Témpera sobre cartulina, 25x16, 2018
De los cuadros que me he traído del estudio serrano de mi amigo Martel, había
un rostro de mujer, que me gustaba especialmente y que hoy he decidido reinterpretar en un formato mucho menor y con otra técnica diferente. Tienen las versiones nuevas, siempre pensando en creadores de almas difusas, espíritus volátiles, miradas abiertas y pasiones contradictorias, como es mi caso, muy pocas posibilidades de que salgan iguales, lo cual es positivo para ampliar mi catálogo y sería frustrante si uno tuviera un mínimo legal e innato de perfeccionismo.