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20 febrero, 2013

La kunda del Phonak

Hamilton con El Búfalo. Les gusta volar juntos
En España se hizo una ley hace veintipico años, que bien podría haberse llamado Ley Corcuera si no fuese porque la derecha empleó ese nombre para otra cosa, según la cual se podía expulsar a los yonkis del centro a la periferia. Entre sus motivos, se alegaba la salud pública, el mismo asunto que se dilucida en el juicio-farsa de la Operación Puerto.

Como yonkis seguía habiendo, pero ya no podían consumir sus sustancias estupefacientes en público, se organizó un servicio informal de taxis también informales que acercaban a los adictos que tenían la mala suerte de vivir en los centros de las ciudades mientras sus camellos vivían en el extrarradio, en chabolas convertidas en palacios y fortines, todo en uno.

En Madrid se conocen como kundas, y salen de una calle aledaña a la populosa e inhóspita Glorieta de Embajadores, lo que no deja de tener su gracia. ¿Su destino? los descampados o las shanty towns que los medios de propaganda han bautizado como "supermercados de la droga". Se sabe el origen y se sabe el destino.

Con el asunto del dopaje no pasaba lo mismo: se desconocía el origen, pero se sabía el destino. Siempre Madrid, siempre los pisos-patera de Eufemiano Fuentes y su banda criminal, que en nada tienen que envidiar  a los destinos de las kundas: simplemente es una versión más discreta y que satisface los mismos deseos, exige lo mismo y ofrece las mismas condiciones. Éticas e higiénicas.

Ayer declaró Tyler Hamilton en el juicio de la Operación Puerto. A Carlos Arribas le ha hecho mucha gracia, y ha menospreciado su testimonio en una crónica que empieza con una frase no tan contundente como la que puso en boca de una fuente anónima al inicio del proceso ("el mayor problema del ciclismo son los arrepentidos"), pero que es indicativa del afán de este otrora prestigioso periodista.

Tyler Hamilton es una arrepentido y, por tanto, un problema para esta clase de periodistas, que viven mucho mejor como palmeros de los deportistas que les dan de comer. No se si la memoria del americano dará para una tesis doctoral, pero si da para un buen artículo periodístico, que es lo que se pide. Un poco de dignidad, siquiera un poco.

Declarando dos horas y media, y empezando a las 15:00 después de una mañana de declaraciones de expertos médicos (incluyendo al Dr. Segura, que ha confirmado que en Barcelona se conservan 173 de las 223 bolsas de sangre requisadas en la Operación Puerto), Hamilton fue ratificando lo ya expuesto en su confesión ante la Usada y en su libro, que en España nadie tiene a bien publicar.

Sin embargo, llegado el momento final (a la Usada y al público americano al que iba dirigido sus anteriores testimonios no les interesaban estos asuntos), el americano se puso a hablar del Phonak, el equipo suizo que lo fichó como una estrella en 2004, y donde acabó estrellado. Por entonces, ya llevaba con Eufemiano Fuentes dos años.

Cambio el maillot, pero no cambió el médico, que tan buenos resultados le había dado. Y explicó como el 3 de junio de 2004 cuatro corredores del Phonak como Sevilla, Quique Gutiérrez, Santi Pérez y él mismo cogieron un vuelo Lyon-Madrid-Lyon para ida, trapicheo sanguíneo en un hotel al lado del aeropuerto, y vuelta al día siguiente; Se escaparon, seguramente sin que su director Álvaro Pino lo supiese, de una concentración en los Alpes, para cambiarse la sangre en Madrid. Fíjense en el detalle: al menos cuatro corredores de un mismo equipo, y no se habla de dopaje de equipo. Ni de su director. La omertà ciclista tiene que ser ampliamente entendida. Y extensible.

Una kunda aérea, propiciada por el enlace directo que había abierto recientemente Easyjet entre la capital española y la ciudad del Ródano. En tres días comenzaba el Dauphiné Liberè de aquel año, convertido en momento mítico de la decadencia de este deporte, merced al rendimiento metahumano de los ciclistas; tanto, tanto, que el propio Armstrong llamó a su amigo McQuaid ante la certidumbre de que sus rivales estuviesen usando algo mejor que lo suyo propio.

De esa carrera queda el estratósferico triunfo de Mayo en la cronoescalada al Ventoux, donde todavía hoy detenta el record que también fue, en tiempos, de Vaughters, conseguido con las mismas armas. Hamilton fue segundo aquel día, y segundo también en la carrera; tercero Sevilla; sexto Quique Gutiérrez; noveno Pereiro, también compañero del Phonak, y que en el Tour atacó una y otra vez mientras los otros Phonak iban fundidos.

Hamilton se quedó en el primer puerto de aquel Tour, y en su momento se intentó justificar con la dolorosa pérdida de su perro Tugboat. La realidad es mucho menos prosaica, y parece que fue porque le chutaron una bolsa de sangre equivocada, la misma que dejó restos sanguíneos de otra persona en su muestra de los JJ.OO -anulada- y en la victoria de la crono de la Vuelta dos meses después; de Sevilla, un petimetre en la montaña, se dijo que renqueaba del golpe en la cadera que tuvo en el Mundial de Hamilton en 2003; de Quique Gutiérrez no se dijo nada, porque era un gigantón cuyo sexto puesto en Dauphiné desafiaba las lógicas de la física; y de Santi Pérez menos, puesto que era un media mierda que no había hecho nada en su vida deportiva, y aún así seguía protegido.

Sin embargo, en aquel Tour brillaron los Phonak Pereiro -décimo final, dice que hubiese sido podio si el equipo hubiese esperado por el tras su caída en la CRE: los tiempos indican que hubiese sido quinto o sexto, nada mal para un debutante- y Santos González (el año anterior con Cipolli), que logró ser quinto en la cronoescalada a Alpe d´Huez y décimo en La Mongie (el Tourmalet), dando tiempo a muchos escaladores. Al año siguiente fue expulsado fulminantemente por su equipo en plena Vuelta a España.

El resto de aquel Phonak lo formaban Bert Grabsch, Nicolás Jalabert y Martin Elminger. El primero para la CRE -el Phonak fue segundo tras el UsPostal-, el segundo para agradar a los organizadores y el tercero por la cuota étnica de un equipo que nominalmente era suizo, aunque en su dirección estuviese un gallego, el 50% de los corredores fuesen españoles, y el médico un ginecólogo canario.

Sin embargo, y de cara a los efectos procesales del juicio de la Operación Puerto, no es precisamente positivo que Hamilton dijese que esa bolsa de sangre que marró su Tour 2004 -y también el de sus otros compañeros- la infundiese el médico del equipo ("haciendo un favor") y no el propio Eufemiano, temeroso de la prensa que había. Es curioso este detalle: el Tour salió mal para los cuatro de la kunda Lyon-Madrid-Lyon, pero Eufemiano no les puso la bolsa. Se mantiene el mito de la invencibilidad del hemodruida.

El médico del Phonak ("un alemán") es, sin lugar a dudas, Tomas Klimascha, al que Hamilton ha estropeado su carrera (continuada en el Leopard y actualmente en el Katusha, donde está con Mikhailov, el Dr. EPO del TVM) al haberse saltado, sin querer y por las insistentes preguntas de la juez, la omertà del pelotón. La misma que le hace situar en la kunda a Madrid a cuatro compañeros de equipo, exactamente los cuatro que ya estaban salpicados inequívocamente por la Operación Puerto.

El otro médico oficial del Phonak, que Arribas olvida identificar (lo suyo si que daría para una tesis doctoral, sobre la decadencia de su profesión) es, como no, un español: Iñaki Arratibel, miembro de la cofradía de médicos vascos, los que van desde Ibarguren del Quick Step a Celaya del UsPostal. Formado en Friburgo, que en estas cuestiones hace competencia a Ferrara, tras encajar los positivos de Camenzind, Hamilton y Santi Pérez dijo que la culpa era de la UCI y sus sistemas de detección.
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Reportaje de 60´en la EITB (y posterior debate) sobre dopaje, para el que le interese el medio y el formato. No lo he visto, pero me interesa el hecho de dónde se ha hecho y con la celeridad apretada por RSOC. A ustedes, que seguramente creen que Evolé es un periodista y no un payaso, les queda preguntarse por qué no se trata el asunto en sus "programas-denuncia". Ni el, ni ningún otro miembro del circo audiovisual español. ¿No había un programa que se llamaba "La Noria"? Pues eso: ya ha vuelto a bajar.
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(Relacionado con lo anterior)  Entrevista a Madariaga, que dice que la mejor victoria de Euskaltel es el oro olímpico de Samuel Sánchez. Lo ganó con la selección española. Y así, todo. Está fatal de lo suyo.
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Entrevista al experto antidopaje Douwe de Boer, que manifiesta sus dudas sobre el pasaporte biológico. En Holanda siguen muy preocupados con la extensión del dopaje y su virtual invisibilidad. Para el que no quiera ver, claro.
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Resulta que en China han descubierto, como el que se encuentra un billete de 10 talegos en la calle, que también son "la fábrica del mundo" en sustancias dopantes. En una dictadura comunista que controla hasta el más mínimo tweet o búsqueda por Internet, se sorprenden por ser la fábrica de productos dopantes. Por cómo montan las cosas en el país, no sería como el bajo de Jose Luis chaperon Martínez, sino más bien unas instalaciones dignas del IX Plan Quinquenal.
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A Contador, ese hombre, le preguntan por el dopaje en Oriente Medio -pero un occidental, no se crean que a los petrojeques les interesa el ciclismo- y se niega a responder. Es que sin Jacinto Vidarte no somos nadie...
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Interesante artículo sobre los años de formación académica oficial de Eufemiano Fuentes, con abundante material gráfico. Mi preferida es la sexta foto, de auténtico canarian lover.
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El domingo ABC, el periódico histórico de la rancia y alcanforada derecha española -la turboderecha de los últimos años va a otras cabeceras como El Mundo- hizo el domingo una entrevista al presidente de la AMA, que no le llega ni a la altura de los pies al gran Dick Pound. Afortunadamente, se va dentro de unos meses.

