A veces, en mitad de la batalla, cuando las letras se me caen de las puntas de los dedos, cuando todo se mezcla y pierde la forma y yo dejo de ser yo y soy todas las que he sido y las que no seré; a veces, entonces, escribo y me doy cuenta de que en el fondo, muy, muy, en el fondo, es decir, bien a la vista, me doy cuenta de que todo, cada palabra, cada beso, cada idea, cada mirada despistada que huye a través de los cristales y se enreda en la lluvia inexistente de este otoño, todo, la escritura, la vida, la desesperación y el miedo, todo, lo hago por ti.
¿Por mí? Te habrás preguntado, y habrás mirado detrás, para ver si hay alguien a quien señale mi dedo manchado de tinta.
Por ti.
Menuda sorpresa, ¿verdad?
¿Sabes que entre tú y yo, entre nosotros, no encuentro ninguna diferencia?