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19 marzo, 2013

Sorensen, otra confesión mal entendida y peor aprovechada

Su compañero en la tele danesa se olía algo...
Por esa tormenta sobre el dopaje en el ciclismo -y sólo el ciclismo, porque también en los países luteranos no se tocan otros deportes- que azota desde hace semanas a Dinamarca y Holanda por los vasos comunicantes que suponen el Rabobank y Rasmussen, un histórico de la negación y la mentira como Rolf Sorensen ha acabado confesando su dopaje, con unas cautelas que hacen despreciable su testimonio.

Según el danés, se dopó esporádicamente durante los noventa con EPO y cortisona, pero nunca con transfusiones de sangre o lo que el llama "doping duro", a pesar de que Danny Nelissen afirmó que en el Tour 1996 el Rabobank -era la primera temporada del danés con los holandeses, donde estaría cinco años- iba totalmente drogado.

¿Por qué confiesa ahora? Desde luego, no por cargo de conciencia. Lo hace por el clima mediático que hay en su país y, especialmente, confiesa de esta manera tan fallida porque es comentarista en la tele, igual que también lo es el citado Nelissen, otro que habló y guardó la ropa. Rolf Sorensen ni siquiera ha dado la cara: le ha bastado con escribir una carta a un periódico, donde dice que no dirá nombres ni prácticas.

Aceite de oliva Sorensen, quien sabe si UsPostal
Pues vale. Normal que no quiera abundar mucho, porque es un ejemplo perfecto del cambio médico que supuso la introducción de la EPO en el pelotón a principios de los noventa, gozó de una atalaya excepcional: corrió en la flor de su carrera en equipos italianos, idioma que habla perfectamente y país donde pasa gran parte del año, concretamente en Toscana, muy cerquita de la residencia de Cecchini. Al parecer, cultiva olivos y vende su propio aceite, al mismo tiempo que hace de pastor a todos los escandinavos que quieren dar el salto a la mejora deportiva.

Compara su relación con el doping con la de un fumador social (ese que sólo fuma cuando sale o en bodas, banquetes y bautizos, si es que existe), descargando cualquier responsabilidad y, por supuesto, sin poner en entredicho sus grandes triunfos, que fueron bastantes para uno de los corredores más elegantes de su época, la misma sobre la que ningún español quiere aportar su testimonio.

Pasó a profesional en 1986 con 21 años sin haber brillado particularmente en categorías inferiores. De 1´87 metros de altura, no se esperaba gran cosa de un corredor que al año siguiente, y todavía enrolado en un equipo menor italiano, ganó la Tirreno-Adriático. Este triunfo le valió fichar por el Ariostea, el equipo de Martinelli que siempre careció de interés para las generales de grandes vueltas, el mismo que le sobraba para cazar etapas a pares.

De fondo, cerámica Ariostea
Subía bien, era fuerte contra el reloj y al sprint podía imponerse a los mejores si antes había habido desgaste. ¿Un referente actual? SMS Sánchez, aunque ya le gustaría al murciano llegar a conseguir la mitad del palmarés del danés. En 1991 acaba segundo en Sanremo, tercero en Flandes y Lieja, y está cuatro días líder del Tour, hasta que tiene que abandonar con el maillot amarillo por rotura de clavícula.

Como recuerda Carlos de Andrés habitualmente, el danés dejó una frase enigmática sobre ese incidente: "no se lo que hubiese pasado sin mi caída, me encontraba muy fuerte". Estamos hablando de un corredor de clásicas que jamás logró puesto alguno en la general de una carrera de tres semanas. Debía tener algo que pensaba que el resto no tenía: será por eso que su equipo consiguió en ese Tour ¡cuatro etapas! con cuatro ganadores diferentes, incluyendo la CRE.

Y cómo las ganaron, claro: hay que recordarlo. En tres días consecutivos: después de que Indurain cogiese el maillot amarillo en Val Louron, al día siguiente ganó Cenghialta, después Argentin y por último Lietti, un auténtico paquete que no volvió a hacer nada más en su vida. Tres días seguidos de Ariostea en el podio. Tenían algo. Suerte, seguramente.

Parecen bicis, pero son Ferraris
En el 93 Sorensen pasa al Carrera con Martinelli, ese sabio que sacó de la manga y de la farmacia a gente perenne como Luttenberger, Pantani, Beat Zberg -otro Rabobank y Mercatone Uno que estaría bien que hablase- y que llevo al caduco Roche a ganar una etapa del Tour de ese año, la última para el ciclismo irlandés. Nuestro protagonista aprovechó para ganar la Lieja, una edición increíble en un mano con Rominger, otro con el que compartía métodos y preparación, al que literalmente fundió. Sólo duro un año.

En el 94 lo vemos en el GB-MG, la unión de Ferreti con Lefevre, ese director que tampoco sabe nada de dopaje y por eso sigue en el pelotón al frente del Quick Step, igual que Martinelli hace lo propio al frente del Astana, sólo un escalón por debajo de Vinokourov. Ganó una etapa en el Tour al ONCE Neil Stephens, que hizo un Barredo-Burghardt ante el danés, "en un Tour que no ha salido bien a los de Manolo Saiz", que literalmente se arrastraron por la carretera.

Tour 1994 y 1996 para el ONCE: no anduvo ninguno del equipo
En el 96 pasa al Rabobank, donde su número de victorias y buenos puestos decrece sobremanera, salvo por el fogonazo increíble de ganar Flandes en 1997, en una de las mejores carreras ciclistas que se recuerdan, fundiendo a Jalabert y fugado todo el día. Hasta la Sanremo de Freire en 2004, fue la mejor victoria de los holandeses. También fue plata olímpica en Atlanta 96, donde provocó el corte que se jugó los metales.

Como ven, pocos corredores como Sorensen podrían explicar mejor como se introduce la EPO en el pelotón, sus efectos y cómo cambia el ciclismo. No parece que quiera contribuir mucho a aclarar la historia de este deporte. Mantendrá su puesto de comentarista televisivo, por supuesto. Porque este deporte no tiene remedio mientras no se aparte y vilipendie a quienes han vivido de la mentira toda su vida, incluyendo cuando dicen confesar. 
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Primera etapa de la Volta, Calella-Calella como el año pasado. Bajando la C-61 que comunica el interior con la costa a la altura de Arenys de Munt, el Sky -que ya había puesto su trenecito subiendo el puerto de tercera- corta el pelotón y se plantan en meta 12 destacados con 28" de ventaja sobre el pelotón. Casi todos los favoritos (J. Rodríguez, Gesink, Scarponi, Valverde) en el corte,  para que gane Meersman al sprint, tras la pésima colocación del murciano, que entró tercero regalando 6" de bonificación.

El Sky emplazó tres corredores delante: Cataldo, que parece otro desde su cambio al equipo de negro, y que destrozó el pelotón en la etapa de montaña de Tirreno; David López, que directamente es otro corredor respecto al de hace unos meses; y Wiggins, del que viendo las imágenes de la llegada se puede decir que se metió en el sprint con toda la intención. O la UCI para esto o va a ser peor que el Gewiss.
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(Relacionado con lo anterior) Algunos Sky se están poniendo muy nerviosos, fíjense si no en este twitter de Richie Porte:

Disparan al mensajero. Seguramente se refiere a Backsted, comentarista -y muy bueno- en Eurosport UK, la emisora que está retransmitiendo la Volta para el público inglés, y que dejó comentarios inequívocos sobre lo que le parecía el rendimiento del equipo de Porte durante la pasada Sanremo mutilada. Supongo que con la etapa de ayer de la Volta serían parecidos. Comentarios que serán opiniones, pero que reflejan la realidad de lo que se vio. 
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#BrandySchleck niega lo de Munich y, paralelamente, RadioShack anuncia que deja el patrocinio del equipo formado en torno a los dos hermanos caídos en desgracia porque....porque realmente ellos llegaron para patrocinar a Armstrong, y miren con lo que se han quedado. Asimismo, Vacansoleil anunciará a finales de abril si continua el patrocinio de su equipo ciclista, que a día de hoy compite ferreamente con Euskaltel en el dudoso honor de no haber ganado ni una carrera en lo que va de año.
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Alex Rasmussen, que seguramente recordarán por su peculiar historia, ha cumplido su sanción de año y medio por haberse saltado tres controles antidoping. Nunca se movió de Girona, y siempre mantuvo la calma-omertà exigida. ¿El premio? Fichaje inmediato por el equipo local Garmin, que ya lo había contratado en 2012 "sin saber nada". Vuelve como si nada hubiese pasado: al mismo equipo, con las mismas costumbres. De hecho, dicen que lo van a llevar a las clásicas belgas de esta semana....
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(relacionado con lo anterior y con el ciclismo que cambia) La primera etapa de la Volta también sirvió para el retorno a competición de Vande Velde, Zabriskie y Danielson, los tres corredores avecindados en Girona y sancionados con seis meses de sanción por confesar su dopaje dentro de la investigación de la Usada sobre el UsPostal. Han vuelto con el equipo que tenían, el Garmin dirigido por Vaughters y epítome de la hipocresía del ciclismo. Sanciones de por vida ya, no hay otra solución.
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Con motivo de la Sanremo, los medios se acuerdan de Freire. Arribas en El País le pregunta por el dopaje de equipo en el Rabobank, y Freire pretende hacernos creer que nunca vio nada; es más, su última respuesta abarca también sus años en el Vitalicio y en Mapei. No gana nada diciendo lo contrario, salvo dignidad.

