Este pasado lunes finalizó una nueva
campaña de La Partida del Lunes. Esta vez, dimos carpetazo final a
La Horda de la Mano Roja, un aventura de Dungeons and Dragons 3.5 que
yo, como “master cabrón” en turno, adapté a Pathfinder.
Sí, ya sé que quedan crónicas por
colgar de nuestras sesiones de juego... pero he querido hacer la
valoración, que acostumbro a hacer de mis partidas, ahora que la
cosa está fresca en la neurona friki.
Así que, comienza la...
VALORACIÓÓÓÓÓNNNNNN!!!
(tonteria
pa ná...)
La campaña en sí está muy bien. Es
de las más famosas y conocidas de D&D, así que no voy a ser yo
quién saque trapos sucios de la aventura. La historia pilla desde un
buen inicio y el hecho de tener siempre el culo prieto pensando en
que la horda avanza por el Valle de Elsir sin freno, está muy bien
buscado.
Ahora bien, tuve que adaptar algunas
cosillas que, por las características del grupo de jugadores y por
mi propio gusto como master, eliminé al “pum-pum”. Muchos
encuentros aleatorios me sobravan bastante, sobretodo cuando planteé
el primero de ellos y observé la cara de los jugadores como diciendo
“y esto...pá qué?”.
También adapté algunos enlaces entre
escena y escena para aligerar el ritmo de partida, evitando que fuera
demasiado lento el avanzar por la campaña.
La adaptación al Pathfinder no ha sido
nada complicado (o a mi no me lo ha parecido), ya que simplemente era
cambiar las estadísticas de las criaturas de un manual de monstruos
por el bestiario de Pahfinder. Y la cosa no cambiaba demasiado, que
digamos...
En general, creo que la cosa ha ido
bien y hemos disfrutado de la partida. Peeeeerooooo... Porqué
también hay puntos negativos!
Hubo un momento durante la partida que
la cosa se descompensó demasiado entre Pj's y eso ha dejado cierto
regusto amargo en las sesiones de juego. Me explicaré:
Si recordáis, el grupo estaba formado
por Mirtha (guerrera humana), Artemisa (Clériga elfa), Nebin (pícaro
humano), Kurgan (guerrero semi-orco) y primero Wong (monje mediano) y
después Killiar (explorador elfo).
Bien..., pues tras ciertas subidas de
nivel, los guerreros avanzaron de tal manera en sus puntuaciones de
ataque que el grupo quedó bastante descompensado en este aspecto.
Ya sabemos que los guerreros deben
estar preparados para el combate cuerpo a cuerpo y todo eso, pero la
diferencia era tal que, al preparar los encuentros, me encontraba que
si ponía en juego cierta criatura, para los guerreros eran poca cosa
pero para el resto un enemigo demasiado considerable. Y a la inversa,
si era un enemigo equiparable al grupo, quedaba muy “pobre” para
los guerreros.
Esta situación llegó hasta el punto
que había encuentros que en 3 turnos estaban resueltos, dando a
Mirtha y Kurgan un poco de sensación de “no hay quién me
pare”...algo “sobraos”. Y que conste que hablo de los
personajes y no de los jugadores!
Al otro lado del grupo, Nebin se
desesperaba por la mala suerte de sus tiradas y por su poco acierto
en los ataques. Y es verdad que Artemisa ayudó muy mucho con sus
canalizaciones y sus conjuros, que sin ellos, alguno habría caído
sin vida en más de una ocasión. Pero en general, la cosa estaba
demasiado descompensada.
Y eso acabó por afectar la sensación
de disfrute por mi parte de la partida. Las últimas sesiones, había
momentos que creía que era un ir y venir de encuentros que no alzaba
a unos pjs como grandes guerreros y otros como “peladillas” que
hacen lo que pueden. Una sensación que no me gustó demasiado y no
supe como gestionar.
Porqué las normas son las normas y si
un pj sube de nivel y puede amasar cierto poder, pues nada puedes
decir al respecto. Cierto es que uno d elos personajes tuvo muy
buenas tiradas en la creación de pj, comenzando con una fuerza
importante. Pero si además, a cada nivel se sube mi ataque base,
cojo esas dotes que te cagas y alguna cosilla más que hay por ahí...
No sé... he tenido la sensación que
la tensión del “ay, que voy pillao!” del principio por parte de
los pj's, se perdió con las sucesivas subidas de nivel. Pero puede
que otros pj's hayan vivido el final de campaña como, como
decirlo... “escuderos” de los personajes potentes, como simples
acompañantes.
Y repito: no estoy hablando de los
jugadores, que los felicito por el trabajo hecho, si no por cierta
fractura en el sistema que ha afectado el clima de partida.
Y ahora que hemos acabado...qué?
Pues el relevo pasa a manos de Jorge
que nos dirigirá una aventura del 3.5. Pero antes, hemos decidido
hacer un pequeño descanso rolero para dedicar unas sesiones a los
juegos de mesa, que también nos gustan.
Puede que eso también haya afectado a
mi partida. Llevamos ya bastantes años jugando a rol cada lunes,
únicamente con el descanso vacacional de verano. Puede que estemos
un poco saturados de tanto personaje...
Así que nos dedicaremos a jugar a King
of Tokio, Runeage, Zombicide, X-Wing, Andor...lo que sea.
Y añoraremos a Juan que, durante unos
meses (hasta enero), se toma un descanso para cargar pilas frikis y
venir con ganas de comerse el mundo.
Nos leemos y no dejéis de visitar el
blog...y comentar, que es gratis!
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