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21 de marzo de 2023

Cocodrilo del nihilo

Aniquilación
de Michel Houellebecq.

Perdónenme que recurra al chiste fácil: aniquilé el libro a las 100 páginas. Y si llegué tan lejos fue porque Houellebecq es colega y decidí hacer un esfuerzo extra.

Aquí Michel te lanza un tema interesante y relativamente actual sobre tecnología y el mundo digital y después te cuenta la vida de un político que no tiene ningún interés. Decido dejar el libro cuando se intensifica la sensación de que no me está llevando a ninguna parte y que no paro de abrir la boca para recibir cucharadas de aire. Eso sí, algún chistecito sexual marca de la casa no falta, pero a estas alturas con eso no basta.

Y me pregunto: ¿si Houellebecq hiciera un all in hacia lo controvertido, lo sórdido y lo sexual, no sería mucho más estimulante? ¿Un full Bukowski o Burroughs a su estilo, no tendría más chispa? ¿Se verá obligado, como autor, a conservar un mínimo de compostura que le permita funcionar bien en el mercado? ¿O quizá sentirá, como francés de bien, una necesidad interna de mantener un mínimo de etiqueta?

26 de septiembre de 2022

Sopa de sumiso

Sumisión
de Michel Houellebecq.

Houellebecq es un escritor contraintuitivo, pues no destaca demasiado en nada y construye novelas que rozan lo anodino, pero se deja leer con bastante facilidad. Si alguien consigue que me lea su novela hasta el final, algo habrá hecho bien. En este caso, creo que la concisión y la honestidad (la presencia del autor en el texto, como asegura él mismo al inicio) hacen que salga airosa, aunque dista mucho de ser una propuesta notable.

Aquí la idea principal (spoiler) es que un partido musulmán llega al poder en Francia y cambia los valores de la sociedad. Esto afecta a la vida personal del protagonista de diferentes maneras. Quizá lo más importante es que le echan de la universidad (pierde su trabajo como profesor), aunque el nuevo director de la Sorbona (musulmán), en un intento por recuperarle, le intenta adoctrinar. Y lo consigue, más o menos.

El director le dice que "la cumbre de la felicidad humana reside en la sumisión más absoluta". Se refiere a la sumisión de la mujer al hombre y del hombre a Dios. Aquí la gracia es que el protagonista acaba sucumbiendo ante el islam por las ventajas que le puede proporcionar, tanto económicas como conyugales (poligamia), pero no por la componente espiritual. Además se establece cierto paralelismo con Huysmans, autor sobre el que escribió su tesis y que al final de su vida se volvió cristiano.

A Houellebecq no le tiembla el pulso a la hora de ser controvertido, le gusta meterse en charcos, y aquí la provocación reside en aceptar lo que viene, dejarse llevar, someterse, en lugar de luchar por los valores occidentales o europeos. Obviamente, Francia vive un momento de inmigración importante y eso le da una dimensión interesante al texto.

La idea de que la inmigración musulmana (como afirma el nuevo director de la Sorbona) podría salvar la decadencia europea, recuperando la importancia de la familia, la tradición, la sumisión de la mujer... es punzante y se basa en que el cristianismo se ha dado por vencido ante el declive de Occidente. Aunque quizá lo que más subraya el declive generalizado es que el musulmán está contento con convertir a la gente, independientemente del plano espiritual, y el profesor con aceptarlo todo con tal de beneficiarse a nivel terrenal.

19 de febrero de 2022

Ser o no serotonina

Serotonina
de Michel Houellebecq.

Aquí Houellebecq comienza ofreciendo su lado más provocativo, ingenioso y cómico, escupiendo veneno hacia todas partes (homosexuales, inmigrantes, clases sociales...), pero al sobrepasar la mitad del libro, la serotonina empieza a escasear y la parte final acaba sumiendo al lector en el agotamiento más extenuante. Cuenta con algunas partes graciosas y ciertas observaciones agudas, pero más allá de eso, no hay demasiados elementos remarcables.

25 de septiembre de 2014

Occidente al desnudo

Plataforma de Michel Houellebecq.

