30.6.05

1984/2005

"Guantánamo", por Eduardo Pavlovsky.

29.6.05

Un buen sitio sobre David Lynch, de quien acabo de ver la legendaria Eraserhead. (Espero comentarla pronto.)

28.6.05

Caballos

"... citada por Savater, una sugerencia muy tierna acerca del cuello de los caballos nos viene de un filósofo inglés, Roger Scruton, en su escrito On Hunting: 'Nada es más bello y atrayente, en los caballos, que el aroma del cuello, una dulce ambrosía de pienso germinado y de heno fermentado, que fluctúa sobre sus músculos desnudos como una túnica de seda sobre el seno de Juno. Restregar la nariz contra el cuello de un caballo significa encontrar un antídoto instantáneo contra la locura humana.' Y cita este pasaje recordando cómo el jockey de Fusaichi Pegasus lo lleva a la victoria en el Derby de Kentucky, no incitándolo con la fusta, sino besándolo en el cuello" (Tonia Cancrini, Un tiempo para el dolor. Eros, dolor y culpa, Buenos Aires, Lumen, en prensa).

27.6.05

"Cuando estamos nosotros, la muerte no está; cuando está la muerte, ya no estamos nosotros" (Epicuro).

EZLN

ANA ESTHER CECEÑA, ESPECIALISTA EN EL EZLN
"El alerta rojo del zapatismo podría ser un paso hacia su legalización"

Néstor Restivo.
nrestivo@clarin.com

¿Qué es el alerta rojo que lanzó en México el Ejército Zapatista del subcomandante Marcos? "Podría ser un paso a la clandestinidad, a profundizar la organización armada. O un paso para devenir en organización política legal. Esto último es más posible, sin descartar que quede por un lado el Ejército Zapatista (EZLN) y por otro, una suerte de brazo político, no como los experimentados en otros países por grupos armados sino algo nuevo y distinto, que seguramente se está debatiendo mucho en Chiapas".

Quien habla, en Buenos Aires, es una voz de enorme prestigio en el análisis del zapatismo, Ana Esther Ceceña, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y la Revista Chiapas. "El zapatismo llegó a un límite, a una hora de definiciones: los acosa el ejército mexicano —en Chiapas está la mitad de todos los efectivos del país—, paramilitares, el saqueo de recursos y la nueva idea sobre 'fronteras flexibles' que EE.UU. quiere llevar al sur mexicano", dice Ceceña.

—¿Qué fue estos años del zapatismo?, preguntó Clarín.

—Cuando vio en 2001 que los tres poderes mexicanos desvirtuaban la Ley indígena e incumplían promesas sobre sus derechos, se replegaron con su plan de "Caracoles" y Juntas de Buen Gobierno.

—¿Cómo fue esa experiencia?

—Fue algo positivo e inédito, una organización propia que avanzó en lo educativo (la mayoría de chicos se educa en esos programas, no en los del estado mexicano allí), en lo sanitario (pasando de medicina alopática a la, principalmente, herbolaria) y en el reparto productivo. Eso influyó en estados vecinos como Oaxaca. Al gobierno le preocupa y con un cerco militar quiere empujar a los zapatistas a una ratonera contra la frontera sur con Guatemala.

—¿Cómo?

—En marzo fue a México la secretaria de Estado de EE.UU., Condoleezza Rice, y habló de fronteras flexibles que garanticen "seguridad". Hubo denuncias, ya desbaratadas, de cultivos de marihuana, lavado de dinero y narcotráfico contra los zapatistas. Hasta dijeron que opera allí Al Qaeda. Y está este asunto de las Maras, bandas delictivas juveniles, que cuando tenían más actividad en Centroamérica nadie hablaba de ellas.

—¿Y ahora qué pasa?

—Quieren cercar al zapatismo. Hay una operación quirúrgica y una ofensiva represiva. El alerta roja responde a ese cuadro. El EZLN está en ese límite. Su organización interna toca techo, no ve que avancen ni sus derechos políticos ni su idea de un nuevo mundo, de que en México "el que mande, mande obedeciendo" (una de sus consignas) o ven que se privatizan recursos como el agua, se amenaza la biosfera. Y en la la OEA, México, EE.UU. y países centroamericanos acordaron una "salvaguardia de fronteras" sospechosa.

Junto al alerta roja, el EZLN salió a pegarle a la clase política, incluido el alcalde de México D.F., Andrés Manuel López Obrador, del PRD y favorito para las presidenciales de 2006. "El zapatismo —para Ceceña— no tiene expectativas con él. Pese a su repliegue, el EZLN conserva adhesión popular y, cuando asoma, se nota. Creo que estarán debatiendo internamente algo de todo esto".

26.6.05

Ésta sí que es buena.
"Don Quijote sufría trastorno bipolar, concluyó un psiquiatra."
Y nosotros nos quejamos del nivel de nuestros debates intelectuales.
Ver nota.

25.6.05

De bates

Esta cuestión del "debate entre escritores" me pone en aprietos. Me resulta difícil intervenir desde mi condición de típico "escritor fracasado". (No vacilo en criticar obras concretas, porque algo de literatura sé, pero este debate no trata sobre eso y construye lugares incómodos donde ponerse o no ponerse.) Ergo, decido incluir sendas notas de dos personas que no son precisamente santos de mi devoción, pero han aportado alguito de claridad, si no de profundidad, al supuesto debate.
- "Los mejores libros se escriben sin fórmulas", de Martín Kohan.
- "Lenta autocrítica", de Quintín.

24.6.05

"No es verdad, pues, que se escriba para sí mismo: sería el mayor de los fracasos; al proyectar las emociones sobre el papel, apenas se lograría procurarles una lánguida prolongación. El acto creador no es más que un momento incompleto y abstracto de la producción de una obra; si el autor fuera el único hombre existente, por mucho que escribiera, jamás su obra vería la luz como objeto; no habría más remedio que dejar la pluma o desesperarse. Pero la operación de escribir supone la de leer como su correlativo dialéctico y estos dos actos conexos necesitan dos agentes distintos. Lo que hará surgir ese objeto concreto e imaginario, que es la obra del espíritu, será el esfuerzo conjugado del autor y del lector. Sólo hay arte por y para los demás" (Sartre).

Mis pesadillas (diurnas) tienen la costumbre, o el capricho, de hacerse realidad. Es como ver un alud que se precipita en cámara lenta desde lo alto de la montaña: uno sabe que no tiene la posibilidad física de huir, y quizás pretende detenerse tranquilamente a observar la propia, inminente destrucción, como si fuera la de otro. Pero la angustia es inevitable. Y uno se ve en medio del alud, sin siquiera la satisfacción (cómo sería eso) de haberlo previsto.

