Mostrando entradas con la etiqueta Absurdidades. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Absurdidades. Mostrar todas las entradas

jueves, 2 de septiembre de 2010

Frase


Ayer me dicen con mucho acierto, esta frase: "Soy un paranóico al revés: A veces pienso de que todo el mundo conspira para hacerme feliz".

Hoy he inentado pensar así, es difícil,la verdad. Esa actitud choca contra la certeza de que las personas tenemos intereses que difieren con los del resto. No me he amilanado, he dejado que las cosas fluyeran.

Y la verdad, mucho mejor.

Por cierto, ¿alguien sabe de quién es la frase?

martes, 16 de febrero de 2010

Pequeña escuela rosa de sobreensueños escogidos



Le dice que existen dos formas de caer; "como una pluma que juega con el aire o como un plato de loza que se hace añicos contra el suelo". Ella, que es de las que piensan en sus cosas al mismo tiempo que escuchan a los demás piensa que también existen dos formas de añorar "desde mucho antes que el otro se vaya o inmediatamente". Descarta añorar pasado un tiempo porque sabe que la percepción del pasado es anterior a sí mismo y que el futuro carece de relieves como la superficie de un espejo y por lo tanto, resbala.

Quizá tenga la tentación de preguntar algo irrelevante de lo que el otro dice, no para enterarse mejor, sino para ganar tiempo en su discurso interior y por tanto, secreto. "¿y cómo dice que juega la pluma con el aire?" y el otro explicará en vano el vuelo errático y plumífero mientras ella vuelve a retomar el hilo de su pasado inexistente y de su futuro de suelo encerado. Para cuando se dé cuenta de que está dormida ya estará demasiado involucrada en otro sueño. Un sueño en el que salimos todos los que escribimos en un blog de color negro, o de quienes soñamos con vijar un día a Tokio, quizá volará pompas de jabón atadas por un cordel invisible como quien vuela una cometa o pasea un globo.

Nos vemos esta noche dentro de un sueño. Me reconocerás enseguida: soy el de la nariz helada.

viernes, 15 de enero de 2010

Si me dices que me quieres te regalo mi sombrero.

A veces encuentro, en pequeños textos sin pretensiones, polvo de estrellas bajo la alfombra del comedor, me encuentro pelusa de hilo de oro por los rincones de mi casa. Y si me preguntas no sé la respuesta del porqué es así. Hay tanta fuerza y tanta belleza en lo cotidiano que a veces me falta el aire, me quedo durante horas como una hoja cayendo desde el infinito hasta el suelo.