Escribir Por Afición es un blog personal en el que comento noticias, publico escritos o simplemente escribo sin más. ¡Espero que os guste!
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martes, 12 de mayo de 2015

SALVAJES QUE MERECERÍAN UN CASTIGO EJEMPLAR.


Un menor da una brutal paliza a cuatro policías que pretendían detenerlo. Los hechos ocurrieron el pasado sábado en Oviedo. Una pelea en un bar de una calle de Oviedo desencadena una terrible agresión por parte de un menor a cuatro agentes de la Policía Nacional. El resultado del ataque se saldó con un policía con la fractura de tibia y peroné. Otro agente con un brazo roto y una clavícula desencajada; un tercero con un desgarro muscular en la pierna por un mordisco, y el cuarto tuvo que recibir asistencia médica por un fuerte golpe en el pecho. Los vecinos relatan que había alboroto en la calle, y de que unos jóvenes estaban insultando. Cuando llegó la patrulla de policía al lugar de los hechos, los menores ya se habían dado a la fuga, y a su paso dejaron varios coches destrozados, arrancando los espejos retrovisores y golpeándolos con una enorme llave de grifa. Por fin los dos jóvenes uno de quince años y otro de dieciséis; el primero de nacionalidad ecuatoriana, y el segundo colombiano fueron interceptados y detenidos por los agentes, pero cuando intentaron meterlos en el coche policial, el mayor se revolvió y consiguió escaparse. Uno de los agentes lo siguió y cuando ya lo tenía detenido, volvió a revolverse y le propinó una fuerte patada al agente rompiéndole la tibia y el peroné. El compañero que acudió a socorrerlo no salió mejor parado y de otra brutal patada, le rompió un brazo y le dislocó la clavícula. Otra patrulla de la policía que también había sido avisada de los desórdenes que estaban causando los cafres de los jóvenes acudieron al lugar del incidente, y también recibieron lo suyo por parte del agresor, ya que uno de ellos sufrió un desgarro muscular por un mordisco y su compañero recibió un fuerte golpe en el pecho. Yo no sé si este pedazo de cabrón de niño sabía artes marciales, pero lo cierto es que a los cuatro policías les dio una paliza. Por fin la policía consiguió reducirlo y le incautaron la enorme llave de grifa con la que habían destrozado los coches, y un cuchillo de gran tamaño y modificado de tal forma que se podía usar por los dos lados, con una pieza añadida para causar heridas muy graves. Estos hijos de la gran puta merecerían un castigo ejemplar, pero supongo que la policía no empleo fuerza alguna ya que sino no se explica como una mierda de dieciséis años pudo causarles a los agentes lesiones tan graves. Porque está claro que si se da el caso que los agentes repelen la agresión y le hacen al cerdo un simple arañazo, encima al tratarse de un menor se les cae el pelo. La Ley del Menor defiende a capa y a espada a estos delincuentes en potencia, y ahora a lo sumo estos hechos delictivos y agresiones a la autoridad quedarán reducidos a una simple y rutinaria ficha policial para el autor de semejante barbarie, y aquí paz y después gloria. Solo con la grifa y el cuchillo que llevaban  si se tercia matar a alguien lo hubiesen hecho. Casos como el de estos miserables tenían que ser castigados con contundencia por parte de la justicia, y a mí que no me vengan con el rollo macareno de que se trata de criaturas marginadas que no han recibido la educación adecuada y de que muchas veces son rechazados por la propia sociedad: “eso ya está más visto que los tebeos”. El que es malo y tiene mala leche, nace y muere con ella. Estos menores hijos de perra cuando tengan treinta años, serán unos maltratadores y quién sabe si unos sicópatas   con varios asesinatos a sus espaldas. El mal debe cortarse de raíz. Yo soy policía y si mi integridad física está en peligro como el caso de estos agentes; aunque me expulsen del cuerpo a esa rata asquerosa le parto la cabeza.