21.6.05

Pathos lectorum

Ricardo Piglia, El último lector, Barcelona, Anagrama, 2005.

- Un libro apasionante sobre la pasión de la lectura. Ideal para bibliómanos o bibliófilos (¿la manía implica amor?), como Bartleby y compañía, de Vila-Matas. Es difícil no reconocerse en los lectores (por lo menos, en alguno de ellos) de Piglia. Por otro lado, la intensidad —narrativa, intelectual, emocional— que logra en algunos pasajes, sobre todo en el “relato sobre Kafka”, hace que el libro valga la pena.
- Esto nos puede llevar a un lugar común: un “ensayo” que se lee “como una novela”. Pero en Piglia, obseso teorizador de Borges, estos límites no son pertinentes. (Respiración artificial es una “novela” que por momentos se lee “como un ensayo”: demasiado deliberado.)
- Piglia, coherentemente con su propio libro, es un gran lector. Sus lecturas son extremadamente productivas, porque las escribe (como quería Barthes). Pero a veces tiene la mala costumbre de no reconocer ciertas deudas. Ya pasaba con Dialéctica del iluminismo, de Adorno y Horckheimer, como sustrato de una de las discusiones más “originales” de RA. Ahora exprime un par de ideas muy interesantes, ajenas: cierta función de las cartas en Kafka se la debe a Deleuze-Guattari (ya dije antes que este mismo origen tienen las primeras novelas de Alan Pauls y Matilde Sánchez); más desarrollada aún, la noción de que el detective debe ser célibe se la debe, por lo menos parcialmente, a Fredric Jameson.
- Una observación brillante sobre el estilo de Benjamin, debida a su amigo Reich (la cuenta el mismo WB en su Diario de Moscú): “... expresó con mucho acierto la idea de que, en la literatura importante, la proporción entre el número de frases y la cantidad de frases sustanciales y pregnantes formulada es, aproximadamente, de 1:30; en mi caso, de 1:2”. En Piglia debe haber un porcentaje similar. Dicho de otra manera: si me pongo a subrayar, subrayo casi todo (como les reprocho a mis alumnos, que no saben resumir). ¿Faltan nexos argumentativos? O bien Piglia es como Hitchcock según Truffaut: le aburren los “rellenos”, las “escenas de transición”. Pero, a veces, en lo ensayístico, cierta densidad es un efecto abrumador (no nos permite ser un “lector salteado”).
- Por un momento, a propósito de Joyce (pág. 167) parece que Piglia va a hablar de “literatura y dinero”, una de sus especialidades más notorias; pero se queda en agua de borrajas. No cumple con su promesa mediática de que este libro es su respuesta al famoso “caso Plata quemada”. O cumple a su estilo, que ojalá no sea el de sus abogados.
- No se sabe quién será “el último lector”, pero si que es... español. Piglia (o su editor) se siente obligado a aclarar que Mansilla es el autor de Una excursión a los indios ranqueles; pone “ordenadores” (pág. 67). Y una banalidad tipográfica: el uso, muy español, de comillas angulares para las citas en general y redondas para las citas dentro de citas. (Por supuesto, esto último se debe al editor, no al autor, pero en la letra, en la lectura, todo es significativo. De eso se trataba.)

Deseo

Hoy murió el Pajarito. Y parece que también está por crepar el Chacal.
Ya que estos tipos van hacia la reconfortante Nada, espero -aunque no lo creo- que, por lo menos, en sus últimos minutos o segundos, experimenten, porque no hay suficiente dolor para ellos, el infierno del miedo al infierno.

Berger, again

Lo prometido es deuda.
"Alguien pregunta: ¿Sigue siendo marxista? La devastación producto del afán de ganancia, tal como la define el capitalismo, nunca fue tan grande como en la actualidad. Casi todo el mundo lo sabe. ¿Cómo, entonces, es posible no prestar atención a Marx, que vaticinó y analizó la devastación? La respuesta podría ser que la gente, mucha gente, perdió toda orientación política. Sin mapas, no sabe a dónde se dirige.
(...)
Mientras tanto -y la resistencia política a menudo comienza en un mientras tanto- lo más importante que hay que entender y recordar es que los que lucran con el caos actual, cuyos comentaristas están insertos en los medios, continuamente tergiversan la información y desorientan. Nunca debe discutirse con sus declaraciones ni con la serie de términos robados que acostumbran usar. Hay que rechazarlos de plano y abandonarlos. No llevarán a nadie a ninguna parte" (John Berger, reportaje en Ñ del sábado).

Símbolo

"No sé qué clase de símbolo sea la destrucción cultural de Irak, pero es interesante ver cómo el ejército del país que creó el libro electrónico fue a arrasar con la nación que creó el libro impreso" (Fernando Báez, autor de Historia universal de la destrucción de libros, en un reportaje de la revista Viva del domingo).

Tres notas...

... sobre

Néstor Sánchez, La condición efímera, Buenos Aires, Sudamericana, 1988.

1. En “Diario de Manhattan”, al protagonista lo sigue un “clochard”, palabra “cortazariana” por excelencia (en el contexto geográfico, se hubiera esperado un “homeless”).

2. Autodefinición de un estilo, en “Las grandes maniobras”: “una continuidad relativa de frases breves, indecisas, signadas por la falta de un motivo más o menos explícito...”.

3. De “La comarca”: “... los habitantes de cada comarca son reacios al objeto libro, a la apatía de convencimiento que reclamaría. Lo sustituyen por una forma muy peculiar de tradición oral libre de especialistas: habla (y convoca a su modo la sapiencia común) sólo quien se reconoce en una fase decisiva del estado de gracia”.

De Adorno/4

Tras el tabú mimético, y muy cerca de él, hay uno sexual: nada debe estar húmedo, el arte es higiénico.
p. 155
(cf. Viñas)

El arte auténtico conoce la expresión de lo que no tiene expresión, el llanto al que faltan las lágrimas.
p. 157

Todas las obras de arte, y el arte mismo, son enigmas; hecho que ha vuelto irritantes desde antiguo sus teorías.
p. 162

Las obras de arte están completamente mudas y desamparadas ante el “¿para qué todo esto?”, ante el reproche de su real falta de objetivos.
p. 162

Cuanto mejor se conoce una obra, tanto más se la puede descifrar en sus dimensiones y tanto más oscura permanece en su constitutivo carácter enigmático.
p. 163

Quien trata de llegar al arco iris, lo hace desaparecer.
p. 164

La denostada incomprensibilidad del arte hermético es el reconocimiento del carácter enigmático de todo arte.
p. 164

El arte sólo juzga absteniéndose de juzgar.
p. 166

toda obra de arte es escritura, no sólo las que se presentan como tal; una escritura jeroglífica cuyo código se hubiera perdido y cuyo contenido está determinado en parte por esa pérdida. Las obras de arte son lenguaje sólo como escritura.
p. 167
(cf. Derrida)

