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martes, 8 de septiembre de 2020

Wim Mertens - Gave Van Niets Part IV: Reculer Pour Mieux Sauter (1994)




Tras un tiempo sin acercarnos a ellos, creemos que es el momento de volver a los peculiares “ciclos” de Wim Mertens. Concretamente lo vamos a hacer al segundo y más duro de todos ellos: “Gave Van Niets”. Tiempo atrás comentamos la tercera parte del mismo titulada del mismo modo y hoy queremos hablar de la cuarta y última que es también la más variada de la tetralogía. Nos referimos a “Reculer Pour Mieux Sauter”.


“Gave Van Niets” era un “ciclo” de gran extensión, dividido en cuatro partes. La primera y la tercera contenían música para piano solo mientras que la segunda incluyó un disco con piezas para clarinete (para toda la gama de clarinetes, en realidad) y otro para trombón solo. “Reculer Pour Mieux Sauter”, en cambio, presenta una variedad instrumental que hace incluso complicado plantearselo como una parte más de la tetralogía ya que ni siquiera cada uno de los tres discos que la integran tiene un coherencia total en ese aspecto. El primer CD lo componen dos piezas extensas para clarinete, flauta, violín y fagot. El segundo, tiene dos partes, una primera de larga extensión para flauta, trompeta, tuba y diferentes saxofones y una segunda dividida en tres segmentos escrita para saxo soprano, flauta de pico, fagot, violonchelo, trombón, tuba y contrabajo. Finalmente el tercer disco (que tiene título propio: “Le Souffle du Destin”) es un “tour de force” en cinco movimientos para clarinete.


En la grabación participan Dirk Descheemaeker (clarinetes y saxo soprano), Eric Mertens (flautas), Eric Robberecht (violín), Luc Verdonck (fagot), Waard Hoornaert (trompeta), Karla Van Loo (saxo alto), Eddy Verdonck (trombón bajo), Hugo Matthyssen (tuba bajo), Lieven Van de Walle (violonchelo) y Etienne Siebens (contrabajo).


"Qua", la caja que contiene los cuatro "ciclos" completos de Wim Mertens.



“Plus Grandes Les Parts de Mort” - Comienza la obra con una melodía de clarinete muy inspirada que nos hace pensar en una pieza mucho más convencional de lo que es habitual en los “ciclos”. Con la entrada del violín y el fagot entramos en una sección que nos recuerda mucho a la sonoridad de un trabajo como fue “Motives for Writing” (1989). También varias de las frases melódicas están emparentadas con las de aquel disco, algo que no debe extrañarnos ya que, pese a aparecer en 1994, el ciclo “Gave Van Niets”fue compuesto entre 1990 y 1994. Tras un inicio muy reconocible, la pieza comienza a derivar por otros terrenos más complicados en los que la relación entre los diferentes instrumentos se hace menos obvia y la música empieza a ser mucho más abstracta si cabe. Hay momentos en los que los instrumentos, principalmente el clarinete y el fagot, se quedan solos. Otros en los que, aunque suenen junto a otros, no parecen acompañarse sino ir cada uno por su cuenta pero de vez en cuando ese aparente desorden se corrige y vuelven a sonar acompasados y a dar la sensación de interpretar la misma pieza.


“Plus Grandes Les Parts de Vie” - Partiendo de una premisa similar, el peso de esta parte recae sobre los dos instrumentos de viento madera hasta el punto de que el inicio parece un dueto. Durante un tiempo acompaña el violín hasta que más adelante volvemos al proceso de “deconstrucción” en el que cada instrumento parece ir por libre para alcanzar un instante después un nuevo acuerdo con sus compañeros. A diferencia de la primera parte, es difícil encontrar aquí melodías claras y lo que escuchamos es una miriada de pequeñas frases que apenas quedan esbozadas para no volver jamás. De cuando en cuanto se filtra de pasada un motivo que hemos oído en algún trabajo anterior como “After Virtue” pero pronto se confunde de nuevo con el paisaje. Pese a todo, la referencia más certera para el conocedor de Mertens estaría en el ya citado “Motives for Writing”, en especial en las piezas más arriesgadas de aquel como era “Words on the Page”.