Si se fijan en las respuestas, unas para agradar al periodista en su calidad de español, y otras dando unos palos tremendos (como que España lleva cuatro años prometiendo adecuar su legislación antidopaje a la internacional, y todavía no lo ha hecho), parece que hayan estado cocidas, o al menos alteradas en su orden, para alegrar las vetustas vistas del lector medio del ABC.
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Tengo un consideración muy baja de la inteligencia de Thor Hushvod, incluso dentro del mínimo que marcan los ciclistas profesionales. El noruego llegó a decir hace dos años que "jamás he visto dopaje, no se lo que es", y ahora se desmarca con unas declaraciones algo subidas de tono sobre Lance Armstrong, incluyendo un wagneriano "iba llorando por las montañas cuando me enteré". Conviene recordar que cuando estaba en Credit Agricole y empezó a mutar en prologuista-subidor de repechos, vivía en el Rosellò catalán, a tiro de piedra de Girona, grupetta con la que entrenaba a menudo. Eran los primeros compases de la década pasada, cuando Xabier G. Luque lo consideraba casi catalán, pero parece que ya se ha olvidado de esas cosas. Igual que nos hemos olvidado de Xabier G. Luque, claro.
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Cadel Evans, que tiene 36 añazos pero de los de verdad, y que dice que todavía tiene grandes objetivos, cita a ¡Jalabert y Armstrong! como ejemplos de ciclistas que volvieron más fuertes después de tomarse una pausa.....
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Viendo estas dos noticias como un conjunto por la pertenencia de ambos al BMC, aconsejaría al doctor rebajar la dosis de Prozac...
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Promocionando su producto....con tanta fiebre con la bici y afines en las ciudades, normal que la sección de Madrid de El País dedique este espacio a lo que es, a todas luces, un publireportaje. Por cierto, fíjense en que va vestido de negro, pero se queja de las pocas horas de luz. Y circula por nacionales con ese artilugio.
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El tenis sigue de cerca a los clientes de Del Moral en su deporte limpio e inmaculado.

16 octubre, 2012

Just do it

Simplemente, hazlo. Ese es uno de los lemas más conocidos de la popular marca de ropa deportiva Nike, que ya ha salido por este blog con ocasión de otras campañas realmente execrables por su mensaje y lo que implican: el triunfo ante cualquier coste, el deporte como religión y modelo de vida -impulsado desde los poderes políticos- y, especialmente, comprar, comprar y comprar.

Si es que huelen mal....
No voy a entrar en la imagen de la empresa estadounidense, cuyas zapatillas deportivas son siempre feas y horribles, y que en el mundo europeo van siempre a remolque de otras marcas con un poco más de gusto fuera de la cancha de baloncesto, el polígono de extrarradio y los saldos del Carrefour. El fanzine Mondo Brutto ya lo dijo muy bien hace algunos años: Nike siempre ha dado asco, incluso en el inolvidable personaje de Marty McFly de Regreso al Futuro.

Nike, en lo que a ciclismo se refiere, siempre ha unido su imagen a Lance Armstrong. Sus escasas líneas de ropa de ciclismo siempre han sido un fracaso, y desde luego no llegaron muy lejos: a ellos lo que les interesaba era la epopeya del pobrecito texano de familia disfuncional, que venció a un cáncer y ganó siete Tours seguidos, y montó una empresa llamada LiveStrong donde se veía más el logo de su empresa (el swooosh) que otra cosa.

Hasta tal punto llega la imbricación entre Nike y Lance Armstrong que a la empresa le ha faltado tiempo para anunciar que continuará patrocinando al americano amedrentador una vez conocido el informe de la USADA, ese que refleja bien claro los valores del deporte que encarnaba Armstrong, y el tipo de competición que practicó a lo largo de toda su vida deportiva.

Es una decisión, claro. También cuanto Kate Moos fue pillada metiéndose un buen rayote de coca con su novio Pete Doherty muchas compañías siguieron respaldando a la que es un icono de esta época y probablemente el maniquí más famoso e influyente de la historia, pero porque esta británica de mirada esquiva trabaja para empresas que venden un estilo de vida perfectamente compatible con drogarse recreativamente, y uso el término compatible por no utilizar otro más ajustado a la realidad.

El problema es que Nike vende deporte; ya saben, eso del cuerpo sano, el reto, el superarte, las nuevas metas, el bla-bla-bla, y parece difícilmente compatible con lo conocido de Lance Armstrong. De hecho, una reciente encuesta afirma que sólo un 10% de los americanos siguen creyendo las patrañas del texano, y habrá que ver si se creen lo del Just do it: no parece una cuota de mercado respetable. 

Simplemente, hazlo. Al coste que sea. Tampoco parece una decisión comercial muy ponderada, y estoy casi seguro que más de uno en el departamento de marketing y comunicación del gigante empresarial se estará tirando de los pelos. Yo, por mi parte, no compraré nada de esta compañía -como ya venía haciendo-, ni de Flex, ni del cupón de la ONCE, ni de Timostar/MoleStar, los del dopaje de equipo con Ferrari.

En todo caso, quizás les ayude a entender la paradójica decisión empresarial de Nike esta noticia: la compañía estadounidense donó 500.000 dólares aVerbruggen -por entonces presidente de la UCI y amiguísimo de Armstrong-, así como el que no quiere la cosa. Vamos, que no es que estén íntimamente vinculados con Armstrong, sino también con quien amparó la carrera deportiva de este mafioso y, al mismo tiempo, les abrió la puerta de un deporte en el que no han conseguido implantarse.

Siete años, siete, ganando el Tour con el cowboy llevando el famoso swooosh en el calzado, en la gorra, en el maillot y ya ven, ¿que otros equipos llevan prendas Nike? Ninguno. Un caso parecido al de Trek, que no equipa a ningún equipo profesional a pesar de haber tenido esa locomotora comercial y, a diferencia de Nike, con productos muy buenos. Y pensar que se contaba como una hazaña que el primer Tour de Armstrong fue el primero ganado con una bici montada en Shimano....Por lo que se ve, Armstrong ha tenido un tirón comercial dentro del sector del ciclismo muy potente.

¡Y qué decir de los patrocinadores! UsPostal -dinero público y federal americano-, para siempre manchado; Discovery Channel tendría que llamarse Doping Channel; y mejor no hablamos de Astana y RadioShack: el primero es un patrocinador de risa, y el segundo se metió en el ciclismo por el tirón de su paisano texano, y ya ven como ha acabado: con Armstrong, con F. Schleck positivo, con Bruyneel apestado.

Pero bueno, no nos alejemos de Nike y la alegría con la que va dando dinero por ahí. Verbruggen ya había tenido problemas con ese tipo de pagos bajo la mesa cuando la investigación criminal de Jeff Nowizty, la misma que no llegó a puerto por presiones políticas desde las más altas instancias y que, casualmente, se anunció el día mundial de la lucha contra el cáncer. El investigador federal americano descubrió que Armstrong había dado 100.000 dólares a Verbruggen para la lucha antidopaje, que en teoría se habían gastado en una máquina de la que no hay número de inventario, ni traza alguna.

En fin, el único Just do it que queda es reirse de los paletos que todavía llevan la pulsera amarilla -seguro que también llevan una con la banderita nacional-,  la misma de la ganancia del 800% por unidad: producida a 10 cts, se vendía a un dólar o un euro. Ese tipo de gente todavía cree que ha contribuido a una buena causa. O que su ropa Nike tiene efectos beneficiosos sobre la salud, a pesar de haber sido comprada para pasear y no para hacer deporte, cuando el único beneficiado ha sido Armstrong y su fortuna personal.

A ese tipo de gente es a la que va dirigida esas campañas publicitarias de Nike, y me temo que son la mayor parte de la sociedad.
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(Actualización de las 15:10 del día siguiente a la publicación de este post) Nike rectifica y deja de patrocinar a Armstrong, pero seguirá colaborando con LiveStrong. Ahora queda que Oakley y sus horribles gafas, y Trek, dejen sus patrocinios casi vitalicios con Armstrong.
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A Armstrong le crecen los enanos: hasta compraba carreras.
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Seguro que este artículo comparando a Armstrong con Evans cuando ambos tenían 22 años le interesa a alguien. Evidentemente, está escrito en Australia.
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Interesante entrevista a Bassons, uno de los primeros amedrentados por Armstrong. Dice que le ofrecieron un contrato de 30.000 francos franceses al mes si iba a pan y agua; de 300.000 francos/mes si se dopaba. Era junio de 1998 y corría en el Festina.
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El increíble combo musical vasco Ciclos Iturgaiz, de sobra conocido por los lectores de este blog gracias al jitazo del estribillo Euskaltel, Euskaltel (Habla Madariaga) Euskaltel, Euskaltel, huyen de la jornada de reflexión de su simpática Comunidad Autónoma para refugiarse en Madrid este mismísimo fin de semana, con dos actuaciones, dos, en días consecutivos.

El viernes en el festival MundoIdiota a partir de las 00:00, a celebrar en la sala Caracol. Por si no conocen la zona, la calle es paralela a esa tan popular gracias a Callejeros de donde salen las kundas. En el fondo, todas sus canciones y sus actuaciones giran en torno al ciclismo, como queda demostrado por este dato no casual; y el sábado nueva actuación dentro del Primer Festival Pro Eurovegas, esta vez en la sala El Juglar, ubicada en el barrio de Lavapiés. Sí, donde el locutorio Nuevo Siglo. ¡Si es que son incorregibles! ¡Todo lo hacen adrede!


23 julio, 2012

Con el futuro del pasado

Por ahí va el futuro del ciclismo
Las tres últimas etapas del Tour fueron para el mismo equipo que cuenta entre sus filas con el primero y el segundo de la general. Podían haber sido cuatro etapas seguidas, pero como los dos mejores corredores de la carrera se pusieron a interpretar su particular Pimpinela el jueves en los Pirineos, Valverde pudo ganar su etapita.

En total se han llevado seis etapas. No se recuerda un dominio así desde que irrumpió la EPO en el pelotón, la sustancia que alteró este deporte hasta la médula. Lo más curioso es que el equipo autor de este dominio se vende como limpio, e incluso como el futuro del ciclismo.

Si el futuro del ciclismo es colocar a jefe de filas y gregario como primero y segundo de la general tras dos semanas, ganar seis etapas y tener a alguien como Boasson Hagen tirando 150 km. en etapas de montaña, meterse en sprints e ir escapado el antepenúltimo día, mal vamos.

