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miércoles, 23 de diciembre de 2015

Carmen Balcells / Una fiesta para Jorge Edwards


Una fiesta para Jorge Edwards se convierte en un gran homenaje a Carmen Balcells La representante más poderosa de autores en español prepara la reorganización de su agencia


ROSA MORA Barcelona 4 MAY 2000

La centralita de Carmen Balcells Agencia Literaria ardió literalmente ayer. La noticia de la retirada de la prestigiosa agente, comentada en el congreso de editores de Buenos Aires, la colapsó. "¿Es posible que lo deje?". Sus autores, editores, amigos e incluso enemigos no dejaron de llamar en todo el día. Ella, más tranquila que nunca, organizó un almuerzo en honor de Jorge Edwards, que el lunes pasado recibió el Premio Cervantes, y las 25 personas reunidas brindaron por el escritor chileno y por el éxito de su libro El sueño de la historia, y sobre todo rindieron homenaje a Carmen.

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Espléndida, vestida de blanco marfil, totalmente recuperada de su reciente bronquitis y flanqueada por sus imprescindibles Gloria Gutiérrez y Carina Pons, Carmen Balcells se comportó con su amable y simpático hermetismo de siempre. "¿Es cierto que me han despedido?", respondió con humor a todas las preguntas. Sus autores temen que deje la agencia, pero no acaban de creérselo. Ni ellos ni casi nadie de los que la conocen. "Seguro que lo que hace es irse al piso de arriba", comentó un editor. Carmen posee un enorme despacho en la Diagonal barcelonesa y un espléndido piso en el mismo edificio. Eso es lo que hará, lo que está haciendo, dicen, irse al piso de arriba.La agente, que tiene un hijo y dos nietas, cumplirá 70 años el próximo mes de agosto y aseguró que para entonces o antes introducirá una importante reorganización en su agencia, cambios que ya han empezado de hecho: en los últimos años son Gloria y Carina quienes representan a la agencia en la Feria Internacional del Libro de Francfort y en otros encuentros editoriales, y fue Gutiérrez quien estuvo en Alcalá de Henares cuando Jorge Edwards recibió el Premio Cervantes.
El próximo 26 de mayo Balcells recibirá en Valencia, de manos del rey Juan Carlos, la medalla de oro de bellas artes. Explicará entonces o después -o cuando quiera, dejó Carmen muy claro- cómo quedará la agencia y los primeros en saberlo serán quienes trabajan con ella, sus autores y los editores con los que colabora.
En la fiesta de Edwards-Balcells, en un conocido restaurante de Barcelona, estuvieron ayer, entre otros, Beatriz de Moura y Antonio López Lamadrid, de Tusquets, la editorial que publica al escritor chileno; Eduardo Mendoza; Ricardo Bofill; Luis López Lamadrid, director del Festival de Peralada; Luis Palomares, marido de Carmen; familiares de Edwards, y una invitada muy especial: la colombiana Maruja Pachón, una de las secuestradas de Pablo Escobar, que aparece en el libro Noticia de un secuestro, de Gabriel García Márquez. El encuentro tuvo un ambiente especial y entrañable y los comensales discutieron incluso sobre la fotografía de Jorge Edwards que ha de ilustrar la próxima reedición de su libro Persona non grata.
Carmen Balcells estuvo como una auténtica reina, hablando con cada uno de los asistentes, haciendo fotografías con una pequeña cámara, bromeando y desconcertando a todos. "¿De verdad que lo deja? ¿Con esta vitalidad?". "¿De verdad que va a dejar a García Márquez, a Vázquez Montalbán, a Marsé, a José Luis Sampedro, a tantos de sus autores?". Seguro que no del todo, concluyeron.
Casi unánimemente se decidió organizar autocares para viajar a Valencia cuando la agente reciba la medalla de bellas artes. Será un gran homenaje.