La usual pluralidad de planos en arte no es sino el nombre positivo, pero falso, de su carácter enigmático.
p. 170

cada obra auténtica está proponiendo la solución de su insoluble enigma.
p. 170

Todo arte es su sismograma. Falta la clave de su enigma como la de los escritos de algunos pueblos desaparecidos.
p. 171

El contenido de verdad de las obras de arte es la solución objetiva del enigma de cada una de ellas.
p. 171
(“contenido de verdad” es otra expresión enigmática de Adorno, igual que “espíritu”, con la que, creo, está relacionada)

El contenido de verdad no es algo que pueda identificarse inmediatamente.
p. 173

Las grandes obras no pueden mentir... falsas son sólo las que fracasan.
p. 174

El contenido de verdad de las obras no es lo que significan, sino lo que decide sobre si la obra es verdadera o falsa
p. 175

La tensión entre las obras de arte y su contenido de verdad es máxima.
p. 176

Al final habría que trastocar la doctrina de la imitación; en un sentido sublimado es la realidad la que debería imitar a las obras de arte. El hecho de que las obras de arte estén ahí nos indica que lo no existente puede ser.
p. 177
(el arte como utopía: cf. Piglia)

El arte es promesa de felicidad, pero promesa quebrada.
p. 181
(supongo que quiere decir “rota”, “no cumplida”)

Nada hay en el arte, aun el más sublime, que no proceda del mundo; nada tampoco que no haya sido transfigurado. Las categorías estéticas se determinan todas ellas tanto por su relación con el mundo como por su separación de él.
p. 185

La dialéctica no es un método para tratar sobre arte, sino que le es inmanente.
p. 187

Aunque el arte no podría ser definido por ningún otro de sus momentos, tampoco se lo puede identificar sencillamente con la forma.
p. 188
(contra el formalismo, ruso u otro; el hecho de que la forma sea un “momento” del arte implica una idea dialéctica)

18.6.05

Vamos Ñ todavía

Reconciliación pública con Ñ; al menos, por la edición de hoy, que contiene, entre otras cosas:

1. Un muy buen dossier sobre Carlos Gardel, que incluye una excelente nota de Leopoldo Brizuela, "Los tres misterios de Gardel". El tercer "misterio", la posible homosexualidad del Mudo, está tratado con gran claridad y, a la vez, profundidad.
"Es obvio, por ejemplo, que Gardel "actuaba la masculinidad" tal como Greta Garbo, según Luis Saslavsky, "actuaba la feminidad" desde su lesbianismo. Muchas veces —y ya en vida del cantor, como testimonia Carmencita Calderón— se ha postulado su homosexualidad, basándose, es cierto, ante todo en la ausencia de pruebas para postular que Gardel era heterosexual. Muchos gays actuales creen reconocer indicios claros en esa generosidad casi excesiva de Gardel —propia de quien siente que tiene que pagar para ser aceptado entre varones—, en esa constancia para evitar el tema del amor, en esa melancolía feroz que sólo dejaba ver, en un descuido, a los más íntimos. Como sea, este señalamiento puede llevar mucho más allá de lo anecdótico. Aunque la hipótesis indigne comprensiblemente a quienes forjaron su masculinidad imitando la imagen del ídolo, y alegre también lamentablemente a quienes ven en la homosexualidad un valor per se, es verdad que abre un amplio campo de reflexión y estudio sobre nuestro pasado. ¿En qué medida Gardel pudo haber usado en la creación de su máscara, las tácticas con que millones de hombres intentaban salvarse de la persecución y de la injuria? ¿En qué medida, para proyectarse ante el mundo, empleó tácticas de una "subcultura" gay y secreta? ¿Y cómo esa máscara consiguió sugerir, pese a todo, el tema más prohibido?"
(Algo de esto me recuerda el documental The Celluloid Closet, sobre el cual escribí una breve reseña en la añorada revista La vereda de enfrente.)

2. "La abrumadora profundidad de Steiner", de Joseph Epstein, una crítica despiadada (a veces injusta, pero otras muy certera) del último libro de George Steiner, Lecciones de los maestros.

3. Un reportaje a Saer, resumen de un programa de canal a.

4. Un poema de Ferlinghetti dedicado a la muerte de Allen Ginsberg.

5. Una extraodinaria (me quedo sin adjetivos, sería mejor que no usara más) nota de John Berger: "Diez apuntes sobre el lugar." (Como no está en la web, me reservo transcribir algún pasaje con más tiempo.)

?

¿Fernando Peña no será un Copi berreta, devaluado, televisivo?

17.6.05

Decoración

"La práctica empezó a extenderse entre decoradores de San Isidro: es la solución para bibliotecas inmensas o paredes vacías que necesitan cultura letrada. Alberto Lacueva, de librería El Platero, les ofrece el estante a 30 o 40 pesos, de lomo dorado, en francés o de jurisprudencia y hasta lomos sin páginas “pero sólo para estantes bien altos –dice–, porque, si no, algún invitado podría agarrarlo y... ¡qué papelón”. La escena comienza con un decorador que llega y pide: “Necesito para tres estanterías”, allí en la librería de viejo de Alberto y sus hijos, que desempolvan el libraco que nadie leerá. “Son libros con bajo valor actual, de legislación, en francés o idiomas raros, de poco interés general –cuenta el librero–. Una vez llegó un señor que se mudaba a casa nueva y llenó toda una biblioteca con libros de lindo lomo. Lo bueno fue que después sus propios hijos compraron libros que necesitaban y empezó a tirar la utilería.” El talento del vendedor para aparentar es entregarlos a medida del consumidor, en relación con intereses y profesión, porque la simulación no termina en el color. “Imaginate –dice Alberto–, qué tendría que ver un estante lleno de libros en francés con alguien que no habla el idioma...” La venta no se limita a particulares; llegan a El Platero pedidos de salas de directorio de bancos y empresas y hasta de terciarios recién inaugurados. ¿Cómo impresionar? “A mí no me gusta tanto –se sincera el librero adaptado–, se lee poco... no es lindo...”"

Nota.

16.6.05

Hacker

"-¿Cuál es hoy su gran sueño?

-Que un día todo el mundo elija ser libre y no esclavo..., y usemos todos software libre.

-Si llega ese día..., ¡se acabó Bill Gates!

-Y Bush: Bill Gates lo tiene comprado, y Bush le deja tranquilo (le aplica una restricción sólo aparente). Gates pagó a Bush esas dos campañas... en las que robó los votos.

-¿Bush robó ambas elecciones?

-Sí: es muy fácil interferir las máquinas de recuento electrónico de voto, ¡y sobran indicios de que eso ha sucedido! Por eso Bush es el presidente ilegítimo de mi país.

