Título: Cuentos de Bereth III. Los versos del destino
Autor: Javier Ruescas
Lugar de publicación: Barcelona
Editorial: Versátil
Año: 2011
Páginas: 446
Saboreando el comienzo:
"Había una vez un castillo anclado a las corrientes de aire y a las estelas de los astros que flotaba sobre las nubes. En él, la vegetacióno más dispar y hermosa florecía como si estuviera plantada en la mejor tierra y regada por la lluvia más pura."
En la contraportada:
"La guerra está a punto de desatarse en el Continente..."
Mi opinión:
Este cuento que finaliza la trilogía de los Cuentos de Bereth, me ha llenado de emoción, casi tanto o más que lo hizo el primero. Está lleno de simbolismo con guiños a los cuentos clásicos: la “manzana” de Blancanieves, que en este caso no trae una maldición sino un hechizo para despertar; la Bella durmiente, simbolizada por Cinthia, que se encuentra dormida en la cueva del Flautista de Hamelín; la capa roja que lleva Lysell, que simboliza a la Caperucita Roja; el lobo que tanto puede simbolizar al cuento Pedro y el lobo como a Caperucita Roja, aunque en este caso este lobo es bueno en lugar de malo; Peter Pan, que está representado por Vekka, el chico sin sombra… En este último caso, la frase de Duna representaría a Wendy: “Si esto es hacerse mayor, me gustaría permanecer como una niña para siempre.” (p.279), al referirse al cambio que todos han sufrido al hacerse mayores, al madurar: “Me temo que todos hemos cambiado -respondió Duna.” Y quizá los niños sentomentalistas podrían ser los niños perdidos de los que habla el cuento.
Pero sobretodo, el cuento que sobresale durante toda la historia es el de El gato con Botas y el Marqués de Caravás, que sin duda es un personaje primordial en todo este relato, y que se cambia de camisa cada vez que le apetece, yendo de un bando a otro sin miramientos, apostando al mejor postor.
Por otro lado, también aparece el símbolo de la tejedora que hacía una prenda para sus hermanos cisnes, aquí un tío cuervo, lógicamente, que tiene que ser algo variado para no ser el mismo cuento, el cuento de Los cisnes salvajes.
Debo decir que he leído este libro en un solo día, cosa que no creía probable al ser un lenguaje algo recargado y que me cuesta más leer que el de otros libros. No obstante, las ganas de saber qué pasaría con todos los personajes no me ha dejado cerrar el libro, y aquí estoy, a las 2.54h de la mañana redactando la reseña para poder dormir tranquila.
La historia te va atrapando porque quieres saber lo que le pasará a cada uno de los personajes que ya forman parte de ti y a los que tienes cariño. A mí me ha pasado con el personaje de Vekka, que creo que es el mejor de esta historia.
“De reojo, la niña echó un vistazo a Vekka. No era particularmente agraciado, se dijo, pero sus marcadas facciones y aquellos ojos de un color indefinido entre el negro de la noche y el gris de las sombras provocaban en quien los miraba tanta fascinación como angustia y desconcierto. Eran un pozo en el que nadie se atrevía a adentrarse sin una luz. Nadie excepto Lysell, que después de tanto tiempo a solas con él había aprendido a controlar las ganas de apartar la mirada.”
El Marqués también está muy presente, pero le he cogido manía, así que no lo llamaría personaje preferido precisamente. Más bien es como un grano en el culo que se columpia entre un reino y el otro. Se salva, no obstante, por su buena acción (viene spoiler) respecto a Cinthia. Al menos ahí ha hecho algo útil.
Y otro personaje nuevo es Jack, un sentomentalista que hace aparecer plantas de cualquier sitio. Me ha gustado mucho porque a mi me encanta la naturaleza, y es un don bonito el que este personaje tiene:
“Se llamaba Jack y tenía diecinueve años. El golpe le había provocado una buena conmoción, pero poco a poco iba recuperando la consciencia y parecía de todo menos agresivo. Sus ojos, de un color verde enfermizo, podrían haber resultado inquietantes y peligrosos de no ser porque tneía los párpados algo caídos, como si siempre estuviera adormilado o con un pie en la realidad y otro en otra parte. Su sonrisa bovina tampoco ayudaba. “
La historia de la reina Thalisa me ha recordado al cuento de Barba Azul, aunque solo sea por referencia a una esposa que está “encerrada” mientras su marido, en este caso, Dimitri, hace de las suyas fuera.
Y no puedo olvidarme de uno de mis personajes favoritos del segundo libro, una de las hermanas, las Asesinas del Humo, en este caso Firela. Me ha gustado mucho el capítulo donde se encuentra ese espejo (alusión a Alicia en el país de las maravillas en su segunda parte, “A través del espejo” y al Retrato de Dorian Gray con referencia a los fantasmas que están en el limbo vagando por el espejo o la otra dimensión…) donde conoceremos al personaje de Galasaz. Su historia me ha emocionado mucho.
