Sin discusión, de lo más grande que ha campado por la piel de toro desde que el primer manolito conectó la primera eléctrica a su correspondiente chatarra amplificadora. A pesar de que soy ultrafanático de entre otros su primer disco, “Ferpectamente”, la elección de “La vida mata” está plenamente justificada porque amigos, es un disco que supone casi un antes y un después en la historia del rock español. Lo digo por la peculiar naturaleza y la rara profundidad de las letras, y por la evidente y mayúscula calidad de la música, que incluye unas guitarras celestiales y una voz quebrada de sentimiento. El conjunto puede competir con cualquier cosa. En la persona de Josele Santiago ya teníamos a nuestro propio Costello, Reed, Murphy, Zevon y Richards todo en uno, si se me quiere entender, y no es que antes no hubiera saltado alguna chispa pero eran eso, destellos aislados, canciones. “La vida mata” es un paso más allá que llegó sin avisar cual bisagra mesiánica. Muchas bandas se gestaron alentadas por lo que habían conseguido Los Enemigos, bandas que afortunadamente produjeron discos de similar empaque con el paso de los años, pero esta erupción de rock e inspiración en la que todo funcionaba no era demasiado habitual entonces, ni quizás después dirán algunos. La portada es una definitva alegoría del fin de la inocencia, y vaya si las canciones no acaban de apuntillar al más pintao. Imposible que "Desde el jergón" no te conmueva, querido, o que "Septiembre" no te deje pensando. Algunos llevan una carrera entera tratando de ser Josele Santiago, pero jamás lo conseguirán.
LOQUILLO Y LOS TROGLODITAS - El ritmo del garage.
Loquillo no podía faltar a esta cita, ni como persona, ni como el personaje o el músico. Para mí su disco más significativo es “El ritmo del garaje”, aunque la insultante madurez y la fuerza de obras posteriores como “Mis problemas con las mujeres” o “La mafia del baile” son un espléndida evolución coherente y a más, la importancia generacional de temas como “Cadillac solitario” o la propia "El ritmo del garage" es tan apabullante que por fuerza éste tendría que ser el disco a comentar. Qué se puede decir! Un compositor fino y en la senda correcta como Sabino Mendez brindando joya tras joya a un tipo que daba la talla sobradamente, un frontman en plenitud, sin miedo, sin remordimientos. Un rocker respetable, en definitiva. Te das cuenta de la cantidad de música que se abrió camino cuando se enterraron los escrúpulos y los complejos si pinchas este mítico vinilo y escuchas estas canciones abriendose paso. Coetáneos de Los Rebeldes, ambas bandas compartieron cierta filosofía pero... ejem... no hay color. Las huestes de Segarra estaban demasiado perdidas en el tópico, predestinados de antemano a amenizar conciertos nostálgicos para rockers calvos, y bueno, resulta obvio que su ambición era tan limitada como los propios parámetros del rockabilly. El Loco estaba cortado por otro patrón: "Siempre nos ha gustado mucho romper los esquemas de la gente. Cuando todos querían volver a vestir de cuero, yo me puse el esmoquín y sacamos "Chanel, cocaína y Don Perignon". Un tipo que se sabe cuidar solo.
LOS PLANETAS - Super 8
Y enlazando con los de arriba del todo (el bajista Fino Oyonarte produjo este disco), probablemente la selección más polémica para los habituales de este espacio. Antes de entrar en materia, permitidme una breve reflexión que creo viene a cuento. Cuando un rockerito de pro se rie de los llamemósles "indies", ellos se rien el doble. ¿Qué por qué? Pues mirad: han tenido unas revistas y fanzines que los han mimado (portadas, reportajes y artículos a tutiplén, incluso libros), unos sellos discográficos volcados con ellos a un 100% (cuando no fueron creados expresamente para poder grabarles), unos festivales organizados con un mimo y cuidado envidiables... en definitiva, toda una energia creativa recaptada para prevalecer y mantenerse de manera envidiable. ¿Y cuántas bandas rockeras llevan 10 años metidas en una furgo ninguneadas sin piedad por sus revistas de referencia, apelando a la raza para seguir vivas? Los Planetas son principalmente unos trabajadores incansables que nunca han vendido humo, unos tios coherentes y con duende, y su música ha sido siempre lo suficientemente eléctrica y contundente como para no tener que dar explicaciones de nada a nadie. Y más desde que tienen al huracán Erik Jimenez a la bateria, posiblemente el tipo más duro y tajante del panorama patrio. ¿Como diablos pueden estar en el mismo saco que La Monja Enana para tanto indocumentado? "Super 8" es algo grande, tios. Las bandas que lo cambian todo suelen tener varios himnos generacionales en su haber, y aquí tienes un pocos, porque estos tios lo tienen, tienen esa conexión con el sentimiento adolescente, con ese sentir universal, y todo instrumentado con brio, con personalidad, nadie suena como ellos ni de lejos. Uno como yo que no tiene ningún tipo de prejuicios musicales y al que el valor de las cosas no se lo dicta nadie, uno como yo se descubre ante la asombrosa calidad de la producción de este singular grupo, y con un cariño especial ante su primer largo que yo no se la cantidad de buenos momentos que me ha dado.
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