Pero bueno, a nadie parece importarle mucho ese "mal vamos" que se ha convertido en la coda necesaria para este deporte. Wiggins, el ganador de este Tour, es muy bien recibido por todos porque abre el mercado inglés -de hecho, se diseñó el recorrido a su beneficio-, tiene varias historias que enganchan con el periodismo (incluyendo un padre pistard que ocultaba las anfetas de los setenta en sus pañales) y hasta le llaman Le Gentleman, a pesar de decir canalladas sobre los que no nos creemos su éxito.

Porque no es sólo el Tour: al conquistar la carrera francesa Wiggins logra una temporada sin comparación posible, al haber ganado desde enero París-Niza (1 etapa), Tour de Romandía (2 etapas), Dauphiné Libere (1 etapa) y Tour (2 etapas), más el muy probable oro olímpico en CRI dentro de diez días, una temporada a la altura de las más brillantes de la historia del ciclismo. Ha ganando prácticamente todo en lo que ha salido a competir, con excepción del preparatorio en Algarve y la Volta, donde abandonó por el mal tiempo.

Los necesarios propagandistas de este deporte sin remedio saludan al nuevo campeón, uno que era incapaz de subir una montaña siquiera en el tercer grupo de favoritos hasta 2009, donde sorprendentemente acabó 4º en el Tour. Por entonces, la razón era que había perdido 8 kg. Ahora es que entrena mucho, como si el resto de corredores no lo hiciese. O que las bicis tienen rodamientos de cerámica. Todo vale, ya lo saben.

Su segundo de a bordo ha quedado a 3´21", pero con casi 3´ sobre el tercero. Se han movido en otra galaxia. También aquí todo perfectamente normal para los entendidos del ciclismo, que hoy llenan sus crónicas de elogios y, por poner una pincelada de color en el discurso esperanzador, que quizás la carrera ha sido un poco aburrida.

¿Ganando un mismo equipo con seis minutos de diferencia sobre el primero de los extraños, que jamás recortó tiempo? Es algo más que aburrido: es apisonador. Froome, el segundo, también lo fue en la Vuelta a España de 2011, cuando nadie contaba con el. De repente, en un giro que no hemos visto, salió después de varios años un competidor excepcional. Salió de la chistera. Por lo de chiste.

Nibali, el tercero, hizo lo que pudo: alguna de sus mejores cronos, en La Planche des Belles Filles una de sus mejores subidas, y ataques sin mucho futuro. No abundan los italianos en el podio del Tour: en los últimos 22 años sólo cuatro nombres (Bugno, Chiappucci, Pantani, Basso), y anteriormente estuvieron 20 sin subir a ningún hombre.

Lo del siciliano es digno de encomio: ha conseguido subir al podio de las tres grandes con 27 años (e incluso ganar la Vuelta con 25) y utilizando armas clásicas, o no demasiado exageradas. Sin embargo, es una excepción en su país, que en los 4 últimos Tour ha ganado dos etapas (Petacchi, en 2010) y que ha tenido una presencia residual en carrera, ni siquiera en las fugas.

Cuarto Van den Broeck a 10´15", una distancia insalvable. Es la mejor posición de un belga en el Tour en tres décadas, que se une al podio de De Gendt en el reciente Giro, con similares registros históricos. Atacó varias veces, pero es un corredor que sólo aparece para el Tour y el Tour, con el nivel médico-deportivo registrado este año, queda muy lejos.

Quinto Van Garderen, un extraordinario resultado difícilmente pronosticable en la salida de Lieja. Al americano se le ha subido un poco a la cabeza y ha dicho que ganará la carrera en un futuro no muy lejano. Ese tipo de declaraciones suelen ir en contra de quien las pronuncia, y abundan los ejemplos en la historia del ciclismo. Muy fuerte en montaña, pero aún más en contrarreloj, gana el maillot de mejor joven y coge el entorchado del ciclismo yanki para las grandes vueltas.

Sexto Zubeldia, el corredor de 35 años y tres-cuatro victorias de profesional, que cuando quedó segundo en el Dauphine del año ¡2000! se anunciaba como el nuevo Indurain. Su principal valor es la resistencia, característica que ya se conocía, a la que ha añadido un certificado médico por una arritmia sobrevenida este mismo año, conocida hace dos días. Ha hecho las mejores cronos de su vida en el Tour de este año.

Su equipo se lleva la clasificación por equipos por apenas 6 minutos sobre el Sky, pero jamás han corrido como un equipo, simplemente como una suma de individualidades, donde quien más ha destacado ha sido F. Schleck con su sonoro positivo. Cayó Schleck y Zubeldia el resistente empezó a flaquear en todos los puertos, igual que cuando cayó Di Gregorio del Cofidis, su compañero Taaramae -impresionante en Les Belles Filles-, también con problemas de salud poco antes del Tour, desapareció. ¡Qué tendrán los equipos!

El caso de Evans podría ayudar: el defensor del título en el Tour se disolvió en la parte final de la carrera, cayendo a un deshonroso 7º puesto. Si bien hay defensores del título mucho peores (los dos españoles: Induráin en 1996 11º, Sastre en 2009 17º), sorprende ese despeñamiento de Evans por cómo se ha producido ("dolores estomacales") y por el ascenso de su gregario Van Garderen, que ni lo esperaba en situaciones de pinchazo.

De rueda, claro. Vale que el australiano tiene 35 años, pero se había presentado al Tour sin mucha competición y batallando mucho en la dos primeras semanas. Le habrá afectado el mismo mal que a Hushvod -temporada en blanco, tras un 2011 prodigioso- o Gilbert, que lleva un año sin ganar y es una sombra del corredor que fue. ¡Qué tendrán los equipos!

Rolland, octavo, también puede hablar mucho de su Europcar, ganador de tres etapas, una suya, tras una cabalgada por los Alpes donde en el último puerto, en vez de flaquear, iba aún más rápido. Su equipo también padeció importantes problemas de salud colectivos antes de la carrera. Dicen que el futuro del ciclismo (otra vez) pasa por él, pero en este Tour también ha emergido el corredor del Franco-Condado Thibaut Pinot.

El más joven del Tour termina décimo, gana la etapa de Porrentruy, y brilla tanto en Alpes como en Pirineos, atacando y llegando con buen sprint a la meta. 22 años. ¿Saben qué? No iba a correr el Tour fue llamado a última hora. Lo pondré de nuevo: no iba a correr el Tour y fue llamado a última hora. Y ha hecho este Tour que ha hecho. No se ustedes, pero creo que hay un patrón que se repite.

Sagan gana el maillot verde en su primer Tour, también con 22 años, más tres etapas, tres segundos puestos y un dominio de la bicicleta y de las situaciones portentoso. De hecho, se puede decir que la mejor etapa del Tour es la que ganó en Seraing, la primera. Sólo otro corredor más joven que Sagan había ganado el maillot verde en su primera participación, nada menos que Walter Planckaert en los sesenta. Por último, la montaña fue para Voeckler, que dice que no se había marcado ese objetivo en la salida. 


Ha sido un Tour muy malo, con etapas muy buenas pero que no eran las decisivas, y lo ha sido en gran medida por el extraordinario dominio del conocido como UkPostal, en homenaje al UsPostal, al que ha mejorado en todos sus registros de arrogancia, si eso era posible. El futuro del ciclismo, dicen. Pues se parece bastante al pasado, el más reciente. 
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Con tanto baile de nombres hacia el Astana (se habla de los Schleck, Nibali, Froome), Kreuziger ha decidido acabar sus dos decepcionantes años con los centroasiáticos y ficha por el Saxo Bank.
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"A Madrid no le salen las cuentas olímpicas"  es el titular de una noticia que se ha hecho mucho de esperar en el periódico, porque los mimbres para titular así existen desde hace años. Celebremos pues la entrada en cordura de un medio de información todavía influyente que se deja muchas veces seducir por la pompa y el boato de los macroeventos deportivos, trascurando su necesaria función crítica sobre los mismos.

19 julio, 2012

Etapa Virenque para Voeckler

Usted: aficionado al ciclismo que se cita una tarde para ver una supuesta gran etapa de montaña. Usted: aficionado al ciclismo con ánimo proselitista que dice a sus amigos futboleros que habrá una gran etapa. Usted, que acaba la tarde con cara de tonto.

Si te reconoces en esta situación, y sabes que va a volver a suceder en el futuro, es que no tienes remedio. Creo que todos lo sabemos bien. Ayer hubo otra más de esas etapas.

Los organizadores quisieron hacer un carrusel Pirenaico entre Pau y Luchon, pasando por Aubisque, Tourmalet, Aspin y Peyresourde. De salida se formó una fuga con tre-in-ta-y-o-cho corredores, 38, treinta y ocho.

No recuerdo una fuga tan numerosa, y menos en una etapa de montaña, en todos los Tours que he visto, y son muchos. Al pelotón le pareció bien: al tran-tran de Eisel y después el infatigable Boasson Hagen, subieron el Tourmalet de una manera humillante para este deporte, especialmente si quiere competir en el cada vez más reñido mercado del "espectáculo deportivo".

Por delante, la fuga se fue desnatando al ritmo que marcaba un corredor que va "un puntito" por delante de los demás, el repugnante Voeckler. El pequeño francés ha logrado convertirse en un personaje de sí mismo -había gran materia prima- y, por tanto, querido y respetado por el público, especialmente el connacional. Así puede narrar su epopeya sin que nadie se pasme o se lleve las manos a la cabeza.

Al parecer, el corredor alsaciano estuvo muy malísimo, pero malo de verdad, justo antes del Tour, tanto que parecía que no iba a poder salir en la carrera que lidero el año pasado durante 11 días, y de la que sólo se bajó del podio por hacer el estúpido en el Galibier mientras Contador demostraba que los hay aún más estúpidos en el pelotón. A todo eso se llamó, en su momento, espectáculo.

Estuvo sin tocar la bici, si hay que hacer caso a su relato, 13 días. En la primera semana perdió tiempo y después, a lo suyo: a ganar etapas. Antes lo hacía con mezcla de picardía y determinación, ahora lo hace sencillamente porque va "un puntido por encima". Su equipo ayuda, claro, como siempre en estos casos: ayer el sprinter japonés Arashiro le lanzó para el Aubisque, pasando el nipón en tercer lugar por la cima pirenaica.

También recibió ayuda de Kern, uno que en Dauphiné (6º en 2011, sin ningún resultado previo anterior) tuvo que abandonar, porque el dolor de rodilla de Voeckler era extensivo a todo su equipo, otro más de hombrecillos verdes que se crecen en la alta montaña. Les dieron un toque repugnante por lo que tiene de "se lo que estais haciendo, pero no vamos permitir algo como lo de 2011, pero no temais, no vamos a hacer nada", y ya llevan tres etapas ganadas, dos de ellas de alta montaña.

