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23 julio, 2012

Con el futuro del pasado

Por ahí va el futuro del ciclismo
Las tres últimas etapas del Tour fueron para el mismo equipo que cuenta entre sus filas con el primero y el segundo de la general. Podían haber sido cuatro etapas seguidas, pero como los dos mejores corredores de la carrera se pusieron a interpretar su particular Pimpinela el jueves en los Pirineos, Valverde pudo ganar su etapita.

En total se han llevado seis etapas. No se recuerda un dominio así desde que irrumpió la EPO en el pelotón, la sustancia que alteró este deporte hasta la médula. Lo más curioso es que el equipo autor de este dominio se vende como limpio, e incluso como el futuro del ciclismo.

Si el futuro del ciclismo es colocar a jefe de filas y gregario como primero y segundo de la general tras dos semanas, ganar seis etapas y tener a alguien como Boasson Hagen tirando 150 km. en etapas de montaña, meterse en sprints e ir escapado el antepenúltimo día, mal vamos.

Pero bueno, a nadie parece importarle mucho ese "mal vamos" que se ha convertido en la coda necesaria para este deporte. Wiggins, el ganador de este Tour, es muy bien recibido por todos porque abre el mercado inglés -de hecho, se diseñó el recorrido a su beneficio-, tiene varias historias que enganchan con el periodismo (incluyendo un padre pistard que ocultaba las anfetas de los setenta en sus pañales) y hasta le llaman Le Gentleman, a pesar de decir canalladas sobre los que no nos creemos su éxito.

Porque no es sólo el Tour: al conquistar la carrera francesa Wiggins logra una temporada sin comparación posible, al haber ganado desde enero París-Niza (1 etapa), Tour de Romandía (2 etapas), Dauphiné Libere (1 etapa) y Tour (2 etapas), más el muy probable oro olímpico en CRI dentro de diez días, una temporada a la altura de las más brillantes de la historia del ciclismo. Ha ganando prácticamente todo en lo que ha salido a competir, con excepción del preparatorio en Algarve y la Volta, donde abandonó por el mal tiempo.

Los necesarios propagandistas de este deporte sin remedio saludan al nuevo campeón, uno que era incapaz de subir una montaña siquiera en el tercer grupo de favoritos hasta 2009, donde sorprendentemente acabó 4º en el Tour. Por entonces, la razón era que había perdido 8 kg. Ahora es que entrena mucho, como si el resto de corredores no lo hiciese. O que las bicis tienen rodamientos de cerámica. Todo vale, ya lo saben.

Su segundo de a bordo ha quedado a 3´21", pero con casi 3´ sobre el tercero. Se han movido en otra galaxia. También aquí todo perfectamente normal para los entendidos del ciclismo, que hoy llenan sus crónicas de elogios y, por poner una pincelada de color en el discurso esperanzador, que quizás la carrera ha sido un poco aburrida.

¿Ganando un mismo equipo con seis minutos de diferencia sobre el primero de los extraños, que jamás recortó tiempo? Es algo más que aburrido: es apisonador. Froome, el segundo, también lo fue en la Vuelta a España de 2011, cuando nadie contaba con el. De repente, en un giro que no hemos visto, salió después de varios años un competidor excepcional. Salió de la chistera. Por lo de chiste.

Nibali, el tercero, hizo lo que pudo: alguna de sus mejores cronos, en La Planche des Belles Filles una de sus mejores subidas, y ataques sin mucho futuro. No abundan los italianos en el podio del Tour: en los últimos 22 años sólo cuatro nombres (Bugno, Chiappucci, Pantani, Basso), y anteriormente estuvieron 20 sin subir a ningún hombre.

Lo del siciliano es digno de encomio: ha conseguido subir al podio de las tres grandes con 27 años (e incluso ganar la Vuelta con 25) y utilizando armas clásicas, o no demasiado exageradas. Sin embargo, es una excepción en su país, que en los 4 últimos Tour ha ganado dos etapas (Petacchi, en 2010) y que ha tenido una presencia residual en carrera, ni siquiera en las fugas.

