La clave para escribir un bestseller es ser plano,
narrar sin profundidad, exponer las cosas de forma clara, sin voz propia, que
la prosa sea lo más neutra posible, así al lector no se le exige nada, sólo
tiene que mover los ojos de izquierda a derecha, abrir la boca y consumir el texto,
lectores como patos intubados, sobrealimentándose de literatura comercial para
que en lugar de sus hígados lo que se hinche sea el bolsillo de los editores. La
gente no quiere hacer el esfuerzo de ponerse en la piel del otro, quiere que el
escritor deshumanice el texto, que componga una oda a lo genérico, que elimine
todo rasgo diferenciador. Todo bestseller exprés (que vende mucho a
corto plazo) parece escrito por un robot. Paolo Giordano es un autómata. Ya dijo Andy Warhol años atrás que quería
pintar como una máquina y al final sus ideas deshicieron la frontera entre arte y bien de consumo. Desde
que aceptamos lata de sopa de tomate como arte la evolución no ha sido hermosa.
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