Voeckler puso a tirar a Kern en el Tourmalet para aumentar la diferencia con el pelotón, que no le parecía suficiente, y como en el pelotón iban sesteando, ¡la escapada aumento la diferencia sobre el pelotón en 4´! ¡Subiendo el Tourmalet! A estas alturas, Voeckler ya tenía la etapa ganada, y encima la quería ganar a lo Virenque.

Se desembarazó de Brice Felliou cuando quiso, y se fue en solitario a ganar en Luchon tras haber pasado en cabeza los cuatro puertos pirenaicos. A lo Virenque, que estaba en meta para felicitarle. Según Voeckler, en un relato que gusta mucho en Francia de le petit, no iba con la intención de la cabalgada pirenaica, que afrontaba cada paso de puerto como si eso ya fuese el final de etapa.

Hicieron de monigotes C.A Sorensen -otro corredor gesticulante, ayer la etapa parecía que consistía en a ver quien hacía más cucamonas- y Vinokourov, con un espléndido Gorka Izagirre que fue a lo suyo, y al final acabó tercero porque al kazajo se le salió el pie del pedal en el peor momento. Segunda fuga en el Tour, segundo puesto de honor. Hay madera de corredor.

En el pelotón Basso aceleró un poquito, lo suficiente para que Evans "con problemas estomacales" se descolgase y perdiese cualquier opción de podio. Quitó algún Sky de cabeza del pelotón, y Nibali atacó subiendo el Peyresourde. Sólo le pudieron seguir la pareja de Wiggins y Froome. Otro ataquito, y juntos hasta meta con 1´ de ventaja sobre otros corredores que tenían grandes esperanzas en la carrera.

Para hoy la organización tiene una etapa con Bâles -donde le saltó la cadena a Andy Schleck- y final en la estación de esquí del Peyresourde. Considerando que Nibali tiene casi 3´ de ventaja sobre Van den Broeck en la lucha por el podio, a lo mejor hoy conseguimos ver una etapa aún más birriosa que la de ayer. Eso sí, de recomendar este deporte mejor me abstengo.
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Habla Madariaga (Euskaltel, Euskaltel). Considerando el titular, y el tamaño de cuello que se gasta el susodicho, no hay que preocuparse mucho de las angustias que le afligen.
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Última entrevista conocida a Frank Schleck antes de su positivo, al acabar la etapa de Toussuire: reconoce que está cansado por los 71 días de competición acumulados en sus piernas. En el día de descanso también charló con periodistas de Luxemburgo, diciendo que estaba "muy cansado", pero que podía mejorar...

18 julio, 2012

Positivamente Frank Schleck

Todo indica que Frank Schleck no se esperaba un control antidopaje el pasado (y reciente) 14 de julio, cuando se disputaba la etapa de Cap D´Agde. No iba de los primeros de la general, no iba a hacer entre los primeros de la etapa, pero ese día la etapa acabó con anticipo, o paso algo -faltan detalles en el caso- que hizo que los estrictos tiempos en los que se mueve el dopaje contemporáneo se equivocasen, con consecuencias nefastas para sus intereses.

¿Quizás iban tras el? Sabemos que muchas veces es así: controles al azar entre corredores que después resulta que no son tan al azar. Y qué día, en el que la carrera viraba al sur, aún más gente en el público, localidades turísticas que facilitan el trasiego de mensajeros y su equipaje, en el margen de rigor antes de la montaña que marca el calendario de dopaje.

Frank Schleck ha dado positivo por Xipamide, un diurético, dentro de la categoría de sustancias enmascaradoras de otra sustancia aún más gorda: ayuda a eliminar los restos en el organismo. No es un medicamento cualquiera: en Europa sólo se comercializa en Alemania y Austria, y lo más interesante es que alcanza su pico a las 2 horas de la ingesta, no dejando traza alguna a las 8 horas.

No se a qué hora le hicieron el control al luxemburgués, pero el 14 de julio la etapa duró apenas 5 horas: todo apunta a que fue al acabar la etapa. Algo falló en el estricto horario que utilizan los deportistas profesionales para sus prácticas más oscuras, un pequeño fallo que hizo que la tasa de diuréticos fuese de 100 picogramos en vez de los 5 que se dan de margen, según las declaraciones del jefe de prensa de RadioShack.

El equipo de Frank Schleck ha dejado a su corredor tirado. En el brutal y marmoleo comunicado de prensa declinan cualquier responsabilidad, al indicar que la Xipamida no se encuentra entre su catálogo de medicamentos: conviene recordar que las autoridades francesas obligan a los equipos a declarar qué sustancias y en qué cantidad llevan en sus botiquines antes de empezar la carrera.

Xipamida es un medicamento ideado originalmente para la hipertensión de origen renal pero, como tantos otros medicamentos relacionados con el riñón y su mal funcionamiento (la EPO, por ejemplo), ha acabado teniendo un uso como dopante en deportes de resistencia.  Por su características, especialmente las farmacocinéticas explicadas antes, es perfecto para limpiar el organismo tras un chute de bolsa de sangre.

A Frank Schleck lo han pillado pero que muy bien. Salió en el Tour, su carrera favorita, tras haber disputado 2/3 partes del Giro a regañadientes, y abiertamente enfrentado con Bruyneel. De hecho, hace unos días evitó hablar a la prensa sobre si era uno de los corredores que había demandado al equipo por impago de salario. Y ahora sale esto, lo que se puede considerar el primer positivo de Bruyneel en sus largos años en el ciclismo.

El primero de Bruyneel y el primero de Pedro Celaya, el simpático doctor poco amigo de las cámaras que acaba de ser vetado para ejercer de por vida por la USADA, por su relación de largos años con Armstrong. Y con Bruyneel. Con Schleck no ha pasado de medio año, pero ahí aparece en la página web: oficialmente era su doctor, aunque ahora en el equipo digan que no sabían nada.

Frank Schleck pedirá el análisis de la muestra B, y en caso de confirmarse el positivo, alegará contaminación alimentaria, como el famoso carnívoro de Pinto. No hablará jamás, porque estamos hablando de uno de los mejores corredores del pelotón, uno de los escasos cuatro-cinco que puede poner una carrera patas arriba, pero por soñar no se pierde nada: ojalá hablase de la casa de putas que se intuye que es el RadioShack, del médico español que nunca puede faltar en estos casos, de Bruyneel y de su increíble salto de calidad entre 2004 y 2005, entre otras cosas.

"No lo hará, no. Nunca lo hacen" es la frase que siempre suelo repetir en estos casos. Ya se ve que Frank Schleck ha optado por la vía de la huida hacia delante. Estaba haciendo un buen Tour, a pesar de haber tomado la salida con nada menos que 55 días de competición, el segundo corredor más rodado de todo el pelotón: iba 12º de la general y con todos los Pirineos por delante. Quizás esto ayude a entender por qué ha dado positivo por un enmascarante de un chute sanguíneo: el cansancio se iba a hacer notar ya.

Para Frank Schlek, que tenía además la importante misión de hacer ganar al RadioShack la clasificación por equipos, era demasiado tentador la posibilidad de volver a hacer entre los diez primeros del Tour, un Tour con además dos cronos. No es un positivo casual o por accidente: igual que Contador, que fue a comer el filete contaminado justo antes de las etapas decisivas de un Tour que encabezaba por sólo 30". Eso sí, no falta quien da pábulo a las escasas opciones de credibilidad del luxemburgués, miendras ahonda en su descrédito personal y profesional.

El corredor ha abandonado el Tour de Francia por indicación de su equipo, a su vez indicado por el Tour de Francia. Todo muy limpio y aséptico, como todos los años en Pau. Todo iba siendo muy limpio y aséptico, como nos indican que nos tenemos que creer al Sky de Cavendish escalador; tanto, tanto, que el diurético para limpiar el organismo apenas ha dejado traza, pero la suficiente, como los famosos picogramos de clembuterol.
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Fedrigo gana otra etapa en el Tour, esta vez resolviendo una escapada muy favorable a sus intereses camino de Pau: es un gran especialista en este tipo de terreno pre-montañoso. El último que resistió al buen ojo del francés -las crónicas españolas de su triunfo están plagadas de referencias al gran tamaño de su nariz, por eso no pongo buen olfato- fue el repugnante Vande Velde, ese corredor que, si hablase en algún momento de su vida, podría contar más cosas del ciclismo que ningún otro: CSC-Liberty-UsPostal-Garmin. Viene del Giro, donde fue fundamental en el triunfo de Hesjedal, y casi gana una etapa del Tour.
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Curioso: aquí se dice que Hoogerland -muy anónimo este Tour, como todo su equipo Vacansoleil- dio positivo por testosterona con 18 años.
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De los hermanos Izagirre hablan maravillas en el País Vasco. De Jon, el más joven, ya vimos su calidad en su belllísima victoria en Falzes durante el pasado Giro -y su escapada en la Gante-Wevelgem-; de Gorka, que es un año más viejo, estamos viendo en este Tour un arrojo similar al de su hermano y una pizca de humor y sana camadería que gusta (mucho), y más en un ambiente como el ciclista, a veces demasiado transcendente.

Miren que vídeo. Qué canteo a Sagan. Una broma, no más, un indicio. Una broma entre uno de 22 años y otro de 24 años. Me gusta. Hacen falta más como los Izagirre y su actitud en la bici.
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Evans achaca los pinchazos a los españoles.  Que Van Garderen no le esperase también es culpa de alguien: todavía no lo ha dicho, pero seguro que Evans ya tiene una hipótesis.
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Valverde es una persona muy mal orientada a lo largo de su vida: he aquí una nueva muesca.
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A 12 días de los JJ.OO, S. Sánchez se sube por primera vez desde su caída a una bici.
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O pondría copas en un bar, como en la canción de Carlos Berlanga.
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En Copenhague plantean directamente hacer autopistas para bicicletas: no por la velocidad, pero sí por la anchura.  De miras.

13 julio, 2012

Ya pasó el momento-Tour. No volverá.