“Trouver Le Repos” - El segundo disco se abre con una composición larga. El inicio es una de nuestras partes favoritas de todo el “Reculer Pour Miex Sauter”. Un segmento lleno de ritmo y vivacidad de esos que solo Mertens sabe crear con los instrumentos de viento. La melodía no se queda atrás pudiendo formar parte de cualquiera de los trabajos “normales” del compositor belga fuera de los “ciclos”. Tras este brillante inicio volvemos a introducirnos en los vericuetos del Mertens más dificil y lo hacemos sin concesiones con súbitos cambios de ritmos (incluso con pasajes que carecen por completo de uno), melodías sin un propósito aparente... un caos ligeramente organizado aunque con un encanto especial. Hacia el final, asistimos a otro momento realmente bello, de nuevo muy cercano estéticamente al Mertens de “Motives for Writing”.


“Les Saisons Qui Apportent Tout” - La segunda parte del disco la ocupa otra obra de gran extensión pero esta vez dividida en tres movimientos. “Ce Qui Arrive” es el primero de ellos y la presencia primordial de la flauta de pico nos ofrece un sonido mucho más afilado que el de las partes anteriores de la obra. En términos de sonido, igual que en cuanto al ritmo, es como si escuchásemos una continuación de “His Own Thing” del disco “Shot And Echo” (1992). Un caos sonoro que no encaja en ninguna signatura rítmica sino que es una sucesión contínua de notas en la que no es fácil encontrar ningún acento. El segundo movimiento lleva el título de  “Ce Qui Se Produit” y es bastante diferente. Tremendamente repetitivo, está organizado en breves segmentos separados por bruscos silencios. Algo parecido al clásico “Inergys” pero con una orquestación bastante diferente. “Ce Qui a Lieu” es el último movimiento de esta parte y sirve para cerrar el segundo disco. Aunque de una duración algo mayor, viene a ser una continuación del primero de los tres movimientos salvo por alguna breve interrupción en la que Mertens amaga con volver a los atractivos ritmos del comienzo de “Trouver le Repos” pero que apenas dura unos instantes.


El tercer disco de “Reculer Pour Mieux Sauter” es el único que tiene un título propio: “Le Souffle du Destin” y lo merece porque se trata de una verdadera exhibición de Dirk Descheemaeker al clarinete que por fuerza recuerda a la que el mismo intéprete hizo con el saxo soprano en 1984 en el disco “Instrumental Songs”. Empieza con “Le Vrai”, una pieza que, al menos en su inicio nos recuerda a “Circles” de “Maximizing the Audience” (1985) por cuanto que comienza con una melodía muy sencilla cuyos “huecos” van rellenándose con más notas en cada repetición. Sin embargo esta sensación dura poco porque enseguida se abandona esa fórmula por otra más “jazzística” por decirlo de algún modo. La segunda mitad es todo un recital de interpretación a cargo de Dirk, mano derecha de Mertens durante toda su carrera, quizá porque es de los pocos que pueden ejecutar piezas como esta sin inmutarse. El segundo movimiento, “Le Héros”, tiene un tono distinto, casi desenfadado en un principio y más adelante vuelve a adentrarse por los caminos del “jazz”, palabra que utilizamos aquí con mucha libertad y es que en todo caso sería un “jazz” pasado por el tamiz de Mertens y, por lo tanto, difícil de imaginar para el lector sin el apoyo de la propia música. Continúa el disco con “Le Cas”, que pese a ser un solo de clarinete sin mayor acompañamiento, nos remite enseguida a trabajos del músico belga fuera de los “ciclos”, especialmente a alguna sección del varias veces citado aquí “Motives for Writing”. La segunda mitad nos resulta muy atractiva con los rápidos fraseos de un Dirk Descheemaeker en su salsa. Con todo, no es una pieza particularmene accesible pero es que ninguna en este disco lo es. “Le Propos” estaría en una linea similar a “Le Héros” de modo que bien podría ser una extensión de esa pieza. El cierre lo pone “La Mesure”. Ninguna de las piezas anteriores es particularmente corta pero este último tema roza los veinte minutos de duración y excede con mucho al resto. Los primeros minutos son muy pausados, con largas notas y melodías lentas pero conforme avanza la cosa, escuchámos ráfagas más veloces junto con fragmentos que podrían ser improvisados pero el tono general es tranquilo.


