Tal vez sea Richard Coleman uno de los mejores autores de letras de rock que se convierten en poesía de este lado del mundo. Podemos incluir a Spinetta, al Indio Solari, a otros más. Pero acá intentaré plasmar un factor que ningún otro músico argentino logró con tanta eficacia y sensibilidad: la capacidad de transportarte a paisajes sonoros que tu cabeza no espera.
Las canciones de Coleman -y en este caso vale resaltar: la música más la letra más la manera de cantar- son capaces de arrastrarte con los pies en el aire hasta
escenografías distantes e imaginarias. Me animo a comparar esta capacidad, sin ir más allá, con el vuelo y las performances de David Bowie. No casualmente el cover más conocido que hiciera Coleman (en épocas de Fricción) es Héroes, antiguo tema del Duque Blanco. Que canción, por favor!.
Pero regresemos a las obras de Richard, un tipo con la cabeza llena de lecturas de poetas como William Blake o Dylan Thomas, capaz de conjugar visiones reales y
fantásticas sin fronteras.
«En épocas en que los grandes letristas no descuellan (salvo los tradicionales), Coleman insiste en una poesía única y particular. Fascinado por los juegos de palabras y por una danza casi fotográfica de imágenes superpuestas, canciones como "Azulado" (que grabó Soda Stereo en su segundo LP) o las actuales letras de Los Delfines están absolutamente dedicadas a la belleza» (Gloria Guerrero)
A (Marte)
Tengo una historia,
vengo de otro mundo.
La verdad, mi fantasía voy a elegir.
Hay un Lovecraft que ha leido Ray Bradbury (lo sé).
Hombres tatuados
vengo dibujando.
Cuando preguntaron a dónde me fui,
el mayor silencio hiciste.
Tengo una cultura,
vamos a la calle.
A manejar la máquina...
A manejar la máquina de Bradbury.
Amo lo que existe
entre nosotros, todo.
Amo lo increíble
cabe a los dos...
A Marte...
Amarte... ahí.
A Marte...
A Marte me fui.
(Coleman-Saenz Paz-Ureta)
Web oficial de Los 7 Delfines
La foto de Richard se publicó en el suplemento CAIN, allá por 1987.
Nota del Staff
Después de un tiempo de investigar y probar varias herramientas que respondieran a las necesidades sonoras de Klamahama, y a los tiempos de edición que implica, ponemos a consideración de nuestra amable audiencia este sencillo cosito que tan maravillosamente han desarrollado los creativos de evoca.com.