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miércoles, 15 de julio de 2009

En contra de la piratería

Aclaración: La presente entrada es un efecto colateral de una rara enfermedad que tengo a la que llamo 'el síndrome del queso de bola' y que algún día explicaré (es cuestión de tiempo que se me acaben las ideas y termine contando toda mi vida). Con esto quiero decir que no estoy haciendo un ejercicio de sofismo, por si alguien lo estaba pensando.

Aclaración de la aclaración: Si alguien no conoce el significado de la palabra sofista tampoco pasa nada, lo más probable es que pueda llevar su vida con normalidad y nadie lo note nunca...

Aclaración de la aclaración de la aclaración: Eeer... no, ya está bien con la tontería.

Imagen vagamente relacionada con el texto del post. Si amigos, el mono de la documentación contraataca. Bueno, al menos esta vez no es la foto de un plátano...

Recientemente mi jefe, una de esas personas despreciables que se bajan películas de internet para no pagar a la SGAE y luego obliga a los niños a verlas, me dejó unas cuantas películas para que las consumiera yo mismo. La verdad es que reconozco que acepté porque soy un ser apocado y con baja autoestima. Seguramente si me dijera que me tirara por la ventana, también lo haría. De nuevo. Además tengo que decir en mi defensa que por motivos que no me apetece explicar -más que nada porque no me da la gana- me esperaba un largo fin de semana delante de la tele y como el grueso de mi videoteca sigue en VHS a pesar de que mi video pasó a mejor vida, no tengo mucho para ver. Con esto no quiero que parezca que me estoy justificando, lo que pasa es que me temo que se nota mucho, ¿no? Pues vale, me estoy justificando. Es cierto que lo hice, pero solo una vez y no lo pienso hacer más, se lo juro señor juez.
Ala, ya está.

Bueno, os pongo en situación. Llego el viernes, cargo cuatro películas en el TDT, que tiene disco duro, a través del puerto USB (¿os acordáis cuando antes una historia podía resumirse con 'metí la cinta en el vídeo'?) y me dispongo a ver la primera. Ya aviso que no tenía grandes esperanzas con ninguna, porque mi jefe es muy de ver cualquier cosa que se estrene y yo últimamente estoy intentando ser más selectivo porque empiezo a pensar que el 80% de lo que se estrena es basura -que esto también sería un tema para comentarlo algún día- pero la verdad es que tenía un día tonto y no estaba de humor para ver nada de Kurosawa (supongo que todo el mundo tiene días asi; de hecho creo que para la mayoría de la gente todos los días son así). Ahora, que empecé con una peli de Nicholas Cage. Me parece que ahí me pasé un pelín bajando el nivel. Pero bueno da igual.

La cosa es que nada más puse la peli me llamó la atención que parecía empezar de repente y con Nicholas Cage con cara de agobio. Bueno, esto me llamó más bien poco, porque Nicholas Cage siempre tiene cara de agobio, pero me extrañó que ya empezara así en el minuto uno. Después de unos diez minutos de película me empezó a mosquear no estar entendiendo nada. Que yo no es que sea muy listo, pero para este tipo de pelis suelo alcanzar (vale, Primer no la entendí, pero no la entendió nadie, así que no cuenta -de hecho alguien se curró un esquema para explicarla y sigue sin entenderse nada- pero vamos, que normalmente soy bastante espabilado, aunque no lo parezca). Al final llegué a la conclusión de que a la película le faltaba el principio (más que nada porque no vi títulos de crédito), y renuncié a verla. De todas formas estaba en 4:3 y parecía un telefilme, así que me dió igual.

Quizás debería explicar esto. En algún momento del pasado, después de Casablanca y antes de Star Wars -y si alguno de mis lectores no ha visto alguna de las dos, ya está corriendo al videoclub (o al emule) para conseguir algo de cultura mínima- alguien decidió que las películas se veían mejor en un formato más ancho (sé que podría explicarlo en más detalle, pero para eso creó Dios la wikipedia, no?). Mi televisor, como el de casi todo el mundo que tiene que pagar una hipoteca, es todavía en formato 4:3, por lo que puedo distinguir inmediatamente cuando veo un telefilme de una película de cine de verdad, por las franjas negras horizontales. Sin embargo, cuando veo una película, aprecio sinceramente que se respete la relación de aspecto, para poder ver todos los personajes que aparecen en la imagen y no solo los del centro (a no ser que la película sea de Woody Allen, que prepárate para escuchar gente hablando fuera de plano). Encuentro pocas cosas más irritantes que un formato capado a 4:3.