En Deia van más a lo vasco, simplemente el deporte y la competición. Nada de asuntos espinosos. Ambas entrevistas resultan deliciosas en su conjunto por la resolución que tiene Freire para hablar de los detalles y asuntos que le conciernen, y son francamente recomendables por sus verdades como puños. Incluso por sus mentiras. Como puños igualmente.
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"Nadal, de asombro en asombro", titula el propagandista de El País para tenis. El mismo no parece creerse lo que escribe, especialmente las estadísticas. Y termina "se llama Rafa Nadal y sus resultados dicen que ha vuelto para quedarse". Con el personal, como los periodistas.
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Tiger Woods y Lindsey Vonn son la nueva parejita Nike, como en su día intentaron vender -en contra del más mínimo sentido común y del más elemental gusto estético- a Sergio García y Martina Hingis, entonces parejita Adidas (creo). El mundo del deporte se parece cada vez más al de las celebrities de la música, auténticos peleles sin cerebro y con todos sus derechos, hasta los más íntimos, en manos de la multinacional que posee su derecho de pernada, nunca mejor dicho. Me pregunto si lo de Sheryll Crown y el cowboy fue también algo parecido.
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Estos días la comisión del COI visita #noaMadrid2020. Están recibiendo una pleitesía indecente de todas las autoridades españolas. Al mismo tiempo, se hospedan blindados en la planta 28 -reservada en exclusiva para ellos- del hotel Eurostars de Madrid, ubicado en una de las cuatro torres semivacias que se edificaron sobre la antigua ciudad deportiva del Real Madrid. Toda una metáfora.

La alcaldesa de Madrid, que ocupa el cargo por su valía y no por ser la mujer de quien es, afirma dentro de su sabiduría que "en Londres, durante el trimestre en el que se celebraron los Juegos, el PIB subió un punto, a lo que habría que sumar algo tan intangible como la repercusión que tiene la retransmisión de unas Olimpiadas en todo el mundo". Sí, todo es intangible. 

Note también el lector que ningún medio discrepa de la propaganda oficial, y que ningún medio publica los nombres de la comisión del COI, no vaya a ser que alguien tenga la iniciativa de escribir al namibio Frankie Frederiks para decirle la vergüenza de que un país en quiebra económica técnica y con sajamientos brutales a la educación y la sanidad se candide para unos JJ.OO. Por tercera vez consecutiva. O sexta, si contamos la chirigota sevillana que dejó detrás un estadio de tamaño olímpico que no tiene uso.

30 enero, 2013

De mayor quiero ser luxemburgués


Marca del diablo y grifón de Luxemburgo, todo en uno
Hoy, siete meses después de su positivo, la Agencia Antidopaje del Gran Ducado ha comunicado a F. Schleck la sanción por su positivo en el pasado Tour de Francia. Lo ha hecho tras -al menos- tres aplazamientos, y lo ha hecho de una manera que a todos resultará familiar.

Para los paisanos de F. Schleck, que dado el tamaño del país y que la mayor parte son extranjeros se podrían calificar de familiares, el ciclista es merecedor de una sanción de sólo un año, cuando el reglamento indica para la sustancia enmascarante con la que dio positivo un mínimo de dos años.

No se conoce que F. Schleck haya colaborado con las autoridades, al contrario: sigue proclamando que es inocente, que no entiende el veredicto y que la sustancia entró en su organismo de una manera que desconoce, pero que desde luego es involuntaria. Un solomillo, mismamente.

La solución luxemburguesa para su hijo pródigo es la misma que aplicó España para su Alberto Contador en la primera fase del caso solomillo, y digo España con conocimiento de causa: no fue la autoridad competente, fue España, puesto que para eso el entonces presidente del Gobierno envió un SMS público apoyando la inocencia del corredor, un SMS que seguro que no influyó en la decisión del comité de sabios que impuso a Contador una primera sanción de un año.

Al corredor de Pinto tampoco le gustó demasiado lo que a todas luces, tanto en España como en Luxemburgo, es un flagrante trato de favor en interés de unos corredores especialistas en recibirlos por parte de las autoridades federativas y disciplinarias de sus respectivos países. Como son unos malcriados, todavía dicen que no están de acuerdo.

La actitud intransigente de Frank Schleck, al que su federación ya salvó de una manera increíble en el caso de los pagos a Eufemiano Fuentes, sólo lleva a una vía: la apelación de la AMA ante el TAS y los consiguientes dos años de sanción, que el corredor cumpliría el 12 de julio de 2014, a la considerable edad de 34 años, y tirándose dos años en blanco, porque al revés de Contador no ha podido competir desde su positivo.

A veces creo, y ejemplos no faltan, que los ciclistas están hechos de una pasta especial, especialmente a la altura del cerebro: te ponen un capote para lo que es un positivo de manual -en el Tour, justo antes de las etapas de montaña, tras una temporada cargada- se quede en un positivo light que le permita volver para una Vuelta con once finales en alto -y donde el mayor de los Schleck fue 5º en 2010, un logro pocas veces recordado- y no le parece suficiente.

Un análisis de la sentencia indica el pucherazo a favor de F. Schleck: sólo indican la cantidad de Xipamida en el organismo (tenía un hematocrito del 40%, punto 73) ya muy avanzada la sentencia, y a título exculpatorio (punto 83, 100 pg/mL), lo que produce vergüenza propia y ajena, especialmente porque se repite en boca de otro doctor/experto más adelante (punto 137). Por otra parte, resulta curioso ver que su sueldo estaba en 1´8 millones de euros por temporada (punto 114). Paga Luxemburgo, ya les digo.

 F. Schleck se perderá el Tour 2013, igual que se perdió el 2010 por caída en las primeras etapas, y el 2012 por el positivo. En 2011 fue tercero, algo que parece que ya no va a volver a repetir. Es un pésimo corolario para un equipo como el RadioShack, fundado para mayor gloria de los hermanos Schleck y con capital luxemburgués, y que en 2011 consiguió a última hora ganar el Giro de Lombardía con un gregario sin victorias tras un año muy negativo, y que en 2012 pasó lo de Bruyneel, lo de Fulgsang y lo de los hermanos Schleck, en otro año pésimo para lo que se ideó como un superequipo.

Ahora afrontan un 2013 con perspectivas muy bajas y con sólo dos corredores de nivel: Cancellara, que ya ha avanzado que pasa del Tour, y A. Schleck, cuyo rendimiento es una incógnita tras un año en blanco, y que salvo en 2009, sólo rinde en una única carrera en toda la temporada. O vuelve este año a su nivel habitual, o no se que será de un equipo formado para mayor lucimiento de los dos icónicos hermanos luxemburgueses.

Tampoco es que me interese mucho. A mí lo que me interesa es ser luxemburgués: 50.000 euros al año de renta media, la familia real apoyando a los deportistas, un equipo creado única y exclusivamente para el lucimiento de sus dos deportistas más famosos, y un sistema federativo y disciplinario al servicio de los intereses privados de la pareja Schleck. Me tengo que conformar con ser español, pero salvo en el caso de los dineros, tampoco es tanta la diferencia.
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"El problema del ciclismo (...) son los arrepentidos". Lo escribe Arribas, sin citar la fuente, bajo un titular inequívoco. La virtud, mismamente.
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(Relacionado con lo anterior) Según Basso, que no es ningún arrepentido y que entiende perfectamente las leyes del pelotón, "he recuperado mi dignidad". Hombre, sin decir ningún nombre, sin especificar ningún tratamiento, cumpliendo prácticamente la sanción máxima, con la famosa foto comiendo sandía....bueno, la dignidad de Basso está al mismo nivel que la de un verdugo, un concejal valenciano, un cacique gallego o un periodista español. El problema del ciclismo es que gente como Basso siga compitiendo, un problema que se soluciona con sanciones de por vida, damnatio memoriae y retirada de todo su palmarés. No hay otra solución.
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Otro Rabobank se une a la cascada de confesiones, en este caso el alemán Niermann. Es un caso curioso: ha corrido toda su vida en el equipo holandés (hasta 2012, cuando se retiró), pero dice que sólo hubo dopaje organizado entre 2000 y 2003. Por su parte, Pedro Horrillo mejora aún más esta versión y dice que nunca hubo dopaje organizado en el equipo, donde estuvo cinco años y donde también se retiró. Flecha y Freire, especialmente el primero que sigue siendo ciclista en activo, no quieren dar declaraciones. Sí, Flecha, el que habla con Arribas en el 60% de los artículos del otrora prestigioso periodista.

Por cierto, sobre la credibilidad de Horrillo, recordemos dos momentos señeros: cuando se opuso al pasaporte biológico porque "la UCI quiere hacer un banco de datos a saber con que fines", o cuando no vio la mafia de Bettini en la famosa etapa Ponferrada-Zamora de la Vuelta de 2008. Si alguien entiende las leyes del pelotón es el ciclista de Ermua, que para algo dio positivo en una de sus mejores actuaciones como ciclista, en la Flecha de Brabante 2007. "Los que se aburren", en una frase de que se debería tragar, también tenemos bastante memoria.
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Dag van Eslande, citado por Landis en su declaración a la Usada como médico dopador en el staff del UsPostal, era también inspector antidopaje.
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Dani Moreno, El Hombre, vuelve mañana de Argentina. Se ha pasado en el cono sur un mes, y encima le viene ¿de rebote? la capitanía del Katusha para un montón de carreras, porque ya ha dicho que el se queda en el equipo haga lo que haga J. Rodríguez. Con esa preparación austral, me imagino un año de gloria para el corredor de Móstoles con peinado de Chiclana. De la Frontera. 
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El golf es un deporte que se ha musculizado en los últimos años, algo a la vista de cualquiera. Como los biceps de Nadal. Ya saben de las relaciones del caído en desgracia Tiger Woods -¡pobre! sigue deprimido después de sus líos de faldas-, con un médico pillado cruzando la frontera entre Canadá y EEUU con un arsenal de drogas, por no hablar de la habitual propaganda en torno a la mejora de materiales para justificar esos pelotazos a cientos de metros.