Aventuras y desventuras de Michel, disfrazado de turista o de ciudadano francés, con la chorra al aire la mitad de las veces. Crítica a la decadencia de la sociedad occidental, recalcando el deterioro de las relaciones personales y la insatisfacción sexual. El narrador en primera persona hace turismo sexual en Tailandia, representando al occidental medio: alguien que se sabe decadente, que es consciente de que hay algo indigno en su conducta hedonista y consumista ya que se aprovecha de las desigualdades para disfrutar, pero que es incapaz de cambiar o de sentirse afectado por la injusticia. El autor nos viene a decir que el occidental actual es insolidario y poco humanitario y que ser así se la suda. Si bien el texto es demasiado efectista, con escenas de sexo que buscan poner cachondo al lector y satisfacer fantasías ocultas, hay varias ideas bastante interesantes. Houellebecq defiende la apertura sexual, critica la hipocresía occidental respecto a los culos, las pollas y las tetas, y propone un intercambio global, de fórmula: [occidentales que lo tienen todo, pero están insatisfechos sexualmente + pobres que lo único que pueden hacer es vender su cuerpo = turismo sexual]. Agitando conciencias y excitando al personal con un estilo que no tiene nada del otro mundo pero que te lees encantado, Michel nos deja un libro más que aceptable.

5 de mayo de 2013

Valor

El mapa y el territorio de Michel Houellebecq.

Vida de un artista que se hace millonario con sus cuadros. Empiezo por lo malo porque hay menos: el principio es un poco tosco, no fluye bien, las palabras se atascan. El estilo narrativo es correcto, pero quizás demasiado sencillo, la prosa no brilla. Lo peor: la tercera parte entra con calzador y se hace aburrida. Esta parte es una excusa para añadir la paradoja (metáfora si quieres) de que matan al autor para robar un cuadro con su retrato, es potente, había que incluirla, pero podía haber aparecido con más sutileza. Siguiente: un halo de hipocresía rodea a todo el libro. Por ejemplo, la reseña sobre la exposición del artista que hace Houellebecq (que aparece en el libro convertido en personaje) es una farsa, se inventa el discurso para enaltecer la obra, lo que hace que ésta valga más en el mercado. Así el artista se vuelve millonario. También hace muchas referencias a productos cuyo valor está en relación a su precio (comida, vino, coches, etc.), cuestionando así el valor real de las cosas. Por eso vale más el mapa que el territorio. En primer lugar, se plantea la cuestión de por qué lo mundano, si es elevado a la categoría de arte mediante la fotografía o la pintura, adquiere más valor. En segundo lugar, un objeto, un producto, una obra artística, no valen nada si no hay un elemento social que los respalde. El valor intrínseco de algo depende en gran medida de su valor social. Hay una crítica a esa hipocresía del arte y a la sociedad que acepta esa mentira y participa en ella. Al mismo tiempo, el autor se autorretrata (se incluye en el libro como personaje) y hace un guiño a lo que ocurre en su vida real. Todos sabemos que Michel Houellebecq es más querido por su obra que por su vida personal. En ese sentido, creo que está enviando varios mensajes. Se da la posibilidad de que una persona sea socialmente inaceptable, pero se la considere valiosa exclusivamente por sus obras, es decir, si Houellebecq tiene valor social es por sus libros. Y también nos está diciendo: de la misma forma que lees mi libro porque la fama como escritor me precede (alguien ha dicho que soy bueno y socialmente se ha aceptado), tienes una concepción negativa de mi persona porque alguien lo ha dicho y socialmente se ha validado esa versión. Entonces todo lector entra en esa burbuja de hipocresía que aparece en el texto y valora la obra y a la persona en relación a lo que la sociedad dice de ellas. También aparecen varias reflexiones filosóficas interesantes acerca del producto artesanal, la producción en masa, el capitalismo... Me recuerda un poco a Los reconocimientos de William Gaddis (salvando muchas distancias) y a American Psycho de Bret Easton Ellis y también coge algo de las ideas de Andy Warhol.