Froome, en España con su padre
Algunos ciclistas anglosajones dejaron ayer por twitter que la etapa del día había sido la más dura que recuerdan. Suelen ser así de enfáticos, pero los números no dicen lo mismo: 150 km. raspados, 71 de ellos de ascensión pura, a una media de 31´3 km/h para el vencedor de la etapa. Acabó cerca de las seis de la tarde, media hora por encima del horario previsto. Y 4h43´, cuando todos los años se ven etapas de montaña de más de 200 km. con 7h encima de la bici.

Quizás haya contribuido a su relativa dureza que, por una vez, hubo ataques y movimientos de lejos. Sin embargo, el auténtico momento-Tour se produjo bien cerca de la meta, para que vean la importancia relativa de los diferentes factores. Fue una etapa de montaña bastante buena; podía haber sido mucho mejor si un equipo que viste de negro no fuese una marcha o dos por encima de los demás.

Prácticamente de salida se formó un numeroso grupo con, entre otros, cuatro Astana, un Valverde que se unió más tarde y dos Europcar, Christophe Kern y Pierre Rolland. Este equipo, investigado por dopaje un año después de su sorprendente actuación en el Tour 2011, ha ganado las dos últimas etapas del Tour, y con qué dos hombres. Al conocido caso de la rodilla y parón de Voeckler, ahora se une de Kern, que se arrastró y abandonó en Dauphiné -cuando la rodilla ataca, ataca a todos, como un virus- donde había sido 6º en 2011, y que ayer se hizo la Madelaine él solo tirando de las opciones de Rolland en la fuga.

Rolland llegó a meta solo, ganando su segunda etapa de alta montaña en la carrera, la segunda con un recorrido con distancia no superior a los 150 km. Ayer había estado escapado y gastando muchas fuerzas, pero eso da igual. Ya lo vimos a De la Fuente y Cobo en la pasada Vuelta, por ejemplo. Franceses contentos, el resto del grupo no tanto, al menos al compañero que hizo segundo en la París-Roubaix después de atacar durante todo el día se le ha empezado a ver la patita, como a todos. Como siempre.

Entre los favoritos, el Liquigas mandó a Oss y Sagan que aguantasen como pudiesen la Madelaine, y después los mandaron por delante. Parecía que iba a haber algún movimiento de Nibali, pero nada. Boasson Hagen se las bastó el solito para neutralizar cualquier acción. Por qué no se movieron Basso o Szymd queda para otra ocasión.

Subiendo ya la Croix de Fer, y con Kern fundiendo a casi todos los que había en la fuga del dia -qué manera de subir- el Sky cambió la locomotora del tren a Rogers y Christian Knees, el buen corredor alemán, mucho más rodador que escalador, pero eso ya da igual en el equipo de contrarrelojistas que suben mejor que los escaladores.

Van Garderen atacó a 10 km. de coronar, en plena carretera del Glandon, Moinard que iba en la fuga se descolgó, y ahí se fue Evans. Era la primera vez en sus 35 años que realizaba un ataque desde tan lejos. Desde el principio se vio que no iba muy bien, con Van Garderen yendo medio metro por delante y mirando atrás.

Brutal gráfica del trabajo del Sky en la etapa
El intento se solventó a los pocos km., pero dejó el grupo reducido a ocho corredores, cuatro de ellos Sky. Aunque después entraron mucho más corredores, hubo alguno que se descolgó entonces y ya no volvió, como Menchov o Monfort, hasta entonces muy arriba en la general. Quizás eso explique la relativa dureza de la etapa: esas arrancadas de favoritos neutralizadas por contrarrelojistas, pero que dejaban el pelotón diezmado, acostumbrado a subir a ritmo.

Ningún favorito atacó bajando el Mollard, probablemente el descenso más peligroso de Francia después del Joux-Plane, y juntos se fueron a encarar La Toussuire, otro puerto vendido como facilote porque no tiene pendientes muy pronunciadas, como si alguien no se hubiese dado cuenta que esos puertos, precisamente porque se pueden subir a más velocidad, suelen causar gran daño.

Brajkovic, también en su primer ataque como deportistas profesional, saltó a 12 km. de meta. Le siguió Pinot -tremendo este chaval, tremendo- y poco después Van den Broeck. A 10 km. fue el turno de Nibali, que al menos consiguió limpiar a Porte de cabeza del pelotón, y le tocó pasar a Froome quizás demasiado pronto.

De hecho, el nacido en Kenia, apenas duró 1´5 km. tirando, y Wiggins se tuvo que poner en cabeza a 8´5 km. de meta. Parecía que había una buena oportunidad de reventar al tres veces campeón olímpico y seis mundial en pista, especialmente porque estaba en una etapa de alta montaña y lo suyo canta mucho, pero el keniata Froome se recuperó y empezó a poner una marcheta en el grupo que acabó con los valientes que habían atacado. Y de lejos. Bravo.

A 5´5 km. de meta Evans se quedó, y Van Garderen con él para ayudarlo, pero el joven y talentoso americano (23 años, contrarrelojea con los mejores y sube que es un primor) iba bastante más fuerte que su viejuno jefe de filas, repitiendo la escena de la Croix de Fer. Al final se dejó en meta 1´30" con los favoritos, y tendrá que disputar la tercera plaza del podio a cara de perro contra Nibali y Van den Broeck.

Como vengo diciendo, las dos primeras plazas del podio serán para los Sky Wiggins o Froome, o Froome y Wiggins. Ayer el keniata atacó como un poseso justo en un momento en que el maillot amarillo flaqueaba, y parecía que se iba a ir solo. Por el maldito pinganillo le avisaron del desastre que estaba causando, e inmediatamente paró y todo volvió a la marcheta. Fue el momento-Tour, la demostración de que va más que su jefe de filas. Ninguno de sus rivales, que ya habían atacado durante la etapa -todos lo hicieron, esa es la auténtica novedad- no tenían ya fuerzas para seguir a la ofensiva.

Froome sí, y quizás habría que meterlo en el grupo de "los rivales". Al parecer, le dieron vía libre para el último km., y el keniata que no existía para el ciclismo de alto nivel hasta la Vuelta del año pasado, hizo un rush final desatado y rabioso. Sin embargo, Thibaut Pinot -otra vez más- ganó el sprint por la segunda posición, y es un corredor que enamora por su juventud, su buena planta y sus espectaculares resultados y progresión.

Hoy hay etapa de Alpes de más de 200 km. pero con los puertos de salida y después recorrido complicado y no más, perfecto para el control del Sky. Fuga sin peligro por delante, que los rivales directos están fundidos, y control durante todo el día. Día de conversación en el pelotón. La general está muy decantada, e incluso el propio Froome tendría que recuperar 2´ a Wiggins para ganar el Tour: eso sólo será posible con un desfallecimiento del británico, porque por el pinganillo ya le han dicho que no puede atacar. No va a ganar la carrera el más fuerte, ni tampoco el más listo, va a ganar la carrera el equipo que va una o dos marchas por encima de los demás.
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Mención aparte merece la retransmisión de RTVE. En un momento dado Probenecid se puso a comer fuera de cámara, pero se supo porque hablaba con la boca llena y se oía ruido de papel de plata, en su caso Reynolds. Peor aún fue a cinco km. de la llegada, cuando el inefable Carlos de Andrés dejó el micrófono abierto y se oyó como discutía con realización sobre si retransmitir el podio o no.  No le hicieron mucho caso: se cortó y cataplún, que habían llegado tarde y era La Uno. Con las motos ponían el podio aún retrasando el Telediario, para éxtasis de Ernest Riveras. Qué servicio público más lamentable.

09 julio, 2012

En el cielo de los pajeros

Fundido en negro para Froome
Primera etapa de montaña del Tour -es un decir: primer final en alto- y, como en los años más duros de este deporte, la carrera patas arriba por un equipo que vuela sobre los demás, ofreciendo un rendimiento pocas veces visto.

Se llegaba a un final inédito, una subida al famoso Grand Ballon D´Alsace por otra vertiente, corta pero muy dura: 5´8 km. con pendiente por encima del 8´5% y picos del 14%. 200 km. para este final en pendiente.

No era la etapa de Tourmalet con final en Hautacam de 2008, ni mucho menos, aunque el referente es adecuado por su resolución. Nadie esperaba un destrozo parecido, ni siquiera un S. Sánchez que pronosticaba con el tino que caracteriza a su amigo Contador:

"La Planche des Belles Filles no es una llegada para que se produzcan diferencias. Igual alguien se despista y puede perder algo de tiempo.Con una pendiente del 8,5%, salvo que se le atragante a alguien, lo normal es que no haya muchas diferencias. Para sacar un minuto o un puñado importante de segundos hay que estar subiendo una hora. Es lo que desgasta. Son pocos kilómetros y poco desnivel".

El ciclista asturiano perdió 1´31" Quizás fue un despiste, pero visto que al día siguiente se cayó y abandonó la carrera por ir hablando a cola de pelotón con otro amigo como Valverde, habrá que utilizar la palabra "despiste" para lo que realmente significa. Por supuesto, ningún medio amigo dijo que iban hablando a cola de pelotón, porque aquí todos son santos y las caídas, una lotería. También los análisis de etapa.

Poco antes de la subida a La Planche des Belles Filles pinchó Valverde, o tuvo un problema mecánico, y perdió en meta 2´19". También le pasó algo parecido a Van den Broeck (1´52" de retraso), que al día siguiente si que iba centrado y atacó dos veces: vamos, no iba a cola de pelotón y se apoyó en su gregario Vanendert para atacar. A Cobo, el gregario de Valverde, sólo lo hemos visto para perseguir en grupos traseros.

Por supuesto, no consiguieron enlazar. La etapa ya venía lanzada por la persecución de la fuga del día, que iba integrada por corredores muy valiosos (SMS Sánchez, Albasini, Riblon) y el Sky gastó a Boasson-Hagen, un percherón para los trabajos de equipo raras veces visto. Después vino la cadena que ya sufrió el pelotón en París-Niza, Romandía o Dauphiné: Rogers empezó a reducir el grupo de favoritos en las primeras rampas, luego un Porte que no anduvo así jamás y por último Froome.

Con Porte se quedaron 16 corredores en cabeza, incluyendo a los 3 Sky. Cuando acabó de tirar, quedaban 8 corredores en cabeza, incluyendo los 3 del Sky:  eran Evans, Nibali, Taaramae y Menchov, con Zubeldia y Rolland haciendo la goma. Atrás quedaron todos los otros favoritos. Detrás de dos gregarios que, como Porte y Rogers, estuvieron lejos de desentenderse de la etapa: entraron 13º y 14º. Y quedaba Froome, claro.

