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15 de octubre de 2024

Das Seil

El Kulterer
de Thomas Bernhard.

Hacía tiempo que el maestro no pasaba por aquí.
Sigo con spoilers.
Un hombre está en la cárcel.
Respeta las normas y es respetado.
Le gusta escribir relatos por la noche.
Está a punto de ser libre.
Pero le da miedo salir de la cárcel y perder la inspiración.
Incluso sugiere que tendrá que matarse.
La prosa es correcta.
La historia mantiene el interés.
El contenido parece demasiado simple.
Apunto para mí mismo: "¿leer otra vez a ver si saco más jugo?".
Lo leí otra vez en diagonal.
Reflexioné y saqué más jugo.

*En la edición de Funambulista se incluye el relato y su versión guionizada. El guion no aporta gran cosa. Parece relleno para que coja volumen el libro.

El zumo:
Bernhard contrapone el trabajo del protagonista en la imprenta con sus escritos. El fin de ambas labores es poner palabras en el papel, pero su labor en la imprenta es mecánica y obligatoria (como la estancia en la cárcel), y sus escritos son más imprevisibles y creativos (como la vida en libertad).

Queda claro que el protagonista se siente libre cuando escribe y piensa que al salir de la cárcel y recuperar su libertad perderá la fuerza que le impulsa a escribir, esto es, no tendrá necesidad de hacer algo para sentirse libre porque ya será libre. 

A nivel general, Bernhard nos viene a decir que para tener el impulso de escribir uno necesita una fuerza opresora o cierta sombra existencial.

Los posos del zumo:
Cuando va a salir de la cárcel le dan una cuerda para atar sus escritos. Se menciona que esa cuerda es muy sólida, algo que en el contexto del protagonista sugiere que podría suicidarse con ella. 

La cuerda, además del suicidio, representa la falta de libertad de los escritos. Cuando él es libre, sus escritos no lo son. En la vida en libertad, su imaginación, su creatividad y su escritura pasan a estar atados, encarcelados.

Lo gracioso es que la misma cuerda que le podría servir para ahorcarse es la que limita la libertad de sus escritos. Si él quisiera utilizar la cuerda para suicidarse, tendría que desatar sus escritos y liberarlos. Su muerte sería lo único que le liberaría a él y a sus escritos.

11 de agosto de 2022

Querido Bernie

En busca de la verdad
de Thomas Bernhard.

Recopilación de artículos y entrevistas en las que sale a relucir el estilo vigoroso y apasionado de Bernie (apodo sólo para amigos). Le pongo una estrella porque las entrevistas son estupendas, pero hay que decir que este libro es estrictamente para amantes de Bernhard. A mí me ha parecido interesante, pero no se lo recomendaría a alquien que no conociera al autor.

27 de julio de 2016

Hormigón, pensé en el sillón

Hormigón de Thomas Bernhard.

Una vez que has leído varias obras de Bernhard te das cuenta de que todas presentan al mismo recurso: la repetición lingüística que intenta reflejar la locura y la obsesión de los distintos narradores, o incluso las incapacidades del lenguaje. Aunque cada texto tiene su punto fuerte y su argumento central sobre el que se trazan variaciones, es cierto que a un creador de esta altura se le debe exigir más. He leído gran parte de su obra y en este punto ya se hace repetitivo (no por ello deja de ser uno de mis autores favoritos). Quizás, a esa reiteración estilística constante se sume que esta sea una de las obras más flojas que he leído, de ahí el regusto amargo. Aun así, no dejéis de leer a Bernhard.

2 de julio de 2015

La semilla

El origen de Thomas Bernhard.

La obsesión, siempre cerca, omnipresente, en un tejido teñido de biografía, desde el primer momento, y puñales a la educación y la sociedad austriacas, Salzburgo concretamente, aunque quizás faltan ideas, un más allá de, pero como relato humano, con un mínimo de complejidad formal, la obsesión, siempre cerca, reiterativa, una y otra vez, recuerdos del internado y de la infancia donde el nacionalsocialismo y el cristianismo son gemelos, sin olvidar las agonías educativas, y es que las escuelas y los institutos no hacen más que mutilarnos, destruirnos, aniquilarnos, y no hay remedio, y la aniquilación que perpetran las autoridades que se encargan de obligar a los niños a tener una educación en la que, insisto, no hacen más que eliminar al ser humano que llevamos dentro, con la dificultad que eso conlleva a la hora de reencontrarse con uno mismo, es considerable e inadmisible, pues nadie tiene el derecho de aniquilar la naturaleza del ser humano.

