Es preciso respetar, y tal vez alentar,
la existencias de lugares techados en donde se perfeccionen técnicas y
destrezas en la versificación. Los oficios requieren de aprendizaje, desarrollo
de habilidades. Como así mismo es aceptable, para nuestro común, el viento por
el ágora que suponen las gnomos editoriales, los subalternos blog, las
cofradías y los cenáculos, las opiniones ágrafas, aquello que esparce feisbuk.
Todo deviene en fraternidad plural. Es más deseable, sano incluso, el riesgo de
que vuelva la crítica y que cese la loa tributaria. Sin embargo, no es tan
evidente la necesidad de animar a la construcción de poemas. Su abundancia no
es en sí misma un bien. Tan útil para nuestra república es la diligencia en
algunos poetas como la pereza en otros. También por omisión – sugiere Caballero
Bonald- se escriben libros. Y salen buenos. Piénsenlo y dense al ocio. No
carguen, carguemos, la sentina. Buen verano.
sábado, 29 de junio de 2013
miércoles, 26 de junio de 2013
Todo lo que comienza tiene final.
Pedro A. y Antolín Fotografía Cristina HD |
Gónzalez Ortega y Davina Pazos Fotografía: García Sánchez |
Siempre hay un antes, siempre un después. Antes, la lectura pausadísima de José María González Ortega en la Casa de La Mancha, martes 18, de su poesía enamorada y vocativa, flanqueado por las voces de Davina Pazos y de Marina González.
Y después, y como entendido acabarse, la visita a EspacioReina37, un lugar habilitado además, con inteligencia y sensibilidad, para la poesía. Allí, el 25 martes, y con gran alborozo, estaba de público Isabel Miguel, hermana de Mientras la luz en brindar compañía y escucha a quienes tanto leen. Sabe mucho esta soriana de las corrientes poéticas y sus rostros.
Luz Pichel |
Y fin de cronicar por esta temporada. De verdad, así de abrupto, pero fin. Que fin.
lunes, 24 de junio de 2013
La hora del cierre. Un poema de Eugenio Arce
Tiene la poesía de
Eugenio Arce Lérida una tentación moral. Un tono que la inclina hacia la
reflexión melancólica sobre actos y actitudes. En sus palabras habita
una confianza segura en que la poesía es utensilio de belleza tanto como de conciencia. De la conciencia que busca la
luminosidad en la virtud. Y en la crítica.. No hay pizca de amargura cuando el verso detecta la
feble voluntad de los humanos, sino que su respuesta lírica es persistir en voluntad. Cuidadoso hasta el extremo en la elaboración de sus
poemas, tiende hacia una poesía útil, de claridad.. Su buen hacer procura que ni
la elipsis excesiva, ni el fragor emotivo, ni el barro de la acumulación oculten
la eficiencia del lenguaje, su inmediatez y economía. Su sentido
musical.
Eugenio es manchego, poeta y narrador. También amigo. Vive
en Ciudad Real, donde es responsable actualmente del grupo Guadiana de poesía,
de sus actos y tertulias. Como poeta tiene publicados Yunque de luz herida (BAM
1996) e Interna geografía (GL Guadiana 2001). A los que durante el pasado año
se le ha añadido Siempre será mañana, editado en Campeche, México, por la Casa
Maya de la Poesía.
De esta última entrega, el poema que ofrecemos.
La hora
del cierre
El bar
está a apunto de cerrar.
Un
camarero barre
papeles
y fantasmas.
Son
restos de naufragios
y de
celebraciones.
El
impulso del tiempo
desaloja
el local.
Todos
corrieron hacia su destino
apartando
la niebla con sus manos.
Aquí
convivieron, por un momento,
las
simas de los sueños,
el halo
de las cúspides
y el
espacio desnudo
de la
resignación.
En esta
tibia atmósfera aún flotan
verdades
y mentiras
unidas
por los lazos no verbales
de toda
representación teatral.
Ya el
bar cerró sus puertas
y un
manto de silencio
nos va
borrando a todos.