Territorio prohibido

Hablar de contratos, adelantos o de formas de pago con Carmen Balcells es territorio prohibido. Es una forma de proteger a sus autores y es sabido que ella hace las mil y una para que no tengan que vivir agobiados malentregando una novela cada seis meses, o cada año, para poder llegar a final de mes. Las cifras que se barajan en torno a las obras de Gabriel García Márquez, por ejemplo, han entrado en la leyenda y nadie, salvo los interesados, pueden decir si son o no ciertas. En 1985 circuló que se había pagado un millón de dólares por El amor en los tiempos del cólera; cuatro años después, Le Monde puso en 10 millones de dólares el adelanto por El general en su laberinto. Fue una de las pocas veces en que Carmen salió a la palestra para replicar: "Los derechos de autor de la última novela de García Márquez, caso de venderse, valdrían más de los 10 millones de dólares que se citan en Le Monde, pero lo que negociamos no es la venta de derechos, sino una cesión a distintas editoriales del mundo en diferentes condiciones; a mí me pidieron que hiciera una estimación global del volumen de esta operación, sumando esto y aquello, sin entrar en detalles ni cálculos, mencioné esa cantidad, pero no se trata de que yo pida 10 millones de dólares por la novela".Sabia respuesta, con la que está totalmente de acuerdo García Márquez: "Nunca hablo de dinero con editores, porque tengo una agente literaria que habla por mí mejor que yo; primero porque es mujer, y después, porque es catalana".
De lo que no hay duda es de que las relaciones entre Gabriel García Márquez y Carmen Balcells no son puramente crematísticas. Les une desde hace muchos años una gran amistad, hasta el punto de que Gabo es uno de los buenos consejeros de Carmen y uno de los que le presta el hombro cuando está triste.





martes, 22 de diciembre de 2015

Carmen Balcells / Generosa y terrorista



Carmen Balcells

Generosa y terrorista

ROSA MORA 4 MAY 2000


Es una de las mujeres que menos habla (en público) y sobre la que más se habla, mal que le pese. El diario francés Le Monde ha escrito de ella: "Es astuta como una campesina, generosa como una madre de familia, dispuesta a defender a sus autores a base sobre todo de intuición". Tiene una formidable nariz que le ha hecho tener en cartera no sólo a casi todo el boom literario latinoamericano sino también a cuatro premios Nobel de literatura: Pablo Neruda, Gabriel García Márquez, Vicente Aleixandre y Camilo José Cela. La prestigiosa publicación especializada Publishers Weekly ha dicho que "es apasionadamente admirada u odiada, respetada o temida". Rosa Montero asegura que la hace "sentir Marilyn Monroe".Discreta, apasionada y contradictoria, dura como el diamante, llega a las lágrimas fácilmente. Algunas editoriales la han acusado de ser una terrorista editorial: afirman que las sumas escandalosas que suele pedir como anticipos hacen tambalear sus cimientos económicos. Para Carmen, los adelantos nunca son inimaginables ni astronómicos. "Me di cuenta del desnivel entre la capacidad de creación y su valoración en el mercado de trabajo en cuanto a retribuciones económicas", dijo en cierta ocasión.
Se ríe con humor cuando la llaman terrorista. Lo suyo, explicó hace más de 20 años, es promover la publicación de aquellos autores que, a su juicio, tienen valía literaria y controlar que las ediciones se hagan en condiciones mínimas de garantías para las obras de creación. Sabe que vende el producto más delicado de la Tierra: las palabras. "Me siento absolutamente solidaria con el autor". Fue la primera en introducir la cláusula de cesión por tiempo limitado de los derechos de un libro (generalmente cinco años). También ha sido la pionera en España en contemplar en un mismo contrato los derechos electrónicos, cosa que ya hizo antes con el cine o la televisión. Ha dedicado un montón de años a una lucha feroz para rescatar derechos cautivos con los que se había hecho alguna editorial para poder administrarlos casi de por vida: Juan Benet, Ana María Matute, Camilo José Cela, James Joyce o William Faulkner son algunos ejemplos.