15 de julio de 2013

Frost

Helada de Thomas Bernhard.

Primera novela del maestro. Obsesión y muerte y discurso psicológico y filosófico. El narrador en primera persona es enviado a un pueblo (tan fresquito como Burgos) para observar a un pintor y éste se va abriendo poco a poco con diversos comentarios y reflexiones. Narrativa en la que hay un narrador en primera persona y se van incluyendo frases del personaje observado. Es un buen libro, si bien el estilo no fluye tanto como en sus obras posteriores y puede resultar algo cansino para el que no valore las ideas del autor. También falta cierta nitidez, se dispersa demasiado, aunque es algo voluntario ya que se menciona en el texto la imposibilidad de retratar completamente a una persona (la identidad de un individuo sólo puede ser observada y analizada en fragmentos, pues los comentarios y las acciones aisladas no llegan a las profundidades de la personalidad). Una vez más, la naturaleza se erige como algo inevitable que subyuga al ser humano y las palabras se muestran incapaces de describir con claridad el dibujo.

9 de mayo de 2013

Auersberger i ano

Tala de Thomas Bernhard.

Una vez más: el estilo y el ritmo son demoledores. Y el estilo es adictivo y tremendamente sencillo, de reproducir, a la par que original, ¿genial? Aquí se nota que el amigo Thomas ya había alcanzado la excelencia de su prosa. La repetición y el uso característico de la puntuación como síntomas de locura, lucidez, absurdo... incluso efectivos como recurso humorístico. Una narración circular, enfermiza, en primera persona, que te absorbe, que va desplegándose como una alfombra roja, como suele decirse, para que el lector pasee desenfrenadamente, iluminando los recovecos más oscuros de la sociedad austriaca, sociedad artística sobre todo, no sin dejar de analizar las emociones humanas más profundas, desnudándolas, y si se me permite, desnudándose el autor a sí mismo. Crítica al arte, a la sociedad artística y concretamente a Viena, ciudad que destruye a todos los artistas residentes. Todo ello con una, como ellos la llaman, cena artística, de fondo, donde, en esa cena artística, todo es pose. Y qué pasa con los artistas, que no son artistas sino actores. Árboles que aspiraban a desarrollar su naturaleza artística hasta que la sociedad vienesa los reconoce y reconocíéndolos los tala, la sociedad artística vienesa corta a esos árboles, si los corta es porque, o bien esos árboles sólo estaban allí por el éxito social, no por el arte, o bien esos árboles, al ser criticados en exceso, otra forma de talarlos, se ven obligados a actuar ante la sociedad, a doblegar su arte con el fin de ser aceptados por esa sociedad vienesa. Entre otras reflexiones interesantes, ésa es una, una de las principales, si no la principal, la crítica al arte. Y menos mal que Thomas ya no vive porque como se levante y vea cómo funciona el mundillo literario actualmente, o como lo llaman algunos, mercado literario, lo mismo le da algo.

20 de marzo de 2013

Volví a pensar en el mesón

El malogrado de Thomas Bernhard.

Segunda lectura. Ratifico lo que escribí la primera vez. Bernhard me parece un gran escritor pero aquí la forma tiene demasiado protagonismo. No es mal libro, es una construcción interesante, pero cojea un poco en su contenido que se hace repetitivo y da muestras de debilidad en las últimas páginas.

*Comentario añadido despúes. Corrijo: he estado pensando acerca del libro y no sé si es una idealización personal de la obra, pero es probable que Bernhard quisiera que el artificio destacara más que el contenido para representar precisamente eso, a un malogrado, a un fracasado, un ser que se preocupa más de la forma que del contenido, más de las notas que del sentimiento que pone en ellas, más de las palabras que del mensaje que llevan; y a su vez, estar haciendo un retrato de sí mismo y de la literatura en general, ambos incapaces de alcanzar la pureza total debido a una obsesión por el lenguaje. Creo que estamos ante otra obra maestra del amigo Thomas.

13 de diciembre de 2012

Así Roithamer

Corrección de Thomas Bernhard.

