Con este titulo, digno de alguna canción heavy, rompo el silencio que ha mantenido el blog durante estos últimos tiempos. Con este vertiginoso y poco acertado avance que estamos soportando a raíz del fin de los tiempos, ha surgido un fantasma que entre los jugadores se creía olvidado: el Hero-Hammer.
Y es que con la regla de poder introducir hasta la mitad de puntos del ejército en héroes, muchos se echaron las manos a la cabeza. Duró poco, ya que a la semana siguiente salió seguramente otra cosa para comentar, y no se cual, por qué he perdido la cuenta.
Lo que sí sé es que yo empecé en esto en aquella época "negra" del Hero-Hammer. Sí, esa época en que los héroes barrían unidades enteras, y las batallas se decidían al choque entre dos miniaturas. Pero la verdad es que entonces no lo veía tan mal, y aún hoy en día creo que tenía su encanto.
Los aficionados a los wargames de fantasía no solo nos gusta la fantasía, si no también la épica. Y, ¿Que es más épico que un héroe venciendo a un enemigo que le supera en número? ¿Quien no se ha acordado de Boromir llevándose a veinte orcos por delante antes de morir? ¿O a Gimli matando orcos a docenas?
Por eso, cuando empecé a jugar, no veía raro que un malvado general del caos, con unos pocos caballeros, se llevase por delante a montones de enemigos. O que un vampiro arrasase las líneas de mis pobres elfos silvanos. Eran personajes poderosos y su peso se hacía notar.
También deciros que, cuando empecé en esto del warhammer, me metí con elfos silvanos, pues pensaba que serían un ejército de pocas miniaturas (inocente de mí). En mi mente estaban los poderosos elfos de El Señor de los Anillos, que mataban Balrogs alegremente, o hacían huir a los nâzgul con su sola presencia.
Por supuesto, esto no resultó así, pero para mí la idea de una batalla entre un pequeño grupo de elfos sorprendido por una horda goblin sigue teniendo su encanto. O una fuerza bretoniana compuesta principalmente por caballeros de renombre, o un ejercito compuesto solo de vampiros, o ...
Por supuesto, que los ejércitos masivos tienen su punto, como esas chusmas de goblins, esqueletos o skavens, y hay a quien le gusta los ejercitos monstruosos, como los trolls o los ogros. Es en esta variedad, y en estas posibilidades en la que surgen la épica y la fantasía.
Por eso creo que el Hero-hammer no es malo en sí. El verdadero mal que ha atenazado a este wargame desde que comencé con él, y que al parecer lo va a acompañar hasta su final, es lo que llamo el combo-hammer.
El combo-hammer es la manía que tienen algunos wargameros de buscar combinaciones más o menos legales (y más menos que más trasfondísticas) para ganar el juego. A poder ser, antes de que empiece el despliegue.
En nuestra época esos combos se solían formar con objetos y personajes. Pero con el tiempo, se han producido en unidades y estandartes, unidades y equipo... Este mal ha tomado muchas formas, pero al final siempre es lo mismo: partidas aburridas y listas clónicas (que incluyen el combo, o pelean contra él).
Este combo-hammer se disfrazó de Hero-hammer en mi época. Pero lo mismo que el Hero-hammer nos dejó, el combo-hammer siempre ha estado ahí, acechando para hacer de tus partidas un desastre.
Por otro lado, lo que parece venir bajo este nuevo Hero-hammer, es realmente un monstruo-hammer: una forma de poder meter esas monstruosidades, cada vez más grandes, que cierta compañía quiere vender. Esto está alejado de aquel Hero-hammer, una de cuyas principales ventajas era abaratar el coste de los ejércitos, al incluirse menos miniaturas.
Por eso no me avergüenzo al decir que soy un hijo del Hero-hammer. Cuando empecé, me planteé el juego de esa forma: una lucha de héroes en una batalla. Una especie de juego de rol dentro de una contienda.
Otros vieron una forma de ganar segura y fácil. Y ahí es donde se fue todo al garete.
Pero eso no evitará que mis héroes sigan cargando de forma osada contra el enemigo. Aunque ya no vayan a arrasarlo de un espadazo, ni vayan a aguantar infinidad de turnos. Por que para mí, parte de la esencia de este juego son esos poderosos personajes, solos en mitad de una batalla.