Autor:
Giampaolo Morelli
Título
original: Sette ore x farti innamorare
Editorial:
Roca, 2013
Encuadernación:
Rústica
ISBN: 9788499185682
Páginas:
192
Hoy,
uno de esos libros para pillar entre lecturas densas… de los que no te hacen
pensar mucho, son entretenidos y se leen enseguida.
Paolo es
un chico sencillo, un periodista dedicado sobretodo a la economía, tiene una
vida tranquila junto Giorgia, su
prometida, a la que le encantan los muebles de diseño (le ha llenado la casa de
ellos). Parece que Paolo va a recibir un ascenso en breves, pues su jefe le
manda viajar bastante para cubrir artículos importantes.
Sin
embargo, su mundo-burbuja cambia cuando se le chafa un vuelo y debe volver a
casa al cancelarse el viaje. Y se encuentra a su futura mujer con su amante: el
jefe de la redacción.
El
chico se derrumba, su mundo ideal se le viene encima, sobretodo al enterarse de
que toda la redacción lo sabía y se burlaban de él… así que su solución es
tirarse por la ventana.
Tras unos
meses hospitalizado, vuelve de golpe a su casa, solo, sin luz, sin agua y con
muchas facturas que pagar (y que por supuesto no ha pagado Giorgia); sólo Ciro
está a su lado, un antiguo compañero –ya que ha dimitido- algo pesado que, mal
que le pese, se ha convertido en su único apoyo.
El
caso es que Ciro le ayuda en su búsqueda de nueva vida… y nuevo trabajo; tras
enviar tropecientos CV sólo le contestan en un revista: Macho Man (me dio la
risa al leerlo). Y para allá que va, hacia la Cosmopolitan masculina, donde le
envían su primer artículo: un curso de ligue.
De vez
en cuando me gusta leer este tipo de historias, aunque suelen resultar
predecibles y llenas de topicazos, siempre siempre entretienen; son muy amenas
de leer, te arrancan alguna sonrisa y pasas las páginas sin darte apenas cuenta.
Con
mucho diálogo, divertido y personajes cercanos –aunque, como digo, manidos-,
Morelli hace que sea el libro perfecto para leer en verano, ágil y fresco
–insisto, para no pensar mucho-, o para intercalar entre lecturas más densas.
No
había leído nada del autor (por cierto, un bombocito italiano, tengo que
decirlo), un actor con no sé cuántos seguidores en las redes sociales –aquí voy
perdidísima- y me ha gustado bastante su estilo.
Sin
ser nada del otro mundo, te mantiene pegado al libro hasta terminarlo.
Lo
recomiendo, que de cuando en cuando apetece leer estas novelas.