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En una casa con niños siempre apetece tener un buen bizcocho casero para la merienda y el desayuno.Yo procuro que en mi casa no falte nunca un dulce casero del gusto de mis niñas y evitar en lo posible la bollería comprada.
Hoy he horneado un bizcocho mármol y le he puesto un glaseado de queso, ¡sale buenísimo!
INGREDIENTES:
250 g. de mantequilla blandita, 1 cucharadita de vainilla líquida, 260 g. de azúcar, 3 huevos, 335 g. de harina de trigo, 1 sobre de levadura Royal, 180 ml. de leche, un poquito de colorante alimentario rosa, 2 cucharadas de cacao en polvo y una cucharada más de leche.
Para el glaseado:
Una tarrina de queso mascarpone y 150 g. de azúcar glas.
ELABORACIÓN:
Engrasamos un molde redondo y algo profundo de 22 cm. Forramos el fondo con papel de hornear.
Batimos la mantequilla blandita, la vainilla y el azúcar en un cuenco con unas varillas hasta que la mezcla esté esponjosa.
Añadimos los huevos de uno en uno y batimos hasta incorporar todos.
Tamizamos la harina con la levadura y la vamos añadiendo poco a poco y mezclamos bien.
Agregamos la leche y seguimos mezclando, con unas varillas o con una cuchara de madera.
Repartimos la masa en 3 cuencos . Teñimos de rosa uno de ellos con un poquito de colorante alimentario.
A otro de los cuencos le añadimos 2 cucharadas de cacao en polvo disueltas en 1 cucharada de leche y mezclamos bien.
Repartimos cucharadas de las 3 masas alternando los colores por el molde preparado, hasta agotar la masa.
Con un palito de brocheta atravesamos la masa varias veces, describiendo movimientos hacia atrás y hacia adelante, para obtener un efecto similar al mármol.
Horneamos a 180 grados durante casi una hora ( depende del horno, vigilar la cocción ).
Dejamos reposar 5 minutos antes de desmoldar y poner a enfriar sobre una rejilla.
Una vez frío ponemos el glaseado, que obtenemos mezclando el queso y el azúcar glas hasta que se vea una mezcla homogénea.
Se conserva hasta 4 días en el frigorífico y está delicioso. A ver si os gusta.