Han pasado ya muchos meses desde la última entrada de Mujeres en Serie, pero me ha venido a la cabeza una serie en concreto que mucha gente ha visto y me ha apetecido comentarla. Se trata, cómo no, de la gran Breaking Bad, con la que disfruté como una enana cuando la vi por primera vez y con la que estoy disfrutando no poco con el segundo visionado. La puñetera tiene tantos matices que se te escapan detalles en cada capítulo.
A primera vista, Breaking Bad es una serie de "machos". Los protagonistas principales son hombres, todos los que lidian con ellos son hombres (bueno, casi todos), hay tiros, hay muertes, hay sangre, hay tacos, hay huevos. Una serie llena de testosterona, vaya. Pero resulta que el prota tiene familia, y familia heterosexual de las de toda la vida, con su mujer embarazada y que da a luz a una niña, su hijo adolescente y una familia política que da mucho juego a la serie. Incluso se podría decir que la trama, al principio, es hasta familiar: un hombre inteligentísimo pero con poca suerte en la vida se encuentra con que tiene cáncer y busca la manera de dejar a su familia en la mejor situación económica posible. Como es un genio en química y su cuñado es un policía experto en atrapar traficantes de meta-anfetaminas, no se le ocurre otra cosa que ponerse a fabricarla y a vendérsela a los capós de Nuevo Méjico (me encanta que la serie esté situada en Nuevo Méjico. ¿Por qué tiene que ser siempre California o Nueva York? ¡Hay cincuenta estados en el país!). Claro, un profesor de instituto en semejante percal se tiene que meter en líos sí o sí, es de esperar. Y ya tenemos una de las mejores series de la historia.
Walter White, el protagonista, es un personaje complejo y muy completo que va evolucionando con cada temporada, y pasa de ser profesor pardillo a un traficante y asesino sin complejos que lo único que quiere es vender su producto al mejor precio. Pero no es lo único genial de la serie. En mi opinión, la que no desmerece en absoluto es su mujer, Skyler, quien descubre de mala manera quién es en realidad su marido. Su personaje también evoluciona: desde el ama de casa que quiere mantener con vida a su marido cuando él se niega a seguir el tratamiento que le puede curar el cáncer, hasta la dura mujer de negocios que blanquea el dinero que su marido va trayendo a casa. Es atrevida, es valiente, resuelve conflictos y trata de salvar a la familia de la espiral de violencia en la que Walter les ha incluido. Por supuesto, en muchos foros de internet se la ha puesto a parir (una prueba sencilla: escribid Skyler White en Google y buscad imágenes). Dicen que siempre le está poniendo pegas a su marido, que no le deja vivir, que le quiere controlar. Que es fría. Que es castradora. ¿Os imagináis tener un cónyuge que trafica con drogas al más alto nivel? ¿Alguien que sabéis que ha matado, que ha traído a los sicarios a la puerta de casa, que ha (SPOILER, Y GORDO, NO SIGÁIS LEYENDO) sido el responsable de la muerte de un miembro de la familia? Cualquiera se divorciaría cortando por lo sano, sin querer saber nada de él y llevándose a los hijos bien lejos. Ella no. Ella no quiere que su hijo adolescente sepa en qué anda metido su padre porque lo idolatra y no quiere que su imagen de él cambie. No quiere denunciar a Walter porque su cuñado se vería en un buen lío, dado que es el hombre más buscado del estado. Skyler no solo no le deja, sino que le ayuda a "lavar" el dinero que luego utiliza para ayudar a su cuñado. Si de algo peca Skyler White es de estar obsesionada por proteger a su familia, hasta el punto de perderse a sí misma y terminar... ¿Cómo termina? Como tenía que haber estado desde que supo lo que hacía su marido: sola a cargo de sus dos hijos.
Soy la primera fan de Walter White. Quiero que las cosas le vayan bien, que no le pillen, que se salve. Defino a "los malos" como aquellos que van contra sus intereses, lo que ha veces incluye a Skyler. Pero seamos serios: Walter White es un criminal que, aunque empieza con las drogas por amor a su familia, termina convirtiéndose en un asesino sin escrúpulos a quien ya le da igual quién muera. Lo hace por el subidón de hacer algo ilegal, por el ego de saberse malo y criminal, no por necesidad. Y es en ese punto en el que me vuelco con Skyler y le grito al televisor que no, que Walter es un capullo, que Skyler tiene razón.
Hay más personajes femeninos en esta serie que merecerían su post aparte, por eso no las incluyo en éste. Marie y Jane, por ejemplo, podrían analizarse como contrapuntos de Skyler por motivos distintos. Pero lo dejo aquí, porque ya me ha quedado un post muy largo. Y, qué demonios, porque aún no me he terminado la quinta temporada y me muero de ganas de tirarme en el sofá con un capítulo nuevo.
PS: Después de escribir esto me encuentro con este post que lo dice todo mucho mejor que yo y tiene unas fotos muy saladas. Para muy fans.