Según Carlos de Andrés, la explicación a la escabechina -no justificada por el recorrido- se debía a "que puerto más traidor, cómo está pasando factura a los corredores", obviando que todo se debía a la velocidad imposible de un equipo imposible, donde los contrarrelojistas suben mejor que los escaladores. Eran apenas 5´8 km. de subida, pero fueron el Tourmalet. Incluyendo las diferencias en meta.

Froome reventó a todos menos a Evans y Nibali, soberbio y a la altura de Verbier 2009, su mejor ascensión  . El australiano intentó ir a por la etapa y dos segunditos atacando en la rampa final del 14%, un porcentaje que le va muy bien, pero Froome, que había tirado los dos últimos km. como un perro rabioso, se abalanzó sobre el manillar, superó al vigente campeón del Tour en la parte más dura y tuvo tiempo de celebrar la etapa y dos segunditos.

Que un gregario que va tirando gane la etapa, y con ese nivel, no se había visto ni en los tiempos más oscuros. Miren que Armstrong lo intentó con Heras en La Mongie 2001, o con Landis en 2004, pero no lo consiguió. Froome sí, y apabullando, no porque su jefe de filas tocase el freno. Que se destroce la carrera, con esas diferencias, en una etapa unipuerto de 5´8 km. tampoco se había visto.

Wiggins accedió al liderato, y era el máximo favorito para el triunfo final en la salida. Es la séptima etapa. Si consigue mantener el maillot amarillo hasta París, será el primer corredor que lo consiga desde un tal Bernard Hinault en 1981. No Armstrong, o Induráin, que gestionaba en montaña sus ganancias en la crono: Wiggins directamente manda a sus gregarios a ganar.

 "Sólo intenté probar un poco", decía el keniata en meta, en un inglés de upper class que denota que nació en África porque sus padres eran diplomáticos y no colonos. ¡Un poco! ¡En un rampa del 14% y reaccionando a un ataque de Evans, no porque la carrera fuese parada! Tremendo. Tampoco parecía estar muy cansado.

Al día siguiente -buena etapa de media montaña, ganó el más jóven del Tour Thibaut Pinot tras manejar muy bien una fuga y sus propias fuerzas- Wiggins también hizo unas declaraciones a la prensa, en su calidad de líder. Aquí no hubo nada de diplomacia, al contrario. Dejo las declaraciones en su integridad, porque la interpretación de las mismas ha dado para mucho, cuando son inequívocas:

"Honestly they’re just fucking wankers. I can’t be doing with people like that. It justifies their own bone idleness… because they can’t ever imagine applying themselves to anything in their lives. And it’s easy for them to sit under a pseudonym on Twitter and write that kind of shit rather than get off their arses and apply themselves and work hard at something and achieve something"
Seguidamente, se levantó y se fue, amenazando al jefe de prensa del Tour con no volver a ninguna rueda de prensa como volviese a haber preguntas que no le gustasen, que provocasen esa respuesta. ¿Y cual fue la pregunta? Pues simplemente qué opinaba el iracundo inglés sobre todos lo que hemos encontrado profundas similitudes (o mejoras) entre el actual Sky y el UsPostal.

El término wanker es uno de los más ofensivos que puede haber en el idioma inglés, y de hecho está prohibida su publicación en la mayoría de los diarios ingleses. Se usa para expresar profundo rechazo y admite bastante polisemia: como la mayor parte de los peores insultos atañe a las mujeres/madres, y atañe al concepto de "puta".

Sin embargo, en el contexto usado por Wiggins la traducción más directa -otro de su significado es "masturbación"- sería "pajillero mental", muy bien captado por Arribas, que no cae en el error de traducir wanker por el políticamente más correcto "gilipollas" en el que han caído muchos medios. Por cierto, su crónica está muy bien. Se ha dado por aludido, visto que el inglés no le cae muy bien desde unas conocidas declaraciones suyas de hace un año y pico sobre su admirado carnívoro. 

Las declaraciones del británico tienen poquísimos precedentes, en este y otros deportes, y suenan muy estridentes en un ciclismo que hasta hace pocos años era muy correcto: sin fans ni hooligans, grupo este último donde se inserta Wiggins con sus declaraciones. La prensa inglesa, rendida ante Wiggins -y siempre muy crítica con este tipo de exabruptos- no ha dicho nada, ni reprobado nada. ¿Les suena la actitud? Algo tiene el deporte que hace adorar ídolos que se comportan como estrellas de rock.

Así, cuando vengan mal dadas -y ahí está el precedente de Millar- habrá que esconderse, porque se perdió hace tiempo la dignidad del periodista. Te llaman "pajillero mental" en plena rueda de prensa por una pregunta que entra perfectamente dentro de lo interrogable -es más, es necesaria- y bueno, el que tenía que haberse levantado e irse no era Wiggins, sino los que le van a bailar el agua.

Arribas hace bien recordando a Armstrong -que en sus primeros años amenazaba a periodistas que preguntasen por Ferrari-, pero hay otro más reciente. Fue el mítico "Pregunta antes de escribir" que Basso espetó a un periodista pocos días antes de la Operación Puerto. Después pasó lo que pasó y Basso, que se sentía muy poderoso como líder del Giro y máximo favorito al Tour, se volvió piadoso y solícito con la prensa, mientras le duró. Ojalá sirva de precedente.
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Revelador titular de Urraburu.
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Por fin ha acabado la Vuelta a Austria, una carrera que crece en interés por su ubicación en el calendario, en la primera semana del Tour. En la tercera semana la UCI ha colocado la Vuelta a Polonia, a ver si por fin arraiga. El favorito en la salida se ha impuesto: Fuglsang, especialista en vueltas nacionales menores, porque ya había ganado en su Dinamarca natal y en Luxemburgo este mismo año. Es el corredor con más éxito del RadioShack, por eso está corriendo la Vuelta a Austria y no el Tour.

Modolo ganó dos etapas, Di Luca otra -y acaba cuarto de la general-, Pinotti la crono y Arroyo, que fue excluido del Tour a última hora, hizo una carrera muy mala. Todas las etapas fueron para italianos excepto la que ganó Fuglsang.
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Entrevista a S. Sánchez, que termina con una maldición gitana a Valverde y SMS Sánchez, los dos únicos olímpicos que siguen en el Tour, y que ya han besado el suelo.
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Muy buena crónica de J.A Ezquerro de As sobre Freire en el hospital. Uno de los mejores corredores españoles de la historia merece esta atención en lo que es el accidente más grave de su carrera. Lo merecen todos los ciclistas, pero nunca se suele ver. Gracias. También han hecho lo propio con S. Sánchez.
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Interesante entrevista con Pozzato y sus abogados, donde habla de su relación con Ferrari. Además, dice que la llamada telefónica que le va a costar un disgusto la hizo con Guido Trenti, al que acusa de extorsionarle y de declarar en su contra en el CONI. Le podrá acusar de lo que quiera, y puede que gane por defecto de forma, pero la llamada es la que es. Y su relación con Ferrari también, aunque ahora se quiera hacer el longuis afirmando que no sabía que el médico estaba sancionado...

Dice, por ejemplo, que lo conoció "diez días después del Giro 2005" y que durante bastante tiempo hacía "test" con el famoso médico dopador cada ¡20 días! y que ha probado a casi todos los médicos deportivos italianos. Por cierto, las preguntas del periodista están muy bien y consiguen sacar mucha información. También la tradicional locuacidad de Pozzato.
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A este pasteleo se dedica Giorgio Squinzi -juegos de seducción con la incapaz lideresa del sindicato más importante de Italia- , el mandamás de Mapei y todavía con mucho ascendente en el ciclismo. Es algo más que un personaje pésimo: es siniestro.
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En la etapa de ayer Carlos de Andrés, de profesión locutor y nunca periodista, se equivocó varias veces con Thibaut Pinot, llamándolo Bruno Thibout. Este último fue un profesional de no hace muchos años, y de ahí la confusión. Para ayudarle a refrescar la memoria, comentó en antena que recibió un SMS de un tal Pedro Celaya informándole que el francés había corrido con ellos en Motorola. Sí, el mismo Pedro Celaya que está investigado por la USADA por dopaje. Para Carlos de Andrés es suficiente con esa información que puede encontrar en Internet: seguro que jamás preguntará a Celaya por sus prácticas, historia y lo que ha hecho en estos últimos 20 años. Así luce el pelo a este deporte.

27 junio, 2012

El que de joven corre, de viejo trota (I)

El futuro era esto
Ayer el Lampre tuvo a bien presentar su nueve definitivo para el Tour, siguiendo una inveterada constumbre del equipo italiano, como aquel recordado caso previo al Giro 2010, donde dieron de baja a Caucchioli poco antes de la salida, y después se supo que era por el pasaporte biológico y no por ninguna decisión técnica o táctica.

Y hoy toca hablar de biología y el pasaporte, pero no del pasaporte biológico. Sin hacer el trabajo estadístico que daría la cifra exacta, por primera vez en la  historia del Tour la edad media de los participantes superará los 30 años, una cifra que hace no mucho tiempo marcaba el inicio del declive de un corredor, y que hoy día anuncia el inicio de sus mejores éxitos.

Sólo 92 corredores tienen 29 años o menos, y el resto ya están de lleno en la fabulosa cifra de 30 años. La media de los equipos es igualmente significativa: el Saur-Sojasaun es el más joven, con una media de 27,52 años, mientras que el más viejo -y esto no es ninguna sorpresa- es el RadioShack, con la impresionante cifra de 33,70, y porque han metido a Gallopin, el octavo más joven y de 24 años.

Todos los datos están sacados de la interesante página velofacts.com, a la que les remito para ver el desglose de los datos. Que en la carrera más importante del calendario la media de edad sea superior a los 30 años es la confirmación de una tendencia que es motivo de asombro y preocupación por la deriva de este deporte, más que nunca centenario.

Si hace dos años podían ser noticia los debutantes treintañeros en la carrera -que es parte del mismo fenómeno-, ahora la noticia es el envejecimiento a marchas forzadas de la profesión ciclista, fenómeno que ni siquiera escapa a alguien tan poco dotado como Unai Osa, que en una entrevista reciente decía sobre su retirada a raíz de la Operación Puerto "Yo tenía 31 años, y aún tenía bastantes años de ciclismo. De hecho, ahora cada vez se van alargando más las carreras. No sé por qué… tal vez porque la gente joven no empuja como antes. No tiene sentido que gente como Lastras mismamente, esté andando ahora más que antes".