lunes, 21 de diciembre de 2015

Vargas Llosa / El jubileo de Carmen Balcells


El jubileo de Carmen Balcells
Por MARIO VARGAS LLOSA 
El País, 20 de agosto de 2000
Cuando la conocí, pronto hará de eso cuarenta años, llevaba en la cabeza un rodete de señora buena y era tan sensible que la menor contrariedad la hacía llorar como una Magdalena. Para entonces, ya había administrado una compañía teatral que desapareció antes de estrenar una pieza, exportado al mundo entero unas máquinas que ella llama telares (pero yo sé que eran trenes), y, de la mano del novelista rumano exiliado Vintila Horia, abierto una agencia literaria que desfallecía de inanición hasta que el joven Carlos Barral, flamante director literario de Seix Barral, le encargó que gestionara los derechos extranjeros de sus autores. Éste fue un momento providencial para Carmen Balcells, para los escritores de nuestra lengua y para la industria editorial de España y América Latina, principalmente, pero también la de otros países, que, a consecuencia de la intrusión en sus predios de este torbellino procedente de la Cataluña recóndita, experimentaría una transformación radical y sería poco menos que catapultada a la modernidad.

Carmen Balcells y Mario Vargas Llosa, 2005

Que esta afirmación parezca hoy exagerada da la exacta medida de lo profundos e irreversibles que fueron los cambios en las costumbres editoriales que la Mamá Grande de Barcelona -llamada también, a veces, la agente 007- provocó. A poco de iniciar sus tareas al servicio de Seix Barral, Carmen Balcells descubrió que la verdadera función de una agente literaria no era representar a un editor frente a otros editores, sino a los autores ante quienes los publicaban. Entonces, acudió donde Carlos Barral, y éste entendió (era, claro está, el único editor que hubiera podido entender una cosa así) y le devolvió la libertad y aceptó que, a partir de entonces, los contratos de edición los firmarían los autores, sí, pero las condiciones de cada contrato las discutiría la editorial con ella, la provincianita de Santa Fe.

domingo, 20 de diciembre de 2015

Carmen Balcells / Los secretos de la Mamá Grande

Carmen Balcells
Barcelona, 2009
Fotografía de Carmen Secanella

Carmen Balcells

Los secretos de la Mamá Grande

Las 2.000 cajas con los papeles de Carmen Balcells, por las que Cultura pagó tres millones de euros, resumen la historia de la literatura en español del siglo XX


TEREIXA CONSTENLA Madrid 17 NOV 2011


Ella les hizo gigantes literarios y ellos la convirtieron en superagente. Carmen Balcells (Santa Fe de Segarra, Lleida, 1930) posee puesto fijo en la historia de la literatura mundial. Tiene en cartera más premios Nobel que dedos en la mano (Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, Camilo José Cela, Pablo Neruda, Miguel Ángel Asturias y Vicente Aleixandre). El boom latinoamericano estalló en su agencia. Fichó a escritores españoles (Miguel Delibes, Ana María Matute, Juan Marsé, Manuel Vázquez Montalbán...) cuando aún no habían adquirido la condición de clásicos del siglo XX. Son vagas pinceladas que dan idea de la trascendencia de la documentación almacenada en la agencia de Carmen Balcells desde 1960, comprada por el Ministerio de Cultura en 2010 por tres millones de euros y que ahora ve la luz.