jueves, 20 de junio de 2013
Melocotones. Un poema de Manuel Juliá
MELOCOTONES
Hoy estoy triste, quizás no pueda subir en este momento
a través de las calles sin luces
a las primeras lluvias del colegio,
estoy triste porque escondo en los sueños
de una habitación quieta en el papel amarillo
una imagen que está sola, velando
los recuerdos que aún no la abandonan,
y por eso no puedo hacer otra cosa que pensar en ti
mientras llevo un albaricoque a mis labios
como si tuviera sangre, y cuando lo muerdo
pienso que estás enfrente, que me lo arrebatas,
que con una inmensa dulzura lo desnudas
para que pueda consumir su carne
con el olor de tus dedos,
estoy triste porque hay una soledad
en el vestíbulo magullado, una soledad sin alma,
algo parecido al silencio de la ropa sucia,
y un álbum que se abre y una ventana que se cierra,
una inmensa piedad herida en cada una
de las fotografías que observas callada
meciéndote en el sillón,
la casa derrumbada es un mundo recién vivo
que tiene tu ternura y tus ojos pequeños,
tu alma de pan blando, de vino dulce,
tus labios delgados dentro de una manta
alrededor de mi congoja interminable, madre,
hoy estoy triste porque vuelve a salir el sol
sobre el mundo aunque ya no haya mundo
y tu mirada en el comedor
observa como recojo mis juguetes, siguen vivos,
y los árboles siguen moviéndose
en una llamada de auxilio imperecedera
y no encuentro tus brazos, el sol y el viento
siguen su viaje por la bruma buscando
palabras viejas para dormirse en ellas.
lunes, 17 de junio de 2013
Junio feliz
Davina Pazos Fotografía de Maxi Rey |
Davina Pazos, melodioso albor de pantera, hizo una lectura
íntima, recogida, casi extraña para su furor. Colmillos sosegados en matiz.
Silbo entre dientes que subrayaban el fuego. No leyó, dijo. Con saliva de acero y
miel, dijo. Fue el miércoles 12 en el blancor subterráneo de Galileo 52, lugar
donde se fabrican libros bellísimos que apenas se venden en España. Éramos 12. Dijo
poemas de la tierra usurpada que es la muerte cuando vuelve al amor desde el
amor. De su próximo Voces. Dijo poemas de ese enigma en pedazos que es el deseo cuando Tánatos araña. Una lectura exacta, sazonada, porque así lo quiso, con una
copa de vino mientras. Davina Pazos es un enigma agreste, bosque de océanos,
voz que como mano tienta. Qué belleza ser pocos cuando es tanta la hermosura. Aquí está el video.
María Jesús Fuentes en Velintonia Fotografía de MC Barri |
Jueves
María Jesús Fuentes es vándala voraz y ajena. Vive entre
mares. Desde el azul de Ceuta vino hasta la arcilla vidriada de Pepa Nieto. Al
sofoco que llaman meseta. Algo dijo de ella Miguel Losada para presentar su
lectura en Arco Poético. Algo dijo ella de sí. Luego, su poesía tiene cien
vientos, mil ventanas, corceles de lumbres que atraviesan. Intuye, mira,
resuelve. Hay en ella una rebelde serenidad que las formas no sujetan. Todo
estalla porque le estalla. Vándala dispuesta a no callar. Poemas donde el
coraje sabe del hambre y la misericordia, del dolor, donde la voz ignora los pronombres. Poemas
imposibles para conciencias acomodadas. Dijo ser malagueña y en Ceuta feliz. Leyó
con sal de ida y vuelta, sujetando el acento. Rompe mapas cuando el grito le
urge. Y deja que lo poemas supuren. Digan. Estuvimos allí el jueves 13,
por eso sabemos. No fuimos demasiados, pero sí José Cereijo, Carmen Jodra, Marga Clark, Jesús del
Real, Milagros Salvador o Jesús Munárriz, entre otros..
Luis Rosales Fouz Fotografía MC Barri |
Alegría y tristeza. Emoción y
elegancia también en el patio de Velintonia 3, bajo el cedro que plantara
Vicente en 1926. Con fondo de luz encendida, de casa iluminada. Unos 20
lectores se turnaron para dar voz al texto más conocido de Luis Rosales. La
Casa encendida. Comenzó la lectura su hijo, Luis Rosales Fouz y la concluyó Alejandro Sanz con aquello
de Gracias, Señor, la casa está encendida. Algo de música.en la noche serena para las
150 personas que llenaban el patio. Y algo de tono reivindicativo. Estuvo Telecinco
para reforzarlo y estuvo Mientraz la luz con amplia representación. Hubo ambiente generoso y cuidado estilo. Al finalizar
Alejandro Sanz, presidente de la Fundación Vicente Aleixandre comentó para los
asistentes el recorrido por las habitaciones del abandono. Estuvieron Pureza Canelo y Elena
Diego, de la Fundación Gerardo Diego que soportó económicamente el acto. Y Maxi
Rey grabándolo.
La batalla continúa. ¿Vendemos? ¿Compramos? La que fue Casa de la Poesía se ofrece a la venta para seguir siéndolo. ¿Por qué no se vende? ¿Por qué no se compra? Un drama su estado. Eduardo Merino y Carmen Bermejo, incorregibles y acalorados, seguían discutiéndolo a las 3,34 AM. Les digo: no se venderá. Habrá más actos. Para nuestro bien.
