Ya hay de por sí motivos de sobra para estrechar lazos entre los países
europeos, pero la aparición de populismos antieuropeos y nostálgicos del
viejo estado-nación por todo el Viejo Continente ha dejado patente la
necesidad de crear un verdadero sentimiento de comunidad entre los
diferentes países de la Unión y un verdadero "demos" europeo que
trascienda la mera justificación funcionalista de las instituciones
europeas de Bruselas, Estrasburgo, Luxemburgo y demás y las consolide
como verdaderas instituciones representativas.
El éxito del programa Erasmus, la movilidad que proporciona el Tratado
de Schengen, las facilidades para el intercambio comercial que ofrece la
moneda única, el éxito de compra centralizada de vacunas durante la
pandemia y muchos otros logros de la Unión Europea que sería largo de
enumerar aquí y que se pueden consultar en libros escritos por gente
mucho más inteligente que los que escribimos esto (por ejemplo Luuk van
Middelaaar en "El paso hacia Europa", que está traducido y todo) no
parecen ser suficientes para contrarrestar en cierta parte de la opinión
pública tendencias que llevan a querer resolver las cosas apelando al
"Aquí hace falta un tío con dos cojones" y en el caso español
recurriendo a los Tercios de Flandes y en otros países a cosas tampoco
mucho más presentables.
El ámbito cultural intenta aportar su granito de arena con obras como "Los europeos" de Orlando Figes, "Grand Hotel Europa" de Pfeijffer y muchos otros que intentan construir una conciencia cultural transeuropea e incluso el mundillo de la ciencia ficción ha puesto su granito de arena con la convención a nivel europeo Eurocon. Llegados a este punto, nos vemos obligados, so pena de llevarnos una filípica gorda en Twitter por parte de los aznarkis, a recordar que su "Saga de los Aznar" quedó por encima como mejor serie de ciencia ficción publicada en Europa del "Perry Rhodan" alemán en 1978, ignoramos si como muestra de simpatía a la por aquel entonces balbuceante democracia española o para fastidiar a los alemanes (federales además, lo que debía de hacerles poca gracia a los países de detrás del Telón de Acero) que se debían estar poniendo un poco pesaditos con su Perry Rhodan.
Alemania (hoy en día felizmente reunificada) tiene como herramienta de diplomacia cultural el Goethe-Institut, que promociona en el exterior la lengua alemana, así como una cultura vibrante y elevada. Pero, no sólo de ópera y vanguardia vive el alemán medio, sino que también tiene cosas ya como de menos cultura tales como la música Schlager, con varios puntos en común con "El tractor amarillo", y los telefilmes protagonizados por señoras alemanas en la cuarentena o cincuentena que se van de vacaciones a la Provenza o a cualquier punto de España y terminan por arreglar los problemas que hay en su familia o por echarse un novio que les da una vidilla que no tenían en su Hamburgo natal.
Al mundillo de la ciencia ficción, que siempre (en teoría) ha sido muy abierto al contacto con todo lo exterior, ya sea país o cinturón de asteroides, no le parece mal que se confraternice con otros países europeos y en este caso la gran potencia continental, pero por parte de Portalico AEFCFFT han pensado que puestos a ver cosas alemanas, antes que esos telefilmes como de Antena3 que les parecen muy aburridos, mejor que a mediodía les pongan todo el audiovisual que haya de Perry Rhodan y ya le han pedido al Goethe Institut que se traiga a Andreas Eschbach, autor de Los tejedores de Caballos, y a otros autores alemanes de prestigio a las convenciones españolas y que les subvencionen por la patilla viajes organizados a la Biblioteca especializada en el fantástico que hay en la ciudad alemana de Wetzlar. Varios autores españoles, por su parte y sin encomendarse a Dios ni al diablo, no se han cortado en pedir un viaje a la Frankfurter Buchmesse, la famosa Feria del Libro de Frakfurt, aprovechando que en año que viene España será invitada de honor con el lema "Creatividad desbordante", con stand y visita a cervecerías de valvulina y ahí ya sí que les han dicho que se monten y pedaleen.