A veces las cosas no son lo que parecen. A veces las cosas no son lo que son, son otra cosa que la imita bien.
Hemos llegado al final
Ahora sólo queda otro principio.
Voy a echar de menos echarte de menos, pero eso no lo decidí yo. Como siempre.
Hoy he pasado cerca de tu casa. Nunca volví a estar tan cerca. No ceo que sepa volver, no creo que vivas allí. Han pasado veinte años. Tendrás el pelo gris, los ojos del color de la hierba de Irlanda, seguirás llevando el apellido de escritora, se te habrá curado el agujero que tenías en el pecho, habrás vivido aventuras que nunca son como uno las espera. Habrás tenido paz. Sé que has tenido lucidez y paz para lograrlo casi todo.
Hoy me he acordado por qué no puedo volver y me he asustado de mí mismo.
Eras tan frágil y tan fuerte al mismo tiempo.
Te vi morir y te vi volver a la vida. Me quedé a tu lado todo un día hasta que se me hizo de noche.
Hoy sólo quería volver a casa, pero no he podido y ya nunca creo que pueda.
No soy quien digo ser, ni tan siquiera quien escribe esto es quien quiso escribirlo.
Soy la cosa esa que no es capaz de ver lo frágiles que somos.
Por eso me alejo, por eso no soy capaz de averiguar hasta dónde debo mantener la distancia.