viernes, 16 de marzo de 2012

AHORA (claro)


ahora que he aprendido que puede que no vengas, que me sale la sonrisa por los poros, que siento la constancia de no necesitar, que cada vez me vale más con el momento

ahora

que siento que (te) quiero de mil modos, que amo la vida y sus imperfecciones, y los instantes feos, negros de muerte y de presagios seguros; ahora que descubro que todo cambia y me conformo y se me llenan las manos de caricias; ahora que aprendo que lo raro es lo normal, que algunos días hay que llorar, que el dolor es lo que es y hay que pasarlo

ahora

que entiendo que no hay nada que entender, ni conclusión posible, ni sueño irrealizable, ni capacidad perdida; ahora que me miro, que me encuentro, con mis deseos rotos y mis tardes perdidas, con mi amor frustrado y mis pequeños logros

ahora

que sé bien que todo se acaba

ahora

es cuando empieza todo.


lunes, 5 de marzo de 2012

HÁMSTERS


Hámsters que corren dentro de su rueda. Ruedas que se deshacen con el tiempo, con la lluvia. Tantos empeños. ¿Qué comerán los hámsters? Corren, miran por las ventanillas de los trenes. Miran los relojes, algunos son blandos, se reblandecen con las copas, por las noches, cuando se pasea al lado de otros hámsters, y no se cruzan los caminos, ruedas de miedo, de orgullo, de aislamiento. Por no reconocer nuestra extraña pobreza, o que no sabemos ni qué comen los hámsters. Incapaces de cuidar de nosotros mismos. De entender que no se trata de encontrar las 70 veces 7 diferencias que nos hacen peores que los demás, peores hámsters, en peores ruedas. Y sin saber qué podrá saciar nuestro apetito. Ay, si un día nos bajáramos de la rueda. Y viéramos que el mundo sigue girando sin tanto, baldío, empeño.