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martes, 6 de mayo de 2014

UN TREN SOLO DE IDA



Empiezo a escribir en este espacio y, de veras, muchas piezas se mueven en alguna parte, dentro. 
Visito este pecio con respeto, llena de cariño. Y lo hago para iniciar un reguero de migas de pan, al final del cual vuelvo a dejar palabras. 
Os invito a compartir conmigo esta nueva etapa del viaje, en mi tren solo de ida.

viernes, 11 de enero de 2013

RESTAURACIÓN


En la India el karma es otra cosa. Como el destino, el fatum: algo de lo que no se puede huir. Si naces intocable, morirás de todo menos intacto. Yo no creo en eso, como el Alcoyano, contra viento y marea. Me voy más al norte, trepo, viajo a la ciudad prohibida, me empapo del mensaje: podemos cambiar. Nuestras vidas son lo que decidimos, más sus límites.
Dicen que todos hemos sido madres de los demás innumerables veces, a lo largo de los océanos del tiempo. Que es bueno recordarlo antes de hacer daño a alguien. Imaginar otros tiempos, cuando quizá fuimos un bebé en sus brazos. Cuando de su infinita compasión nos alimentamos; y su paciencia permitió nuestra vida. Es difícil decidir hacer daño a una madre, aunque lo hagamos sin querer, de todas formas.
Dicen que tomamos diferentes expresiones, pero que siempre nos rodeamos de los mismos. Las cuentas pendientes se heredan, regresan inexorables, pero con otras características. La red que formamos es intensa, tupida e intrincada. Hay cuestiones que se repiten hasta que quedan resueltas. Las buenas y las malas. Y se multiplican, si no se solucionan.
Regresas una y otra vez a clavar tus puñales. En realidad, es a ti a quien dañas. Yo recuerdo tus ojos e imagino las noches en que debiste cantarme hasta que me durmiera. Imagino que, quién sabe, lo mismo un día diste la vida por mí. Y que yo, en algún momento, debí de causarte una herida que eones después sigue sangrando.Y yo no quiero tu daño, ni dañarme.
Lo siento. Te pido perdón. Por la ofensa, por sus múltiplos. Te quise una vez y, por tanto, para siempre. Tengo el firme propósito de, desde la solidez, no hacerte daño. Detén esto de una vez, y para siempre. No vuelvas, por favor, si no es desarmado. No vuelvas si no es para sembrar fraternidad, paz, vidas felices.

domingo, 23 de septiembre de 2012

ESTACIONAL


Con cada estación abro un nuevo archivo, trato de olvidar lo que escribí antes, de renovar la savia y seguir adelante. Luego, si releo, cuando faltan las ideas después de veranos yermos, me encuentro con que la repetición es tono y, desde hace tiempo, la melancolía es timbre.
Ahora se abre el otoño en una hoja en blanco. La placidez se convierte en maravilla y el cielo en la salvación, en algo más parecido a la vida. Ya no solo habrá sol y un azul tan cierto como engañoso, de puro alto. Llega la lluvia, la tormenta, poder salir a mediodía. El café con leche, otra perspectiva del hogar. Observar junto a la ventana cómo los árboles cambian su manto, se desnudan poco a poco. Decir adiós con la mano al tren que parte. Dormir arropada, al fin, entre tus sábanas limpias.
En este nuevo archivo del otoño he dejado de vagar por los andenes y la falsa protección del hierro forjado de sus marquesinas. La piel se ha curtido a la intemperie. Los trenes al pasar levantan polvo, fue fácil creer en su engaño de nieblas. Pero ya no tomo más trenes a carbón. He aprendido a caminar entre la bruma, a amar cada uno de los pasos; a reivindicar el otoño: nunca más el fin de algo, nunca más la transición hacia el temido invierno.

jueves, 22 de diciembre de 2011

NAVIDAD, OTRA VEZ


Me ha costado tiempo poder volver a entrar aquí con tranquilidad para escribir. Los días, en el último mes, se han vuelto un algo escurridizo y organizado donde no parecen existir huecos para detenerse a salvo.

Hoy al fin he podido parar con la intención tan tópica y feliz de desearos todo lo mejor en estas fiestas y en el año que entra.

Amor, buenas letras, amistad, trabajo, esperanza... Cada uno sabe lo que quiere y aunque a veces no sea lo que más nos conviene, soñemos con que es posible. Eso os deseo: buenos sueños y despertares llenos de fuerza y energía para hacerlos realidad, o al menos intentarlo.

Feliz nacimiento.

viernes, 26 de agosto de 2011

BUEN CAMINO


De pronto revivo. Los días se acortan. El aire empieza a traer una semilla fría, una textura distinta. En Madrid el cielo se hace más alto, de repente. El azul cobra otra dimensión, otro brillo. Aparecen las nubes: apetece observarlas, jugar con ellas. Todavía quedan días de calor, pero la promesa del otoño cada año me hace sentir nuevas esperanzas. La misma impermanencia es algo gozoso: también lo malo pasa, todo se renueva. Siempre hasta un punto, sí, puede existir el cambio. Me gusta oir cómo cruje al fracturarse, cómo el otoño rompe la costra del verano. En el horizonte, si miras con atención cuando cae la tarde, puede verse el sendero que conduce al corazón del invierno. Un buen camino.