“Drólserof me secuestró cuando me encontraba de regreso a Gélinaz. Era fabricante y comerciante de espejos. (…) Me encerró en el castillo para que trabajara para él. Creé casi un centenar de espejos diferentes. Unos que solo decían la verdad, otros que reflejaban el alma y no el aspecto exterior, los había para comunicarse a cualquier distancia…” (…) Ni siquiera sé donde estoy, ni si mi familia sigue esperando mi regreso.”
“Lo que quiero decir, es que hay quienes morimos cuando todavía nos quedan asuntos pendientes que concluir a ese lado.”
Todos los personajes están vigilados de cerca por Las Musas, que hacen y deshacen a su antojo, y que parece ser que han organizado esta guerra entre los dos hermanos, Ádharel y Dimitri, los reinos del norte y el sur. Al final, la reina Ariadne tendrá que intervenir, enviando unas cartas para pedir ayuda a los aliados (he recordado en este momento, cuando Gandalf el Blanco pide ayuda en la Batalla de Las Dos Torres, trayendo los aliados Elfos…etc en el libro de El señor de los Anillos; sí, friki que es una, oye).
También los momentos con Lysell, la heredera al trono de Salmat, me han parecido muy dulces y tiernos, y con ella empieza este tercer libro:
“Lysell arrancó varias margaritas que crecían a su alrededor y las fue colocando con cuidado en el entramado, como si fueran perlas de un tocado. O las puntas de una corona.”
Cuando Lysell todavía está en el campamento, siento Eis, recibe un comentario directo e hiriente de parte de Azquetam, el chamán del pueblo:
“Cuando tu padre te trajo no eras más que un bebé que apenas sabía gatear. Han pasado doce años desde entonces y ahora no solo gateas, sino que también correteas por los bosques y juegas con tu arco y tus flechas. (…) Sin embargo. También aprendiste a hablar. Y te volviste insolente, preguntona y maleducada.”
Pero Lysell aprende rápido a adaptarse a los malos momentos y salir airosa de ellos. Tiene una esperanza que no muchos tienen en esta historia tan triste. Creo que este personaje le da mucha fuerza al relato, casi diría que es el hilo conductor, junto a Vekka, su fiel amigo.
Por otra parte, Adharel va a cambiar mucho en este libro. De la imagen que teníamos de él tan dulce, tierna, de buen chico… veremos que en este relato se convierte en alguien egoísta, taciturno, con brotes de ira en muchos momentos, tanto que ni Duna parece reconocerle como el chico del que se enamoró, y así se lo hace ella ver en muchos momentos de la historia, cuando lo habla con el Maestre:
“Cada vez está más asustado - le corrigió el Maestre. Y eso le está haciendo débil. (…) Sus preocupaciones le están nublando la razón. Y si existe un arma capaz de volverse contra el mismo hombre que la empuña, esa es el miedo.”
Por este motivo, la relación de Duna y Adharel se ve muy resentida y los separa durante un tiempo:
“La respuesta dolía tanto como la pregunta , pero no por ello dejaba de ser menos cierta. Desde que habían regresado, las circunstancias, la Poesía y todos los peligros que los acechaban como una lluvia de cuchillos y cristales les habían robado aquellos instantes que ahora tanto necesitaban.”
Pero también vivirán algunos instantes bonitos en esta historia:
“La joven volvió a apoyarse sobre el pecho de Adhárel y cerró los ojos. Allí, en ese instante, respirando la paz y la tranquilidad del palacio, nadie podía imaginar que pronto fuera a estallar una guerra.”
Y hablando de guerra, y a modo de conclusión, ésta es inminente, y me gustaría dejaros con un texto de la arenga que hace Adhárel a sus hombres antes de entrar en el combate contra su hermano Dimitri, al estilo Bravehart:
“Pero lo que sí que sé es que cuando os llamamos, vinisteis. Cuando os pedimos ayuda, nos la ofrecisteis. Cuando no quedaban esperanzas, vosotros aparecisteis. Me temo que no tengo el poder de predecir si esta batalla terminará bien o mal, o si será la última o solo la primera de cien años de guerra. Pero cuando os miro desde aquí no veo territorios ni percibo las murallas que se alzan alrededor de nuestros reinos. Veo a hombres y mujeres que van a ofrecer todo lo que tienen, incluidas sus vidas si fuera necesario, para luchar juntos por defender el Continente. Por nuestra tierra. No dejaremos que nadie nos la arrebate a base de tretas, engaños y amenazas. Y este deseo que hoy nos une aquí, aunque sea bajo circunstancias oscuras, es más fuerte que cualquier máquina de rayos o cualquier sentimentalista que pueda existir jamás.”
Puntuación:
Por sus personajes que están muy bien tratados y profundizados; por la trama tan bien hilvanada; por los temas tratados, el amor, la amistad, la pasión, la magia, la ira, la lucha por la libertad...por tener de todo, mi puntuación es un 5/5.
Trailer del libro: