viernes, 23 de septiembre de 2011

Spanish High Voltage Pt. 2


LOS ENEMIGOS - La vida mata.
Sin discusión, de lo más grande que ha campado por la piel de toro desde que el primer manolito conectó la primera eléctrica a su correspondiente chatarra amplificadora. A pesar de que soy ultrafanático de entre otros su primer disco, “Ferpectamente”, la elección de “La vida mata” está plenamente justificada porque amigos, es un disco que supone casi un antes y un después en la historia del rock español. Lo digo por la peculiar naturaleza y la rara profundidad de las letras, y por la evidente y mayúscula calidad de la música, que incluye unas guitarras celestiales y una voz quebrada de sentimiento. El conjunto puede competir con cualquier cosa. En la persona de Josele Santiago ya teníamos a nuestro propio Costello, Reed, Murphy, Zevon y Richards todo en uno, si se me quiere entender, y no es que antes no hubiera saltado alguna chispa pero eran eso, destellos aislados, canciones. “La vida mata” es un paso más allá que llegó sin avisar cual bisagra mesiánica. Muchas bandas se gestaron alentadas por lo que habían conseguido Los Enemigos, bandas que afortunadamente produjeron discos de similar empaque con el paso de los años, pero esta erupción de rock e inspiración en la que todo funcionaba no era demasiado habitual entonces, ni quizás después dirán algunos. La portada es una definitva alegoría del fin de la inocencia, y vaya si las canciones no acaban de apuntillar al más pintao. Imposible que "Desde el jergón" no te conmueva, querido, o que "Septiembre" no te deje pensando. Algunos llevan una carrera entera tratando de ser Josele Santiago, pero jamás lo conseguirán.


LOQUILLO Y LOS TROGLODITAS - El ritmo del garage.
Loquillo no podía faltar a esta cita, ni como persona, ni como el personaje o el músico. Para mí su disco más significativo es “El ritmo del garaje”, aunque la insultante madurez y la fuerza de obras posteriores como “Mis problemas con las mujeres” o “La mafia del baile” son un espléndida evolución coherente y a más, la importancia generacional de temas como “Cadillac solitario” o la propia "El ritmo del garage" es tan apabullante que por fuerza éste tendría que ser el disco a comentar. Qué se puede decir! Un compositor fino y en la senda correcta como Sabino Mendez brindando joya tras joya a un tipo que daba la talla sobradamente, un frontman en plenitud, sin miedo, sin remordimientos. Un rocker respetable, en definitiva. Te das cuenta de la cantidad de música que se abrió camino cuando se enterraron los escrúpulos y los complejos si pinchas este mítico vinilo y escuchas estas canciones abriendose paso. Coetáneos de Los Rebeldes, ambas bandas compartieron cierta filosofía pero... ejem... no hay color. Las huestes de Segarra estaban demasiado perdidas en el tópico, predestinados de antemano a amenizar conciertos nostálgicos para rockers calvos, y bueno, resulta obvio que su ambición era tan limitada como los propios parámetros del rockabilly. El Loco estaba cortado por otro patrón: "Siempre nos ha gustado mucho romper los esquemas de la gente. Cuando todos querían volver a vestir de cuero, yo me puse el esmoquín y sacamos "Chanel, cocaína y Don Perignon". Un tipo que se sabe cuidar solo.


LOS PLANETAS - Super 8
Y enlazando con los de arriba del todo (el bajista Fino Oyonarte produjo este disco), probablemente la selección más polémica para los habituales de este espacio. Antes de entrar en materia, permitidme una breve reflexión que creo viene a cuento. Cuando un rockerito de pro se rie de los llamemósles "indies", ellos se rien el doble. ¿Qué por qué? Pues mirad: han tenido unas revistas y fanzines que los han mimado (portadas, reportajes y artículos a tutiplén, incluso libros), unos sellos discográficos volcados con ellos a un 100% (cuando no fueron creados expresamente para poder grabarles), unos festivales organizados con un mimo y cuidado envidiables... en definitiva, toda una energia creativa recaptada para prevalecer y mantenerse de manera envidiable. ¿Y cuántas bandas rockeras llevan 10 años metidas en una furgo ninguneadas sin piedad por sus revistas de referencia, apelando a la raza para seguir vivas? Los Planetas son principalmente unos trabajadores incansables que nunca han vendido humo, unos tios coherentes y con duende, y su música ha sido siempre lo suficientemente eléctrica y contundente como para no tener que dar explicaciones de nada a nadie. Y más desde que tienen al huracán Erik Jimenez a la bateria, posiblemente el tipo más duro y tajante del panorama patrio. ¿Como diablos pueden estar en el mismo saco que La Monja Enana para tanto indocumentado? "Super 8" es algo grande, tios. Las bandas que lo cambian todo suelen tener varios himnos generacionales en su haber, y aquí tienes un pocos, porque estos tios lo tienen, tienen esa conexión con el sentimiento adolescente, con ese sentir universal, y todo instrumentado con brio, con personalidad, nadie suena como ellos ni de lejos. Uno como yo que no tiene ningún tipo de prejuicios musicales y al que el valor de las cosas no se lo dicta nadie, uno como yo se descubre ante la asombrosa calidad de la producción de este singular grupo, y con un cariño especial ante su primer largo que yo no se la cantidad de buenos momentos que me ha dado.


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domingo, 18 de septiembre de 2011

Spanish High Voltage Pt. 1

Hacía tiempo que quería darle un repaso en Warehouse Of Rock a mis discos favoritos españoles. El blog está claramente perfilado en la senda de la tradición negra y/o anglosajona, y va a seguir siendo así por multiples motivos, pero (siempre hay un pero) los blogs acaban siendo en gran parte lo que es su dueño, y joder, hay música de aquí que me lo ha hecho pasar muy bien, y me ha llegado al fondo del corazón o las entrañas en algún momento u otro de mi vida. Rizando más el rizo, y ya que me pongo, voy a tirar de discos grabados además en castellano ( lo cual excluye muchísismos de mis favoritos!). Y sin más dilación...


GABINETE CALIGARI - Cuatro Rosas.
Para la época, todo un hito. Grandes dosis de sofistificación instrumental y lírica, canciones rematadas con gran estilo y ambición, con su punto exacto de chuleria y atención al detalle. Varios puntos hay que elevan este disco de categoría: una especie de halo de rock lisérgico inédito por estos pagos, la absoluta falta de complejos y, sin duda, una gran originalidad, tan grande que diamantes como "Haciendo el bobo" o la propia "Cuatro rosas" no hacen sino anticipar todo el Nuevo Rock Americano que vendria después. Curioso, les bastaron solo 6 canciones para bordarlo. La canción titular se abre con un riff elegante y perfecto, puro, la letra es una maravilla, y los arreglos de clavicordio y viento sencillamente perfectos, un medio tiempo que probablemente permanece insuperado en su categoría, una canción que habría mitificado a cualquier banda americana, por ejemplo. Y hay mucho más... la desolación que te deja "Más dura será la caida", declaraciones de principios en "Caray!", y sobre todo esa canción enorme como la copa de un pino, un grandioso y potente rock lisérgico que lleva por nombre "Haciendo el bobo", tonada brillante hasta decir basta. Nunca lo superaron.


ILEGALES - Todos están muertos.
"El norte está lleno de frio / y siempre llueve en Domingo / La Policia está en peligro"... No, nunca se anduvieron con hostias las huestes del maravilloso calvo Jorge Martinez. Mucho mejores músicos que la gran mayoría de sus coetáneos, desde el primer momento sus shows ya eran bastante profesionales y sonaban que te cagas, ejecutando esas canciones únicas y envenenadas. Lo bueno de los Ilegales es que entre tanta testoesterona y nihilismo, siempre hubo sitio para una especia de poética o no se bien como llamarlo (escúchese "Enamorados de Varsovia"), quizás dos caras de la misma moneda que en "Todos están muertos" se recrudecen de lo lindo, y precisamente quizás no sea su mejor disco pero es tan hiriente y salvaje que me tiene ganao el corazón. Y además fue el primero que compré de ellos. Su ánimo de molestar y de hacer ruido me sedujo sin más cuando no era más que una criatura inocente de yo que sé, 12 o 13 años y aparecieron en TV, y hasta ahora. Junto a Dr. Explosion y los Punishers, la más grande banda asturiana de la historia.


LOS NIKIS - Marines a pleno sol
En otro país, el himno "oficioso" de la selección seria "El Imperio contraataca", pero como somos un atajo de cutres berreamos una sintonia fea y desagradable cada vez que nos damos cita en alguna competición internacional. Lo teníamos delante de la cara y fiuffff!, nos lo dejamos pasar. "Tenemos nuestro "You never walk alone" particular, cretinos!!!" dan ganas de decir, pero bueno, volvamos al terreno de la mundanal realidad y demos un brevísimo repaso a "Marines a pleno sol". Qué se puede decir de los Nikis! ...Relativa (y en este caso) innecesaria destreza instrumental, pero ingenio, talento y reverencial sentido del humor todo el que tu quieras, hermano. Autores de algunas de las piezas más grandas del cancionero español, "Los niños del Brasil, "Diez años en Sing-Sing", "La naranja no es mecánica", "Silvia Sobrini" u "Olaf el vikingo" solo pueden tacharse de GIGANTESCAS, y mucho me temo que principio y fin en si mismas. Y eso de llamarles "los Ramones de Algete" es una simpleza, porque la incorrección politica y la creatividad de estos tipos se merece un crédito individual e intransferible, por muy claro que esté el hecho de que la banda de Queens tiene algo que ver aquí. Los Nikis, la definición de banda adorable.



BARON ROJO - Volumen brutal
Una banda de ensueño, amigos, y españoles!. Si de los anteriores no se puede decir que pasaran de los 4 acordes, de estos colegas podemos decir que durante unos años trataron de tú a tú a cualquier estrella mundial del hard rock, mirándoles fijamente cara a cara, incluso alguno como Gary Moore se negó en redondo a tocar detrás de ellos sabedor de donde podria quedarse su show. Y hablamos de Gary Moore. Dentro del desolador paisaje del rock´n´roll nacional de aquellos años, fue increible disfrutar de semejante pedazo de banda y discos como el legendario "Volumen brutal", repleto de un rock duro de 24 kilates y un saber hacer ante el cual solo queda quitarse el sombrero. Se suceden himno tras himno, riff maestro tras riff maestro, canción tras canción sin tregua en definitiva. Perdieron el más importante de los trenes cuando su discográfica no quiso pagar los 8 millones que le pedian para poder telonerar a AC/DC en una gira mundial, pero al menos hiceron felices a una legión de mocosos como yo. Ya sabéis: "Si he de escoger / entre ellos y el rock / elegiré mi maldición / Sé que al final tendré razón / y ellos no".



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viernes, 2 de septiembre de 2011

Nirvana - In Utero


Después de todo este tiempo, no sé si Nirvana fueron realmente tan grandes, tan importantes o tan geniales, pero lo que si tengo claro es que fueron necesarios y me lo hicieron pasar bien. Más que suficiente para recordarlos con una pizca de amor, incluso. Hay quien se queja de que Nirvana liquidó el hair metal, pero son los mismos a los que no parece importarle que la banda sacó a patadas del panorama a Jacko y a otro buen montón de mierda gracias al camino que abrió para el resto de bandas alternativas o grunge de la época, incluso dejó una escena confortable para las bandas de rock en general, haciendo que el mundo viviera otra nueva era excitante. Probablemente sea una de las bandas sobre las que se han vertido las acusaciones más divertidas y disparatadas,  como cuando rockers frustrados insinúan que Kurt Cobain destruyó los solos de guitarra el solito, en plan Junkie Avenger, joder: "Ven aquí Sykes, toma linea de ruido fuera de tono!", "Hey Sabo, tu no te escapas, trágate esta nota insana retroalimentada de 24 compases!", "Blackmore, no volverás a cagar tranquilo tras oir mi pitido!!!"...  A veces según que metaleros actúan como verdaderos católicos radicales espantados cuando los no creyentes pasan de sus preceptos... un solo de guitarra no es algo natural en un tema de Nirvana. Lo cierto es que hubo grandes solos de guitarra antes de Cobain, durante Cobain y después de Cobain, pero probablemente no eran los de los bocazas. Y la banda adoraba a los Sabbath o los Zep!. Fans declarados!.

Es ridiculo ponerse a discutir si "Nevermind" fue el "Sgt. Peppers" de la época, simplemente es un hecho. Como aquel disco de los Beatles, probablemente no fue la mejor ni más fina música de su tiempo, pero fue la más importante: seguramente Nirvana no es tu banda favorita ahora pero todo el mundo vió que ahí había algo. No les tocó la china, la flauta del "Nevermind" sonó porque la madera era de buena calidad, era robusta, de sonido impecable, diferente, y la sacaron de la caja en el momento adecuado. Cuando la imagen de un grupo trasciende a la calle la bola ya es imparable, junto al look "Ugly kid Joe" comenzó a convivir (y a ganar la partida) eso que se dio a llamar grunge, a saber pantalones con rotos y descosidos, camisas de leñador, etc. Por todas partes, a ver quién no picó. Bueno, no picó por ejemplo mi amigo Andrés Von Bulow, irredento clon de Lemmy (cinturón de balas incluido),  pero eso es otra historia. "Nevermind"... todavía me cuesta hablar de él, incluso escucharlo, y es que la vida a veces te depara momentos jodidos de verdad y cuando pienso en este disco, irremediablemente pienso en alguien que ya no está por estos andurriales, por las veces que tocamos juntos estas canciones cuando aprendíamos el oficio, y por mil razones más.

Así que.. hablemos de "In Utero"! Por otra parte, un disco que me gusta tanto como el otro o "Bleach", y que tiene la virtud de ofrecer un amplio panorama de lo que hubiera dado de si la vida musical de Cobain si éste no hubiera decidido desaparecer del mapa. La música del grupo estaba cambiando, y lógicamente "In Utero" lo capta a la perfección. En el horizonte aparecía un nuevo sol, más cercano a REM que a Black Sabbath, por así decirlo. Todas esas canciones, "All apoligies", "Dumb" o "Pennyroyal Tea", incluso "Serve the Servants", están construidas y ejecutadas con otra ambición, la banda se expresa con mayor "franqueza",  hasta llegar a descarnarse vivamente en "Heart shaped box", que podría ser mi tema preferido de Nirvana. De todas maneras, en este disco Nirvana no perdió de vista la rabia y el nihilismo característicos, con el efusivo hardcore de "Milk it" o "Radio friendly unit shifter", pero en el fondo es muy diferente a su antecesor. Indudablemente, una banda muy por encima de la media.


En memoria de V.
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