asistencia a dos días a la semana ha fallado. Aunque me alegro de ello. Lo importante para mí es que Daniel disfrute.