Cuarto Van den Broeck a 10´15", una distancia insalvable. Es la mejor posición de un belga en el Tour en tres décadas, que se une al podio de De Gendt en el reciente Giro, con similares registros históricos. Atacó varias veces, pero es un corredor que sólo aparece para el Tour y el Tour, con el nivel médico-deportivo registrado este año, queda muy lejos.

Quinto Van Garderen, un extraordinario resultado difícilmente pronosticable en la salida de Lieja. Al americano se le ha subido un poco a la cabeza y ha dicho que ganará la carrera en un futuro no muy lejano. Ese tipo de declaraciones suelen ir en contra de quien las pronuncia, y abundan los ejemplos en la historia del ciclismo. Muy fuerte en montaña, pero aún más en contrarreloj, gana el maillot de mejor joven y coge el entorchado del ciclismo yanki para las grandes vueltas.

Sexto Zubeldia, el corredor de 35 años y tres-cuatro victorias de profesional, que cuando quedó segundo en el Dauphine del año ¡2000! se anunciaba como el nuevo Indurain. Su principal valor es la resistencia, característica que ya se conocía, a la que ha añadido un certificado médico por una arritmia sobrevenida este mismo año, conocida hace dos días. Ha hecho las mejores cronos de su vida en el Tour de este año.

Su equipo se lleva la clasificación por equipos por apenas 6 minutos sobre el Sky, pero jamás han corrido como un equipo, simplemente como una suma de individualidades, donde quien más ha destacado ha sido F. Schleck con su sonoro positivo. Cayó Schleck y Zubeldia el resistente empezó a flaquear en todos los puertos, igual que cuando cayó Di Gregorio del Cofidis, su compañero Taaramae -impresionante en Les Belles Filles-, también con problemas de salud poco antes del Tour, desapareció. ¡Qué tendrán los equipos!

El caso de Evans podría ayudar: el defensor del título en el Tour se disolvió en la parte final de la carrera, cayendo a un deshonroso 7º puesto. Si bien hay defensores del título mucho peores (los dos españoles: Induráin en 1996 11º, Sastre en 2009 17º), sorprende ese despeñamiento de Evans por cómo se ha producido ("dolores estomacales") y por el ascenso de su gregario Van Garderen, que ni lo esperaba en situaciones de pinchazo.

De rueda, claro. Vale que el australiano tiene 35 años, pero se había presentado al Tour sin mucha competición y batallando mucho en la dos primeras semanas. Le habrá afectado el mismo mal que a Hushvod -temporada en blanco, tras un 2011 prodigioso- o Gilbert, que lleva un año sin ganar y es una sombra del corredor que fue. ¡Qué tendrán los equipos!

Rolland, octavo, también puede hablar mucho de su Europcar, ganador de tres etapas, una suya, tras una cabalgada por los Alpes donde en el último puerto, en vez de flaquear, iba aún más rápido. Su equipo también padeció importantes problemas de salud colectivos antes de la carrera. Dicen que el futuro del ciclismo (otra vez) pasa por él, pero en este Tour también ha emergido el corredor del Franco-Condado Thibaut Pinot.

El más joven del Tour termina décimo, gana la etapa de Porrentruy, y brilla tanto en Alpes como en Pirineos, atacando y llegando con buen sprint a la meta. 22 años. ¿Saben qué? No iba a correr el Tour fue llamado a última hora. Lo pondré de nuevo: no iba a correr el Tour y fue llamado a última hora. Y ha hecho este Tour que ha hecho. No se ustedes, pero creo que hay un patrón que se repite.

Sagan gana el maillot verde en su primer Tour, también con 22 años, más tres etapas, tres segundos puestos y un dominio de la bicicleta y de las situaciones portentoso. De hecho, se puede decir que la mejor etapa del Tour es la que ganó en Seraing, la primera. Sólo otro corredor más joven que Sagan había ganado el maillot verde en su primera participación, nada menos que Walter Planckaert en los sesenta. Por último, la montaña fue para Voeckler, que dice que no se había marcado ese objetivo en la salida. 


Ha sido un Tour muy malo, con etapas muy buenas pero que no eran las decisivas, y lo ha sido en gran medida por el extraordinario dominio del conocido como UkPostal, en homenaje al UsPostal, al que ha mejorado en todos sus registros de arrogancia, si eso era posible. El futuro del ciclismo, dicen. Pues se parece bastante al pasado, el más reciente. 
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Con tanto baile de nombres hacia el Astana (se habla de los Schleck, Nibali, Froome), Kreuziger ha decidido acabar sus dos decepcionantes años con los centroasiáticos y ficha por el Saxo Bank.
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"A Madrid no le salen las cuentas olímpicas"  es el titular de una noticia que se ha hecho mucho de esperar en el periódico, porque los mimbres para titular así existen desde hace años. Celebremos pues la entrada en cordura de un medio de información todavía influyente que se deja muchas veces seducir por la pompa y el boato de los macroeventos deportivos, trascurando su necesaria función crítica sobre los mismos.

09 julio, 2012

En el cielo de los pajeros

Fundido en negro para Froome
Primera etapa de montaña del Tour -es un decir: primer final en alto- y, como en los años más duros de este deporte, la carrera patas arriba por un equipo que vuela sobre los demás, ofreciendo un rendimiento pocas veces visto.

Se llegaba a un final inédito, una subida al famoso Grand Ballon D´Alsace por otra vertiente, corta pero muy dura: 5´8 km. con pendiente por encima del 8´5% y picos del 14%. 200 km. para este final en pendiente.

No era la etapa de Tourmalet con final en Hautacam de 2008, ni mucho menos, aunque el referente es adecuado por su resolución. Nadie esperaba un destrozo parecido, ni siquiera un S. Sánchez que pronosticaba con el tino que caracteriza a su amigo Contador:

"La Planche des Belles Filles no es una llegada para que se produzcan diferencias. Igual alguien se despista y puede perder algo de tiempo.Con una pendiente del 8,5%, salvo que se le atragante a alguien, lo normal es que no haya muchas diferencias. Para sacar un minuto o un puñado importante de segundos hay que estar subiendo una hora. Es lo que desgasta. Son pocos kilómetros y poco desnivel".

El ciclista asturiano perdió 1´31" Quizás fue un despiste, pero visto que al día siguiente se cayó y abandonó la carrera por ir hablando a cola de pelotón con otro amigo como Valverde, habrá que utilizar la palabra "despiste" para lo que realmente significa. Por supuesto, ningún medio amigo dijo que iban hablando a cola de pelotón, porque aquí todos son santos y las caídas, una lotería. También los análisis de etapa.

Poco antes de la subida a La Planche des Belles Filles pinchó Valverde, o tuvo un problema mecánico, y perdió en meta 2´19". También le pasó algo parecido a Van den Broeck (1´52" de retraso), que al día siguiente si que iba centrado y atacó dos veces: vamos, no iba a cola de pelotón y se apoyó en su gregario Vanendert para atacar. A Cobo, el gregario de Valverde, sólo lo hemos visto para perseguir en grupos traseros.

Por supuesto, no consiguieron enlazar. La etapa ya venía lanzada por la persecución de la fuga del día, que iba integrada por corredores muy valiosos (SMS Sánchez, Albasini, Riblon) y el Sky gastó a Boasson-Hagen, un percherón para los trabajos de equipo raras veces visto. Después vino la cadena que ya sufrió el pelotón en París-Niza, Romandía o Dauphiné: Rogers empezó a reducir el grupo de favoritos en las primeras rampas, luego un Porte que no anduvo así jamás y por último Froome.

Con Porte se quedaron 16 corredores en cabeza, incluyendo a los 3 Sky. Cuando acabó de tirar, quedaban 8 corredores en cabeza, incluyendo los 3 del Sky:  eran Evans, Nibali, Taaramae y Menchov, con Zubeldia y Rolland haciendo la goma. Atrás quedaron todos los otros favoritos. Detrás de dos gregarios que, como Porte y Rogers, estuvieron lejos de desentenderse de la etapa: entraron 13º y 14º. Y quedaba Froome, claro.

Según Carlos de Andrés, la explicación a la escabechina -no justificada por el recorrido- se debía a "que puerto más traidor, cómo está pasando factura a los corredores", obviando que todo se debía a la velocidad imposible de un equipo imposible, donde los contrarrelojistas suben mejor que los escaladores. Eran apenas 5´8 km. de subida, pero fueron el Tourmalet. Incluyendo las diferencias en meta.

Froome reventó a todos menos a Evans y Nibali, soberbio y a la altura de Verbier 2009, su mejor ascensión  . El australiano intentó ir a por la etapa y dos segunditos atacando en la rampa final del 14%, un porcentaje que le va muy bien, pero Froome, que había tirado los dos últimos km. como un perro rabioso, se abalanzó sobre el manillar, superó al vigente campeón del Tour en la parte más dura y tuvo tiempo de celebrar la etapa y dos segunditos.

Que un gregario que va tirando gane la etapa, y con ese nivel, no se había visto ni en los tiempos más oscuros. Miren que Armstrong lo intentó con Heras en La Mongie 2001, o con Landis en 2004, pero no lo consiguió. Froome sí, y apabullando, no porque su jefe de filas tocase el freno. Que se destroce la carrera, con esas diferencias, en una etapa unipuerto de 5´8 km. tampoco se había visto.

Wiggins accedió al liderato, y era el máximo favorito para el triunfo final en la salida. Es la séptima etapa. Si consigue mantener el maillot amarillo hasta París, será el primer corredor que lo consiga desde un tal Bernard Hinault en 1981. No Armstrong, o Induráin, que gestionaba en montaña sus ganancias en la crono: Wiggins directamente manda a sus gregarios a ganar.

 "Sólo intenté probar un poco", decía el keniata en meta, en un inglés de upper class que denota que nació en África porque sus padres eran diplomáticos y no colonos. ¡Un poco! ¡En un rampa del 14% y reaccionando a un ataque de Evans, no porque la carrera fuese parada! Tremendo. Tampoco parecía estar muy cansado.

Al día siguiente -buena etapa de media montaña, ganó el más jóven del Tour Thibaut Pinot tras manejar muy bien una fuga y sus propias fuerzas- Wiggins también hizo unas declaraciones a la prensa, en su calidad de líder. Aquí no hubo nada de diplomacia, al contrario. Dejo las declaraciones en su integridad, porque la interpretación de las mismas ha dado para mucho, cuando son inequívocas:

"Honestly they’re just fucking wankers. I can’t be doing with people like that. It justifies their own bone idleness… because they can’t ever imagine applying themselves to anything in their lives. And it’s easy for them to sit under a pseudonym on Twitter and write that kind of shit rather than get off their arses and apply themselves and work hard at something and achieve something"
Seguidamente, se levantó y se fue, amenazando al jefe de prensa del Tour con no volver a ninguna rueda de prensa como volviese a haber preguntas que no le gustasen, que provocasen esa respuesta. ¿Y cual fue la pregunta? Pues simplemente qué opinaba el iracundo inglés sobre todos lo que hemos encontrado profundas similitudes (o mejoras) entre el actual Sky y el UsPostal.

El término wanker es uno de los más ofensivos que puede haber en el idioma inglés, y de hecho está prohibida su publicación en la mayoría de los diarios ingleses. Se usa para expresar profundo rechazo y admite bastante polisemia: como la mayor parte de los peores insultos atañe a las mujeres/madres, y atañe al concepto de "puta".

Sin embargo, en el contexto usado por Wiggins la traducción más directa -otro de su significado es "masturbación"- sería "pajillero mental", muy bien captado por Arribas, que no cae en el error de traducir wanker por el políticamente más correcto "gilipollas" en el que han caído muchos medios. Por cierto, su crónica está muy bien. Se ha dado por aludido, visto que el inglés no le cae muy bien desde unas conocidas declaraciones suyas de hace un año y pico sobre su admirado carnívoro. 

Las declaraciones del británico tienen poquísimos precedentes, en este y otros deportes, y suenan muy estridentes en un ciclismo que hasta hace pocos años era muy correcto: sin fans ni hooligans, grupo este último donde se inserta Wiggins con sus declaraciones. La prensa inglesa, rendida ante Wiggins -y siempre muy crítica con este tipo de exabruptos- no ha dicho nada, ni reprobado nada. ¿Les suena la actitud? Algo tiene el deporte que hace adorar ídolos que se comportan como estrellas de rock.

Así, cuando vengan mal dadas -y ahí está el precedente de Millar- habrá que esconderse, porque se perdió hace tiempo la dignidad del periodista. Te llaman "pajillero mental" en plena rueda de prensa por una pregunta que entra perfectamente dentro de lo interrogable -es más, es necesaria- y bueno, el que tenía que haberse levantado e irse no era Wiggins, sino los que le van a bailar el agua.

Arribas hace bien recordando a Armstrong -que en sus primeros años amenazaba a periodistas que preguntasen por Ferrari-, pero hay otro más reciente. Fue el mítico "Pregunta antes de escribir" que Basso espetó a un periodista pocos días antes de la Operación Puerto. Después pasó lo que pasó y Basso, que se sentía muy poderoso como líder del Giro y máximo favorito al Tour, se volvió piadoso y solícito con la prensa, mientras le duró. Ojalá sirva de precedente.
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Revelador titular de Urraburu.
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Por fin ha acabado la Vuelta a Austria, una carrera que crece en interés por su ubicación en el calendario, en la primera semana del Tour. En la tercera semana la UCI ha colocado la Vuelta a Polonia, a ver si por fin arraiga. El favorito en la salida se ha impuesto: Fuglsang, especialista en vueltas nacionales menores, porque ya había ganado en su Dinamarca natal y en Luxemburgo este mismo año. Es el corredor con más éxito del RadioShack, por eso está corriendo la Vuelta a Austria y no el Tour.

Modolo ganó dos etapas, Di Luca otra -y acaba cuarto de la general-, Pinotti la crono y Arroyo, que fue excluido del Tour a última hora, hizo una carrera muy mala. Todas las etapas fueron para italianos excepto la que ganó Fuglsang.
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Entrevista a S. Sánchez, que termina con una maldición gitana a Valverde y SMS Sánchez, los dos únicos olímpicos que siguen en el Tour, y que ya han besado el suelo.
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Muy buena crónica de J.A Ezquerro de As sobre Freire en el hospital. Uno de los mejores corredores españoles de la historia merece esta atención en lo que es el accidente más grave de su carrera. Lo merecen todos los ciclistas, pero nunca se suele ver. Gracias. También han hecho lo propio con S. Sánchez.
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Interesante entrevista con Pozzato y sus abogados, donde habla de su relación con Ferrari. Además, dice que la llamada telefónica que le va a costar un disgusto la hizo con Guido Trenti, al que acusa de extorsionarle y de declarar en su contra en el CONI. Le podrá acusar de lo que quiera, y puede que gane por defecto de forma, pero la llamada es la que es. Y su relación con Ferrari también, aunque ahora se quiera hacer el longuis afirmando que no sabía que el médico estaba sancionado...

Dice, por ejemplo, que lo conoció "diez días después del Giro 2005" y que durante bastante tiempo hacía "test" con el famoso médico dopador cada ¡20 días! y que ha probado a casi todos los médicos deportivos italianos. Por cierto, las preguntas del periodista están muy bien y consiguen sacar mucha información. También la tradicional locuacidad de Pozzato.
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A este pasteleo se dedica Giorgio Squinzi -juegos de seducción con la incapaz lideresa del sindicato más importante de Italia- , el mandamás de Mapei y todavía con mucho ascendente en el ciclismo. Es algo más que un personaje pésimo: es siniestro.
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En la etapa de ayer Carlos de Andrés, de profesión locutor y nunca periodista, se equivocó varias veces con Thibaut Pinot, llamándolo Bruno Thibout. Este último fue un profesional de no hace muchos años, y de ahí la confusión. Para ayudarle a refrescar la memoria, comentó en antena que recibió un SMS de un tal Pedro Celaya informándole que el francés había corrido con ellos en Motorola. Sí, el mismo Pedro Celaya que está investigado por la USADA por dopaje. Para Carlos de Andrés es suficiente con esa información que puede encontrar en Internet: seguro que jamás preguntará a Celaya por sus prácticas, historia y lo que ha hecho en estos últimos 20 años. Así luce el pelo a este deporte.