-¿Y qué puede hacerse para reparar eso?

-Que países del resto del mundo nos invadan y nos liberen de Bush. Igual que Bush dice que Estados Unidos liberó a Iraq."

(Richard Stallman, reportaje en Clarín.)

14.6.05

Encuentro...

... DE ESTUDIANTES DE LETRAS 2005

UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES - FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS

El primer encuentro de estudiantes de letras se llevará a cabo en la ciudad de Buenos Aires los días 25 y 26 de noviembre de 2005 en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Al convocar a este encuentro entendemos por estudiantes a todos aquellos que de un modo u otro trabajan en el ámbito amplio de los estudios sobre la cultura, la literatura y el lenguaje.
El objetivo que nos proponemos es fomentar la reflexión, la discusión y el intercambio sobre los fenómenos culturales enmarcados frecuentemente bajo la denominación de "las letras".
Pretendemos generar un espacio que contrarreste la ausencia de diálogo que encontramos habitual en nuestro medio académico -incluso en instancias organizadas para promover la discusión, como son los congresos, coloquios, etc.-, apuntando a fomentar el debate entre abordajes divergentes.
La convocatoria busca incorporar trabajos provenientes tanto del marco institucional como los que se inscriban por fuera de éste. Al mismo tiempo, proponemos la inclusión de trabajos e investigaciones que se hayan producido tanto en forma individual como colectiva. Entendemos que será productiva también la puesta en discusión de trabajos que provengan de otras disciplinas -como la filosofía, la historia, la sociología, etc.
Motiva todo esto nuestro deseo de privilegiar la discusión por sobre la mera legitimación, considerando que este encuentro será una instancia más en el proceso de formación de los estudiantes; es decir, un espacio donde participar no implique sólo una línea en el curriculum vitae.
No sugerimos líneas temáticas, ya que buscamos la puesta en común de todo trabajo que discuta problemáticas relacionadas con el campo de "las letras". Sin embargo, a medida que los trabajos se acerquen y sean aceptados, se organizarán las mesas de discusión de modo tal que estén juntos los que aborden temas similares. Para ello solicitamos el envío del resumen de las ponencias antes del 15 de agosto de 2005.
Para el funcionamiento de las mesas, proponemos la presencia de un coordinador quien leerá previamente todas las ponencias de los participantes y abrirá la discusión. Sugerimos también la lectura previa por parte de los compañeros de mesa, a quienes les será enviada por correo electrónico.
Para cumplir estos objetivos, la fecha límite de entrega de los trabajos completos será dos meses antes del encuentro. La comisión evaluadora informará sobre la aceptación de los trabajos dentro de los treinta días posteriores a su recepción. Cada trabajo deberá ser leído por su autor o por al menos uno de ellos en caso de coautoría. Para no desvirtuar el funcionamiento de las mesas temáticas, no se permitirán cambios de horarios o de días de lectura una vez efectuada la programación. Por eso, junto con el envío de la ponencia solicitamos, en los casos en que sea estrictamente necesario, indicar la existencia de alguna posible restricción horaria.
Los resúmenes contarán, como máximo, de doscientas palabras e irán acompañados de los datos personales del expositor. Las ponencias no deberán superar las diez páginas A4, letra Times New Roman, cuerpo 12, a espacio y medio, sin contar las notas ni la bibliografía, con un tiempo de lectura estimado de veinte minutos. Los resúmenes deberán enviarse exclusivamente a través del correo electrónico a la siguiente dirección: encuentroel2005@yahoo.com.ar En el caso de las ponencias deberán ser presentadas en su versión electrónica a la dirección ya indicada, y en su versión impresa en lugar a confirmar en la próxima circular.
Para poder llevar a cabo este encuentro el costo de participación tanto para asistentes como para expositores será de $5.-, que incluye la entrega de un CD con las actas del encuentro.

CRONOGRAMA DEL ENCUENTRO DE ESTUDIANTES DE LETRAS 2005
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES - FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
Fecha límite para el envío de resúmenes: 15 de agosto de 2005
Fecha límite para el envío de la ponencia: 20 de setiembre de 2005
Realización del encuentro: 25 y 26 de noviembre de 2005
Consultas o sugerencias pueden dirigirse a: encuentroel2005@yahoo.com.ar

Ah

"Es muy difícil que la universidad pueda continuar funcionando así
El rector de la UBA, Guillermo Jaim Etcheverry, responde a Página/12 si se postulará para ser reelegido en 2006. Analiza su gestión, la situación presupuestaria y las cuestiones pendientes."

Nota en Página/12.

13.6.05

11.6.05

NS

(Por supuesto, la mejor parte del artículo es una que no leí.)

