martes, 23 de julio de 2024

I

 


A veces las cosas no son lo que parecen. A veces las cosas no son lo que son, son otra cosa que la imita bien.

Hemos llegado al final

Ahora sólo queda otro principio.

Voy a echar de menos echarte de menos, pero eso no lo decidí yo. Como siempre.

Hoy he pasado cerca de tu casa. Nunca volví a estar tan cerca. No ceo que sepa volver, no creo que vivas allí. Han pasado veinte años. Tendrás el pelo gris, los ojos del color de la hierba de Irlanda, seguirás llevando el apellido de escritora, se te habrá curado el agujero que tenías en el pecho, habrás vivido aventuras que nunca son como uno las espera. Habrás tenido paz. Sé que has tenido lucidez y paz para lograrlo casi todo.

Hoy me he acordado por qué no puedo volver y me he asustado de mí mismo. 

Eras tan frágil y tan fuerte al mismo tiempo.

Te vi morir y te vi volver a la vida. Me quedé a tu lado todo un día hasta que se me hizo de noche. 

Hoy sólo quería volver a casa, pero no he podido y ya nunca creo que pueda.

No soy quien digo ser, ni tan siquiera quien escribe esto es quien quiso escribirlo.

Soy la cosa esa que no es capaz de ver lo frágiles que somos.

Por eso me alejo, por eso no soy capaz de averiguar hasta dónde debo mantener la distancia.




jueves, 11 de julio de 2024

C

 


Tal vez tengamos la costumbre, la manía, de abrir el día con la mente puesta en el azar en lugar de empezarlo con una Determinación que nos cambie el destino, que nos arrastre hacia lo imposible y nos arrebate la vida que tenemos para conquistar esa otra a la que no nos atrevemos. Hartos de vivir con eso de que la rutina nos impulse como un ángel de la guarda psicópata y obsesivo que nos da empujones por la espalda porque no sale nada bueno de uno mismo.

Me gustaría sentir el impulso de algo mío, querer vivir sin tener que estar buscando un porqué, un destino final al que el niño que fuimos estaba destinado a ser porque lo quería ser;  al que le gustaría volver el día que empezó a leer su primera novela y cuando la acabó pensó; yo quiero ser escritor sin saber que el mundo es un lugar de múltiples verdades donde uno debe aferrarse a la suya, como si la realidad dependiera de uno hasta que viene la del otro y parece más real

Y entonces yo la vi y supe que era mi realidad y mi punto final. Y me olvidé. Me gustaría que me dijeran que me hicieron olvidarla, pero no. Uno se olvida de quién es cuando deja de saber que es lo que quiere y qué debe hacer para conseguirlo. 

Siempre quise ser otra persona de la que soy hoy, pero no cambiaría nada de en lo que me he convertido, en el que está escribiendo esto y sabe que hay un lugar al que pertenece que sigue vacío. No sé muy bien por qué hoy me levanté temprano y me di cuenta de todo esto. En que en otro universo paralelo yo también estoy sentado escribiendo este mismo texto u otro que se le parece, pero no soy yo del todo quien lo escribe, soy ese otro que no olvidó, o puede que esté escribiendo este texto para mí (que sí olvidé) para que abra mi día y me dé la vuelta y le diga a mi ángel de la guarda que ya no tendrá que empujarme nunca más, que yo ya sé qué quiero.

Todos sabemos qué queremos y nos pasaremos la vida sabiendo qué queríamos haber sido o hecho.

Hoy siento que al acabar el día sí habrá cambiado algo



domingo, 7 de julio de 2024

Tal vez

 No puedo escribir bien. Tengo un dedo vendado. 

Pero tenía que decirte algo. En otra canción y en otra boca, en otro texto, en otro lugar, en otra década.