En su día, acercarse a esta parte de la obra de Mertens era un desafío tanto estético como incluso económico ya que todos los “ciclos” tenían una gran extensión e incluso buscando sus partes por separado, lo normal era encontrarse con un disco doble o triple cuando no cuádruple. Hoy la cosa es aún peor ya que las ediciones originales llevan un buen tiempo descatalogadas. Existe otra opción, claro, y es que todos los “ciclos” se reeditaron en 2009 en forma de caja con la friolera de 37 discos. Normalmente no dudamos en recomendar al lector la escucha de toda la música de la que hablamos aquí pero en este caso nos permitimos hacerlo con muchas reservas ya que, desde luego, adentrarse en una caja como esta de la que hablamos, “Qua”, es algo que hay que hacer con mucho cuidado y estando muy seguro de lo que se hace, incluso aunque se sea un fan de la música de Mertens. Avisados quedáis. Desgraciadamente no hemos sido capaces de encontrar ninguna web en la que se puedan escuchar siquiera algunos fragmentos de esta obra (ni siquiera en spotify, deezer o youtube) así que, en contra de lo que nos gusta hacer, en esta ocasión no podemos dejaros una muestra del disco comentado. Si en algún momento eso cambia, lo corregiremos de inmediato.

jueves, 2 de julio de 2015

Wim Mertens - Alle Dinghe (Part II - Vita Brevis) (1991)



Hay una parte muy especial de la obra de Wim Mertens a la que hay que acercarse con sumo cuidado. Se trata de los denominados “ciclos” que empezaron en 1991 con una trilogía titulada “Alle Dinghe”, dividida en sendas cajas de gran extensión y complejidad. La música contenida en los “ciclos” no es para ser escuchada habitualmente, ni siquiera con una frecuencia regular. Son piezas difíciles de asimilar por varios motivos. Por un lado está su concepción, en muchos casos como “deconstrucción” de otras obras del músico que aquí son diseccionadas, abiertas en canal y expandidas sobre la mesa del forense quien se recrea en detalles que pasaban desapercibidos en la pieza original llegando a construir decenas de variaciones sobre un motivo nimio. Por otra parte tenemos su rareza instrumental, siendo fácil encontrar obras escrita para formaciones poco usuales y combinaciones de elementos completamente impensables.

Igual que no es recomendable sumergirse en esta música muy a menudo, tampoco es fácil escribir sobre ella, razón por la cual, esta parte del trabajo del compositor belga aparece por aquí con cuentagotas. Dentro de la gran extensión habitual de los “ciclos” de Mertens, encontramos también verdaderas joyas que bien podían haber tenido una vida independiente, caso de los dos fragmentos que hemos comentado aquí en el pasado: el excepcional “Alle Dinghe” y el no menos fantástico “Poema”. Hoy volvemos al primero de los “ciclos” al que daba título el volumen recién citado en primer lugar, que era también el nombre genérico de la tercera parte del mismo. “Alle Dinghe” apareció en 1991, en medio de la época en la que Mertens gozaba de mayor popularidad y supuso toda una sorpresa. “Vita Brevis” era un doble CD dividido en siete partes identificadas sencillamente con numeración romana. ¿la música? Casi dos horas de música para fagot interpretada por Luk Verdonck.

