Tenemos el calendario para darnos calma. Algunos aniversarios, las celebraciones, la ilusión de que hay cosas que permanecen, y que año tras año vuelven a nuestro encuentro. La tranquilidad de que nada haya cambiado, los brindis "que el año que viene sigamos todos juntos", "como hasta ahora".
Humanidad.
Sabemos que no es así.
Dentro hay algo inmutable, algo que en efecto haría de nosotros seres sabios, seres compasivos, seres generosos. Cada año tendríamos que estar más cerca del centro. Sólidos y estables. Felices, sí, pero con una felicidad consciente bien lejos de las quimeras, de las ficciones y autoficciones, del implacable, inclemente dominio del deseo y del ego.
Renacer a quienes somos. Brillar.
Feliz Nacimiento a todos.