Lo dice el hermano de uno que acaba de dar, con 39 años, positivo en una carrera de montaña a pie. Sí que tiene sentido, todo sentido en este universo cerrado que es el ciclismo, donde se pasa del sillín de la bicicleta al sillón del coche deportivo en un mes (como Igor o Aldag, aunque este último ha renegado), donde hay siempre los mismos nombres en la medicina deportiva, o donde mismamente tu hermano da positivo por EPO frisando los cuarenta porque en el fondo tiene los mismo hábitos de siempre. Todo forma parte de "el mundillo", palabra con la que la gente de la bicicleta gusta englobar todo.

Quedense con la reflexión en voz alta de Unai Osa, un pobre muñeco roto que conoció muy bien "el mundillo" desde dentro. De aficionado corría y arrasaba -su Balenciaga sigue siendo insuperable- en la fábrica de monstruos que era el Banesto aficionado, donde se destacan los éxitos (Sastre), se olvidan los fracasos (Mancebo) y directamente se entierran los fiambres (J.M Jiménez). Sabe perfectamente el combustible y las enseñanzas que recibían, al menos no se ha ido a la tumba con ellas.

Otra cosa es que lo quiera reconocer, primero porque no le da la mollera: intuye el fenómeno ("cada vez se van alargando más las carreras"), no sabe por qué (y tanto que lo sabe, le basta con preguntar a su hermano) y acaba apuntando una hipótesis muy justificativa de su posición y la de los colegas que quedan de su generación, que son muchos: "tal vez porque la gente joven no empuja como antes".

Los jóvenes siempre empujan: va con la edad y con tener el casillero a cero. Con debutar en el Tour o en cualquier otra carrera y querer ganar, querer destacar. Parece mentira que algo así venga de alguien que fue joven en su momento, y muy cacareado: también se habrá olvidado. La explicación del fenómeno no está en los jóvenes, está en esos viejos que resisten. Y que saque el ejemplo de Lastras, que se educó en el mismo Banesto aficionados, no deja de ser sangrante.

Dice que los veteranos se saben cuidar y entrenar, pero un conocimiento somero del ciclismo acaba con esos tópicos interesados de la profesión de monje y cartujo que durante muchos años vendió la propaganda oficial: competir en una carrera como la Vuelta a España es compatible con salir de copas, ganar una gran clásica del norte se puede celebrar con cocaína, y los ciclistas tienden a comer comida-basura, o directamente engordar como sapos por la buena comida gallega o alemana, por citar únicamente los ejemplos de Pereiro y Ullrich. Todo esto por no hablar de los clásicos de siempre en estas profesiones saludables, como ir de putas (en "el mundillo", azafatas, o encargar una, como Manzano en la Vuelta 2003) o fumar.

Por ahí no va el discurso, porque parece que nadie se ha detenido a ver que uno de los fenómenos más lacerantes de la tendencia del ciclismo a acumular años y años es que los más veteranos no son precisamente cojos, o no permanecen en la profesión. Sin ir más lejos, Lefevre acaba de declarar que espera que Leipheimer acabe entre los cinco primeros este Tour, con sus 39 años, y que pondrá a Velits (27 años, 2º en la Vuelta 2010) a trabajar para el americano.

Los más viejos del pelotón no son, como fueron en su momento, actores menores como Arsenio González o Elli, son destacados protagonistas en este Tour y en los anteriores: Voigt y Horner, con 41 años los dos y los más veteranos -lo serían en cualquier profesión o ámbito con esa edad-, además de compañeros de equipo, darán que hablar en este Tour, dicen que el de la despedida para el alemán. No están solos en su veteranía: Petacchi, Kloden, O´Grady -que después acudirá a sus ¡sextos JJ.OO!-, Vinokourov o Hincapié también aspiran a papeles protagonistas.

No para la general, claro, para eso ya dejan a Evans, el 20ª corredor más viejos de 198 participantes, que defiende el título -fue el tercer ganador más viejo del Tour- y que, sin el menor atisbo de rubor o sana incredulidad, es el segundo máximo favorito tras Wiggins, que también tiene sus 32 años, la frontera que antes de la aparición de Armstrong marcaba la edad final para poder aspirar a ganar una grande por etapas.

"No tiene sentido que gente como [pongan el nombre que quieran por encima de los 34 años] estén andando ahora más que antes" Sí que tiene sentido en este loco juego que es el ciclismo, convertido desde hace tiempo en un circo sobrehumano y ahora, más que nunca, decrépito.
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Homenaje institucional en Girona a Hesjedal.  La industria del ciclismo y todas sus actividades auxiliares -especialmente las farmaceúticas- aportan riqueza a la ya de por sí rica provincia de Girona, que parece que quiere más. Tanto como vincularse directamente con esta gente.
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Eso sí, han montado este mismo año un Campeonato de España cojonudo: bellísimo y disputado, con mucho público e impacto publicitario. Como siempre, las categorías inferiores son las sacrificadas -no les hablo ya del deporte base- en aras de lo que ya está asentado y bien conocido. Iban a ser "los mejores campeonatos de España de la historia".

08 junio, 2012

¿Puede alguien evitar que Wiggins gane el Tour? ¿Por favor?

Bradley Wiggins, hasta el año 2009 de profesión sus labores en la pista, lleva un 2012 de aupa: ganó la crono de Algarve y fue tercero; ganó la P-N y la crono; abandonó en Cataluña -como medio pelotón- por las condiciones climáticas; ganó en Romandía y dos etapas -una de ellas al sprint-; y ahora va camino de ganar el Dauphiné, tras llegar líder a la crono y ganar, claro.

Total, ya ganó esta misma carrera el año pasado...Total, nos venden que es un ciclista auténtico, y el hecho de que se haya vuelto escalador, sprinter y ganador de cronos largas está dentro de una lógica evolución, casi tanta como la que le llevó a acabar cuarto el Tour de 2009, cuando antes penaba por pasar un puerto de tercera con los favoritos.

El el prólogo fue segundo -igual que en P-N-, sólo batido por el joven australiano de 21 años Luke Durbridge. Al día siguiente, Cadel Evans aprovechó la bajada de un puertecito antes de meta para irse con Kashechkin -sí, está vivo- y Coppel y ganar la etapa de manera insólita y con una buena exhibición: sus dos fatigados compañeros no le pudieron dar ni un relevo y entró en meta sin bajar el ritmo, un poco como en la etapa de Pau del Tour 2005. En la misma etapa S. Sánchez se fue al suelo pero pudo acabar la etapa, mientras que A. Schleck se descolgó en el puerto de tercera. A 20 días del Tour.

El tercer día fue el turno de Dani Moreno, ese gran corredor de pequeño tamaño, otro que sigue creciendo año tras año: lleva seis victorias en los dos últimos años, y grandes actuaciones como en la Vuelta 2011. En el grupo B de los up-hill finishers del pelotón, sabe aprovechar sus ocasiones y ser paciente. Por ejemplo, en el último Giro no se le vio ni una sola de sus veleidades individuales y estuvo todo el tiempo al servicio de J. Rodríguez. Liberado de esa labor, ha ganado una etapa en una gran cita.

Crecidito -es de Madrid, en 2010 dijo que era el colíder del Lotto, una de sus declaraciones más recordadas- le espetó al periodista de la tele pública francesa, que dudaba de su favoritismo para la etapa, con un "no sería favorito para algunos, pero sí para mí", muy jaleado en twitter y en prensa por sus conregionales, siempre permeables a la chulería. Y tanto. Como el médico Jesús Losa, otro que también ha creído mucho  en este corredor de extraño peinado y prestaciones. Seguro que si llega a ser Carlos de Andrés no le dice ni mú, pero bueno. Yo, en un sprint en cuesta y en Dauphiné, nunca pondría a Moreno de favorito. Porque no creo en él. Así de sencillo.

Pero bueno, al fin y al cabo estamos aquí para explicar que un pistard de 32 años es el favorito para ganar el Dauphiné y el Tour, o sea que -como es costumbre en este crudo deporte- habrá que creer en lo que la razón y décadas de ver ciclismo te dicen que es imposible. Ayer Wiggins ganó la crono larguísima del Dauphiné, la más larga que ha ganado en su vida, pero lo importante está en que estuvo a punto de doblar a Evans, que aún así acabó 8º de la prueba. Eso sí, a 1´43".

Es el vigente campeón del Tour y aparentemente el único que puede mantener el tipo con Wiggins en la crono y después recortar tiempo en montaña. Si ataca, claro. Si sus 35 años no caen de golpe, como sería lo lógico. El británico ha sacado 34" a Tony Martin, 1´11" a su compañero Rogers -es la primera crono larga decente que hace desde 2005, cuando su último Mundial CRI-, 1´25" al increíble joven del Rabobank Wilco Kelderman (21 años, era la primera vez que hacía una crono de más de 30 km.) y 1´33" a su otro compañero Froome.

¿Froome? Si, hombre, el mismo que fue segundo en la pasada Vuelta, a un suspiro de ganar tras haber hecho muy poca cosa reseñable en su vida deportiva. Es el primer resultado que obtiene en diez meses, desde el final de esa carrera. Al menos ya es algo más que su rival Cobo, que ayer perdió 4´en la carretera, más otros 2´que le metieron los jueces por ir a rebufo de otros corredores, o del coche. A rebufo de algo, da igual, lo más probable es que fuese su fama.

No es que Wiggins vuele en todas y cada una de las carreras que disputa, es que su equipo está en la misma tónica. Hoy se sube ese grandísimo puerto que es la Grand Colombiere, uno de los favoritos del que esto escribe, y parece que la mayor amenaza para el Sky es el valiente Chavanel, a 1´30" en la general, y que ayer hizo una soberbia crono. Del resto de corredores no se sabe nada.

Y así también para el Tour. Menchov, que tiene un recorrido muy propicio, perdió ayer 2´28"; Brajkovic, el caballero blanco, 2´16"; Nibali, 2´47"; Van den Broeck, 1´47"; Rolland, 4´16"; Taaramae, 3´54"; Vanendert, 5´02"; S. Sánchez, 5´42"; A. Schleck, 8´33", perjudicado por una caída en el km. 18 y por una mala forma muy evidente. Ojo, estamos hablando del corredor que en los últimos Tours tiene esta secuencia: 2º-1º-2º.