Voz de Néstor Sánchez

Con el final de Cómico de la lengua, hubo asimismo un final de un ciclo de escritura: desde el punto de vista del “trabajo” me parecía inmoral seguir escribiendo. Para eso había que tener el nivel de conciencia de un maestro, y yo no tenía derecho ir más allá de esos límites ni de usar la experiencia del “trabajo” para mi escritura. Estaba la muerte de nuevo, se había tragado todo.
En esos años escribía notas y después las tiraba, eran sólo una especie de apoyatura. Cuando volví hice crisis y escribí La condición efímera. Fragmentos de aquellas experiencias aparecen en “Diario de Manhattan”. Si no hubiera escrito ese relato podría haber sucedido mi novela: la historia de Los Ángeles y Nueva York. Pero la resumí ahí, en el “Diario”, y se terminó. El recurso del diario íntimo y de las anotaciones fue algo viable para mí, porque el diario se escribe con facilidad: se hacen “cortes” y se pasa a algo distinto sin dar explicaciones (solamente la fecha de la escritura).
Ahora el peligro era que mi posición se volviera profesoral, la de apoyarme en mi aprendizaje para influir en los demás. Por eso llamé a ese ciclo de escritura “disyuntiva ética”: había que asimilar y tolerar el aprendizaje para hacerlo posible. Ya no se trataba de escritura poemática ni nada por el estilo, sino de una finalidad ideológica que siempre me había negado a tener. Por eso escribir era “inmoral”. El último relato, “Devociones”, lo escribí pensando que ya no iba a escribir. Por eso cierra el libro: quedaban las devociones, nada más.
Mi actitud frente a la escritura fue siempre la de intentar llegar a algo que estaba más allá, algo inalcanzable. Ahora me quedé sin nada.
Yo fui un buen lector de poesía, más que de novelas. Pero, como el poema nunca se me dio, opté por una escritura poemática, sin darle mucha importancia a la anécdota ni a los personajes, sino más bien al tono del libro. Como si el libro en su totalidad fuese un poema: cada capítulo, un verso. Es que a mí me interesó siempre la novela que se vincula con la poesía. Lo demás no me interesa; digo, la novela como historia no me interesa. Hoy por hoy, sólo se escribe y se lee ese tipo de literatura. Será por eso también que no soy muy leído.
Yo buscaba vivir más. Estaba convencido, en mi enfermedad, de que se podía vivir 300 años. Hoy supongo que da lo mismo. Gurdjieff fue una experiencia decisiva en mi vida. Siempre estaba la muerte como leitmotiv, me parecía mentira que la gente no se diera cuenta de que se iba a morir, eso me pasó siempre, entonces en todos mis libros hay una advertencia: la vigencia de la muerte. Ésa era la épica.
A veces, por las tardes, cuando voy a un bar que está aquí cerca, me permito pensar por un momento en la escritura y es evidente que aparece una leve onda de sosiego, es como si me fuera dado encontrar una épica en esta vida monótona que llevo. Es que nunca en mis libros inventé una historia. Todo ha sido en base a mi vida presente o pasada, y esto ahora ya no puede ser. Me quedé sin épica. De todos modos pedí prestadas algunas novelas célebres y las leo con la remota esperanza de que me motiven. Pero esas lecturas no hacen más que recordarme desde qué punto de vista escribí mis libros, es decir “en contra” de la novela tradicional, procurando que la prosa fuera nada más que una excusa para llegar a la poesía.
El escritor parece siempre un Dios que todo lo sabe y que por lo tanto puede estar en la cabeza y en el corazón de sus personajes, después viene el diálogo y las descripciones del paisaje. A veces tengo una sospecha de Tema, pero no encaja en un ritmo y así giro en redondo sin tampoco la alegría que me deparaba el hecho de escribir. Le repito que no puedo inventar una historia y mucho menos manejarme con los elementos del suspenso que abundan hoy por hoy. Es aquí donde redescubro que me quedé sin épica y sin pasado personal como materia de vida que se transforme en lenguaje.
En mi escritura había adhesión al surrealismo, a la beat generation. También fue importante en su momento la aparición de Rayuela, un intento poemático: “¿Encontraría a la Maga?”, esa proposición del primer capítulo no deja de llamar la atención. Pero esa influencia, muy visible, llegó nada más hasta Nosotros dos (un libro que fue muy bien recibido por Cortázar). Después me quedé sin ciudad.
Yo parto de la premisa contraria: empiezo la escritura sin saber hacia dónde voy. La novela se va haciendo a medida que escribo. De ahí el tema de la improvisación, el jazz como música lumpen: todo músico de jazz es un lumpen en potencia, un marginal.
En esa época estaba muy vívida la idea del suicidio, no me quedaba casi nada por qué vivir, la literatura no alcanzaba como excusa de vida. Por eso en Cómico... siento que doy un testamento de ese estado: el suicidio de Chavarría (que se contacta con el maestro) y la muerte de Barcia (que escribe la novela) al final del libro demuestran claramente cuál era mi intención: los dos personajes eran yo.
Una escritura vinculada a la improvisación jazzística: a medida que quemaba etapas tenía la certidumbre de que ya no se podía volver a escribir eso que había escrito, y se reiniciaba un período de pérdida…largo proceso de pérdidas.
Sí. Yo decidí terminar con todo. Siento que se terminó la épica y dejé de escribir. En realidad, cuando yo escribía, mi vida tenía otra riqueza que fue perdiendo. Ahora me quedé sin nada: es la vejez. Siempre escribí en relación conmigo mismo, en relación con un estado de sinceridad irremediable. Le repito, se me terminó la épica.

(Extraído de un reportaje de Leonardo Longhi para La Idea Fija y otro de Lautaro Ortiz para Radar Libros.)

Acá colgué mi intervención (sobre Macedonio y Néstor Sánchez) en las jornadas de la Biblioteca Nacional.
Seguramente pronto estarán todas las ponencias en la página de la SEA.

El mayor


De Adorno/3

Sin reflexión ni meditación histórica no existiría nada bello.
p. 91

La belleza natural, aparentemente ahistórica, tiene su núcleo histórico, lo que constituye tanto su legitimación como su relativización.
p. 91

Todo lo que la naturaleza no puede dar, aunque quisiera, lo dan las obras de arte: hacen abrir de golpe los ojos.
p. 92

hay algo terrible en el canto de los pájaros, porque no es tal canto, sino la obediencia a la maldición que los aprisiona.
p. 93
(para "Josefina la Cantora", de Kafka)

La prohibición de las imágenes en el Antiguo Testamento tiene un aspecto estético además del teológico.
p. 94

La conciencia sólo puede estar a la altura de la experiencia de la naturaleza cuando es capaz de incluir en sí misma las heridas de aquélla, como hizo la pintura impresionista.
p. 95

Naturaleza quiere decir ya Parque Nacional y coartada. La belleza natural es ideológica, lo mediato se ha apoderado de lo inmediato.
p. 95

Quien habla de la belleza natural se pone al borde de la peor poesía.
p. 98

El arte... no es imitación de la naturaleza, sino de su belleza.
p. 98

Belleza natural quiere decir historia detenida, devenir inmóvil.
p. 99

El tránsito de la belleza natural a la artística es dialéctico, es el tránsito de una dominación.
p. 106

El arte querría, usando medios humanos, dar realidad al lenguaje de lo no humano.
p. 107

en la obra de Beckett, por ejemplo, su afinidad con el silencio procede del hecho de que el lenguaje alejado de los significados no es un lenguaje que diga algo.
p. 110

Si en la realidad todo se ha convertido en fungible, el arte opone a este todo-para-otro las figuras de lo que sería exclusivamente ello mismo, de lo emancipado de cualquier identificación.
p. 115

Cualquier teoría del arte tiene... que ser también su crítica.
p. 116

Las obras de arte son imágenes en cuanto aparición, en cuanto manifestación, no en cuanto representación.
p. 116

El lenguaje de las obras de arte está constituido, como cualquier otro, por una corriente subterránea colectiva.
p. 119

Sólo en cuanto espíritu es el arte la contradicción de la realidad empírica y se mueve en la dirección de una negación determinada de la actual configuración del mundo.
p. 123
(tema crucial: determinar qué es este espíritu para un marxista o, al menos, un todavía-materialista; tiene que ver con el espíritu de Hegel, pero también hace su crítica)

la salvación del arte es una cuestión política, pero incierta en sí misma, puesto que se halla amenazada por la marcha real del mundo.
p. 129

el arte radical, al negarse a los desiderata del realismo, se pone en tensión hacia el símbolo.
p. 131

Consciente o inconscientemente, el arte moderno ha agujereado el dogma de la evidencia sensible.
p. 132

