Perdónenme que recurra al chiste fácil: aniquilé el libro a las 100 páginas. Y si llegué tan lejos fue porque Houellebecq es colega y decidí hacer un esfuerzo extra.
Aquí Michel te lanza un tema interesante y relativamente actual sobre tecnología y el mundo digital y después te cuenta la vida de un político que no tiene ningún interés. Decido dejar el libro cuando se intensifica la sensación de que no me está llevando a ninguna parte y que no paro de abrir la boca para recibir cucharadas de aire. Eso sí, algún chistecito sexual marca de la casa no falta, pero a estas alturas con eso no basta.
Y me pregunto: ¿si Houellebecq hiciera un all in hacia lo controvertido, lo sórdido y lo sexual, no sería mucho más estimulante? ¿Un full Bukowski o Burroughs a su estilo, no tendría más chispa? ¿Se verá obligado, como autor, a conservar un mínimo de compostura que le permita funcionar bien en el mercado? ¿O quizá sentirá, como francés de bien, una necesidad interna de mantener un mínimo de etiqueta?
Aquí Michel te lanza un tema interesante y relativamente actual sobre tecnología y el mundo digital y después te cuenta la vida de un político que no tiene ningún interés. Decido dejar el libro cuando se intensifica la sensación de que no me está llevando a ninguna parte y que no paro de abrir la boca para recibir cucharadas de aire. Eso sí, algún chistecito sexual marca de la casa no falta, pero a estas alturas con eso no basta.
Y me pregunto: ¿si Houellebecq hiciera un all in hacia lo controvertido, lo sórdido y lo sexual, no sería mucho más estimulante? ¿Un full Bukowski o Burroughs a su estilo, no tendría más chispa? ¿Se verá obligado, como autor, a conservar un mínimo de compostura que le permita funcionar bien en el mercado? ¿O quizá sentirá, como francés de bien, una necesidad interna de mantener un mínimo de etiqueta?