Es una obra maestra, por su estilo característico usando muchas comas, creando frases muy largas, que al principio se hace espeso, pero al final uno se acostumbra, como a todo, y como al resonar constante del río, que se encuentra en el valle del Aurach, valle que lleva el nombre del río. El protagonista quiere construir un cono en medio del bosque, en el centro justo, calculando, midiendo la naturaleza aun siendo esto imposible, y para ello el uso de tanta coma, frases largas, y repetición narrativa, se repiten muchas cosas, muchas cosas se repiten, enfatiza la forma del cono, el creador, así Roithamer, en su afán por crear una obra de arte, da vueltas sobre una idea, desarrollándola, representado esto por la base del cono, pero al final toda pretensión creativa resulta absurda puesto que la muerte se impone, la realidad se impone, siempre se impone la naturaleza, el vértice del cono, y tanto el autor como la obra mueren. No sólo esto, aparece mucha crítica a Austria y su sociedad, al sistema actual, cerrado a la originalidad y los valores creativos individuales, reflexiona sobre el matrimonio, lo intelectual, en la buhardilla de los Höller, así Roithamer, intenta desenmascarar la idea de familia, no sin, por otra parte, cuestionar la perspectiva de toda obra y cuánto se acerca ésta, adecuadamente, a la realidad del autor. También, en Altensam, o quizá en la buhardilla de los Höller, así Roithamer, contrasta la idea frente a la realidad, intenta responder, lo mejor que puede, a la pregunta sobre el acto creativo, aunque eso ya está implícito en la creación del cono y sus metáforas, entre ellas incluida, la obra de arte dejada a la naturaleza tras la muerte del autor, la muerte como una corrección, en el centro del bosque de Kobernauss.

23 de noviembre de 2012

¡Más luz!

El imitador de voces de Thomas Bernhard.

Libro sencillo de microrrelatos que cuenta anécdotas que el autor se ha encontrado a lo largo de su vida. Tono humorístico a veces. Estilo característico con un uso reiterativo de la coma. En general son historias bastante curiosas, algunas con cierta moraleja, otras te dejan pensando en las paradojas de la vida. La mayoría giran en torno a la muerte o el suicidio, la tragedia. Tragicomedia mejor. No tiene ninguna complicación estructural ni es difícil de leer.

10 de agosto de 2010

Verstörung

Trastorno de Thomas Bernhard.

Empieza clásicamente con un hijo y un padre médico que van visitando a enfermos. Se va creando una atmósfera de enfermedad y oscuridad que más tarde se rompe al emulsionar cuando visitan al príncipe. Con sus palabras empieza un estilo narrativo característico que pone en jaque al lenguaje y al entendimiento en varias ocasiones. Monólogo filosófico-espiritual-mortal-ymuchomás que lanza el príncipe a sus oyentes... Mezcla el genio y la locura en una baldosa. Torrente de ideas y cuestiones plantea. Infinidad de temas. Original estilo bombardeo. Gran libro.

22 de septiembre de 2008

Decía, pensé en el mesón

El malogrado de Thomas Bernhard, o cómo el éxito de alguien cercano puede llevarte a la autodestrucción.

El éxito de Glenn Gould, intérprete de Las Variaciones Goldberg de Bach. Materia artística: P (de piano). Si él es un genio en P y tú no lo eres, tú eres incapaz, un mero espectador de su genialidad y eso jode. La calidad del texto va de más a menos ya que una de las bases formales de la narración consiste en la repetición de palabras y en enfoques en espiral, diciendo lo mismo con diferente orden. Bernhard utiliza el concepto de Las Variaciones Goldberg de Bach (melodías diferentes que se entrelazan por medio de una melodía común que suena de fondo). Al principio todo esto tiene un toque cómico y resulta interesante pero al final cansa. Mientras la trama va sucediendo, el autor mete pequeñas puñaladas a su entorno social y político. Yo lo veo como un ejercicio narrativo basado en un concepto al que se le ha dado contenido. Parece que el mensaje es un quiste del lenguaje. ¿Es algo voluntario o involuntario por parte del autor? Creo que no se ha percatado, el lenguaje repetitivo (la melodía de fondo) hace que la narración resulte artificial y al hacer eso el propio artificio toma más protagonismo, dejando al contenido en un segundo plano. A pesar de hablar de las variaciones Goldberg en el propio entramado, da la sensación de que el tema tratado podría haber sido otro cualquiera y que podría haberse tratado con mayor potencia.

*Otro punto de vista sobre el mismo libro en la entrada de 2013.