Mostrando entradas con la etiqueta La gata sobre el tejado de zinc. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta La gata sobre el tejado de zinc. Mostrar todas las entradas

lunes, 17 de agosto de 2015

Cancelado por exceso de expectativas


Hay tanta luz en ti que aunque cierre los ojos sigue siendo de día; un día rojo-naranja a través de mis párpados. Hay tanta luz que a veces temo abrasarme si te toco. Me pregunto por qué me arriesgo cada vez que te llamo por teléfono o te envío un whatsapp y quedamos frente a frente hasta acabar desnudos. Me gusta esa forma de arreglarlo todo por contacto. No siempre, claro, no siempre sale el sol hasta que quemas. Desapareces semanas enteras y claro, yo hago como que no me importa tanto esta especie de noche ártica.

Hasta que apareces en la pantalla del móvil y amanece.

Me dijiste "No te enamores de mí o vas a estar jodido". Y bueno, supongo que lo debo estar. Estar jodido es lo mejor que sé hacer hasta el momento, así que una vez más no importa demasiado. No tengo miedo de cómo voy a encajar eso de que todo es una fantasía más, creo que me conozco lo suficiente como para descerrajarme un número no demasiado grande de botellas, y otras bocas, hasta que otros cuerpos lo acaben arreglando, yo a lo que tengo miedo es a que un día me dé cuenta de que no he estado viviendo por miedo.

No sabría describir con exactitud qué porcentaje de culpa tendrás en esa futura cirrosis con la que me mete miedo el médico, no creo que culpa sea la palabra exacta, tampoco creo que el médico se tome muy en serio eso de curar a nadie. Se sienta y me mira. Y eso es todo. A mí me gustaría creer que no vas a ser la gota que colme el vaso ni la chispa que prenda la hoguera, ni la estocada, ni nada de eso, yo creo más bien que vamos a ser algo así como una tormenta eléctrica que acaba en tornado. Y luego la calma, y luego a reconstruirlo todo, y "qué cabrón el Bandini ese..." y "qué zorra la muy zorra", como si ambos no supiéramos que los dos somos dos lobos de distinta manada.

Dos perros tratando de roer el mismo hueso.

martes, 22 de octubre de 2013

Sobre el tejado de zinc


He empezado esta entrada más de cinco veces. Incluso una vez llegué al tercer párrafo, pero es que hoy no se me salen las palabras de la boca, ni encuentro la escalera para subirme al tejado de zinc donde solíamos subir a ver irse a dormir a las estrellas.

Supongo que el FIN justifica los medios.