Antropoceno
¿Os habéis planteado
alguna vez cómo verán el siglo XX o el XXI los arqueólogos del futuro? Es
posible que la visión que tengan de nosotros, si no pueden acceder a otras
fuentes más fiables que las excavaciones arqueológicas y los restos
documentales, sea verdaderamente pintoresca.
Para empezar: uno de los
grandes problemas será la documentación. Disponemos de pergaminos de hace más
de un milenio en un estado de conservación aceptable y perfectamente legibles.
Pero, ¿podemos decir lo mismo de un periódico del siglo XXI o de un documento
imprimido por una impresora láser o de chorro de tinta?
No hablemos ya de los
documentos digitales. Quien haya tenido que trabajar alguna vez con
dispositivos antiguos, como casetes o incluso disquets y con formatos antiguos de
ficheros, sabrá a qué me refiero. La mayor parte de estos contenidos, si no ha
sido pasado a formatos más estandarizados, se perderá, muy probablemente, “como
lágrimas en la lluvia”.
Una fotografía en color
tiene una vida limitada, pero cualquiera la puede interpretar. En cambio un
archivo en formato jpg o png está codificado y solo puede visualizarse con el
software correcto que funcione en el hardware disponible. Hoy no hay demasiado problema,
¿pero dentro de dos siglos aún será posible visualizar un archivo jpg? Lo mismo
pasa con los archivos sonoros.
Además, el siglo XX y por
supuesto el XXI son períodos muy moviditos. Han pasado muchísimas cosas y no
será muy fácil disponerlas cronológicamente. Hay un divertido relato de Alfred
Bester, titulado “El orinal floreado” (”The Flowered
Thundermug”, 1964), contenido en la antología Irrealidades
virtuales, que trata precisamente de esta situación.
En otro conocido relato de
Ursula K. LeGuin, incluido en la maravillosa antología Las doce
moradas del viento, en “Abril en París” (”April in
Paris”, 1962), unos arqueólogos del futuro comentan que todas las
dentaduras de la “América Primitiva” estaban llenas de empastes dentales. Lo
que me recuerda a los análisis de huesos realizados a las momias del Antiguo
Egipto en nuestros días. Igual que hacemos hoy con ellos, harán con nosotros en
el futuro.
Sin duda, una de las cosas
que más se encontraran en los estratos geológicos de nuestro presente y que
será un elemento claramente definitorio de nuestro período histórico, al que
algunos geólogos llaman ya el Antropoceno, será el plástico, esa substancia tan
duradera, que sobrevivirá al paso de los siglos y que será nuestro sello
personal en el registro de la Historia.
Si es que hay futuro para
nuestra especie, claro. Si no, tal vez, los arqueólogos serán de otra especie y
aún lo tendrán más difícil para interpretar los vestigios dejados.
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