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Ramalazo poético de un día extraño

Qué quieres ser

¿Qué quieres ser?, nos preguntaban de pequeñas.
Y nosotras contestábamos. 
Futbolista.
Actriz.
Cantante.
Maestra.
Electricista.
¿Qué quieres ser?, nos preguntaron de más mayores.
Y las respuestas cambiaron.
Millonaria.
Rica.
Empresaria.
Jefa.
¿Qué quieres ser?, nos preguntarán después.
Y diremos otras cosas. 
Quiero ser un buen recuerdo.
Quiero ser significante. 
Quiero ser un buen regusto. 
Quiero ser algo.
Quiero ser alguien.

Quiero ser.

Libros de 2012 (I)

Este año ha sido muy prolífico en lo que a lecturas se refiere. Me había puesto como objetivo leer dos libros al mes y meter algo más de ensayo en mi dieta, por eso de tener un equilibrio entre carbohidratos y proteínas, carnes y pescados, dulces y salados. Al final, la mayoría de las semanas ha caído un libro entero, en los meses de verano dos, y al ensayo se han unido también los cómics y un poquitín, apenas una pizca, de poesía. Teniendo en cuenta que algunos de los ladrillos que he leído tenían mil y pico páginas (sí, estoy hablando de Juego de Tronos), tiene su aquel haberse merendado 45 libros y algún que otro cómic.

Como la entrada me estaba quedando eterna solo con libros de ensayo y los cómics, voy a dividir las lecturas en dos; el próximo post llevará las novelas de ficción, aquí se quedan todos los demás. ¿Habéis leído alguno? ¿Coincidimos?

Ensayo: 

  • The Second Sex, Simone de Beauvoir: Soy tan, tan, tan tonta que me compré este libro en inglés "por leerlo en versión origina", que hay que ser gilipollas, leñe. Me ha costado dos años terminarlo; mejor dicho, me ha costado dos años encontrar el humor y las ganas para leerlo de corrido, y este año, en cuanto dieron las campanadas, me dije que iba a terminar las cuatrocientas páginas que me quedaban sí o sí. Y me lo acabé. Interesantísimo, piedra fundamental para entender el feminismo y de dónde venimos y hacia dónde vamos. Necesito hacer otra lectura más continuada, porque sé que hay cosas que se me escaparon por no tener la cabeza donde debía tenerla. 
  • Sexual Politics, Kate Millett: Después de Beauvoir, era necesario leer a Millett. Me resultó mucho más ameno que el anterior (este sí me lo leí en versión original) y me dejó con ganas de leer más. Más moderno que el de Beauvoir, obviamente, toca algunos temas que deberían quedar lejanos (se escribió al principio de los 70) pero, por desgracia, todavía son candente actualidad.
  • Suspense, Patricia Highsmith: Una especie de diario sobre cómo y por qué escribía novelas esta mujer. Nunca he sido fiel seguidora, y después de leer este libro le cogí un poco de tirria, la verdad. Decir que sus protagonistas son siempre hombres porque las mujeres nunca actúan me parece de un simplista que hace daño. 
  • Changing My Mind, Zadie Smith: Colección de ensayos que cubren temas diversos, desde literatura hasta política, pasando por historias autobiográficas, como siempre tratando el tema del racismo y las diferencias de género como el pan nuestro de cada día que es para ella. Una de mis escritoras británicas favoritas, me pasaría el día leyendo sus libros y opiniones. 
  • Controla tu dinero (para torpes), Vicens Castellano: ¿En qué estaba yo pensando cuando compré este libro? No lo sé. A punto estuve de volver a la librería para que me devolvieran el dinero. Primer y último libro de esta colección que compro: mal escrito, con faltas de ortografía y de sintaxis tan gordas que a veces era difícil entender las frases. Un churro, vaya. 
  • Escribir ficción, Edith Wharton: Para ser sincera, no recuerdo ni el efecto que causó en mí el libro. Creo que no leí nada que no hubiera leído un centenar de veces antes. 
  • Escribir novela negra, H.R.F. Keating: Ídem del anterior. Ningún poso. Menos mal que ambos los cogí de la biblioteca. 
  • Ese idioma raro y poderoso, Iban Zaldua: El subtítulo lo deja bien claro: "Once decisiones cruciales que un escritor vasco está obligado a tomar". ¿Escribir en euskera o en castellano? ¿Mentar el conflicto vasco o no mentarlo? ¿Ser nacionalista (vasco) o no? Muy interesante, ameno, divertido y a la vez con un par de momentos "ostrás" de los que te hacen quedarte con la mirada perdida un rato. Recomendable para aquellos y aquellas a los que les apetezca acercarse a la literatura vasca, con muy buenas recomendaciones de traducciones al castellano y obras que se escribieron directamente en castellano. Creo que he sacado toda mi lista de lecturas del año que viene de este libro. 


Poesía:
  • Auden, una antología de poemas de W.H. Auden que me ha costado la vida terminar aunque fuera un libro diminuto. He encontrado joyas que han hecho que el esfuerzo haya merecido la pena. Solo su oda al retrete ya merece el precio que me costó todo el libro. 


Cómics:
  • V for Vendetta: Tenía mucha curiosidad por este cómic, y la verdad, no me pareció para tanto. Quizás porque todo está ya contado, quizás porque nada parece nuevo, quizás (seguramente) porque lo leí en junio, cuando más cansada, hastiada y quemada estaba. Probaré a leerlo otra vez, a ver qué tal.
  • Cuba, My Revolution: Historia de la revolución cubana contada desde el punto de vista de un grupo de gente afines a las ideas de Castro que luego se desilusionan y terminan huyendo de la isla. Duro, pero merece la pena. 
  • Bone, Jeff Smith: Mi cómic favorito del mundo mundial. Preciosos dibujos, una historia que no tiene nada que envidiar a El Señor de los Anillos, pero a la vez llena de ternura y risa. Me encantó. Me costó un mes terminar todos los volúmenes, y al autor quince años terminar la serie. 
  • Maus, Art Spiegelman: Voy a arriesgarme a que me tiréis piedras y me llaméis idiota: no me gustó este comic. No me gustaron los dibujos, no me gustó el tonito victimista, y, sobre todo, no me gustó el padre, el protagonista de la historia. Probablemente sea que la historia de los campos de concentración nazis ha sido contada tantas veces que ya ha perdido la novedad. Supongo que en su momento, cuando salió, significó mucho para la comunidad judía, pero yo no le veo el encanto. Quería dar de bofetadas a la mitad de los personajes y, repito, los dibujos (que son la mitad, sino tres cuartas partes, del placer de leer un cómic) no me gustaron nada. 
  • Pyongyang, A Journey in North Korea, Guy Delisle: Dibujante de dibujos animados que es destinado a Corea del Norte y cuenta cómo es la vida allí. Duro, muy duro, me gustó mucho. No me gusta tanto pensar que es real, claro, pero la historia está muy bien contada y tiene unos detalles que la hacen muy vívida.  
  • King City: Sinceramente, solo leí este cómic porque me hizo gracia el título: era el nombre del pueblo en el que viví en California. No me va la ciencia ficción en cómic, lo acabo de descubrir. Más vale tarde que nunca, supongo. 
Hala, id abriendo boca. Luego más. 

Poesía como cura para el cansancio

(Me perdonaréis el silencio, pero estoy demasiado liada y demasiado cansada para escribir en el blog estos días. Prometo volver con ganas, porque el cansancio es producto de novedades y ajustes temporales, no de malos rollos o agotamiento mental. Mientras, os dejo una joyita para que practiquéis inglés; he sentido el impulso de traducirlo para los que no dominéis bien el idioma, pero si traducir un texto literario me parece difícil, en poesía ya es imposible, menos aún la de un genio como W. H.  Auden. Quedaos en lo superficial o id más allá: de cualquier manera, habréis ganado algo solo con leerla.)






THE MORE LOVING ONE

Looking up at the stars, I know quite well
That, for all they care, I can go to hell,
But on earth indifference is the least
We have to dread from man or beast.

How should we like it were stars to burn
With a passion for us we could not return?
If equal affection cannot be,
Let the more loving one be me.

Admirer as I think I am
Of stars that do not give a damn,
I cannot, now I see them, say
I missed one terribly all day.

Were all stars to disappear or die,
I should learn to look at an empty sky
And feel its total dark sublime,
Though this might take me a little time.


Lo que pasa cuando llevas mucho sin escribir.

Viernes tarde. No voy a estudiar. No voy a hacer recados, porque estoy agotada. Mañana madrugo, por cosa buena, pero madrugo. Me siento delante del ordenador y, por primera vez en tropecientos meses, abro el Word con intención de escribir algo que no tenga que ver con mis estudios o con mi trabajo. Desvarío. Me dejo llevar. Me acuerdo de todo lo que dicen de la escritura automática y miro la pantalla esperando ver alguna joya. Miro. Fijamente. La. Pantalla. Pero nada. Lo más espectacular que se me ocurre es que no parece que haya perdido pulsaciones y todavía escribo a toda hostia. En un pis pas tengo una hoja completa. A espacio sencillo, oiga. Y entonces llega.

Una línea. Un verso.