La batalla continúa. ¿Vendemos? ¿Compramos? La que fue Casa de la Poesía se ofrece a la venta para seguir siéndolo. ¿Por qué no se vende? ¿Por qué no se compra? Un drama su estado. Eduardo Merino y Carmen Bermejo, incorregibles y acalorados, seguían discutiéndolo a las 3,34 AM. Les digo: no se venderá. Habrá más actos. Para nuestro bien.
Inserción solicitada
Tuvo que ir el jefe, tuvo que ver para creer: Juan Carlos
Suñén, sombrero, abrigo y jersey negro, 13 de junio, cerró el ciclo Favorables: 32 grados, el sol era un gentío azotando las ventanas del torreón de Cibeles. Ciclo bien
diseñado y de escaso público. Incluso con Juan Carlos Mestre, nuestro celta
bardo, que cerró. A duras penas el segundo JC sorteó el Derby de Epsom que supone la
biografía dialogada que el primer JC ofrece de aperitivo. Advertido, no cabe duda, hizo
cuanto pudo para no ser descortés ni mostrar sumisión. Leyó cuando le fue consentido, posible.
Dejó, dicen, a los que oían, escaso número, en el deseo. Hubo acordeón final para el cavalo
morto y el sastre de las mariposas. Suñén y su gin-tónic degustado en público
prometen volver el próximo curso. Contaremos.
domingo, 9 de junio de 2013
Topo enviciado
Si no fuera, mujer,
un simple amanuense
que roza sin objeto y roe
sino topo enviciado
que escarbara con viejo lapicero,
o con pantalla táctil
y arrancase la greda a las entrañas
del papel,
el hambre a las arcillas
o el temblor al silicio amaestrado
o fuera la obsesión
de esos obreros,
los que a las ocho vuelven,
sí,
los que tallan el túnel como recta,
como si fuera un verso,
sólo porque conozca
la luz el corazón de los granitos...
viernes, 7 de junio de 2013
Ángel Guinda vence al vecino incómodo
Otra vez tarde. Esta vez demasiado. ¿Dónde es lo de Ángel Guinda?
En el salón, dijo uno de los conserjes poco pagados del Ateneo. ¿Ya ha comenzado?
Ya ha comenzado. Con suave parsimonia descorro las cortinas. Granates, pesan. Y
sí, asombro. Un nuevo pleno de asistentes que recuerda al de Chicho Ferlosio y
al de Mestre. Paso. Pienso. Hay que traer músicos, artistas, gentes, circo. Hay
que vestir la cosa. La gente responde cuando atisba espectáculo. Pienso. De todas
las formas Ángel es mucho ángel Su
palabra pica, su poesía dista mucho de ser insípida. Pienso. Tiene muchos
amigos, Ángel podría nombrar a cada uno de los sentados por su nombre. Camino pasillo
adelante. Su capacidad para la amistad es dilatada. Llego a una de las primeras
butacas. ¿Pero tantos? Tomo asiento. Se presenta (Rigor Vitae), último libro del aragonés.
Fotografia: Carmen Lafuente |
Mi vecino no me dice aún, pero entiendo su
intento por decirme que me he perdido poco, que se espera mucho y más. Le
escucho. En esos momento el poeta y Marifé Santiago, sillón y micro frente a micro y sillón, mantienen una charla pública. Dice el vecino: Parece publicidad
Banco de Sabadell, aunque no vire al negro. Entiendo. Marifé, poeta, profesa el
arte de la filosofía. Habla, considera, se atreve, arguye. Ángel calla. Mi
vecino explica: La entrevista pretende ser una forma de remarcar el conflicto
de la existencia, y de los otros, en que el poeta está empeñado. Le miro.¿Debería
callarse? Marifé: ¿No crees Ángel, que el hombre, y el poeta más, son siempre
vulnerables, que viven acechados? Ángel: Sí claro, todo agrede, todo es capaz
de la herida, anoche creí no poder llegar a este acto, un aluvión de amigos,
horas y copas estuvieron a punto de impedirlo. Aplausos varios. Mi vecino también. Aplaude y habla.
Llegaste tarde, me dice, pero a tiempo de ver un vídeo-poema
espléndido de Sándor M. Salas. Con gestos pido silencio, no cierra mi vecino. El
vídeo es hábil, capaz de recoger la esencia de las preguntas del poeta y
remarcar. Menos mal, dije. Esto sí. Pero él no cesaba, mi vecino de asiento digo.