Así pues, ¿quien puede evitar que Wiggins gane un Tour con tres cronos, una de ellas el penúltimo día de carrera y de la misma distancia que esta de Dauphine? ¿Quien puede evitarlo, y más estando como está rodeado de un equipazo? Bueno, pues o bien alguien de su equipo -en la pasada Vuelta Froome andaba más, y se hubiese llevado la carrera de no haber trabajado para Wiggins en la llegada a la estación de esquí orensana-, o bien el sentido común.

Si bien quedan 20 días para el inicio del Tour, quedan 40 para las etapas decisivas. Es demasiado tiempo. Todavía hay tiempo de evitar que Wiggins gane un Tour que diseñaron para él.
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El sábado comienza una edición espectacular de la Vuelta a Suiza, que por mucho que quieran Dauphinè y California, sigue siendo la cuarta vuelta por etapas más importante del mundo: por situación en el calendario, por país, por tradición, por días de competición y por recorrido. También por participación, puesto que a Dauphiné no va ni un sólo hombre rápido. Tras el prólogo de 7´3 km. a orillas del lago Maggiore y a la altura de Lugano, la segunda etapa sale de la italiana Verbania y llega a Verbier, tradicional subida de la carrera y conocida estación de esquí. Se entra en Suiza por Domodossola -como el tren- y después por el Simplón, 40 km. de subida, para después hacer todo el valle del Ródano hasta la subida final. Y es el segundo día de carrera.

Tras cuatro etapas muy similares -en torno a 200 km., pero nunca más, y con tachuelas-, la crono llega el séptimo día y son los tradicionales treintayalgo km., con subida en medio. Los organizadores de la Vuelta a Suiza han dejado atrás la funesta manía de acabar la ronda con la crono, y esta año apuestan por el que seguro va a ser uno de los momentos cumbre de la temporada. Tras una penúltima etapa de 150 km. con final en la tradicional meta de Arosa, en alto, el último día hay un etapón de montaña de 216 km. con un recorrido inédito: se sube uno de los últimos ramales de los Alpes, con dos puertos idénticos, el Glaubenberg. La primera ocasión, desde la vertiente donde luego acabará la etapa. Se baja al lago de Sarnen y se sube la misma cordillera por otra carretera, para volver al valle inicial y acabar en un puerto de segunda.

Serán de salida Valverde, Leipheimer -vigente campeón-, Velits, Kreuziger, Danielson, Albasini, Cunego, Cancellara, Fuglsang, F. Schleck, Poels, Antón, Gesink, Kruijswick, Mollema y Sorensen. En los sprints, les pongo tres nombres: Boonen, Sagan y Freire. Por si les parecían aburridas las cuatro etapas seguidas con tachuelas.
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¿Por qué van tres murcianos a los JJ.OO de Londres? ¿Por qué va Rojas? ¿Quien es el principal patrocinador de la RFEC? Pues sí, la misma región que se intentó vender como "paraíso natural" y tiene la bahía de Portmán y va a urbanizar Cabo Cope. "Paraíso de influencias", más bien.
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Este es el (espectacular) recorrido del campeonato italiano de fondo en carretera de este año: 252 km, 15 vueltas a un circuito que tiene una subida de 250 metros y caída a meta...en total, 3.000 metros de desnivel...alguien quiere que Nibali vaya con el tricolore al Tour, como hizo Bugno en 1991...Por cierto, el año pasado Rojas ganó con la inestimable ayuda de Contador en un circuito de escaso 200 km., si llegaba. Rojas, el fondista. Rojas, el ganador. Rojas, nuestro abanderado.  Rojas, nuestro olímpico murciano.
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Para la galería de esperpentos sobre las excusas para justificar un positivo. La historia tiene estos elementos: curling -un deporte de chiste-, silla de ruedas y cáncer.
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Pues tampoco me sorprende tanto que Bicisport haya estado a la altura periodística respecto a la hazaña de De Gendt en el Giro; al fin y al cabo, es una revista que lleva 20 años o más pidiendo épica y ataques de ese tipo. Dedican al belga un bonita linea en la portada del número especial ("¿Veis lo que da una fuga?") y el artículo central del número corriente: "Lección de De Gendt. Suspendidos los directores", con bonitas soflamas a favor de lo realizado por el ciclista y también por Nibali en otras carreras. Así tiene que ser, creo.

Por su parte, la horrible revista Ciclismo a Fondo dedica al Giro una horrible portada donde Hesjedal parece que se está cagando, y donde no aparece De Gendt por ninguna parte. Dentro de la revista, sorteando la asquerosa e insidiosa publicidad camuflada de contenidos (¿se pueden creer que el tonto del director dice en su editorial de pena que J. Rodríguez fue como "un Canyon" en la carrera?), hay una espantosa entrega de "Cartas al director" con un arrebatado que defiende a Contador insultando a los que han hecho su trabajo (y firma como "Museo del maillot") y un poema de un gallego. A De Gendt no le dedican especial atención.

26 marzo, 2012

Boonen intratable

Tres Gante-Wevelgem. El más grande del pavés.
Qué grandes clásicas del norte estamos viviendo este año. Los muros no harán diferencia, se llegará al sprint, pero qué emoción, qué carga de palmarés, qué manera de marcar la línea a los más jóvenes por parte de los más veteranos. Qué grandes carreras, por mucho que el calendario UCI proponga en el mismo domingo otras tres citas, a cada cual más aburrida e insulsa. El ciclismo en estas fechas siempre está en el norte.

La Gante-Wevelgem es una gran, gran clásica, que tradicionalmente ha sido vilipendiada como "de sprinters". Lo único cierto es que, cuando hay buen tiempo, se llega al sprint. En cuanto llueve un poco, la subida y sobre todo el descenso del Kemmel, su muur mítico y característico, hacen suficiente diferencia para que ganen los valientes o los más fuertes.

No se engañen: si este año parece que los muros no hacen diferencia es en gran parte por la buena climatología, y también porque hay muchos equipos con jefes de filas resolutivos que son capaces de sacrificar a sus efectivos en aras de luchas por la victoria y no por el puesto de honor, un puesto que no lleva a nada.

La carrera tuvo tanta emoción como el E3 Harelbeke. En la segunda subida al Kemmel el danés Breschel subió como un tiro y provocó un corte que no fue a más, pero que demostró que está muy fuerte para las dos grandes citas de Flandes y Roubaix. Quedaban 35 kms. para meta y en el descenso se quedó cortado Cavendish, dice que por culpa de otro corredor.

Evidentemente, con el corredor más rápido del pelotón fuera de circulación, los favoritos y su nutrida tropa de gregarios se pusieron a tirar al ritmo demencial que acostumbra esta clásica, donde las tomas aéreas de las grandes rectas cerca del Mar del Norte y los corredores en fila india son una tradición. Un intento de escapada a cargo de Paolini, Van Avermaet y Chainel (FdJ) fue secundado por Cancellara y Sagan, lo que todavía dio más brios aún al ritmo del grupo principal.

Cogiendo a lo mejor que quedaba de la fuga de la jornada (destacando un impresionante Jon Izaguirre del Euskaltel) hicieron poco camino, porque había mucho interés en llegar todos juntos y dilucidar un sprint entre gente como Freire -de nuevo magníficamente arropado por Paolini e Isaychev, que se coló en la fuga del día-, Farrar, Sagan, Boasson Hagen, Bennati, Pozzato o el peligrosísimo Goss.  Ah, y también Boonen, el rey del pavés.

No hubo ataques hasta meta, salvo los intentos desesperados en el último km. de gente como Ballan. Todo de nuevo al sprint, y qué nombres para el sprint. Freire intentó anticipar la llegada pero se comió todo el viento solo para ver como era remontado -realmente extraña la imagen del campeón perdiendo posiciones en un sprint- por un inconmensurable Boonen, Sagan y Breschel, pero enseñando el dorsal a Boasson  Hagen y todos los demás, incluyendo a un Rojas que se fue al suelo en un sprint que no era el suyo.

Sobre Boonen, el ganador, poco queda por decir tras un sprint increíble comíendose todo el viento de cara. Es el más grande de todos los tiempos sobre el pavés, y uno de los mejores corredores de la historia del ciclismo. Ahí está su palmarés. La Gante-Wevelgem fue su primera clásica en 2004, y el año pasado ganó casi de sorpresa la carrera, también al sprint. Este año ha conseguido su tercer triunfo, igualando a los mejores en esta carrera como Van Looy y Cipollini, que obtuvo dos triunfos aquí porque estaba en el GB-MG (Museeuw, Tchmil, Peeters y Ballerini trabajando de gregarios) y otro más diez años después gracias a Eufemiano Fuentes, en una exhibición hematológica de las más aberrantes que se recuerdan.

Sobre Sagan, el segundo por muy poco margen y con 22 años, está todo por decir. Todo. Y el tercero, el danés Breschel, que ya no es tan joven, que sólo puede aspirar a emular a su compatriota Sorensen en Flandes. Sobre el cuarto, Oscar Freire, tampoco se puede decir nada más: corre para ganar, se equivoca, tiene 36 años, pero qué maravilla verlo competitivo, ambicioso, retador y en esa forma que le ha llevado a ser 7º en Sanremo, 2º en Harelbeke y 4º en Wevelgem. Estas son las carreras que cuentan y los ciclistas que valen.
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El Criterium Internacional, prueba que pierde interés a borbotones -algo que ha sido ganado cinco años por Jens Voigt no es muy respetable- fue muy sencillo: el primer sprint para un francés desconocido, y la crono de la tarde para Evans, marcando el mismo tiempo que Rogers. El domingo, la tradicional subida al alto de L´Ospedale sobre Porto Vecchio. Evans controló con sagacidad, y en el sprint a cuatro ganó Fedrigo -otro especialista en la carrera y en estos recorridos- sobre Nocentini y el noruego del Sky Nordhaug, además de Evans. El australiano, que era un auténtico perdedor hasta que ganó el Mundial de 2009, es ahora uno de los corredores más eficaces del pelotón y gana prácticamente cada carrera en la que participa.
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El GP Miguel Indurain, que hace de prólogo a la llamada semana vasca, ha corrido el riesgo de no disputarse el año, como toda la semana vasca.  Al final se disputa este sábado en el más absoluto de los anonimatos. Además, los organizadores no han tenido mejor idea que sortear una camiseta de Messi, quizás para remarcar que no creen mucho en su producto.