Tenemos la suerte de que Badajoz está a tan solo 6 km de la frontera portuguesa y los fines de semana mucha gente suele ir a comer a alguna de las localidades del país vecino (y hermano), esta visita gastronómica se suele complementar con la compra de las ya míticas toallas, sábanas etc... y nosotros claro, no podemos dejar las cámaras en casa, así que nos acercamos a la estación de Santa Eulalia y aprovechando unas nubes espectaculares pasamos un buen rato.