Misterio a la mano

La clarividente está intrigada. Ella, antes, era un fiasco ya que inventaba miles de mentiras y destinos falsos. Pero ahora, en los clientes que van a visitarla ve historias en movimiento que se despliegan ante sus asombrados ojos. ¡Y no sabe qué significan aquellas extrañas palabras Android, iPhone, Google, Facebook, Twitter, Whatsapp... en las pequeñas pantallitas que aparecen en la palma de todas esas manos!

Amor en capítulos

El destino los separó, así que la pareja de enamorados sólo puede verse los fines de semana. 
Vivieron felices para siempre en capítulos semanales. 

Siempre juntos

Los Dioses la pusieron en su destino. 
Así que siempre están juntos. 
Y aunque la carga es pesada, y muchas veces parece cuesta arriba, vivieron felices para siempre: Sísifo y la piedra. 

¿Fin?

Muere. 
Lo sabe porque ve pasar toda su vida frente a él. Recuerdo a recuerdo. 
Error por error. 
Las malas decisiones. 
Hasta el final. 
Con los dolores, las alegrías... 
Las peleas, las discusiones. 
Y sin poder cambiar nada. 
Sólo ver y recordar.
Imposibilitado de cambiar su pasado.
Todo su pasado. Sus acciones pasadas. 
...
Vuelve a morir. 
...
Llora. 


Vive. 
Lo sabe porque ve pasar toda su vida frente a él. 
Lo que viene y lo que va a suceder. 
Con sus errores. 
Con sus decisiones y sus acciones futuras. 
Con los dolores, las alegrías... 
Los pleitos, las discusiones. 
Y sin poder hacer nada. 
Sólo ver y prever. 
Imposibilitado de cambiar su futuro. 
Todo su futuro. Sus acciones futuras. 
...
Vuelve a nacer. 
... 
Llora. 

Estereoatípicos

Él se hizo gay porque creía que todas las mujeres eran unas tontas, muñecas preocupadas solamente en su belleza física. 
Ella se hizo lesbiana porque creía que todos los hombres eran unos idiotas que sólo pensaban en su aspecto físico. 
Él terminó viviendo con un hombre que parecía una tonta muñeca preocupada solamente en su belleza física. 
Ella terminó viviendo con una mujer que parecía un hombre  idiota que sólo pensaba en su aspecto físico. 
Ellos nunca se conocieron. 
Estaban hechos el uno para el otro. 
El prejuicio de uno hecho para el otro. 

Sin nombre

Es un microcuento, así que no hay tiempo para describir al personaje, ni siquiera hay tiempo para darle un nombre. Él simplemente será él y lo poco que sabremos es lo que le sucede. Tan sólo la punta del iceberg. 
Y Él, el personaje, es el Titanic. Avanzando hacia su inevitable destino. A menos que el escritor cambie la historia. Pero ¿podrá? 
Al final el iceberg es tan poderoso que arrastra con el barco, con el escritor, con los lectores, en fin, con todos los tripulantes y el único que sobrevive es ese personaje que nunca tuvo tiempo de tener un nombre. 

Vértigos

Se acerca a la orilla y se asoma, mira hacia abajo y suspira.
Hace remembranza de su vida llena de riesgos.
Desde pequeño, cayendo de la cuna.
Luego en andadera despeñándose por las escaleras. 
Al mismo tiempo que su cuerpo fueron creciendo los retos. 
Cada vez desde mayor altura. 
Aventándose desde puentes y acantilados. 
Y los golpes, las heridas y las facturas. 
Hasta ya no sentir dolor y solamente disfrutar el placer de la caída. 

Mira hacia abajo, suspira y se avienta.
Será la primera vez en silla de ruedas. No importa que sea la última.

Necedad en el camino

En la terminal subo a un autobús casi completamente lleno. 
El checador le da la salida y le recuerda que tiene que cerrar las puertas porque si no lo multan. Así que el conductor cierra las puertas, arranca el motor y partimos. 
Una calle más adelante un hombre le hace la señal haciéndole la parada. 
El chofer pregunta a los pasajeros si hay lugar y todos contestamos a coro que no. 
De todos modos el conductor se detiene y abre la puerta trasera. 
El hombre sube con dificultad empujando a la gente hasta lograr entrar. 
A continuación el chofer cierra la puerta y avanza dando inmediatamente vuelta por la calle lateral. 
Entonces el hombre que subió y que quedó apretado atrapado en la escalera entre la gente y la puerta, grita "¡BAJAN! ¡BAJAN!", pero el microbusero se ve obligado por el nuevo reglamento a detenerse hasta llegar a la esquina de la siguiente calle. Al llegar allí abre la puerta y el hombre furioso baja y corre regresando a la avenida, donde esperará a otro autobús pensando extrañado porqué todos los camiones que se han detenido no siguen de frente. 
No sabe que allá a la vuelta, al final de la calle lateral le espera un mejor destino, porque adelante, donde neciamente quiere ir, ya no hay camino. 

Cara o Cruz

¿Vivirán felices para siempre o vivirán infelices para siempre? 
Dios lanza una moneda. 

Temor siempre a la mano

La adivina, temerosa, mira nuevamente la palma de su propia mano. 
Allí, en su mano, dice "Tu destino es morir por tu propia mano". 

Decisión tardía

Después de un tiempo decidí regresar, pero ya se habían llevado mi cuerpo. 

propia mano

La adivina nuevamente mira con terror la palma de su mano. Donde siempre lee que su destino es morir por su propia mano. 

Signos en el cielo

La gente ve el Sol con su impresionante halo y se aterra pues piensan que es el fin del mundo. 
Pero no pueden interpretar correctamente los signos en el cielo. 
Lo que no saben es si el Gran Escritor en el Cielo ha puesto un enorme y espectacular punto final o si tan sólo uno de varios puntos suspensivos. 

JoséAlfrédica

Un libro en el camino me enseñó que mi destino era soñar y soñar. 

El dragón decide cambiar su destino

El dragón decide cambiar su destino y burlar al caballero que viene a matarlo, así que abandona la vigilancia de la joven muchacha. De este modo logra terminar viviendo feliz para siempre y la Bella durmiente durmiendo feliz para siempre. 

Última lectura

La adivina se asombra al ver la palma de esa mano tan llena de arrugas que en ella se entrelazan los destinos de todas las personas, incluyendo el suyo. 
La cliente anciana le sonríe y le hace un guiño. Entonces la vidente comprende que es su momento de acompañarla ya que ahí, en la palma de La Muerte, leyó el final de su propio destino.

Encrucijada a la mano

Siempre había sabido qué hacer. Seguía su vida de frente, directa y sin ninguna duda. Hasta ahora, que la adivina ve una bifurcación en las líneas de su destino.

Historias a la mano

Aquella adivina nunca se quedaba sin material de lectura. Siempre tenía sus propias palmas a la mano.

Como la palma de su mano

"Lo conozco como la palma de mi mano", dice jactándose la adivina. 
Pero se sorprende cuando su novio cambia su destino al pedir otra mano.

eSquivocaciones

Por una serie de afortunadas equivocaciones él tenía otro nombre, otra vida y finalmente, otro destino. Porque la muerte nunca lo encontró.