Un disco doble de obras para fagot es algo muy poco común por no decir insólito y el hecho de que no se trate de una interpretación “real” sino que en muchos momentos lo que suenan son diferentes pistas grabadas de forma independiente no consigue paliar el hecho de que el oyente se enfrenta a una experiencia en la que la monotonía amenaza con reducir la atención que toda obra merece. Había un precedente más o menos cercano en la obra de Mertens en el disco “Instrumental Songs” en el que se recogían cerca de cuarenta minutos de piezas para saxo soprano aunque había dos diferencias importantes: la primera, que la música de aquel trabajo sí era para una sola voy y tocada “en directo” por el intérprete. La segunda, y que hacía su escucha más sencilla, es que gran parte de las piezas tenía su origen en composiciones previas con lo que el seguidor del músico belga encontraba una familiaridad que suavizaba mucho la propuesta. Nada de eso ocurre en “Vita Brevis”, trabajo en el que los escasos referentes melódicos que cuentan con alguna correspondencia con otras obras del músico (caso de algún fragmento de la parte IV) la encuentran en obras futuras, es decir, que, en lugar de tratarse de “deconstrucciones” de piezas previas, serían anticipos de composiciones futuras. Así, algún motivo melódico apuntado en la citada parte IV de “Vita Brevis” se reproduciría algo después en una pieza escrita por el músico para acompañar un cortometraje mudo de los albores del cine como arte.

Con toda probabilidad, “Vita Brevis” era el fragmento más árido de la trilogía “Alle Dinghe” lo que no le resta interés. De hecho, en el siguiente “ciclo”, Mertens radicalizó mucho más su propuesta hasta convertir los siete discos que integraban “Alle Dinghe” en un agradable paseo en comparación. Actualmente, todos los “ciclos” están descatalogados por separado pero se reeditaron en una mastodóntica caja titulada “Qua” que aún es posible encontrar por parte del aficionado más pudiente y entusiasta. Desgraciadamente, la rareza de la música contenida en "Vita Brevis" no nos ha permitido encontrar algún fragmento que compartir con los lectores para hacerse una idea, siquiera aproximada, del contenido de la obra.

Portada de la caja que compila todos los "ciclos" de Wim Mertens



Mientras tanto, Mertens sigue publicando nuevos trabajos como el que ocupará la próxima entrada del blog, aparecido hace pocas semanas. Hasta que llegue ese momento, puede ser buena idea acercarse, con precaución, a discos como “Vita Brevis”. El contraste entre una y otra faceta del artista belga puede ser revelador.

domingo, 5 de mayo de 2013

Wim Mertens - Shot and Echo (1992)




Es muy posible que el mayor pico de popularidad de Wim Mertens, al menos en España, se situase en los últimos años de la década de los ochenta y los primeros noventa. Fue aquella una época en la que el músico belga visitaba con asiduidad nuestro país y su música sonaba en todas partes en forma de sintonías y hasta como fondo en anuncios televisivos.

Además, su obra de aquel periodo alternaba con igual fortuna discos de piano y voz con otros para grupo siendo ambos tipos de grabación igualmente bien acogidos. En 1991, sin embargo, Mertens nos sorprendió con una difícil trilogía de música experimental de una gran aridez y un tamaño descomunal. Simultáneamente, a modo de desquite, nos propuso un disco mucho más amable de piano que iba ser el inmediato antecesor de “Shot and Echo”, un trabajo que, en cierto modo, iba a sintetizar dos de las facetas del músico: sus composiciones para una pequeña banda de cámara con los sonidos más experimentales y arriesgados. No teníamos muy claro cómo tratar este disco ya que, en su momento, se publicó como un CD único aparecido simultáneamente con otro titulado “A Sense of Place”, de similar portada y contenido muy relacionado aunque de más difícil asimilación. En posteriores ediciones de “Shot and Echo”, ambos discos formaron un pack conjunto y es en este formato como será más fácil encontrarlo hoy para el oyente. A pesar de ello, hoy nos centraremos sólo en el disco publicado originalmente como “Shot and Echo” a secas.