Bueno, hay otra cosa que me molesta más. Que suene como si el técnico de sonido hubiera grabado toda la película desde su cuarto de baño. Sé que la mayoría de la gente tiene el mismo oído que un ladrillo y solo es capaz de distinguir la calidad de un equipo de sonido por su precio. Personalmente me fastidia bastante que hace un tiempo se pusieran de moda los home cinemas porque estoy convencido de que para la mayoría de sus orgullosos propietarios no era más que una manera cara de saber la dirección del sonido -lo que, en mi opinión, no hace que cualquier cosa de Ben Stiller mejore demasiado- pero yo si que aprecio realmente la calidad del sonido. No lloré nada la pérdida del VHS, los formatos magnéticos tienen un sonido pésimo que aguanta fatal el paso del tiempo. El DVD supuso una gran mejora en esto. Una mejora de diez minutos, eso si, porque en seguida a alguien se le ocurrió que era buena idea comprimir un DVD en DivX para que cupiera en un CD y de paso conseguir que todo volviera a sonar horrible.

Y la imagen. Madremía, no me hagáis hablar de la imagen.Es imposible ver una película bajada de internet sin ver píxeles. Por el amor de dios, mi teléfono tiene 16 millones de colores ¿tan difícil es bajar una película con resolución suficiente para no ver los cuadritos? La memoria cada vez es cada vez más barata, y -excepto en mi base secreta- el ancho de banda más ancho. Bueno, a mí me parece que no vale la pena comprimir tanto el archivo, pero es una opinión. También podríamos grabarlas en audio y escucharlas en el ipod, si la imagen no es tan importante. De hecho podríamos hacer que alguien nos las contara, no sé que necesidad hay de pasarse dos horas o más mirando una pantalla...

Bueno, y luego están los extras. No se a vosotros, pero a mí me pareció maravilloso cuando descubrí que después de ver 'Fantasmas de Marte' podía ver a Carpenter contando como la había hecho. Se que no vería 'Los Bingueros' con los comentarios del director -bueno, o bien mirado puede fuera una risa- pero hay ciertas películas en las que vale muchísimo la pena ver los extras. Bueno, pues si te las compras en el manta, es posible que no hayan, así que te quedas con las ganas.

En fin, no quiero extenderme demasiado con el tema. Probé las cuatro películas. Todas en formato 4:3 y todas con un sonido lamentable. Terminé viendo el último Batman, y cabréandome cada vez que media cara se salía de plano en un plano corto (de hecho no terminé de verla).

Mirad, no se los demás, pero si esto es la piratería, yo me bajo. No necesito tener tarrinas de 500 de Verbatim con un montón de películas mal grabadas que ya no recuerdo de que eran como le pasa a los obsesos del ADSL. No hay tantas películas buenas. Cien, Doscientas... tal vez doscientas cincuenta, y como la mayoría además son viejas, seguro que están de oferta en la Fnac.

Y que conste que me la trufa la SGAE. Y que conste que no estoy defendiendo el cine español, el iraní, el gafapasta o lo que sea. Solo digo que si un tío se gasta un dineral en hacer que una explosión suene creíble, yo quiero escuchar como lo hicieron, así que prefiero escucharlo en DVD.

Y en Blue Ray tiene que ser ya la hostia. Ya verás como alguien se inventa algo para que tampoco mole...

martes, 16 de junio de 2009

Berto y la piratería

Haciendo una copia de seguridad de mi blog (niños, hacedme caso, recordad hacer copias de seguridad de vuestros blogs ¿Os acordáis de cuando desapareció el blog de adlo, que susto?; si todavía podemos leer la mejor entrada sobre Lost del mundo, es porque alguien había hecho una copia de seguridad) me he encontrado con que ya tenía una entrada sobre la piratería. Bueno, otra más, quiero decir. Una de mis mayores preocupaciones en este blog es no repetirme como un loro, pero ¿si ni yo lo recuerdo, tiene importancia? A veces me dicen que me preocupo por cosas que no tienen importancia, y puede que sea cierto. Yo es que soy mucho de preocuparme por tonterías.

Bueno, a lo que iba, que hace unos días descubrí que el mismísmo Berto Romero leía mi blog y había plagiado mis ideas en su sección de Buenafuente. Para más inri, hablando de la piratería, lo que hace de este deleznable robo, algo además completamente irónico. Bueno la verdad es que tampoco voy a ponerme tan quisquilloso con mis opiniones. A fin de cuentas, un montón de gente opina lo mismo sobre la SGAE. Se que todos me plagian a mí. Ser lider de opinión es lo que tiene. Lo único que le pediría a Berto es que cuando se pase por aqui, al menos comente. Anda Berto, machote, que no te cuesta nada y tener un comentarista famoso da mucho prestigio.

Bueno, para demostrar que no le tengo rencor voy a colgar el vídeo en cuestión, y todos contentos. Total, a mi me solventa una entrada y vosotros os echáis unas risas. Que nadie diga que no tiene tiempo de verlo, que son diez minutejos y está muy gracioso. Además, si tuviérais algo mejor que hacer, tampoco estaríais aquí, estaríais haciendo algo de provecho como, no se, inventar un chicle con sabor a cerveza o matar tunos.



(El video es cortesía de globitodechicle, lo que pasa es que ella no lo sabe)