Bueno, pues ahora el jugador del circuito PGA Vijay Singh, que pasaba por ser un estajanovista de su trabajo a sus 50 años, confiesa a Sports Illustrated que ha tomado sustancias prohibidas, en concreto un spray que tenía que aplicarse a la moderada dosis de ¡cada dos horas!. Y así, durante dos meses. Pagó por todo el tratamiento 9.000 dólares. Además, duerme bajo la influencia de "rayos" de colores, y se ha colocado inhibidores de frecuencia en muñecas y tobillos para anular la perniciosa influencia de los teléfonos móviles. Vamos, como Cristiano Ronaldo y su protector bucal.

A nivel oficial, la PGA sólo ha reconocido un caso de dopaje en toda su historia: el de Doug Barron en 2009. Cuando volvió en 2011 -después de que el organismo que regula el golf rebajase su sanción- lo hizo anunciando una droga a base de testosterona. Como John Bobitt haciendo pelis porno. El dopaje en el golf no existe, igual que en el tenis, el fútbol o el baloncesto.
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¡Esa reaparición que siempre se retrasa! ¡Esa rodilla juguetona! Aquí ponen que Mogwli ha pasado cuatro controles antidopaje en las últimas dos semanas.  
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(Relacionado con lo anterior) Estos días se desarrolla el vodevil del juicio de la Operación Puerto. Cuando pase algo interesante lo pondré. De momento, todo sigue el guión establecido, con una juez miembro de la Francisco de Vitoria haciendo méritos para la promoción jurídica. 


22 noviembre, 2012

La ley de Levi (con fe de notario)

Los protagonistas, de funeral 
Uno de los testimonios más sorprendentes de entre todos los recabados por la USADA para condenar a Armstrong es, sin duda, el de Levi Leipheimer; al revés que la inmensa mayoría de los otros que testificaron, el ciclista de Montana tenía un buen contrato, un buen equipo y buenos resultados recientes, a pesar de su avanzadísima edad.

Es más: incluso tenía palmarés, con victorias de verdad, aunque esta última consideración tiene que ponerse en cuarentena. El propio Levi empieza su testimonio con un repaso a su palmares que ni el mismísimo cqranking.com, donde destaca sus puestos en grandes vueltas por encima de victorias más importantes como su Dauphine (2006, con el Gerolsteiner) y su Vuelta a Suiza (2011).

Es un repaso muy narcicista, con datos típicos de la mentalidad americana (ese catedrático que dice haber escrito más de cuarenta millones de palabras, como si tuviese algún interés), como el del punto 14: "tengo más podios en grandes vueltas que ningún otro ciclista estadounidense, con excepción de Greg LeMond y Lance Armstrong". Bueno, visto como han ido las cosas desde su testimonio -recabado el 21 de septiembre de 2012, una fecha que tiene su interés- ya puede decir que es el segundo mejor corredor estadounidense en cuanto a podios en grandes vueltas.

Leipheimer era un ciclista completamente desconocido, como tantos que poblaban el UsPostal de la época, hasta que en 2001 acabó tercero en la Vuelta, por delante de su jefe de filas Roberto Heras. Ese rendimiento sin precedentes le valió un contrato de tres años con el Rabobank, donde hizo bien poco, otro de dos años con Gerolsteiner y volver en 2007 con la banda de Bruyneel, donde recuperó su golpe de vena y pedal.

Pido la venia, señoría
En el punto 22 dice que en 1997, y corriendo en el supuestamente virginal circuito americano, conoció a Vaughters, que le habló de las bondades de la EPO, de las que había disfrutado en su época en el español Santa Clara; en el punto 34 dice que vive en Girona ininterrumpidamente desde principios de 2001, pero que ya se drogaba con EPO desde 1999. Supongo que con estos dos puntos destacados su testimonio ya tendría que ser interesante y completo, pero no es así, como siempre.

Se centra en decir lo malos que eran Del Moral, Bruyneel y Pepe from Valencia, y muy poquito más. En el punto 44 dice que Bruyneel, tras su inesperado tercer puesto en la Vuelta 2001, le dijo que era el verdadero ganador, algo que interpretó como que los dos primeros (a la sazón, Casero y Sevilla) habían utilizado otras técnicas de dopaje más sofisticadas, como las transfusiones. Ya les avisé antes que todo el relato es muy narcicista. "Yo iba dopado, pero los otros más". Claro.

En el punto 49 dice que en los tres años que estuvo en Rabobank fue el propio médico del equipo el que le daba la EPO, una declaración que, sin duda, ha ayudado a que la entidad bancaria retirase su apoyo de décadas al equipo ciclista. Por cierto, ese mismo médico estuvo en el Sky en la temporada 2010, el equipo científico y de compromiso cero con el dopaje.

¡Que a gusto me he quedado sin decir nada!
Cuando estaba en el Gerolsteiner, Pepe from Valencia le pasaba las drogas, bajo el aviso de que no dijese a Bruyneel que estaba ayudando a un rival en la carretera. De esa época data su rendimiento de dientes de sierra en el Tour 2006, cuando se desplomó en una crono, para después atacar en el Glandon y conseguir 3´ de ventaja sobre el pelotón en la etapa de La Toussuire, que le sirvieron de bien poco. Algo parecido (punto 70) pasó con Landis, que quería copiar los métodos de Ferrari que empleaba Leipheimer, llegando a alquilar conjuntamente un apartamento en Francia en fechas del Tour para chutarse las bolsas de sangre.

Conoció a Ferrari en marzo de 2005, cuando Armstrong le invitó a una estancia de 10 días en Tenerife en compañía de sus respectivas parejas de entonces. Lo más interesante de esta parte del relato (punto 60) es que describe el sistema de prescripción de EPO de Ferrari exactamente igual que el que usaba Eufemiano: un punto, 500 unidades de EPO; un punto rodeado por un círculo, 1000 unidades de EPO.

Ya lo podía haber señalado de verdad...
¿Habrá una Real Academia del Dopaje para unificar las notaciones de los diferentes médicos y que sus clientes no se confundan? A saber. En los puntos 64 y 65 dice que empezó con las bolsas de sangre a principios de 2005, y que en ese año y el siguiente se sacó dos o tres veces por temporada sangre en la clínica de Valencia de Del Moral, siempre con visos al Tour de Francia.

Para 2007, de vuelta a la cuadra de Bruyneel, el belga no quería saber nada de doping de equipo antes del Tour, pero que Leipheimer se cuadró en no hacerlo por su cuenta (punto 79), hasta que el equipo cedió y Pepe from Valencia le sacó una bolsa de sangre después del Dauphiné para usar durante el Tour. Y qué Tour hizo el calvo de Montana: casi gana la carrera en la última crono, aunque al final fue para....su compañero Alberto Contador, que seguramente iba a pan, agua y solomillo.

A partir de la página 13 del testimonio, coincidiendo con el regreso de Armstrong, el relato de Leipheimer se hace vago y difuso, como si no quisiese hablar de esa época. No habla ni de su propio dopaje, pero tampoco dice que lo dejase: es simplemente una acumulación de frases como si fuese un listín telefónico. Después dice que Armstrong amenazó con un SMS a su mujer ("no andes, corre"), pero esa supuesta amenaza bien podría ser el lema de una campaña de Nike, siempre tan vinculada al cowboy de Texas.

En el punto 101 afirma que, dadas las sospechas de Armstrong sobre que hubiese testificado en su contra a finales de 2010, el ambiente en el equipo hacia él era muy negativo. No se a qué tipo de negatividad se refiere, porque ese año los abuelos del RadioShack obtuvieron unos resultados aterradores, incluyendo los suyos propios: 8º en París-Niza, iba a ganar la Volta cuando se cayó en la última etapa (es uno de los mayores besaasfaltos del pelotón), 1º en California, 1º en la Vuelta a Suiza, 1º en Utah, 1º en Colorado.

Una de las escasas fotos de Haven Parchinski. Falta Tugboat
Seguro que esa negatividad no iba con el programa de dopaje, al que jamás se refiere en el periodo 2008-2011. Recuerden que Leipheimer es un ciclista en activo en el momento de su testimonio, en un buen equipo y con contrato firmado para 2013. Mejor no tirar muchas piedras. En todo caso, de poco le ha servido mantener esas reservas: el Quick Step lo ha despedido y encima ha quedado como un mentiroso.

Lo mejor de todo el testimonio de Leipheimer viene al final, cuando se ve la firma del notario que ha tomado la declaración: nada menos que Haven Parchinski, la que era la mujer de Tyler Hamilton cuando era cliente de Eufemiano Fuentes, y cuyo nombre aparece en los pagos realizados al ginecólogo canario. Nada menos que una notario de EE.UU, y que tiene la notaría en....Austin, Texas.

Uy, uy, uy...demasiadas casualidades. Vale que el abogado del calvo de Montana es la nueva pareja de la ex de Hamilton, pero a Parchinski el relato de Leipheimer no le habrá parecido muy novedoso; en todo caso y como mucho, incompleto. De hecho, en el reciente libro de Hamilton Carrera secreta, no habla muy bien de ex-mujer, que lo sabía todo, incluyendo como engañar los controles antidopaje. Su mujer, nada menos que una notaria de EE.UU. Con sede de notaría en Austin, Texas. En fin, lo de siempre: saquen ustedes mismos las conclusiones.
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El próximo año vuelven las bonificaciones a todas y cada una de las etapas del Giro, salvo las cronos. Serán las de meta (20", 12" y 82) y las de los sprints intermedios, que pasan de uno a dos por etapa (5", 3" y 2") En la edición de 2012 las etapas de montaña no tuvieron bonificación. Vale que en el Giro hay 100 km. de crono para favorecer el asalto de Wiggins, pero esto no es muy buena noticia para las aspiraciones del inglés.

Lo curioso es que lo de las bonificaciones se conoce ahora, más de un mes después de la presentación de la carrera, quizás como gancho para atraer a J. Rodríguez o a que Nibali ataque con más tino.
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Les traduzco del berciano la última chaladura sobre Ponferrada 2014: lo que realmente quieren decir es "vamos a ver como nos lo montamos para dar el pelotazo los dos".  Un circuito de Mundial que incluye expropiaciones de tierras, manda güevos.
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Luis Abril, el que impulsó el patrocinio de Movistar a la estructura navarra de Unzué, deja la multinacional española. Junto al calvo que pidió "dar ejemplo", también se va la responsable de marketing. Dando ejemplo, claro. En teoría el equipo tiene asegurada las dos próximas temporadas, pero también las tenía el Rabobank...A ver que le parece a los nuevos responsables los 15 millones de euros que cuesta al año dar amparo a Piti, Rojas, Plaza...¿cúantas líneas ADSL hay que contratar para alcanzar esa cantidad?
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Dopaje en los bólidos. Dado que este fin de semana el Carlos Saiz de Oviedo se juega una vez más el Mundial de los bólidos más bólidos en la última carrera, parece conveniente.

23 julio, 2012

Con el futuro del pasado

Por ahí va el futuro del ciclismo
Las tres últimas etapas del Tour fueron para el mismo equipo que cuenta entre sus filas con el primero y el segundo de la general. Podían haber sido cuatro etapas seguidas, pero como los dos mejores corredores de la carrera se pusieron a interpretar su particular Pimpinela el jueves en los Pirineos, Valverde pudo ganar su etapita.

En total se han llevado seis etapas. No se recuerda un dominio así desde que irrumpió la EPO en el pelotón, la sustancia que alteró este deporte hasta la médula. Lo más curioso es que el equipo autor de este dominio se vende como limpio, e incluso como el futuro del ciclismo.

Si el futuro del ciclismo es colocar a jefe de filas y gregario como primero y segundo de la general tras dos semanas, ganar seis etapas y tener a alguien como Boasson Hagen tirando 150 km. en etapas de montaña, meterse en sprints e ir escapado el antepenúltimo día, mal vamos.

Pero bueno, a nadie parece importarle mucho ese "mal vamos" que se ha convertido en la coda necesaria para este deporte. Wiggins, el ganador de este Tour, es muy bien recibido por todos porque abre el mercado inglés -de hecho, se diseñó el recorrido a su beneficio-, tiene varias historias que enganchan con el periodismo (incluyendo un padre pistard que ocultaba las anfetas de los setenta en sus pañales) y hasta le llaman Le Gentleman, a pesar de decir canalladas sobre los que no nos creemos su éxito.

Porque no es sólo el Tour: al conquistar la carrera francesa Wiggins logra una temporada sin comparación posible, al haber ganado desde enero París-Niza (1 etapa), Tour de Romandía (2 etapas), Dauphiné Libere (1 etapa) y Tour (2 etapas), más el muy probable oro olímpico en CRI dentro de diez días, una temporada a la altura de las más brillantes de la historia del ciclismo. Ha ganando prácticamente todo en lo que ha salido a competir, con excepción del preparatorio en Algarve y la Volta, donde abandonó por el mal tiempo.

Los necesarios propagandistas de este deporte sin remedio saludan al nuevo campeón, uno que era incapaz de subir una montaña siquiera en el tercer grupo de favoritos hasta 2009, donde sorprendentemente acabó 4º en el Tour. Por entonces, la razón era que había perdido 8 kg. Ahora es que entrena mucho, como si el resto de corredores no lo hiciese. O que las bicis tienen rodamientos de cerámica. Todo vale, ya lo saben.

Su segundo de a bordo ha quedado a 3´21", pero con casi 3´ sobre el tercero. Se han movido en otra galaxia. También aquí todo perfectamente normal para los entendidos del ciclismo, que hoy llenan sus crónicas de elogios y, por poner una pincelada de color en el discurso esperanzador, que quizás la carrera ha sido un poco aburrida.

¿Ganando un mismo equipo con seis minutos de diferencia sobre el primero de los extraños, que jamás recortó tiempo? Es algo más que aburrido: es apisonador. Froome, el segundo, también lo fue en la Vuelta a España de 2011, cuando nadie contaba con el. De repente, en un giro que no hemos visto, salió después de varios años un competidor excepcional. Salió de la chistera. Por lo de chiste.

Nibali, el tercero, hizo lo que pudo: alguna de sus mejores cronos, en La Planche des Belles Filles una de sus mejores subidas, y ataques sin mucho futuro. No abundan los italianos en el podio del Tour: en los últimos 22 años sólo cuatro nombres (Bugno, Chiappucci, Pantani, Basso), y anteriormente estuvieron 20 sin subir a ningún hombre.

Lo del siciliano es digno de encomio: ha conseguido subir al podio de las tres grandes con 27 años (e incluso ganar la Vuelta con 25) y utilizando armas clásicas, o no demasiado exageradas. Sin embargo, es una excepción en su país, que en los 4 últimos Tour ha ganado dos etapas (Petacchi, en 2010) y que ha tenido una presencia residual en carrera, ni siquiera en las fugas.

Cuarto Van den Broeck a 10´15", una distancia insalvable. Es la mejor posición de un belga en el Tour en tres décadas, que se une al podio de De Gendt en el reciente Giro, con similares registros históricos. Atacó varias veces, pero es un corredor que sólo aparece para el Tour y el Tour, con el nivel médico-deportivo registrado este año, queda muy lejos.

Quinto Van Garderen, un extraordinario resultado difícilmente pronosticable en la salida de Lieja. Al americano se le ha subido un poco a la cabeza y ha dicho que ganará la carrera en un futuro no muy lejano. Ese tipo de declaraciones suelen ir en contra de quien las pronuncia, y abundan los ejemplos en la historia del ciclismo. Muy fuerte en montaña, pero aún más en contrarreloj, gana el maillot de mejor joven y coge el entorchado del ciclismo yanki para las grandes vueltas.

Sexto Zubeldia, el corredor de 35 años y tres-cuatro victorias de profesional, que cuando quedó segundo en el Dauphine del año ¡2000! se anunciaba como el nuevo Indurain. Su principal valor es la resistencia, característica que ya se conocía, a la que ha añadido un certificado médico por una arritmia sobrevenida este mismo año, conocida hace dos días. Ha hecho las mejores cronos de su vida en el Tour de este año.

Su equipo se lleva la clasificación por equipos por apenas 6 minutos sobre el Sky, pero jamás han corrido como un equipo, simplemente como una suma de individualidades, donde quien más ha destacado ha sido F. Schleck con su sonoro positivo. Cayó Schleck y Zubeldia el resistente empezó a flaquear en todos los puertos, igual que cuando cayó Di Gregorio del Cofidis, su compañero Taaramae -impresionante en Les Belles Filles-, también con problemas de salud poco antes del Tour, desapareció. ¡Qué tendrán los equipos!

El caso de Evans podría ayudar: el defensor del título en el Tour se disolvió en la parte final de la carrera, cayendo a un deshonroso 7º puesto. Si bien hay defensores del título mucho peores (los dos españoles: Induráin en 1996 11º, Sastre en 2009 17º), sorprende ese despeñamiento de Evans por cómo se ha producido ("dolores estomacales") y por el ascenso de su gregario Van Garderen, que ni lo esperaba en situaciones de pinchazo.

De rueda, claro. Vale que el australiano tiene 35 años, pero se había presentado al Tour sin mucha competición y batallando mucho en la dos primeras semanas. Le habrá afectado el mismo mal que a Hushvod -temporada en blanco, tras un 2011 prodigioso- o Gilbert, que lleva un año sin ganar y es una sombra del corredor que fue. ¡Qué tendrán los equipos!

Rolland, octavo, también puede hablar mucho de su Europcar, ganador de tres etapas, una suya, tras una cabalgada por los Alpes donde en el último puerto, en vez de flaquear, iba aún más rápido. Su equipo también padeció importantes problemas de salud colectivos antes de la carrera. Dicen que el futuro del ciclismo (otra vez) pasa por él, pero en este Tour también ha emergido el corredor del Franco-Condado Thibaut Pinot.

El más joven del Tour termina décimo, gana la etapa de Porrentruy, y brilla tanto en Alpes como en Pirineos, atacando y llegando con buen sprint a la meta. 22 años. ¿Saben qué? No iba a correr el Tour fue llamado a última hora. Lo pondré de nuevo: no iba a correr el Tour y fue llamado a última hora. Y ha hecho este Tour que ha hecho. No se ustedes, pero creo que hay un patrón que se repite.

Sagan gana el maillot verde en su primer Tour, también con 22 años, más tres etapas, tres segundos puestos y un dominio de la bicicleta y de las situaciones portentoso. De hecho, se puede decir que la mejor etapa del Tour es la que ganó en Seraing, la primera. Sólo otro corredor más joven que Sagan había ganado el maillot verde en su primera participación, nada menos que Walter Planckaert en los sesenta. Por último, la montaña fue para Voeckler, que dice que no se había marcado ese objetivo en la salida. 


Ha sido un Tour muy malo, con etapas muy buenas pero que no eran las decisivas, y lo ha sido en gran medida por el extraordinario dominio del conocido como UkPostal, en homenaje al UsPostal, al que ha mejorado en todos sus registros de arrogancia, si eso era posible. El futuro del ciclismo, dicen. Pues se parece bastante al pasado, el más reciente. 
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Con tanto baile de nombres hacia el Astana (se habla de los Schleck, Nibali, Froome), Kreuziger ha decidido acabar sus dos decepcionantes años con los centroasiáticos y ficha por el Saxo Bank.
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"A Madrid no le salen las cuentas olímpicas"  es el titular de una noticia que se ha hecho mucho de esperar en el periódico, porque los mimbres para titular así existen desde hace años. Celebremos pues la entrada en cordura de un medio de información todavía influyente que se deja muchas veces seducir por la pompa y el boato de los macroeventos deportivos, trascurando su necesaria función crítica sobre los mismos.

20 julio, 2012

Valverde en solitario

¿Vienes o qué? 
Si la etapa reina de los Pirineos decepcionó hasta el aburrimiento, sólo los más crédulos del lugar esperaban que el final en el inédito Peyragudes pudiese traer algo nuevo a una carrera que ya quedó definida en el también inédito La Planche des Belles Filles.

Una vez más en este Tour, la escapada del día llegó a meta. Esta edición de la carrera francesa va a acabar con los dos primeros de la general del mismo equipo, y los siete siguientes del top-ten sin ganar una etapa: es un buen índice de medición de la rivalidad que ha habido, porque significa que jamás han metido tiempo a los dos primeros.

El equipo Movistar se trabajó el triunfo, colando en la fuga a Rui Costa, Plaza y un Cobo que no se sabía si entraba o salía. También a Valverde, el predestinado para el triunfo. Subieron el Col de Mente a toda velocidad, y el murciano despegó en Bales tras ser fuertemente propulsado por su compañero portugués. El pelotón, impulsado por un Liquigas que sólo sabe tirar para absolutamente nada, jamás dejó que la escapada se fuese más allá de los 2´30".

Valverde estaba muy lejos de meta, pero sin embargo su pedaleo y su obcecación parecían ciertos, incluso más de lo que indicaba su exigua renta sobre un pelotón donde aguantaban todo tipo de corredores, incluyendo un Boasson Hagen que, no habiendo tenido que tirar gracias al trabajo del Liquigas, llegó a los últimos 10 km. de la etapa con los mejores. El único que flaqueó fue el pobre Zubeldia, ya renqueante en Mende, y al que nadie de su equipo ayudó: "es increíble, Klöden ha pasado al lado de mí y ni me ha mirado".

El corredor murciano subía bien el maravilloso Bales, sólo descubierto para el Tour en 2007, con su característico pedaleo de ir siempre levantado. Era muy raro verlo atacando en solitario y tan lejos y, como siempre pasa con este corredor, surgían inmediatamente las hipótesis de qué hubiese sido de su carrera de no haber estado siempre tan pésimamente gestionado y asesorado.

El Valverde que se vio ayer no tiene nada que ver con el que deslumbró a todos en su debut en el Tour de 2005 -el único que ganó un tú a tú a Armstrong en montaña-, el que rendía cuentas a un sprint que siempre salía favorable: ahora tiene que atacar de lejos, conservar una exigua ventaja y acabar dando las gracias. Y sin embargo, sigue siendo un buen corredor, pero muy lejos de sus rendimientos metahumanos. Quizás este sea el auténtico espesor del murciano, y le daba para ser de los mejores del mundo.

En el pelotón Van den Broeck acabó con la pantomima del Liquigas, pero no fue muy lejos. Le secundaron, dentro de sus posibilidades, Rolland y Pinot, ese corredor que enamora. A 3 km. para meta se quedaron solos en la persecución de Valverde Froome y Wiggins, y de ser por el nacido keniano, hubiesen alcanzado al murciano.

Sin embargo, volvieron a repetir la lamentable secuencia de "estoy más fuerte que tu y te humillo" que ya se vio en los Alpes, en el auténtico momento-Tour trasquilado. Y Froome lo hizo hasta en tres ocasiones, pidiendo a Wiggins que se acercase con la mano, en un gesto realmente incalificable. Iban a una velocidad muy superior a sus rivales, pero aún así Froome podía ir más rápido.

No fue una etapa de desgaste ni muy dura: las diferencias en meta así lo indican.  Sin embargo, la sensación de superioridad fue tal que parecía que sólo estaban en carrera los dos británicos. Froome siempre unos pasitos por delante, para recalcar su superioridad. Valverde ganó la etapa por pocos segundos, pero no era noticia: lo había vuelto a ser el espectáculo metadeportivo de la pareja del Sky.

El Tour acaba en tres días. En 1986, en la era pre-EPO y casi precientífica, Greg LeMond y Bernard Hinault subieron al podio como primero y segundo, cuando en la salida de carrera eran gregario y capitán. En 2012, en la supuesta era post-EPO y de ciencia blanca, van a acabar primero y segundo del Tour dos corredores del mismo equipo, capitán y gregario, por órdenes de equipo y jerarquía. No va a ganar el más fuerte de la carrera, va a ganar lo que hace que este deporte este donde este.
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C.A Sorensen, también presente en la fuga, no tuvo mejor idea que meter sus dedos entre la rueda para sacar un papel (¡un saludo a Zarrabeitia!) y acabó la etapa entre borbotones de sangre. 14º de la general, hoy no tomará la salida porque le han tenido que hacer un injerto de piel en un dedo.
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Descacharrante palmarés de Valverde publicado en El País: victorias que no existen -la etapa en el Tour 2007- éxitos destacados que no lo son tanto, éxitos omitidos....
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Así se las gastan los hermanos Izagirre: Gorka "Recuerdo una vez cuando estábamos en el caserío de Mutiloa que reñimos en el frontón, nos empezamos a pegar, él salió corriendo y cuando se alejaba agarré una piedra y se la tiré. Le di en la cabeza y le hice una brecha"

18 julio, 2012

Positivamente Frank Schleck

Todo indica que Frank Schleck no se esperaba un control antidopaje el pasado (y reciente) 14 de julio, cuando se disputaba la etapa de Cap D´Agde. No iba de los primeros de la general, no iba a hacer entre los primeros de la etapa, pero ese día la etapa acabó con anticipo, o paso algo -faltan detalles en el caso- que hizo que los estrictos tiempos en los que se mueve el dopaje contemporáneo se equivocasen, con consecuencias nefastas para sus intereses.

¿Quizás iban tras el? Sabemos que muchas veces es así: controles al azar entre corredores que después resulta que no son tan al azar. Y qué día, en el que la carrera viraba al sur, aún más gente en el público, localidades turísticas que facilitan el trasiego de mensajeros y su equipaje, en el margen de rigor antes de la montaña que marca el calendario de dopaje.

Frank Schleck ha dado positivo por Xipamide, un diurético, dentro de la categoría de sustancias enmascaradoras de otra sustancia aún más gorda: ayuda a eliminar los restos en el organismo. No es un medicamento cualquiera: en Europa sólo se comercializa en Alemania y Austria, y lo más interesante es que alcanza su pico a las 2 horas de la ingesta, no dejando traza alguna a las 8 horas.

No se a qué hora le hicieron el control al luxemburgués, pero el 14 de julio la etapa duró apenas 5 horas: todo apunta a que fue al acabar la etapa. Algo falló en el estricto horario que utilizan los deportistas profesionales para sus prácticas más oscuras, un pequeño fallo que hizo que la tasa de diuréticos fuese de 100 picogramos en vez de los 5 que se dan de margen, según las declaraciones del jefe de prensa de RadioShack.

El equipo de Frank Schleck ha dejado a su corredor tirado. En el brutal y marmoleo comunicado de prensa declinan cualquier responsabilidad, al indicar que la Xipamida no se encuentra entre su catálogo de medicamentos: conviene recordar que las autoridades francesas obligan a los equipos a declarar qué sustancias y en qué cantidad llevan en sus botiquines antes de empezar la carrera.

Xipamida es un medicamento ideado originalmente para la hipertensión de origen renal pero, como tantos otros medicamentos relacionados con el riñón y su mal funcionamiento (la EPO, por ejemplo), ha acabado teniendo un uso como dopante en deportes de resistencia.  Por su características, especialmente las farmacocinéticas explicadas antes, es perfecto para limpiar el organismo tras un chute de bolsa de sangre.

A Frank Schleck lo han pillado pero que muy bien. Salió en el Tour, su carrera favorita, tras haber disputado 2/3 partes del Giro a regañadientes, y abiertamente enfrentado con Bruyneel. De hecho, hace unos días evitó hablar a la prensa sobre si era uno de los corredores que había demandado al equipo por impago de salario. Y ahora sale esto, lo que se puede considerar el primer positivo de Bruyneel en sus largos años en el ciclismo.

El primero de Bruyneel y el primero de Pedro Celaya, el simpático doctor poco amigo de las cámaras que acaba de ser vetado para ejercer de por vida por la USADA, por su relación de largos años con Armstrong. Y con Bruyneel. Con Schleck no ha pasado de medio año, pero ahí aparece en la página web: oficialmente era su doctor, aunque ahora en el equipo digan que no sabían nada.

Frank Schleck pedirá el análisis de la muestra B, y en caso de confirmarse el positivo, alegará contaminación alimentaria, como el famoso carnívoro de Pinto. No hablará jamás, porque estamos hablando de uno de los mejores corredores del pelotón, uno de los escasos cuatro-cinco que puede poner una carrera patas arriba, pero por soñar no se pierde nada: ojalá hablase de la casa de putas que se intuye que es el RadioShack, del médico español que nunca puede faltar en estos casos, de Bruyneel y de su increíble salto de calidad entre 2004 y 2005, entre otras cosas.

"No lo hará, no. Nunca lo hacen" es la frase que siempre suelo repetir en estos casos. Ya se ve que Frank Schleck ha optado por la vía de la huida hacia delante. Estaba haciendo un buen Tour, a pesar de haber tomado la salida con nada menos que 55 días de competición, el segundo corredor más rodado de todo el pelotón: iba 12º de la general y con todos los Pirineos por delante. Quizás esto ayude a entender por qué ha dado positivo por un enmascarante de un chute sanguíneo: el cansancio se iba a hacer notar ya.

Para Frank Schlek, que tenía además la importante misión de hacer ganar al RadioShack la clasificación por equipos, era demasiado tentador la posibilidad de volver a hacer entre los diez primeros del Tour, un Tour con además dos cronos. No es un positivo casual o por accidente: igual que Contador, que fue a comer el filete contaminado justo antes de las etapas decisivas de un Tour que encabezaba por sólo 30". Eso sí, no falta quien da pábulo a las escasas opciones de credibilidad del luxemburgués, miendras ahonda en su descrédito personal y profesional.

El corredor ha abandonado el Tour de Francia por indicación de su equipo, a su vez indicado por el Tour de Francia. Todo muy limpio y aséptico, como todos los años en Pau. Todo iba siendo muy limpio y aséptico, como nos indican que nos tenemos que creer al Sky de Cavendish escalador; tanto, tanto, que el diurético para limpiar el organismo apenas ha dejado traza, pero la suficiente, como los famosos picogramos de clembuterol.
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Fedrigo gana otra etapa en el Tour, esta vez resolviendo una escapada muy favorable a sus intereses camino de Pau: es un gran especialista en este tipo de terreno pre-montañoso. El último que resistió al buen ojo del francés -las crónicas españolas de su triunfo están plagadas de referencias al gran tamaño de su nariz, por eso no pongo buen olfato- fue el repugnante Vande Velde, ese corredor que, si hablase en algún momento de su vida, podría contar más cosas del ciclismo que ningún otro: CSC-Liberty-UsPostal-Garmin. Viene del Giro, donde fue fundamental en el triunfo de Hesjedal, y casi gana una etapa del Tour.
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Curioso: aquí se dice que Hoogerland -muy anónimo este Tour, como todo su equipo Vacansoleil- dio positivo por testosterona con 18 años.
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De los hermanos Izagirre hablan maravillas en el País Vasco. De Jon, el más joven, ya vimos su calidad en su belllísima victoria en Falzes durante el pasado Giro -y su escapada en la Gante-Wevelgem-; de Gorka, que es un año más viejo, estamos viendo en este Tour un arrojo similar al de su hermano y una pizca de humor y sana camadería que gusta (mucho), y más en un ambiente como el ciclista, a veces demasiado transcendente.

Miren que vídeo. Qué canteo a Sagan. Una broma, no más, un indicio. Una broma entre uno de 22 años y otro de 24 años. Me gusta. Hacen falta más como los Izagirre y su actitud en la bici.
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Evans achaca los pinchazos a los españoles.  Que Van Garderen no le esperase también es culpa de alguien: todavía no lo ha dicho, pero seguro que Evans ya tiene una hipótesis.
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Valverde es una persona muy mal orientada a lo largo de su vida: he aquí una nueva muesca.
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A 12 días de los JJ.OO, S. Sánchez se sube por primera vez desde su caída a una bici.
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O pondría copas en un bar, como en la canción de Carlos Berlanga.
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En Copenhague plantean directamente hacer autopistas para bicicletas: no por la velocidad, pero sí por la anchura.  De miras.

09 julio, 2012

En el cielo de los pajeros

Fundido en negro para Froome
Primera etapa de montaña del Tour -es un decir: primer final en alto- y, como en los años más duros de este deporte, la carrera patas arriba por un equipo que vuela sobre los demás, ofreciendo un rendimiento pocas veces visto.

Se llegaba a un final inédito, una subida al famoso Grand Ballon D´Alsace por otra vertiente, corta pero muy dura: 5´8 km. con pendiente por encima del 8´5% y picos del 14%. 200 km. para este final en pendiente.

No era la etapa de Tourmalet con final en Hautacam de 2008, ni mucho menos, aunque el referente es adecuado por su resolución. Nadie esperaba un destrozo parecido, ni siquiera un S. Sánchez que pronosticaba con el tino que caracteriza a su amigo Contador:

"La Planche des Belles Filles no es una llegada para que se produzcan diferencias. Igual alguien se despista y puede perder algo de tiempo.Con una pendiente del 8,5%, salvo que se le atragante a alguien, lo normal es que no haya muchas diferencias. Para sacar un minuto o un puñado importante de segundos hay que estar subiendo una hora. Es lo que desgasta. Son pocos kilómetros y poco desnivel".

El ciclista asturiano perdió 1´31" Quizás fue un despiste, pero visto que al día siguiente se cayó y abandonó la carrera por ir hablando a cola de pelotón con otro amigo como Valverde, habrá que utilizar la palabra "despiste" para lo que realmente significa. Por supuesto, ningún medio amigo dijo que iban hablando a cola de pelotón, porque aquí todos son santos y las caídas, una lotería. También los análisis de etapa.

Poco antes de la subida a La Planche des Belles Filles pinchó Valverde, o tuvo un problema mecánico, y perdió en meta 2´19". También le pasó algo parecido a Van den Broeck (1´52" de retraso), que al día siguiente si que iba centrado y atacó dos veces: vamos, no iba a cola de pelotón y se apoyó en su gregario Vanendert para atacar. A Cobo, el gregario de Valverde, sólo lo hemos visto para perseguir en grupos traseros.

Por supuesto, no consiguieron enlazar. La etapa ya venía lanzada por la persecución de la fuga del día, que iba integrada por corredores muy valiosos (SMS Sánchez, Albasini, Riblon) y el Sky gastó a Boasson-Hagen, un percherón para los trabajos de equipo raras veces visto. Después vino la cadena que ya sufrió el pelotón en París-Niza, Romandía o Dauphiné: Rogers empezó a reducir el grupo de favoritos en las primeras rampas, luego un Porte que no anduvo así jamás y por último Froome.

Con Porte se quedaron 16 corredores en cabeza, incluyendo a los 3 Sky. Cuando acabó de tirar, quedaban 8 corredores en cabeza, incluyendo los 3 del Sky:  eran Evans, Nibali, Taaramae y Menchov, con Zubeldia y Rolland haciendo la goma. Atrás quedaron todos los otros favoritos. Detrás de dos gregarios que, como Porte y Rogers, estuvieron lejos de desentenderse de la etapa: entraron 13º y 14º. Y quedaba Froome, claro.

Según Carlos de Andrés, la explicación a la escabechina -no justificada por el recorrido- se debía a "que puerto más traidor, cómo está pasando factura a los corredores", obviando que todo se debía a la velocidad imposible de un equipo imposible, donde los contrarrelojistas suben mejor que los escaladores. Eran apenas 5´8 km. de subida, pero fueron el Tourmalet. Incluyendo las diferencias en meta.

Froome reventó a todos menos a Evans y Nibali, soberbio y a la altura de Verbier 2009, su mejor ascensión  . El australiano intentó ir a por la etapa y dos segunditos atacando en la rampa final del 14%, un porcentaje que le va muy bien, pero Froome, que había tirado los dos últimos km. como un perro rabioso, se abalanzó sobre el manillar, superó al vigente campeón del Tour en la parte más dura y tuvo tiempo de celebrar la etapa y dos segunditos.

Que un gregario que va tirando gane la etapa, y con ese nivel, no se había visto ni en los tiempos más oscuros. Miren que Armstrong lo intentó con Heras en La Mongie 2001, o con Landis en 2004, pero no lo consiguió. Froome sí, y apabullando, no porque su jefe de filas tocase el freno. Que se destroce la carrera, con esas diferencias, en una etapa unipuerto de 5´8 km. tampoco se había visto.

Wiggins accedió al liderato, y era el máximo favorito para el triunfo final en la salida. Es la séptima etapa. Si consigue mantener el maillot amarillo hasta París, será el primer corredor que lo consiga desde un tal Bernard Hinault en 1981. No Armstrong, o Induráin, que gestionaba en montaña sus ganancias en la crono: Wiggins directamente manda a sus gregarios a ganar.

 "Sólo intenté probar un poco", decía el keniata en meta, en un inglés de upper class que denota que nació en África porque sus padres eran diplomáticos y no colonos. ¡Un poco! ¡En un rampa del 14% y reaccionando a un ataque de Evans, no porque la carrera fuese parada! Tremendo. Tampoco parecía estar muy cansado.

Al día siguiente -buena etapa de media montaña, ganó el más jóven del Tour Thibaut Pinot tras manejar muy bien una fuga y sus propias fuerzas- Wiggins también hizo unas declaraciones a la prensa, en su calidad de líder. Aquí no hubo nada de diplomacia, al contrario. Dejo las declaraciones en su integridad, porque la interpretación de las mismas ha dado para mucho, cuando son inequívocas:

"Honestly they’re just fucking wankers. I can’t be doing with people like that. It justifies their own bone idleness… because they can’t ever imagine applying themselves to anything in their lives. And it’s easy for them to sit under a pseudonym on Twitter and write that kind of shit rather than get off their arses and apply themselves and work hard at something and achieve something"
Seguidamente, se levantó y se fue, amenazando al jefe de prensa del Tour con no volver a ninguna rueda de prensa como volviese a haber preguntas que no le gustasen, que provocasen esa respuesta. ¿Y cual fue la pregunta? Pues simplemente qué opinaba el iracundo inglés sobre todos lo que hemos encontrado profundas similitudes (o mejoras) entre el actual Sky y el UsPostal.

El término wanker es uno de los más ofensivos que puede haber en el idioma inglés, y de hecho está prohibida su publicación en la mayoría de los diarios ingleses. Se usa para expresar profundo rechazo y admite bastante polisemia: como la mayor parte de los peores insultos atañe a las mujeres/madres, y atañe al concepto de "puta".

Sin embargo, en el contexto usado por Wiggins la traducción más directa -otro de su significado es "masturbación"- sería "pajillero mental", muy bien captado por Arribas, que no cae en el error de traducir wanker por el políticamente más correcto "gilipollas" en el que han caído muchos medios. Por cierto, su crónica está muy bien. Se ha dado por aludido, visto que el inglés no le cae muy bien desde unas conocidas declaraciones suyas de hace un año y pico sobre su admirado carnívoro. 

Las declaraciones del británico tienen poquísimos precedentes, en este y otros deportes, y suenan muy estridentes en un ciclismo que hasta hace pocos años era muy correcto: sin fans ni hooligans, grupo este último donde se inserta Wiggins con sus declaraciones. La prensa inglesa, rendida ante Wiggins -y siempre muy crítica con este tipo de exabruptos- no ha dicho nada, ni reprobado nada. ¿Les suena la actitud? Algo tiene el deporte que hace adorar ídolos que se comportan como estrellas de rock.

Así, cuando vengan mal dadas -y ahí está el precedente de Millar- habrá que esconderse, porque se perdió hace tiempo la dignidad del periodista. Te llaman "pajillero mental" en plena rueda de prensa por una pregunta que entra perfectamente dentro de lo interrogable -es más, es necesaria- y bueno, el que tenía que haberse levantado e irse no era Wiggins, sino los que le van a bailar el agua.

Arribas hace bien recordando a Armstrong -que en sus primeros años amenazaba a periodistas que preguntasen por Ferrari-, pero hay otro más reciente. Fue el mítico "Pregunta antes de escribir" que Basso espetó a un periodista pocos días antes de la Operación Puerto. Después pasó lo que pasó y Basso, que se sentía muy poderoso como líder del Giro y máximo favorito al Tour, se volvió piadoso y solícito con la prensa, mientras le duró. Ojalá sirva de precedente.
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Revelador titular de Urraburu.
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Por fin ha acabado la Vuelta a Austria, una carrera que crece en interés por su ubicación en el calendario, en la primera semana del Tour. En la tercera semana la UCI ha colocado la Vuelta a Polonia, a ver si por fin arraiga. El favorito en la salida se ha impuesto: Fuglsang, especialista en vueltas nacionales menores, porque ya había ganado en su Dinamarca natal y en Luxemburgo este mismo año. Es el corredor con más éxito del RadioShack, por eso está corriendo la Vuelta a Austria y no el Tour.

Modolo ganó dos etapas, Di Luca otra -y acaba cuarto de la general-, Pinotti la crono y Arroyo, que fue excluido del Tour a última hora, hizo una carrera muy mala. Todas las etapas fueron para italianos excepto la que ganó Fuglsang.
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Entrevista a S. Sánchez, que termina con una maldición gitana a Valverde y SMS Sánchez, los dos únicos olímpicos que siguen en el Tour, y que ya han besado el suelo.
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Muy buena crónica de J.A Ezquerro de As sobre Freire en el hospital. Uno de los mejores corredores españoles de la historia merece esta atención en lo que es el accidente más grave de su carrera. Lo merecen todos los ciclistas, pero nunca se suele ver. Gracias. También han hecho lo propio con S. Sánchez.
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Interesante entrevista con Pozzato y sus abogados, donde habla de su relación con Ferrari. Además, dice que la llamada telefónica que le va a costar un disgusto la hizo con Guido Trenti, al que acusa de extorsionarle y de declarar en su contra en el CONI. Le podrá acusar de lo que quiera, y puede que gane por defecto de forma, pero la llamada es la que es. Y su relación con Ferrari también, aunque ahora se quiera hacer el longuis afirmando que no sabía que el médico estaba sancionado...

Dice, por ejemplo, que lo conoció "diez días después del Giro 2005" y que durante bastante tiempo hacía "test" con el famoso médico dopador cada ¡20 días! y que ha probado a casi todos los médicos deportivos italianos. Por cierto, las preguntas del periodista están muy bien y consiguen sacar mucha información. También la tradicional locuacidad de Pozzato.
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A este pasteleo se dedica Giorgio Squinzi -juegos de seducción con la incapaz lideresa del sindicato más importante de Italia- , el mandamás de Mapei y todavía con mucho ascendente en el ciclismo. Es algo más que un personaje pésimo: es siniestro.
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En la etapa de ayer Carlos de Andrés, de profesión locutor y nunca periodista, se equivocó varias veces con Thibaut Pinot, llamándolo Bruno Thibout. Este último fue un profesional de no hace muchos años, y de ahí la confusión. Para ayudarle a refrescar la memoria, comentó en antena que recibió un SMS de un tal Pedro Celaya informándole que el francés había corrido con ellos en Motorola. Sí, el mismo Pedro Celaya que está investigado por la USADA por dopaje. Para Carlos de Andrés es suficiente con esa información que puede encontrar en Internet: seguro que jamás preguntará a Celaya por sus prácticas, historia y lo que ha hecho en estos últimos 20 años. Así luce el pelo a este deporte.

07 julio, 2012

Hoy no empieza el Tour

Medio minuto después
Para esa gente a la que no le gusta el ciclismo, a pesar de que viven de él, todo lo sucedido esta semana ha sido "de transición", esa palabra que aleja al potencial aficionado de este deporte. Hay que recordar, una vez más, que el ciclismo es un deporte de resistencia, de fondo y de desgaste, y que para que haya etapas de montaña selectivas, tiene que haber antes todo lo anterior. Al parecer, el conocido bardo catalán López-Egea, definió la etapa del jueves -segunda victoria de Greipel- como "absolutamente prescindible", calificación que muy bien se podría aplicar a él mismo y su Periódico.

Como no habrán leído por ahí ni oído al Duo Cómico de TVE, en estas seis etapas "de transición" se han hecho siempre más de 200 km. de recorrido, pasando por lluvia, considerable velocidad -aunque menos que otros años- y otros elementos que configuran que el ciclismo sea conocido como el deporte más duro. Ellos sólo parecen interesados en las caídas, ese otro elemento que sin duda contribuye a la dureza y selección de este deporte, pero que nunca tiene que ser motivo de expectación o de gozo.

Escuchando la narración de la etapa, las continuas e indisimuladas muestras de aburrimiento de gente que vive de relatar este deporte, da la sensación de que estén esperando la caída para contar algo que les atraiga: a ellos y al resumen de medio minuto en el Telediario (El Parte), donde siempre tienen que aparecer caídas.

Ayer tuvieron buena carnaza, claro. Según Thibaut Pinot, el corredor más joven de este Tour, la brutal caída camino de Metz -quedaban algo más de 30 km. para el final de etapa- se produjo cuando el pelotón iba bajando una pequeña ondulación en una gran recta, con campos alrededor, y según su cuentakilómetros, a una velocidad de 78 km/h.

Claro, eso explica el desastre. Otros relatos abundan en que "de repente, hubo como una explosión en medio del pelotón, con bicis volando y todos al suelo". No era la primera del día: en una anterior se había caído Freire, que por entonces iba descolgado y que al llegar a meta descubría que tenía que abandonar el Tour con tres costillas rota y un pulmón perforado -ambas dolencias suelen ir unidas en este deporte-, y que dice adiós a lo que serían sus cuartos JJ.OO.

Los comentaristas de TVE no lo sabían, claro, y alabaron la inteligencia de Freire ¡quedándose a 30 km. de meta!. Después ya tuvieron elementos para comentar, de los que les gustan: una tremenda carnicería que se saldó con varios abandonos, importantes corredores para la general con pérdidas considerables de tiempo en meta y un pelotón desbocado.

Los que estaban por delante de la caída aceleraron el ritmo, especialmente un Vacansoleil que se dejó en la cuneta a Poels, su supuesto líder para la general. Y qué decir del RadioShack del líder Cancellara, que dejó atrás a F. Schleck, acompañado únicamente de un gregario. Si los hermanos luxemburgueses siguen el próximo año en ese equipo serían aún más idiotas de lo que se intuye que son en circunstancias normales. Parece que con tener a Cancellara y al cuarentón Horner delante les bastaba. También al joven Gallopin: pensarían que iba a poder ganar la etapa. Tremendo lo de este equipo.

Como suele pasar en estos asuntos, también estaban Gesink y todo el Rabobank que cuenta, además de Valverde -vimos a Cobo relevando, la primera vez en la temporada que estaba en cabeza de algo, aunque fuese el tercer pelotón-, Brajkovic y otros sospechosos habituales, porque dirán que las caídas son una loterías, pero siempre pillan a los mismos.

El balance en meta fue desolador: abandonos de Freire, Txurruka, Gutiérrez, Erviti, Astarloza, Poels, Danielson, Hesjedal, Wynant, Vigano y Dupont. Diez de los once abandonos se deben a una única caída, algo que yo no recuerdo. Se va el vigente campeón del Giro, que estaba muy centrado en carrera, dos gregarios de Valverde -o de Rui Costa- y dos de S. Sánchez -y otro como Verdugo está seriamente tocado-.

Además, corredores con muchas opciones como Brajkovic, Scarponi -muy enfadado en meta-, Sorensen o Vanendert se dejan 2´, y ahora tienen que recuperar ese tiempo si aspiran a entrar en el top-five o en el top-ten de la carrera. Etapas de transición. A veces se olvida que lo primero que se enseña en el ciclismo es a no caerse de la bici, y que en estas etapas de transición pasan estas cosas.

Según Valverde, todo un as, "parece que todo el mundo quiere ganar el Tour de Francia", incluyéndole a él. Según Voeckler, que parece un poco más sabio, la caída se debió a las emisoras, supuestas garantes de la seguridad del ciclista en carretera, pero que llaman a rebato a todos al mismo tiempo, produciéndose la caída.

Se cayeron, y se cayeron muchos, tantos como no se recuerda en otro Tour, especialmente por las consecuencias. La llegada fue para un increíble Sagan, que también evitó otra posible caída en pleno sprint, cuando se salió la cadena de un lanzador y lo esquivó rebasándole por la derecha, y teniendo todavía fuerzas para remontar a todos los corredores desarrollando una cadencia de pedaleo increíble, tampoco nunca vista en un sprint donde predomina el 11.

Se impuso a Greipel, que se había caído dos veces a lo largo de la etapa, y a Goss, que tiene serias dificultades para ganar: basta ver su palmarés. El eslovaco consigue ganar tres etapas en su debut en el Tour, y sólo se han disputado siete días. El anterior corredor que ganó tres etapas en su Tour de estreno fue Hinault en 1978, pero no las ganó en un espacio tan corto de tiempo. Es un corredor que marcará una época.

Hoy el Tour de Francia aborda su primer final en alto, al cumplirse justo una semana de carrera. Y no es un final fácil: la Planche des Belles Filles es una subida dura, con grandes porcentajes, nada que ver con las llegadas a SuperBesse de 2008 y 2011, sus antecedentes más cercanos en cuanto a recorrido y situación en carrera. El Tour gira, pero todo lo pasado no ha sido de transición. Nunca lo ha sido, pero año tras año se vende así.
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Siguiendo la línea marcada por otros grandes hispanistas como John Elliott o Raymond Carr, el corresponsal de The Independent en España publica un libro sobre el genial e inevitable Federico Martín Bahamontes. No he tenido ocasión de leerlo, pero seguro que está bien. Lo que hay que preguntarse en estos casos y en los dos egregios ejemplos que pongo al inicio es por qué tiene que hacer este tipo de cosas un inglés.

En los historiadores, siempre se ha justificado de manera maniquea; con un deportista de la talla de Bahamontes, a ver qué explicación hay. Es cierto que en Reino Unido hay una importante industria editorial sobre temas deportivos -sustentada en que hay lectores, que compran cualquier tipo de libro sobre sus ídolos en cualquier deporte- que ayuda a la publicación de este género, pero ¿por qué no existe en España? ¿porque no hay lectores? ¿o porque nadie ofrece esto a los lectores? Porque gente dispuesta a escribir sobre estos temas los hay a patadas, y muy buenos.
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Su señoría La Senadora, aficionada al oro y al platino, seleccionada para los JJ.OO de Atenas. Ahora está lesionada, esa cosa tan frecuente en los deportistas profesionales (¿es deportista profesional o senadora profesional?) cuando se acerca una gran cita. Y seguro que rinde a gran altura, tanto, tanto como la Cámara Alta. Y con el mismo preparador de siempre.

01 julio, 2012

Otro Tour, misma pareja

A ver que cuentan por ahí de nosotros...
Entre una indiferencia casi absoluta de los medios españoles -mañana hay fútbol y política- ha comenzado el Tour 2012, uno de los mayores espectáculos del mundo. Las calles de Lieja, la ciudad del ciclismo -única que ha recibido a las tres grandes, doblemente nombrada en la carrera más antigua del calendario- estaban a rebosar en una jornada espléndida de sol y ciclismo.

El espectáculo está ahí, para el que quiera verlo. También el negocio. La primorosa realización de la televisión francesa, a la que se podrá acusar de chauvinista o de enfocar mucho la parte trasera del pelotón, se esfuerza en mostrar los mejores encuadres y panorámicas de los sitios que visita la carrera. Lieja lucía espléndida, o al menos la televisión la presentaba así. Es su misión.

Con el inicio del Tour se recupera la voz familiar de los comentaristas de RTVE. Existen otras alternativas, que utilizo durante el resto de la temporada, pero con el Tour hay que ver la tele pública: la pagamos entre todos y, además, permite apreciar lo que el aficionado medio del ciclismo recibe como mensaje. Me refiero a ese aficionado, que es el más numeroso en el ciclismo, para el que el calendario extremadamente rico de este deporte centenario se reduce al Tour y quizás la Vuelta, nada más. Lo que pongan en la tele.

De la época de "con Belda y con Pino, a muerte"
Ahí es donde campan a sus anchas la pareja De Andrés/Pedro Delgado, que este año casi se rompe por la muy cuidada fama de agacharse a recoger céntimos del segoviano, puro espíritu castellano. Con un discurso monocorde en torno al deporte que retransmiten, y más preocupados de la chanza que de narrar la carrera, empatizan muy bien con ese aficionado que descubre el ciclismo durante el Tour, pero son absolutamente repelentes para los demás.

El prólogo se disputó por rectas y sin virajes propios de un recorrido urbano. No tuvo particular emoción, porque los primeros clasificados fueron los máximos favoritos: Cancellara se impuso por 7" a Wiggins y Chavanel, que ocupó el puesto que hubiese correspondido al tercer favorito de la vigilia, el alemán Tony Martín, no casualmente compañero del francés. Tuvo la mala suerte de pinchar en el exiguo recorrido de 6´4 km, y en ese lance perdió no menos de 20" que le alejaron del podio honorífico de la etapa.

Después del británico, el segundo mejor corredor para la general fue Menchov, con un impresionante 8º puesto a 6" del británico. Antes de salir a disputar la contrarreloj, el locutor catalán Carlos de Andrés espetó un impresionante "lo mejor que tenía que hacer Menchov en esta carrera ya lo ha hecho", que fueron inmediatamente remachados por su compinche Probenecid, al que no le gustaba la cara relajada del ruso en la rampa de lanzamiento, a la que puso voz: "Si, he venido este año a Lieja porque no tenía nada mejor que hacer".

Tremendo. Con Valverde -que vuelve tres años después al Tour por una sanción por dopaje, jamás citada en antena- y S. Sánchez, que ayer lograron unos espectaculares puestos por encima del 110ª -el asturiano ha perdido 40"- sólo hubo buenas palabras y comprensiones. Son españoles, son de los nuestros. No les gusta ni este deporte ni esta profesión, y encima son los que transmiten ese tipo de mensajes al aficionado que llega a este deporte por vez primera, o por única vez cada año, durante el Tour.

"Oye, que Menchov ha sido 8º...¿qué decimos ahora?"
Y es sólo un ejemplo, un ejemplo sangrante porque el ruso ha sido dos veces podio en la carrera y ha ganado tres grandes, pero sus risas se extienden a cualquiera por cualquiera motivo: por la sonoridad de su apellido, por ser francés y, como en el caso de Menchov, porque es un tío serio que jamás ha bailado el agua a estos comediantes. Mucho mejor hacer la pelota a auténticos abanderados de este deporte como Valverde o el dos veces positivo durante amateur S. Sánchez que,  teniendo la misma edad de Menchov, ha ganado este año su primera vuelta por etapas de entidad, y que tiene al parecer galones para subir al podio del Tour.

El año pasado concluyeron su Tour lanzando acusaciones veladas de dopaje al Europcar, cuyo rendimiento fue alucinante, pero no más que otros equipos que otros años recibían los parabienes de estos dos funcionarios de la información. Este año han trasmitido la consigna de que Voeckler -4º en 2011, 10 días líder- y Rolland -ganador en Alpe D´Huez, mejor joven, 10º final- han tenido "problemas de rodilla", y lo de la investigación en curso en Francia, que han desautorizado.

Quizás si reparasen que el primer corredor del Europcar en el prólogo ha sido el propio Voeckler en el puesto ¡109º!...y eso que son nueve en el equipo, podrían llegar a alguna conclusión de interés para el espectador. Ninguno lo ha podido hacer mejor. Será que todos tienen problemas de rodilla. Colectivos, de golpe. Un extraño virus en la rodilla. Sí, quizás sea eso. Vamos a decirlo en antena, para el espectador medio al que se dirigen.

Nada que ustedes no sepan. Sin embargo, hay que destacarlo siempre, que después,  cuando vienen los recortes Probenecid se queja, De Andrés se lamenta de la falta de apoyo al deporte, y miren qué papelón desempeñan ellos en defensa de este deporte. Lo digo desde hace años: los mayores enemigos del ciclismo están dentro, no en blogs minoritarios.

Entre las anécdotas -quizás no tanto- que deja este prólogo está la de Chris Froome, que estaba tan engorilado que salió a competir -y lo más importante: no se quitó en ningún momento- con los algodones nasales que últimamente se chutan los ciclistas antes de una crono, involución desde la tirita abrenapias de los noventa. Todo el pelotón se ha reído del keniata, incluyendo sus compañeros de equipo.

Lo que no es para reirse es su 11º puesto, a 16". Se presenta en el Tour con sólo 20 días de competición, entre los que le ha dado tiempo a acabar cuarto el Dauphiné. Su equipo Sky ha colocado a tres corredores entre los once primeros, su números esperables. Se anuncia copo de aquí a París, salvo por una serie de detalles.

Evans ha hecho su mejor prólogo de siempre en el Tour. Hesjedal también -no ha competido desde el Giro, viene como Pantani-, igual que Nibali (14º, a 18"), el mejor escalador en esta crono, y con mucha diferencia. Y Peter Velits. Hay Tour. Es julio. Es el mayor espectáculo del mundo. Y sólo acaba de comenzar.
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Siguen los líos en el RadioShack, ese equipo que va a pasar a los anales de "montado para equipazo, acabó en petardazo". Después de que Bruyneel decidiese quedarse en casa para el Tour -tiene una acusación formal de dopaje, y durante el Tour hay muchos periodistas- para curarse en salud y preparar su defensa/ataque, se ha conocido que los corredores del equipo llevan sin cobrar desde marzo, y que tres de ellos han denunciado la situación.

Fuglsang forma parte de los acreedores, de manera poco sorprendente. Cobrar no cobra ninguno, pero Fuglsang debería ampliar su denuncia más allá de la nómina. Una de las últimas noticias en el vodevil del equipo es que al danés le van a impedir participar en carrera alguna del World Tour, por lo que su valor de mercado -los puntos UCI- caerá en picado: eso se llama lucro cesante. Eso sí, será de salida en la prestigiosa Vuelta a Austria.

Así se las gasta el siciliano Bruyneel, que al parecer castiga las declaraciones de Fuglsang, que tampoco han sido para tanto: fueron mucho peor las de Horner. El problema es que Fuglsang dijo que todo este sainete es "sólo la punta del iceberg", y esas insinuaciones de que hay mucho más de lo que se cuenta se pagan muy caras en el ciclismo, especialmente por parte de un ex-pupilo de Saiz.
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El Rabobank amplia dos años más el contrato de Luis León Sánchez, y lo hace justo antes del Tour, lo que es un espaldarazo al rendimiento del murciano independientemente de lo que haga en la carrera francesa. Es paradójico. Lo ficharon a finales de 2010 siendo uno de los mejores corredores del mundo ese año, y en 2011 sólo ganó una etapa del Tour, protagonizando numerosos fiascos. Este año ha ido un poco mejor, pero todavía con esos fiascos, como la crono final de Romandía. Y se presenta en el Tour como el corredor con más días de competición en sus piernas. Tengo miedo de su rendimiento.