La gran novedad para la grabación del disco es la reunión de una banda mucho más numerosa de lo habitual en la que se mantiene la nutrida sección de viento que suele aparecer en sus discos anteriores pero enriquecida con un pequeño grupo de cuerdas. Intervienen en “Shot and Echo”: Jan Buysschaert y Etienne Siebens (contrabajos), Karel Steylaerts y Lieben Vandewalle (cellos), Frans Vos (violín), Dirk Descheemaeker (saxo soprano y clarinete), Ward Hoornaert (trompeta), Herman Lemahieu (trompa), Hugo Matthijssen (tuba baja), Luc Verdonck (fagot), Eddy Verdonck (trombón bajo), Eric Mertens (flauta, piccolo, piano eléctrico), Katelijne Van Laethem (voz), Peter Verbraeken (guitarra) y Stefaan Poelmans y el propio Wim Mertens (piano).



“Their Duet” – En muchos trabajos de Mertens, y es algo que hemos señalado en varias ocasiones, el músico belga hace una especie de “deconstrucciones” de composiciones propias, normalmente aparecidas en el mismo disco. Por descabellado que pueda parecer, siempre hemos tenido la impresión de que el tema que abre “Shot and Echo” es también una “deconstrucción” de una pieza tan conocida como es el famoso “Canon en re menor” de Johann Pachelbel. Evidentemente, nadie que escuche el tema de Mertens pensará en la inmortal obra del compositor alemán del XVII pero si hacemos un esfuerzo y pensamos en el bajo continuo del Canon interpretado por las tubas y continuamos así durante el resto de la pieza, es posible que encontremos alguna similitud más. En cualquier caso, “Their Duet” es una excelente muestra del talento de Mertens en la que, como novedad, escuchamos a la vocalista Katelijne Van Laethem cantando en un registro muy similar al que suele emplear el propio Mertens que renuncia a esa faceta suya en el disco. “Their Duet fue la sintonía de un anuncio televisivo de una aerolinea en aquellos años, lo que ayudó a la difusión de la música de su autor en aquel momento.

“His Own Thing” – Continúa el disco con uno de los cortes más enrevesados y complejos de su autor. Interpretado exclusivamente por los instrumentos de viento, el tema es una intrincada cascada de melodías pleno de ritmo, con aire circense en algún momento pero sin llegar a adoptar en ningún momento una forma reconocible. Una rareza notable incluso dentro de la discografía de Mertens, pródiga en rarezas de todo tipo. Con todo, hay algo de hipnótico en la composición que la hace tremendamente adictiva.

“Watch Over Me” – Al igual que en los temas anteriores, comienza la pieza con una fuerte base rítmica a base de instrumentos de viento aunque pronto percibimos la diferencia, especialmente cuando entra el piano, majestuoso durante toda la pieza antes de dar paso a la melodía principal, puro Wim Mertens, a cargo del clarinete de Dirk Descheemaeker. Sin duda estamos ante una de las piezas más memorables de su autor que continúa de alguna forma la senda que comenzó a dibujar con “No Testament” o “The Whole” en el anterior disco del músico para grupo, comentado tiempo atrás en el blog: “Motives for Writing”.




“One Who Matters” – Llegamos así a un cambio radical en el disco con un tema protagonizado en su inicio por las cuerdas, casi inéditas hasta este momento. Suena un chelo con una melodía repetitiva que servirá de base para toda la pieza y para la pareja de violines que le acompañan trazando una serie de líneas al unísono. Instantes después aparece la trompeta que será la protagonista en lo sucesivo, acompañada ya del resto de las cuerdas. La composición es triste, reflexiva, y nos recuerda ligeramente a ese registro más vanguardista del Mertens de “Alle Dinghe”, obra compuesta más o menos en la misma época que “Shot and Echo”.

