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lunes, 31 de agosto de 2009

Cuzco

El pasado día 16 de agosto, partí de La Paz hacia el vecino Perú, para visitar uno de los destinos turísticos más importantes de toda Sudamérica, Machu Picchu. Lógicamente, el primer paso era visitar la ciudad de Cuzco, capital del imperio Inca, cuando se denominaba Qosqo, que significa ombligo del mundo. Parece ser que finalizado el imperio de Tiwanacu su pueblo migró hacia el norte con la posterior fundación de la actual Cuzco.
Los conquistadores españoles se encontraron una ciudad llena de templos y aprovecharon estas impresionantes construcciones para, a partir de estas, levantar sus iglesias y palacios.
El centro de la vida, fundamentalmente turística, de Cuzco es la Plaza de Armas, una impresionante plaza porticada donde resaltan la Catedral y la iglesia de la Compañía de Jesús. De esta plaza parten numerosas callejuelas llenas de encanto, por las que apetece dar interminables paseos y como no, repletas de tiendas donde comprar infinidad de suvenires y agencias de viajes para preparar las excursiones a las ruinas cercanas o a Machu Picchu.

Plaza de Armas de Cuzco, con la catedral (izqda.) y la iglesia de los jesuitas (dcha.)

Vistas de la Plaza de Armas desde el mirador del Qosqo

Calle Procuradores, una de las más típicas de Cuzco

Piedra de los doce ángulos en la calle Hatum Rumiyuc, antiguo palacio de Inca Roca, actual Palacio Arzobispal

Típicos miradores de la Plaza de Armas de Cuzco

Fotografos de otro tiempo en la plaza de San Francisco

Claustro del museo Inca

Iglesia de la Compañía de Jesus

Centro de textiles tradicionales en el museo precolombino

Arco de Santa Clara y vendedora de refrescos

martes, 7 de octubre de 2008

Recuerdos de Perú. Cuzco y Machu Picchu. 2001

En 2001 a través de mi amigo Jesús, que había estado el año anterior con la ONG Setem, fuí a Perú en mi mes de vacaciones a colaborar con unas "misioneras todoterreno" que desarrollan su trabajo en la selva amazónica. La madre Lucero de Barranquita nos acogió en su casa y estuvimos haciendo actividades con la comunidad de la zona. Las actividades consistían en dar a conocer a los niños sus derechos y con las madres sobre asuntos de sanidad, higiene, alimentación, sexualidad, etc. Fue un mes en el que aprendí más de lo que pude enseñar. Vivíamos en una casa de madera y comíamos, la mayoría de las veces, lo que nos daban los lugareños de sus chacras (huertos).
Los últimos cinco días de mi estancia en Perú, fuimos Raquel y yo a ver los restos arqueológicos Incas de Machu Picchu. Fue impresionante, nunca había visto nada igual, las nubes pasaban rozándonos, estábamos a 2.438 metros de altitud y la sensación de fatiga era enorme, de hecho nada más llegar a Cuzco nos dieron un mate de coca, que tiene las propiedades de suavizar el mal de altura. Como historiadora del arte disfruté mucho de su patrimonio, arquitectura y etnografía, y como persona me enseñó a valorar lo que tenemos y no damos importancia.


Montaña Huayna Picchu y ruinas de Machu Picchu

Plaza en cuatro niveles de Machu Picchu

De ruta por los aldededores de Cuzco

Falla andina

Niño cuzqueño

Vendedora de muñecas en Cuzco

Vista general de Cuzco

Soportales de la Plaza de Armas de Cuzco

Vendedoras del mercado de Pisac

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