El viaje en el tiempo,
la obsesión por el año 2000. Hacia una nueva sociedad.
“Aunque no se anticipe el fin del mundo ni el Apocalipsis que fue
pronosticado para el año 1000, ni el derrumbamiento del edificio de la Iglesia para celebrar el
hecho de que tal apocalipsis no tuvo lugar, hay todavía quién imagina que el
año 2000 será algo fuera de lo corriente, sencillamente sólo por la
especulación que ha engendrado. Desde, por lo menos 1790 que fue cuando se
inició la cuenta atrás, ha existido siempre especulación.”[1]
(Jencks, 1971, p.12)
La sucesión por lo tanto de viajes de exploración a nuevos
lugares, acrecentados por la figura de Julio Verne y sus novelas “Viaje al Centro de la Tierra ” (1864), “De la Tierra a la Luna ” (1865) o “Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino” y las previsiones de cambio
social en torno al segundo milenio, como ocurre en el exitoso libro “Looking Backward 2000-1887” [2]
(1888) de Edward Bellamy y su tecnificado ejército industrial que garantiza
la felicidad social en el Boston del año 2000, generan el contexto necesario
para la aparición de la primera teoría científica del futuro, con la obra “Fragment d’histoire future” (1896) de
Gabriel Tarde, al desechar la idea de búsqueda de un suceso previo para apoyar
el siguiente, rechazando el concepto de evolución por el de transformación:
“No me parece ni más concebible ni menos, que el futuro, que todavía no
es, haya de influir en el presente, que lo que lo haga el pasado, que ya no
es.”[3]
(Tarde, 1896)
Paralelamente a esas manifestaciones, aparecen cientos de
prototipos de nuevas comunidades asociadas a las nuevas tipologías
industriales, como “Las salinas de Chaux”
(1789) de Claude Nicolas Ledoux[4],
la fundación de nuevas religiones como las “Ciudades
Mormonas” (desde 1830) asentadas en el estado de Utah e ideadas por su
mentor Joseph Smith, nuevos modelos económicos plasmados en los asentamientos
de “New Lanark” (1815) y “New Harmony” (1825) diseñados por
Robert Owen o los malogrados intentos de nuevos modelos sociales como los que
promulgaba el “Falansterio” (1830) de
Charles Fourier[5] o
el "Familisterio" (1859) de
André Godin.
[1] JENCKS, Charles. Arquitectura 2000. Predicciones y métodos. Editorial Blume. Barcelona, 1975. Ed. original: Architecture 2000. Studio Vista. Londres, 1971. p.12.
[2] “Looking Backward” fue
imitada, refutada, continuada y denostada en más de sesenta libros posteriores,
adoptada por una secta religiosa (los teosofistas), manifiesto de un partido
político y germen que popularizó las visiones del futuro como práctica
literaria habitual.
[3] DE TARDE, Gabriel. Fragmentos
de Historia Futura. Abraxas. Barcelona, 2001. Traducción: Miguel Giménez
Sales.
[4] Ver: CHRIST, Yvan. Utopies et divagations
de Claude Nicolas Ledoux. París, 1961.
[5] En: CHOAY, Françoise. L’urbanisme, utopies et réalites. Editions du Seuil. París, 1961.
Pueden verse los
distintos intentos fallidos de crear comunidades
basadas en el Falansterio como aquella fundada en Condé-sur-Vesgre en 1833 por
uno de sus discípulos, Mr.Baudet Dulary, y la cual Fourier considera una
caricatura de sus ideas.