“Silver Lining” – Continúa el disco por una línea que se llega a convertir en plomiza por lo opresivo que suena el comienzo del siguiente corte, en el que las tubas repiten una y otra vez una melodía oscura apoyadas por las maderas en una especie de ostinato desesperanzado. Aparece entonces para iluminar la escena la guitarra eléctrica en un contraste que nos descoloca por completo por lo inesperado de un sonido así en este entorno. Casi al mismo tiempo entra en acción la voz de Katelijne entonando una salmodía a base de fonemas sin significado alguno que confiere al conjunto un raro aire procesional con el que transcurre hasta su final.

“Shot One” – Mertens le da un giro radical al disco con uno de los temas más vitales y alegres de su carrera. Introducido por una melodía tan simple como bella al piano, aparecen sucesivamente las cuerdas, las flautas y el clarinete incorporándose a un festival colorido y optimista que culmina cuando escuchamos de nuevo a la Van Laethem. Sólo por la presencia de temas como éste, “Their Duet” o “Watch Over Me”, “Shot and Echo” ocuparía ya un lugar destacado en la discografía de Mertens independientemente del resto de las piezas del álbum pero éste no ha terminado aún.




“We’ll Find Out” – Como sucedía con alguno de los temas anteriores, la instrumentación de este corte, casi exclusivamente formada por instrumentos de viento nos recuerda al disco “Motives for Writing” y, ciertamente, en muchos momentos la pieza podría pasar por una compuesta en aquel momento, especialmente con el solo de clarinete que ocupa toda la parte central en la que se acompaña por las cuerdas. A aquellos a los que, como a nosotros, les encanta esta faceta del compositor belga, “We’ll Find Out” les parecerá un tema excelente. La aparición de la trompeta en determinados momentos en los que muestra apuntes breves de lo que podría ser una gran melodía, refuerza nuestra impresión de que estamos ante otro de los muchos grandes momentos del disco.

“Let Him Go” – Quizá el tema más extraño y que menos encaja en el conjunto del disco sea el que nos acerca al final. Para empezar, el ritmo está marcado por el piano eléctrico que sirve de introducción  para la guitarra, a cuyo sonido no terminamos de acostumbrarnos. El ritmo es vivo y se asemeja a un tango lo que nos descoloca aún más. Aparecen los vientos para apuntalar el armazón rítmico y la vocalista comienza a cantar una de las melodías sin texto de Mertens. No podemos decir que el tema nos desagrade pero no terminamos de estar cómodos ante esta pieza que nos deja en las puertas de la conclusión del trabajo.

“Wandering Eyes” – Si hay algo que distingue a Mertens de otros músicos a los que se les ha colgado la etiqueta de “minimalistas” es su extraordinario talento para crear melodías de una belleza difícil de igualar. Son melodías, además, que, en su mayoría, no requieren de alardes de virtuosismo ni tienen grandes complejidades técnicas. Es esta aparente simplicidad la que las hace más encantadoras. En el tema que cierra este “Shot and Echo” nos encontramos con un ejemplo perfecto de esto que decimos: Mertens se inventa una melodía espectacular en la que lo único que falla es el desarrollo a lo largo de casi diez minutos que se nos antojan excesivos.

