.
Su mundo era el dibujo, la pintura. Su mundo es ahora el dibujo, la pintura, la poesía. Se llama Fernando Fiestas y está en la quinta década de su vida. Desde hace unos años lee, vive, busca, escribe, deshoja poesía. Ha mostrado su obra pictórica en París, Oporto, Varna, Salzburg… y en numerosas salas españolas, pero viene a estas páginas porque deseo que se conozca de qué nuevas aguas bebe. Sé que su principal preocupación es el ritmo, sopesar el valor de las palabras, encontrarles el lugar preciso para que sean. Su mundo es rico, él sabe lo que quiere, lo que desea escribir, lo que le interroga, lo que le recorre. Está ávido de sensaciones, deseoso de modelos a los que desguazar. Y escribe y pinta. Su mundo deambula entre imágenes oníricas e individuales angustias. Desde la soledades coloridas a la alegría del amor.
Participa con “Verbo Azul” en las actividades del grupo. Ha publicado en revistas y un cuadernillo “Jardín de esquemas”. Son tanteos, mientras su obra avanza. No tiene prisa, pero anda. Y sabe hacia donde. Hacia la luz. Suyos son el poema y la estampa.
Participa con “Verbo Azul” en las actividades del grupo. Ha publicado en revistas y un cuadernillo “Jardín de esquemas”. Son tanteos, mientras su obra avanza. No tiene prisa, pero anda. Y sabe hacia donde. Hacia la luz. Suyos son el poema y la estampa.
LA SENCILLEZ DEL DESTINO
"Cada uno de nosotros lleva consigo a alguien”
Basilio SÁNCHEZ
Siempre he dicho que para renunciar a los dioses
hay que entender la mirada del fuego,
imitar a las mariposas
y hacer el amor en los submarinos.
Siempre he dicho que para dar la vuelta a la vida
hay que avanzar sin dejar huellas
y oler a circunstancias;
así el tiempo lo detendrá todo,
los solares se henchirán de astrolabios
y en los museos habitarán los peces.
Hay que arar la tierra para buscar a los hijos,
sembrarla de semillas,
desgajar la piel de los abedules
y transferir los cantos de los ruiseñores
al sótano de las penumbras.
Es la sencillez del destino,
de la herida trazada por los pasos,
del viento que se enreda en los perales,
de tus palabras, …
yo que nunca te dije
que mi deseo nace con tu ausencia.
.