Louis de Rouvroy –Grande de España- define a Anne de l´Enclos “Ninon”,
como: "un claro ejemplo del triunfo del vicio cuando se dirige con inteligencia
y se redime con un poco de virtud".
Desde la perspectiva actual, he aquí, la más clara definición, el retrato
más verosímil del marqués de Bradomín, que al comienzo de la lectura se nos presenta.
Sus amores, desgraciados según él, hubieran conseguido la plenitud de haber
nacido mujer: “A las mujeres para ser felices les basta no tener escrúpulos”.
Tanto la envidiadas damas (Thais de Grecia y Ninon de Francia), como la frase que antecede a estas líneas parecen
dignas de mayor análisis:
No es la visión de un Don Juan la que ofrece Valle
Inclán, y mucho menos nuestra afirmación de admirable en la entrada anterior. Más bien aparece
como un personaje cínico, carente -él sí- de escrúpulos, para el que la mujer es
un objeto mas puesto a disposición de su linaje.
Pero, no hemos de ver la Sonata desde el siglo XXI. Toda obra es
consecuencia de una época, no se puede interpretar fuera de su tiempo. En
definitiva, se convierte en testigo de nuestra evolución.
Quedémonos tras la lectura de estas memorias con la satisfacción de
haber sido partícipes de uno de los más
importantes logros de la prosa modernista de España.
Ruinas de Palenque. México