19 septiembre 2021

Engaged!

“Engaged” es la típica expresión (en inglés) que te suelta el capitán de turno de las naves de la franquicia Star Trek para indicarle al piloto que active los motores. Hay dos tipos de propulsión: el impulso, que es un tipo de desplazamiento a velocidades sublumínicas y el warp o sistema de distorsión, que permite a la nave avanzar a velocidades supralumínicas, gracias a la distorsión espaciotemporal.

 

Concretamente, la idea es expandir el espacio alrededor de la nave a velocidades supralumínicas y la nave, atrapada en su estela, en una especie de burbuja, se ve propulsada con este. La teoría de la Relatividad no permite que un objeto que alguna vez ha viajado a una velocidad inferior a la de la luz, la iguale y menos que la supere. Pero no dice nada de la velocidad a que se expande el propio espacio-tiempo.

 

En Star Trek, fue el científico del siglo XXI, Zephran Cochran quien diseñó el primer motor warp viable de la Humanidad y él mismo lo probó construyendo un prototipo llamado Phoenix. En la realidad, fue el físico mexicano Miguel Alcubierre quien desarrolló la conocida como métrica de Alcubierre, una solución particular de las ecuaciones relativísticas que permiten este fenómeno.

 

¿Maravilloso, no? Pues hay una pequeña pega, como os podíais imaginar. Para que la cosa funcione se necesita energía negativa. Y el problema es que la energía negativa no existe o no se sabe cómo producirla, en caso de que sea posible tal cosa.

 

Pero ahora, otros físicos han encontrado una posibilidad viable sin necesidad de energía negativa. Eso sí, de momento no sería posible superar la velocidad de la luz, pero todo es ponerse. Se ha pasado de “imposible” a “casi posible”, así que se ha avanzado mucho. Y desde luego, el motor warp sublumínico sería físicamente viable.

 

Tal vez el motor de curvatura esté a la vuelta de la esquina (es un decir; a ver qué dice Elon Musk). En el universo de Star Trek, los humanos y otras especies suelen ignorar a las especies inteligentes precurvatura por considerarlas demasiado atrasadas. Quizás estemos a punto de ingresar en el club galáctico de especies que pueden viajar rápidamente por la galaxia y no tengamos ni idea de lo que se nos viene encima. Pero eso, de momento, solo es ciencia ficción.