"Contrariamente a lo que parece, a la hora del 'business' soy implacable"

Ella desterró los contratos vitalicios con editoriales y las bajas liquidaciones
El archivo, compuesto por cerca de 2.000 cajas (alineados: 2,5 kilómetros de documentos), está depositado desde entonces en el Archivo General de la Administración (AGA) de Alcalá de Henares, aunque su futura ubicación está en el aire. El actual Gobierno pretendía poner en pie un centro nacional dedicado a la creación, edición e industria editorial a partir de este fondo. La Generalitat catalana, por su parte, pugna por el regreso a Barcelona de las cajas que almacenan la historia de la agencia y sus más de 200 escritores.
Son 2.000 cajas de documentos inéditos que dan testimonio de la historia íntima de la literatura en español en el siglo XX. EL PAÍS se sumerge en el archivo de la agente literaria Carmen Balcells, comprado en 2010 por el Ministerio de Cultura por tres millones de euros. Este primer documento es una carta manuscrita de Pablo Neruda. El chileno, ya embajador, ya premio Nobel (1971), seguía siendo sensitivo como buen poeta. En esta misiva, escrita desde su refugio en La Manguel, Normandía, en marzo de 1972, se excusa ante la agente por los trastornos que le genera su representación. "Creo que cuando se desenrede la madeja todo será más fácil". / TEXTO: TEREIXA CONSTENLA | FOTO: ARCHIVO BALCELLS / AGA / MINISTERIO DE CULTURA

martes, 22 de septiembre de 2015

Muere Carmen Balcells, la gran agente literaria en español

García Márquez y Carmen Balcells
Aeropuerto de Barajas, 1982
ADIÓS A CARMEN BALCELLS, 
LA IMPULSORA DEL 'BOOM' LATINOAMERICANO 

Muere Carmen Balcells, 

la gran agente literaria en español

Nacida en 1930, fue una figura clave en el llamado 'boom' de la literatura latinoamericana


“Yo soy un diamante en bruto, soy una lectora pedestre, una analfabeta”, solía decir de sí misma. Nada más alejada de la realidad: era otra de las calculadas argucias que pergeñó, a lo largo de las casi seis décadas durante las que construyó su agencia literaria, de las más potentes del mundo y que cambiaron para siempre la situación de inferioridad del escritor en el mercado editorial. Fue sin duda la artífice del boom literario latinoamericano, al proteger a entonces semidesconocidos como Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa para que se preocuparan solo por escribir. La apasionada, discreta y contradictoria Carmen Balcellstenía razón en una cosa: era dura como el diamante, lo que explica que estuviera hiperactiva y al frente de su imperio literario hasta la noche del domingo, cuando falleció a sus 85 años.
Todo lo que fue lo apuntaba ya de pequeña, mayor de cuatro hermanos criados en las curtidoras y áridas tierras de Santa Fe de Segarra (Lleida) donde nació en 1930, en una familia modesta, de un padre inculto pero de una inteligencia que heredó y de una madre refinada que la obligó a estudiar peritaje mercantil —se graduó llena de matrículas de honor en 1949— por si se arruinaban. Y así fue: trabajó de secretaria del gremio textil de Terrassa.
Una visita de un empresario brasileño que quería hallar un editor en portugués la llevó a conocer al rumano Vintila Horia, que tenía una agencia literaria en Madrid, ACER. Ella le haría la representación en Barcelona. Cuando el escritor ganó el Goncourt y se instaló en París (1960) se quedó con su cartera de autores y se instaló por su cuenta. La relación con el poeta Jaume Ferran le permitió ver la literatura por otro lado: la entonces seminal ventana de Seix Barral de los Carlos Barral, Josep Maria Castellet, Jaime Salinas y, sobre todo Joan Petit, “la persona de la que más aprendí en mi vida, junto, años después, con Nélida Piñón, vital para mi formación intelectual y para mi confianza”, confesaba.
El mito se forjó pronto: tras estudiar como una entomóloga el sector editorial, vio un campo prácticamente virgen si se ponía a defender los intereses de los escritores, en especial los de aquellos que creía que tenían valía literaria y no podían dedicar todas sus energías a ello por tener que preocuparse de cuestiones materiales. Así captaría a su último Nobel, Vargas Llosa: leyéndole, yendo a buscarle a Londres y ofreciéndole de su bolsillo (préstamo mediante) los 500 dólares que necesitaba mensualmente para dedicarse tan solo a escribir y a acabar una novela, que sería Conversación en la Catedral. Se ganó así una amistad de acero.
El escaso dominio del inglés la abocó a leer todo lo que pudo en castellano y en especial de escritores de América Latina, por donde en 1965 hizo un periplo contactando con la mayoría de los que conformarían el boom. Una mina. Ahí contactó con García Márquez, con unos inicios no muy prometedores: cuando, ufana, le dijo que le había conseguido un acuerdo con la norteamericana Harper & Row para que le publicara en inglés por 1.000 dólares, le espetó el autor colombiano: “Es un contrato de mierda”.