Se anuncian lecturas de poemas de (Rigor Vitae) por amigos del poeta . José Cereijo certero: Esta imagen de Guinda que ilustra el libro no es la Ángel, el poeta y el hombre
son más vitales. Luego entendería. Leyó David Domínguez con lentitud apresurada.
Leyó Zhivka, leeeenta. Interpretaron dos poemas, casi y bien, dos actrices. El
público parecía contento.
Mi vecino, en un susurro: Para envolver mejor la
poesía es precisa la música, aunque venga con el minimalismo de Rafa Mora y
Moncho Otero, explicaba pedante. Y así fue. Interpretaron con delicadeza
insospechada dos poemas rabiosos del protagonista: soy un hombre con la sombra hasta los hombros decía un verso de una
de las canciones. ¿Callaría? No señor, era un caso de conciencia. Otro vídeo, de
Sándor. Arriesgadísimo. Aprovechando el juego semántico que ofrece el título,
el poeta, o sea el vivísimo Ángel Guinda, se ofrece al rigor mortis como recién
cadáver que sueña, que explosiona. Aquí entendí a Cereijo. Aplaudidísimo, Sándor
tuvo que salir a saludar, momento que aprovechó para ponerse la americana.
Bien. El libro de tapas rojas había logrado su ambiente. Queda el autor, dijo
la inclemencia de mi vecino. Lo sé, coño, quieres callar, Maxi Rey lo está grabando todo. ¿Calló? Vino el rumor
de una voz rotunda a decir del libro rojo de Olifante. Comenzó a leer, 1,67 y
negro, Ángel Guinda. Se hizo silencio el ruido. Llegó la poesía.
martes, 4 de junio de 2013
Amblar, Antolín Amador y un poema.
Antolín Amador es un poeta metálico que se baña en cerveza.
De tal costumbre ha obtenido su ductilidad. En su interior suenan interminables
golpes de gong, sonidos irreductibles, directos. Antolín es ceño torrencial.
Los poemas parecen bailarle entre los dedos, fluyen sin peso. Revolotean. Tiene
en casa una tina enorme de madera que llena de líquido rubio y espumoso, de lúpulo
y frescor acerbo, donde se inunda. Y es allí, como buen árabe andaluz, donde
crea. Despacio. Sabe que hoy otros ojos que miran sin apremio, que sostienen. Los domingos escribe.
Cuida la caligrafía. Lo hace para olvidar. Sabe que en algún lugar cercano aún
le deben 2500 veces lo que le deben. No es poco. En los próximos días presentará
su nuevo libro. Estén atentos a la agenda. Ese día podremos conocer La cara
que pongo cuando llueve. En uno de sus poemas aparece una palabra casi en
desuso: amblar. Sí, han leído bien:
amblar.
En Mientras la luz empleamos el Diccionario de Autoridades
como fuente poética. Algunos se extrañan. Aprendan aquí su error. Hemos hojeado
hasta encontrar amblar y observen lo que decían de ella las autoridades a
principios del XVIII. Sus dos acepciones.
AMBLAR: v. n. Caminar, andar. Es tomado del Lat. Ambulare, y
sincopándolo se dixo amblar. Trahe este verbo Nebrixa, y le aprópia unicamente a
las béstias. Está antiquado.
AMBLAR: Vale también hacer movimiento el cuerpo al tiempo de
cópula carnal. Trahe esta voz Nebrixa en su Vocabulario: pero yá no está en uso.
Lat. Griffare si es en la hembra, y en el varón Cevére.
Porque la cosa no se pierda, Antolín ha querido mantener el
uso. Su práctica. Lean si no el poema.
He salido a la calle
y con con jab de izquierdas
la lluvia te ha traído hasta Madrid.
Agua que desde el sur
apura la insolvencia de mis ojos.
Coincido con las nubes
en olvidarme de la sed
y reciclar los charcos por si amaina.
Si pudiera juntar todos mis pasos
y hacerte kilométrica,
si pudiera tu cuerpo
salvarse de la prisa y me esperara.
Si supiese con gula amblar tu nombre
y hacerme permeable.
Si supiera decir
que nunca fui como te quiero.
domingo, 2 de junio de 2013
La mañana
dejados sobre un lecho
que espera, tibia, la enemistad del alba
sobre el calor
de cuerpos ya gozados,
queda tan sólo
mi mano quieta
en la melancolía de tu vientre
tu cansancio conoce el abandono
y podría tocar la luz que vierte
inocencia lasciva
sobre el lino
sobre el fiel de tus labios
del patio llega
la paciencia sin voz de los laureles,
tristeza de las dalias
ya sé
que todo el tiempo
que pueda sucedernos
es inútil
si no ha de contener esta mañana.
(De Salvo de ti, poemario que próximamente publicará en edición digital Alacena Roja)
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