“Shot and Echo” aparece como “encajonado” entre dos obras monumentales de Mertens como fueron el ciclo “Alle Dinghe”, compuesto por siete discos y el posterior “Gave Van Niets”, integrado a su vez por otros diez. Teniendo en cuenta la evidente poca comercialidad de estos dos mamotretos (dicho sea con todo el cariño que nos merece el autor), es posible que Mertens quisiera dar a “Shot and Echo” un aire más alegre y directo de lo habitual a modo de compensación hacia sus seguidores, algo que consigue en muchos momentos. Nuestra opinión acerca del disco es la mejor y no podemos dejar de recomendarlo. Quizá no sería nuestra primera opción a la hora de acercar a un oyente neófito a la obra del músico belga pero sí que sería un disco que ese hipotético aficionado debería escuchar tarde o temprano para tener una visión acertada de la obra de Mertens. Como indicábamos anteriormente, es muy probable que el comprador que hoy quiera adquirir el disco, se encuentre con una edición doble en la que se incluya también el disco “A Sense of Place” como ocurre con nuestros enlaces sugeridos. Dado que ese trabajo apareció en un primer momento como disco independiente, tendrá su sitio aquí más adelante. Por ahora, podeis adquirir ambos discos en los siguientes enlaces:

amazon.es

fnac.es

Os dejamos con una versión en directo de "Wandering Eyes":

sábado, 23 de julio de 2011

Wim Mertens - Motives for Writing (1989)


Probablemente, "Motives for Writing" sea uno de los discos más infravalorados de Wim Mertens. Cuando uno piensa en la trayectoria del belga, nos vienen a la cabeza grandes títulos, algunos de los cuales ya han aparecido por aquí. Sólo tras un repaso más concienzudo a su discografía, algunos aficionados mencionarán este trabajo.

Sin embargo, creemos que es una de sus obras más destacadas y la que, en cierto modo, cierra una primera etapa en su trayectoria en la que ha conseguido hacerse un nombre en el ámbito europeo y comienza a abrirse paso en Estados Unidos con un par de recopilatorios en el sello Windham Hill. En cierto modo, "Motives for Writing" es un paso adelante de Mertens hacia una música mucho más experimental y arriesgada si cabe (de hecho, es el último trabajo antes de "Alle Dinghe", primero de sus ciclos dedicados a formatos musicales realmente inusuales y difíciles de asimilar a la primera).

La formación que interpreta la obra es bastante particular. Nos encontramos el piano y la voz habituales de Mertens que interpreta también el piano eléctrico, el cello de Lieven Van de Walle y el contrabajo de Etienne Siebens. Lo demás es una sección de viento de ocho músicos más: Jef Coolen (trompeta), Dirk Descheemaeker (clarinete, saxo soprano), Marc Grauwels (flauta piccolo), Eric Mertens (flauta piccolo), Geert Steen (tuba), Eddy Verdonck (trombón) y Luk Verdonck (fagot).Cierra el listado la percusión de Marc Bonne.

El disco sorprende desde el primer tema, la breve "Watch!", pieza intensa y muy rítmica con cierto aire circense. De las restantes cinco composiciones, tres son de larga duración, de corte vanguardista y difícil asimilación en una primera escucha pero que con el tiempo resultan deliciosas. Las otras dos son auténticas maravillas. La que abre la cara B del vinilo es la titulada "No Testament" y podemos afirmar que es una de las mejores composiciones de Mertens en toda su trayectoria. Comienza con una repetitiva secuencia de cello, contrabajo y maderas a las que pronto se incorporan el resto de los vientos y la percusión... ¡pero qué percusión! Cuesta encontrar una pieza en la que la parte percusiva sea tan majestuosa hasta el punto de casi convertirse en el eje de toda la composición. Sólo la exhibición de facultades de Mertens y su conjunto en "No Testament" justificaría todo el disco pero aún falta la pieza que cierra el trabajo, "The Whole", igualmente magnífica en sus poco más de tres minutos.

Mertens nos muestra un nuevo modo de escribir en este disco más personal que nunca y que estamos seguros de que os gustará, y más teniendo en cuenta que hablamos de uno de los músicos con mejor acogida por vuestra parte de los que han ido apareciendo en el blog.

Para comprar el disco:

fnac.es

play.com

Y un video con esa maravilla que es "No Testament":