La obra de arte es a la vez proceso e instante.
p. 136

En el siglo XIX, la apariencia estética se convirtió en fantasmagoría y las obras de arte borraron las huellas de su propio proceso de producción.
p. 139

Ninguna obra de arte posee completa unidad; tiene que fingirla y entra así en colisión consigo misma.
p. 142

existe un sentido en la negación del sentido.
p. 143

Las obras de arte dicen sin palabras que el irredimible sujeto gramatical existe en el papel, pero que en realidad no existe
p. 143

no hay obra de arte alguna que haya que describir o que explicar en categorías de comunicación.
p. 147

La identidad entre esencia y manifestación es tan poco alcanzable como en el conocimiento de lo real.
p. 147

La verdad de la armonía es la disonancia.
p. 148

El verdadero lenguaje del arte no tiene palabras
p. 151

9.6.05

Maestro

Todavía nadie lo pudo comprobar, pero él no se cansa de comentarles a sus amigos que los domingos al mediodía cumple con un nuevo ritual: viejo cabalero, el ex director técnico de la Selección Argentina recorre los bares de la ciudad con un control remoto inteligente. ¿Para qué? Como en sus viejos buenos tiempos, Carlos Salvador Bilardo es ante todo un resultadista y así, sin que nadie lo vea, cambia de canal los televisores para que todos sintonicen su programa, “Lo de Bilardo”.

(del pirulo de tapa de Página/12 de hoy)

8.6.05

Saer en el Rojas, 1986

(Un recuerdo insignificante de la Academia y la Interna. Me encantan estas cosas, pero no lo hago de turro. Se la dedico a Jimena, quien dice que le gustan mis anécdotas, y le creo.)

La primera vez que vino J. J. Saer a Buenos Aires, por lo menos en la cúspide de su fama, fue a fines del 86. Me acuerdo porque fui a verlo al Rojas con una novia que yo tenía en ese momento. Daba una charla en la que participaban también Fogwill (todavía Rodolfo Enrique, creo), Libertella y un Alan Pauls aún joven.
La verdad es que fue para alquilar balcones. Quizás porque yo estaba con mis hormonas sexuales y literarias a pleno, pero la cuestión es que me acuerdo como si fuera ayer (y de ayer me acuerdo apenas).
Fogwill, siempre despatarrado y agresivo, arrancó bárbaro: “Qué raro es estar con Saer sin nadie de Punto de Vista en el medio.” Y leyó extraordinariamente el extraordinario poema “El fin de Higinio Gómez” (“Entró en el hotel al anochecer / en el mes de octubre, / ya a esa hora, en la glorieta de bulevar, entre el hotel / y la estación, va la luz del neón de los letreros / luminosos a horadar, complejamente, de un modo / suave, las glicinas...”); terminó diciendo: “Escribe bien el hombre.” A lo que Saer respondió: “Lee bien el hombre.”
En otro momento, Libertella dijo algo así como que necesitaba hacer una pregunta un poco estúpida; poco después, Fogwill intervino: “Voy a hacer una pregunta tipo Libertella, es decir, estúpida.”
Ante la previsible pregunta sobre qué leía, Saer dio una lista de temas: sociología, antropología, historia. “¿Teoría literaria?”, le repreguntaron. “No ―despreciativamente, pero agregó enseguida―: Salvo que Barthes sea teoría literaria.” Ah.
Le preguntaron qué autores argentinos jóvenes le parecían buenos, y él respondió, también previsiblemente, que Alan Pauls, allí presente. Creo que también mencionó a Piglia, pero no me acuerdo bien de eso.
¿Qué más? Bueno, veo que no me acuerdo de tantas cosas.
Ah, se habló de política, no me acuerdo a santo de qué, pero Saer mencionó a “gente inocente”, en tanto víctimas, supongo, y Fogwill enseguida le preguntó si realmente creía que había “gente inocente”. Saer reaccionó algo escandalizado: “Por supuesto que sí.” Pero ya a esa altura se hablaban idiomas distintos.

En relación con lo anterior (y antes de cualquier desmentida oficial):

"Sin visa para Fernando Peña

Fernando Peña se mostró indignadísimo cuando le dieron la noticia de que no podría recibir la visa correspondiente para viajar a Estados Unidos, por ser portador de HIV..."

(Sigue.)

Biopolítica

"No al tatuaje bio-político"
de Giorgio Agamben

(Le Monde, 10 de enero de 2004)

Los periódicos no dejan ninguna duda: desde ahora quien quiera entrar en Estados Unidos con una visa será fichado y deberá dejar sus huellas digitales al hacerlo. Personalmente, no tengo intención de someterme a tales procedimientos, y es por lo que anulé sin demora, el curso que debía dictar en marzo en la universidad de Nueva York.
Querría explicar la razón de esta negativa, es decir, porque a pesar de la simpatía que me liga desde hace muchos años a mis colegas americanos como a sus estudiantes,considero que esta decisión es a la vez necesaria y sin apelación y cuánto deseo que sea compartida por otros intelectuales y profesores europeos.
No se trata sólo de una reacción epidérmica frente a un procedimiento que fue impuesto durante mucho tiempo a los criminales y acusados políticos. Si sólo se tratara de esto, podríamos con seguridad aceptar moralmente compartir, por solidaridad, las condiciones humillantes a las que son sometidos hoy tantos seres humanos.
Lo esencial no está ahí. El problema excede los límites de la sensibilidad personal y concierne al estatuto jurídico-político (sería quizás más simple decir bio-político) de los ciudadanos de los Estados pretendidamente democráticos en los que vivimos.
Desde hace algunos años tratan de convencernos de que debemos aceptar como las dimensiones humanas y normales de nuestra existencia prácticas de control que habían sido consideradas siempre como excepcionales e inhumanas.
Nadie ignora que el control ejercido por el Estado sobre los individuos a través del uso de dispositivos electrónicos, como las tarjetas de crédito o los teléfonos móviles han alcanzado límites en otros tiempos insospechables.
Sin embargo, no se podrán superar ciertos umbrales en el control y manipulación de los cuerpos sin penetrar en una nueva era biopolítica, sin franquear un paso más en lo que Michel Foucault llamaba una animalización progresiva del hombre realizada a través de las técnicas más sofisticadas.
El fichaje electrónico de las huellas digitales y de la retina, el tatuaje sub-cutáneo, como otras prácticas del mismo género son elementos que contribuyen a definir ese umbral. Las razones de seguridad que se invocan para justificarlas no deben impresionarnos: no es esa la cuestión. La historia nos enseña que las prácticas reservadas al comienzo a los extranjeros, enseguida se aplican al conjunto de los ciudadanos.
Lo que está en juego es nada menos que la nueva relación biopolítica entre los ciudadanos y el Estado. Esta relación no tiene nada que ver con la participación libre y activa en la esfera pública, sino que concierne a la inscripción y fichaje del elemento más privado e incomunicable de la subjetividad: quiero decir la vida biológica de los cuerpos.
A los dispositivos mediáticos que controlan y manipulan la palabra pública corresponden en consecuencia los dispositivos tecnológicos que inscriben e identifican la vida desnuda : entre esos dos extremos de una palabra sin cuerpo y de un cuerpo sin palabra, el espacio de lo que llamábamos otrora la política es cada vez más reducido y más exiguo.
Así, al aplicar al ciudadano o mejor dicho al ser humano como tal, las técnicas y dispositivos que fueron inventados para las clases peligrosas, los Estados, que deberían constituir el lugar mismo de la vida política, han hecho de él, el ser humano, el sospechoso por excelencia, hasta el punto de que es la humanidad misma la que se ha transformado en clase peligrosa.
Hace algunos años, escribí que el paradigma político de Occidente no era ya la ciudad, sino el campo de concentración, y que habíamos pasado de Atenas a Auschwitz. Se trataba evidentemente de una tesis filosófica, y no de un relato histórico, ya que no se deberían confundir fenómenos que conviene por el contrario distinguir.
Querría sugerir que el tatuaje apareció sin duda en Auschwitz como el modo más normal y económico de organizar la inscripción y el registro de lo deportados en los campos de concentración. El tatuaje biopolítico que nos imponen ahora los Estados Unidos para entrar en su territorio, podría ser el signo precursor de lo que nos pedirán más tarde aceptar como la inscripción normal de la identidad de buen ciudadano en los mecanismos y engranajes del Estado. Por eso debemos oponernos.