Lograrlo todo

Parecía conseguirlo todo: desde folios para que escribieran, a buscar colegios para sus hijos y organizar fiestas de aniversario pasando por buscar médicos especialistas o incluso adelantar un préstamo para que Ana Maria Matute pudiera comprarse un piso. Pero no solo era cuestión de factor humano: fue una pionera en su sector, implantando las cláusulas de cesión por tiempo limitado de derechos y dividiéndolos a partir de derechos electrónicos o por adaptaciones al cine o al teatro o televisión. Los editores la temían.
Lo podía controlar todo porque todo lo anotaba en unos ya míticos cuadernos de hojas amarillas cuadriculadas. Esa misma inquietud y afán la llevó a fundar en los setenta RBA, hoy una gran editorial. Luego optó por quedarse con su agencia y sus autores, haciendo de Mamá Grande, como la bautizaron parafraseando un libro de Gabo. Y creó una superagencia, que llegó a tener cuatro decenas de trabajadores. La nómina a los que ayudó supera el centenar de nombres, con seis premios Nobel entre ellos: García Márquez, Vargas Llosa, Cela, Miguel Ángel Asturias, Vicente Aleixandre y Neruda, y autores como Cortázar o Manuel Vázquez Montalbán. Ese catálogo fue su mayor gloria y, en estos últimos años, su pesadilla puesto que sobre él acecharon muchos competidores.



lunes, 21 de septiembre de 2015

Vargas Llosa / Carmen queridísima, hasta pronto

Muere Carmen Balcells
Mario Vargas Llosa y Carmen Balcells,
Fernando Vicente, 2010.
ADIÓS A CARMEN BALCELLS, LA IMPULSORA DEL 'BOOM' LATINOAMERICANO »

Carmen queridísima, hasta pronto

El escritor hispano peruano, premio Nobel, recuerda la figura de la agente literaria

  • Muere la agente literaria Carmen Balcells


La noticia me ha caído como un rayo; hace tres días estuve despachando, comiendo, cenando con ella y todo el tiempo tuve el siniestro presentimiento de que sería la última vez que la vería. Estaba siempre muy lúcida, llena de proyectos, realistas y delirantes. Como si fuera a vivir siempre. Pero su físico estaba realmente en ruinas y era imposible no preguntarse cuánto tiempo más esa ruina física seguiría sosteniendo a esa maravillosa cabeza y esa energía indómita.
Carmen Balcells revolucionó la vida cultural española al cambiar drásticamente las relaciones entre los editores y los autores de nuestra lengua. Gracias a ella los escritores de lengua española comenzamos a firmar contratos dignos y a ver nuestros derechos respetados. De otra parte, ella indujo y hasta obligó a los editores de España y de América Latina a volverse modernos y ambiciosos, a operar en el amplio marco de toda la lengua y a sacudirse la visión pequeña y provinciana que tenían.
Además, fue mucho más que una agente o representante de los autores que tuvimos el privilegio de estar con ella. Nos cuidó, nos mimó, nos riñó, nos jaló las orejas y nos llenó de comprensión y de cariño en todo lo que hacíamos, no sólo en aquello que escribíamos. Era inteligente, era audaz, era generosa hasta la locura, era buena y su partida deja en todos los que la conocimos y la quisimos un vacío que nunca nadie podrá llenar. Carmen queridísima, hasta pronto.