Como diría Marx, muchos fantasmas recorren el fandom. No en el sentido
de que haya muchas personas que profieren baladronadas sin sentido (que
alguna que otra, la hay), ni en el sentido de que uno vaya a las
convenciones de género y se las encuentre plagadas de aparecidos como en
la primera película de Ghostbusters (o la segunda o la del reboot
feminista o la del reboot con nostalgia ochentera), sino más bien en el
sentido del gran número de desapariciones que se producen, digno de la
dictadura de Videla.
A las nuevas generaciones de aficionados al género les suele importar
tres pimientos que hace diez o quince años hubiera un fulano que iba a
las tertulias, que se ponía muy pesadete contándote el relato por el que
iba a ganar el Ignatius que estaba escribiendo y al que no se le ha
vuelto a ver el pelo, pero a los que le trataron sí que les gustaría,
que hay personas dentro del fandom que sienten un sincero interés por
los demás. (No todo en el fandom es maledicencia y
"Yo-he-venido-aquí-a-hablar-de-mi-libro", amigos).
Antes, si una persona dejaba de venir a las tertulias o reuniones (lo de
quedadas ya suena más millenial) no quedaba sino enviarle una postal o
una felicitación navideña y esperar que no se hubiera cambiado de
ciudad, y si había respuesta se daba por reanudado el contacto (y si no,
que le dieran). A veces, cuando la persona a la que se echaba de menos
era un miembro particularmente atractivo del sexo opuesto o alguien a
quien se le habían dejado libros y no los había devuelto se recurría a
alguna amiga un poco bruja para que hiciera rituales de búsqueda
utilizando un libro o vídeo que hubiera visto o leído y que tuviera su
impronta psiquica grabada. Todo ese esfuerzo lento y tedioso ya no es
necesario, teniendo como tenemos las redes sociales, que facilitan hoy
en día buscar a la oveja descarriada, en un ejercicio de OSINT (Open Source Intelligence) que ha permitido el reencuentro de viejos amigos.
(No todo en las redes sociales es polarización y "fake news", amigos)
Pero aun así hay ciertas personas que no se leen sus cuentas en redes
sociales, si es que las tienen ... y de cuya compañía y sabiduría nunca
se podrá disfrutar más. Y más aún, algunas de esas desapariciones se
llevan a cabo con toda la intención del mundo por parte de la persona
evanescente la cual, harta del mundanal fandom, decide desaparecer y no
responder más llamadas ni correos en lo que viene a ser un "ghosting",
que no tiene que ver con la película en que Patrick Swayze y Demi Moore
practicaban alfarería ... y tampoco es que tenga mucho que ver con el
"Fantasmas de Marte" de Carpenter.
Preocupada, la Asociación Española del Horricientástico, ha decidido
tomar cartas en el asunto para profundizar en los motivos por los que se
le escapan los posibles asociados y pretende realizar un estudio
exhaustivo sobre la gente que deja de participar en convenciones,
sabedora de que cuanta menos gente se escape del fandom, más fácil será
encontrar alguien para ocuparse de la organización de la próxima
convención. Entre las medidas destacan el uso de supercomputadores para
rastrear las redes sociales en busca de aquel que tuvo un rifirrafe por
un quítame allá esas pajas y del que no se volvió a saber más, del que
se echó novia (o novio, o novios, o novias o novios y además novias) y
ya ni monta broncas ni siquiera en Twitter o del que ha acabado de
subsecretario de Cultura en una diputación provincial y, dedicado
completamente a inaugurar museos y asistir a recitales de poesía, ha
querido desvincularse de su pasado de organizador de partidas de juego
de rol o del que dice haber descubierto la alta literatura y las novelas
de marcianos les parecen chorradas.
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Paco (yo te quiero un taco) Lobatón, presentador del evento |
Para reconocer el trabajo de esos señores que organizaron convenciones y a los que no se le ha vuelto a ver el pelo se está organizando un enternecedor programa de homenaje y cariño que se llamará "Qué fue de ..." en el estilo del histórico "Quién sabe dónde", sólo que en formato web/zooom/metup. Sin embargo, debe de ser uno de los posibles recuperables el que ha hecho llegar a uno de los organizadores por debajo de la puerta un sobre con una carta dentro en la que se lee "Qué agustico se vive fuera del fandom. Os va a aguantar Rita la cantaora" sin querer asomar el pelo luego.