(Traducido por: M. Chorne)

7.6.05

Español/es

Recomiendo un libro de Antonio Molero (filólogo español que vive en Alemania), El español de España y el español de América. Vocabulario comparado (Madrid, SM, 2003). Compara léxicos por campos semánticos (comercio, ropa, oficios, etc.), en seis columnas correspondientes a distintos países: España, Argentina, México, Chile, Venezuela y Uruguay. También se puede consultar por índice general alfabético. Muy útil para editores del mundo globalizado/r.

6.6.05

“Lo que tú eres grita tan fuerte que no oigo lo que dices” (proverbio chino).

Autopistas

(Va el programa completo.)

AUTOPISTAS DE LA PALABRA

Segundas Jornadas de Literatura y Psicoanálisis

El legado/lo nuevo: cruces-duelos-desafíos
Dirección: Liliana Heer y Arturo Frydman

Biblioteca Nacional Auditorio “Jorge Luis Borges”
Agüero 2502 - C.A.Buenos Aires - 11 y 12 de junio de 2005


Sábado 11 de Junio

(12 hs.) Ezequiel Martínez Estrada: Marta Riquelme
Leónidas Lamborghini: El sol
Escritores: Ana Arzoumanian/ Marcela Solá
Psicoanalistas: Mabel Gutmark/ Enrique Acuña
Articuladores: Silvio Maresca/Anabel Salafia
Coordinación: Carina Maguregui

(14:30 hs.) Macedonio Fernández: Una novela que comienza
Néstor Sánchez: Adagio para viola d`amore
Escritores: María Neder/ Pablo Valle
Psicoanalistas: Vanina Muraro/ Alejandro Daumas
Articuladores: Angélica Gorodischer/ Gabriel Lombardi
Coordinación: Liliana Lukin

(16,30 hs.) Alejandra Pizarnik: La condesa sangrienta
Manuel Puig: Boquitas pintadas
Escritores: Esther Cross/ Carlos Gamerro
Psicoanalistas: Ernesto Perez/ Alejandra Jalof
Articuladores: Nicolás Rosa/ Ernesto Sinatra
Coordinación: Stella Alvarado

Domingo 12 de Junio

(12 hs.) Leopoldo Lugones: La lluvia de fuego
Sara Gallardo: Las treinta y tres mujeres del Emperador Piedra Azul
Escritores: Rubén Chababo, Marianella Collette
Psicoanalistas: Graciela Rosalén/ Alfredo Nemirovsky
Articuladores: Luisa Valenzuela/ Mirta Roffé
Coordinación: Juanita Lichtensztajn

(14:30 hs.) David Viñas: En la semana trágica
Beatriz Guido: La caída
Escritores: Marta Vassallo/ Jorge Ariel Madrazo
Psicoanalistas: Haydé Rosolén/ Déborah Fleischer/ Osvaldo Delgado
Articuladores: María Pía López/ Juan Carlos Indart
Coordinación: María del Cármen Sánchez

(16,30 hs.) Oscar Masotta: Roberto Arlt, yo mismo
Héctor Murena: El pecado original de América
Escritores: Anahí Mallol/ Daniel Martucci
Psicoanalistas: Lucía Blanco/ Pablo Russo
Articuladores: Horacio González/ Mirta Divita
Coordinación: Esmeralda Miras

Inscripción: T.E: 4-802-1026
Entrada libre y Gratuita
Se entregan certificados de asistencia

Auspician: Biblioteca Nacional - Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina -Instituto de Literatura Argentina "Ricardo Rojas", Facultad de Filosofía y Letras, UBA - Escuela de la Orientación Lacaniana - Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires - Embajada de Francia - Embajada de Canadá - La mujer de mi vida


4.6.05

Guía

En 1998, la primera vez que viajé a Frankfurt para la Feria del Libro, me compré una guía de la ciudad, escrita en un castellano champurreado pero muy bien hecha por lo demás, con hermosas ilustraciones, mapas, etc. Durante los años posteriores, la veneré oracularmente, como una Biblia. Cuando por fin tuve tiempo para visitar la ciudad solo (recién en 2001), ¡me olvidé la guía! Enojado conmigo mismo, deambulé lo que me parecieron horas en busca de la casa de Goethe, hasta que la encontré, luego de preguntar en dos oficinas de informes y de resistirme a comprar una nueva guía, como autocastigo por mi imperdonable lapsus.

Viñas x Croce (1/3)

- Marcela Croce, David Viñas, crítica de la razón polémica: un intelectual argentino heterodoxo entre Contorno y Dios, Buenos Aires, Suricata, 2005, 336 pp.