Y va saliendo. El segundo verso. Una historia. En forma de poema. Y lo escribo, y lo leo, y sonrío, porque es gracioso y porque yo no soy poeta. Pero me ha gustado la experiencia. Lo pongo aquí sin revisar, porque es tan malo que no aguantaría un repaso.

Érase que se era una niña bucanera,
que navegaba por los mares y tenía novios a pares.
Un día su madre la vio y en su cuarto la encerró;
le colocó un vestidito y la pintó un poquito.
Pero ella, guapa y habilidosa, se escurrió como una babosa
y en un periquete se había metido en un brete.
Un chico algo ladino la engañó con mucho tino
y prometiéndole fortuna la enchufó en una tuna.
Pero, ¡ay pesar de los pesares, que ya no verá más los mares!
De pequeña bucanera pasó la niña a tunera.
Harta ya de clavelitos, marchó a cometer delitos
en el mar Mediterráneo, con un loro siempre a su lado.
Lo último que sabemos es que la niña no fue a menos
y ahora, mujer hermosa, manda más que cualquier diosa.
Tiene la historia moraleja, así que ponga usted bien la oreja:
si la niña no es una sosa, no la ponga usted de rosa.


Por cierto, que mi procesador de textos no acepta la palabra bucanera (y el blog tampoco). Dice que sólo existe bucanero. Que se lo digan a Keira Knightly y a la Pé. Vamos, hombre.

Septiembre

Llega septiembre, y con él el comienzo de todo. Empieza el curso, empiezan los nuevos propósitos, empieza la vorágine. Tengo ganas. Este verano he cargado pilas. Las vacaciones son necesarias.

Mi año escolar no empieza de verdad hasta la semana que viene, pero esta que entra ya viene cargada. Luego llegarán los libros de filología, con mis siete asignaturas -tres de ellas de literatura-, y tendré que empezar a plantearme lo de las oposiciones. Y teatro. Y patchwork, que no lo dejo. Para diciembre estaré agotada, pero con la conciencia tranquila de no estar derrochando ni un minuto en juegos tontos de ordenador. Trabajo mejor bajo presión. No quiero derrochar mi tiempo.

He empezado a leer poesía. Poco, un poema al día. Empecé con Auden, una cucharadita todos los días, cuando estaba leyendo el tostón de Oricalco, pero ahora estoy con Drácula y ese libro me chupa más que la sangre, no tengo energía para nada más. En los Estados Juntitos me compré varios libros de poesía. De momento estoy con una de esas antologías para tontos, un libro con un poema para cada día de autores muy distintos entre sí, y he encontrado alguna joya. Os dejo una. Quizás, quién sabe, termine siendo lectora de poesía, y quizás, quién sabe, empiece algún día a leerlas en castellano. Qué cosas, no saber apreciar algo en tu lengua materna. Qué cosas, no saber saborear la música.

FALL

So it's today, and in the chokecherry this year:
the first leaves turn ochre, there, by the open gate.

I grab the sweater you left on a chair, wrap it
around my shoulders, and -as I did for days last year

until I couldn't keep with the season- I pick
every single rusting leaf, each fading flower

and hide them in my apron pocket: their crush
clandestine against my belly. It's a simple gift

for you -for us- such an easy thing to do
for a few more days of summer.


Laure-Anne Bosselaar

Irribarrea

Umeentzat.

Zuen irribarrea marraztea ezinezkoa egiten zait.
Arkatzarekin saiatu naiz eta kolorea falta zaio;
margoekin, gezurrezkoa dirudi.
Zuen irribarrea marraztea
eguzkiaren argia marrazten saiatzea bezain
ezinezkoa da;
maitasuna hitzekin adieraztea bezain zentzugabekoa,
lagunak diruarekin erostea bezain ergel.
Zuen irribarrea ikusteko,
hoberena,
zuen aurpegietan dagoena
nire begietan gordetzea da.



Como diría Gloria Fuertes: Es "pa" los niños.

Dibujar vuestra sonrisa se me hace imposible.
Lo he intentado con el lápiz y le falta color;
con pinturas, y parece de mentira.
Dibujar vuestra sonrisa es tan imposible
como tratar de plasmar sobre el papel
la luz del sol;
tan inútil como tratar de expresar el amor con palabras,
tan estúpido como comprar nuevos amigos.
Para ver vuestra sonrisa,
lo mejor
es guardar la de vuestra cara
con mis ojos.


(Espero me disculpéis la ñoñería y la paupérrima calidad. Me ha atacado y ha pedido ser escrita. Por cierto, la segunda no es traducción exacta, sino más bien una versión; no creo que se pueda traducir la poesía.)