La primera tentación (ortodoxamente irresistible y debidamente no resistida) es transcribir el furibundo texto de contratapa:
“Este libro fue inicialmente una tesis doctoral presentada en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. La intolerancia intelectual del catedrático de Quilmes Carlos Altamirano y los escarmientos institucionales operados por la profesora María Teresa Gramuglio no lograron su cometido de anular el enunciado —apenas contribuyeron a postergar su difusión— sino que lo volvieron más virulento. El resultado de esas intemperancias ideológicas es este texto, que en su entonación categórica se propone considerar la obra crítica más significativa que se haya escrito en las Argentina y denunciar cierta miseria filosófica y política del campo intelectual que le tocó como marco a la producción de David Viñas.”
Y, en efecto, la “entonación categórica”, que campea en casi todo el texto, salvo quizás cuando éste es ganado por el registro más académico —en el que Marcela logra una especie de crispada serenidad, muy propia de ella— parece contradecir una de las primeras afirmaciones programáticas del Prólogo (o “Declaración de principios”): “No postulo continuar la crítica de Viñas…”
Una primera impresión, entonces, llevaría a la necesidad de plantearse (antes de leer el resto del libro, por supuesto): ¿Cómo hará la crítica (adjetivo femenino en este caso) para no plegarse, con los diversos ademanes de la rendición, seducida o resignada, a [la crítica (sustantivo femenino, aquí) de] Viñas? Por supuesto, la respuesta es el resto del libro, que se lee, puede leerse, con esa apresurada pregunta, o sospecha, pendiente. (Escribí alguna vez que todo gran libro de crítica o de teoría tiene algo de novela policial clásica. En este caso, aquélla es una de las preguntas que guiaría la intriga.)
Y, sin embargo, el trabajo de Croce está infinitamente lejos de cualquier complacencia. Baste decir, como adelanto y pequeña muestra, que en una de las primeras páginas dice, refiriéndose a su objeto de estudio: “… el método con que opera es idealista”. Lo cual es, en su escueta e irrebatible contundencia, la suprema impugnación que podría hacérsele a Viñas. Una suerte de insulto, diría, siempre que pudiera restar de este complejo acto de habla lo que hace al orden de la agresión, dejando lo que tiene que ver con la descripción valorativa.

Acá se me impone una digresión, porque mientras leía el libro no podía dejar de pensar en mi propia relación con la escritura de Viñas, sobre todo con su crítica. Estaba entrando a Letras cuando leí por primera vez Literatura argentina y realidad política. No sé si el impacto fue inmediato; sólo puedo reconstruir aproximadamente lo que me pasaba en la cabeza en aquel tiempo: años finales de la dictadura, yo pasaba de un torpe colegio industrial y de un humillante servicio militar a estudiar griego y latín, una teoría literaria supuestamente apolítica (aquélla de los “enfoques”), una filosofía arrebatada atrabiliariamente por un falso discípulo de Heidegger… Sólo años después pude reconstruir lo ridículo, lo frustrante (a posteriori) de todo aquello, que en su momento me satisfacía por mera ignorancia, falta de ambiciones o carencia de otras perspectivas; y tardé un par de años largos en darme cuenta de que las cosas habían cambiado. El apogeo de la “primavera alfonsinista”, como la llamaban, era, en realidad, el “otoño sarleano”. Precisamente, en el primer cuatrimestre de 1986, cursé por segunda vez Literatura Argentina I con Viñas (la primera lo había hecho con el viejo Ara, teóricos en un “aula magna” donde sólo estábamos el muchacho que grababa la clase y yo, que no me animaba a irme porque el profesor hablaba para mí, desde la altura de su escritorio y desde el borde de su jubilación), Literatura Argentina II con Beatriz Sarlo y Teoría Literaria II con Josefina Ludmer. Sí, las cosas habían cambiado.
En el medio, sí, había leído los libros de crítica de Viñas y había experimentado la sensación de la “marca”, de que nada podía ser igual en mi visión de la literatura y, ya que estamos, en mi vida (no sé qué suena más pretencioso o naif, pero no quiero decirlo de otra manera).
Quizás conviene que la digresión termine acá pero, para enganchar con lo que sigue, quisiera especificar: leyendo a Viñas, supe que se podía ser “escritor” y “crítico” a la vez. Que sus novelas y sus ensayos decían lo Mismo de distinta manera, y eso estaba muy bien. (Como le oí decir a él: El capital, el 18 Brumario y el Manifiesto dicen lo mismo, pero en distintos niveles de complejidad, para distintos lectores y fines.)
Croce dedica su obra enteramente a la crítica-ensayo de Viñas, no a su narrativa. Sólo hay algunas referencias, quizás inevitables, a ésta. Hacer una correlación exhaustiva entre los dos géneros sería otra tarea titánica, que queda pendiente, sugerida. (El libro de Estela Valverde es más abarcador pero también muy superficial; tiene el único mérito de reunir datos contextuales, históricos y biográficos, difíciles de conseguir. Por otra parte, hay muy poca bibliografía sobre la obra crítica de Viñas, oportunamente comentada por Croce: un artículo de Nicolás Rosa, otro de Astutti-Contreras, y esa obra maestra de la autohumillación que es la diatriba de Julio Schwartzmann en la obra colectiva dirigida por Jitrik.)
Respecto de la obra de Viñas, no olvidar que también tiene piezas teatrales; Croce también hace escasa referencia a ellas. Yo recuerdo además un poema perdido por ahí, en un número de la revista de Casa de las Américas dedicado al Che Guevara; no lo tengo a mano, me parece recordar que era, por supuesto, muy “prosaico”, y a la vez algo críptico, como si hubiera tomado fragmentos de Cuerpo a cuerpo y los hubiera colocado “en columna”. ¿Acaso el verso no es un renglón que termina antes, como no se resigna a considerarlo el comendattore Eco?

(Continúa.)

3.6.05

Acabo de encontrar una errata-fallido que genera una linda metáfora: "prisión arterial".

Aquí, un sitio excelente sobre la masacre de Avellaneda, con los testimonios del juicio y una reconstrucción tridimensional animada de los hechos.

2.6.05

El exitoso modelo chileno

"En Chile también se torturó a niños
Según una comisión investigadora, 87 chicos menores de 12 años fueron torturados."

Nota en Clarín.

1.6.05

Jornadas

BIBLIOTECA NACIONAL: AUTOPISTAS DE LA PALABRA ARGENTINA RELATO
Dirección: Liliana Heer y Arturo Frydman
Los días 11 y 12 de Junio se desarrollarán en la Biblioteca Nacional las Segundas Jornadas sobre Literatura y Psicoanálisis auspiciadas por la EOL, Fundación Descartes, Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina, Instituto de Literatura Argentina "Ricardo Rojas (Facultad de Filosofía y Letras-UBA), Embajada de Francia en Argentina y Embajada de Canadá, MALBA, La mujer de mi vida. Declarada de interés provincial por el Senado de la Provincia de Buenos Aires.
El tema: El legado-lo nuevo-cruce-duelos-desafíos.
Habrá mesas de discusión a las 12, 14.30 y 16.30, con la participación de conocidos psicoanalistas y escritores de nuestro medio. Se entregarán certificados de asistencia. Entreda libre y gratuita. Inscripción: 48021026.