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sábado, 3 de agosto de 2024

DEADPOOL & WOLVERINE. UN CARAMELITO DE ACCIÓN DIVERTIDÍSIMO PARA FANS DE MARVEL

DEADPOOL & WOLVERINE de Shawn Levy - 2024 - (""Deadpool and Wolverine")

Lo comentaba en mis otras redes: creo que Marvel está tirando demasiado para las películas más "señeras" de su UCM de nostalgia y de encuentros entre personajes míticos. Desde "Spiderman: No way home" hasta "Doctor Extraño en el Multiverso de la locura" pasando por esta "Deadpool and Wolverine" que hoy comentamos.

Entiendo la estrategia y entiendo que suele ser un seguro de éxito, y también entiendo que realmente estamos en una etapa de este UCM marcada por el multiverso y sus dinámicas (y que además nos ha dado sorpresones como la mentada tercera película del hombre araña). No obstante, creo que la fórmula se puede agotar y quería comentarlo en esta reseña.

En "Deadpool and Wolverine" todavía funciona dicha fórmula: la saga pasa, usando las reglas del mencionado multiverso de Marvel, del universo clásico de los X-Men al UCM con coherencia y cachondeo (y con la ruptura de la cuarta pared que siempre ha caracterizado al personaje de Deadpool) mientras se hace un homenaje a Lobezno y a los mutantes y, además, se trata de poner un cierto orden en la loca línea temporal de estas sagas, que eran un auténtico desastre.

El resto de la película es pura diversión. Es brutalmente divertida, valga la redundancia, y aunque creo que es un poco larga para lo que cuenta (la parte final se me repite un poco), cumple de sobra y es un caramelito para el fandom de Marvel de todos los tiempos lleno de sorpresas constantes (que no voy a desvelar, evidentemente).

La química entre Ryan Reynolds y Hugh Jackman funciona desde el minuto uno y ambos configuran una "buddy movie" superheroica de acción enloquecida, de luchas sangrientas (se conserva esto de las dos primeras cintas de Deadpool, lo cual es de agradecer) y de chistes que se mueven entre lo canalla, lo zafio y lo inteligente disparados a ritmo de metralleta.

La trama es además interesante, actualiza a sus personajes, cuenta con una villana con carisma y, sobre todo, no comete el error de la horrorosa "Deadpool II" o de películas como "Thor: Ragnarok", porque ahora estamos otra vez en una comedia pero en ella no todo vale en pos de la comedia. 

Las risas son lo primero en la película, sí, evidentemente, pero no condicionan al cien por cien ni descuidan un argumento que trata de ofrecer también su drama y su contexto bien y lógicamente cohesionados.

"Deadpool and Wolverine" tiene fallos igualmente: la trama está llena de lagunas y desaparecen de forma muy cutre personajes clave de "Deadpool II". No obstante, el conjunto general es bueno, bonito y emotivo. Un soplo de aire fresco, pienso, para el cuestionado por irregular UCM de después de "Vengadores: Endgame".

miércoles, 13 de abril de 2022

LOGAN. UNA DE LAS MEJORES PELÍCULAS DE SUPERHÉROES DE LA HISTORIA

LOGAN de James Mangold - 2017 - ("Logan")

En 2017, por fin Lobezno tiene con "Logan" la película que se merece, la que cierra su trilogía en solitario. Vuelve James Mangold a la dirección, que cuando quiere hace cositas muy buenas, y Hugh Jackman se despide supuestamente para siempre del personaje que le hizo famoso. Y la despedida es por todo lo alto.

Situada cronológicamente en un futuro lejano (intuyo que en la línea temporal de la primera trilogía de los "X-Men", aunque no queda nada claro por la dejadez y el pasotismo de los encargados de hilar la saga), retrata un mundo sin apenas mutantes donde Lobezno y el Profesor Xavier han de tener su última misión para salvar a su raza.

No quiero decir mucho más, salvo que todo es una absoluta maravilla en "Logan". La trama trata de rectificar algunas de las meteduras de patas de las otras dos películas del personaje en la medida de lo posible, los caracteres son profundos, los actores están soberbios (Jackman y Patrick Stewart fascinantes y la pequeña Dafne Keen sencillamente fantástica), el conflicto es serio y se adecua a nuestros días, los diálogos son muy buenos, los guiros de guión inesperados, los villanos muy carismáticos, la ambientación es crepuscular, sucia, realista y sórdida y las escenas de acción son una joya: brutales, sin concesiones, violentísimas y muy sangrientas para lo que es una saga enmarcada en la habitualmente más "reluciente" franquicia Marvel. Vaya, es que directamente duelen.

Y además, y por si fuera poco, esta tercera aventura de Lobezno se salta muchas de las concesiones habituales que suelen hacerse dentro de su género y sorprende sin cesar con caminos totalmente novedosos y que no caen nunca en lo predecible ni en lo maniqueo. 

Escenas para el recuerdo: a montones (no las voy a contar, evidentemente, tienen que verlas ustedes -si es que alguien queda todavía por disfrutar de esta maravilla del cine-). Y guiños y homenajes también, y hechos con cariño.

"Logan", la despedida de Lobezno (aunque ahora con los multiversos del UCM ya nunca se sabe...) es una película que por fin está a su altura. ¡Pelos de punta, oigan! ¡Pelos de punta! Y con cada revisionado gana y gana. 

sábado, 9 de abril de 2022

LOBEZNO INMORTAL. UNA PELÍCULA ENTRETENIDA DE TRANSICIÓN EN LA SAGA

LOBEZNO INMORTAL de James Mangold - 2013 - ("The Wolverine")

"Lobezno Inmortal", la segunda aventura en solitario del para bien o para mal personaje de los X-Men más conocido por el gran público, podría haber sido bastante mejor, pero, a pesar de no ser más que una película de transición entre "X-Men. Primera generación" y "X-Men. Días del futuro pasado", cumple y distrae, y mucho más que la fallida e incoherente precuela del personaje de 2009.

Basada en la historias de Chris Claremont y Frank Miller sobre el mutante ambientadas en Japón, "Lobezno Inmortal" retoma al héroe en la línea temporal de la primera trilogía (que en breve se uniría con la de la segunda) tras los hechos acontecidos en la horrenda "X-Men. La decisión final": está solo y aislado, apartado de los suyos voluntariamente y no deja de tener pesadillas con la fallecida Jean Grey. 

James Mangold rueda con solvencia en todos los aspectos, aunque sólo eso. La trama, ciertamente predecible y sin grandes diálogos (aunque también sin grandes pretensiones, con lo bueno y lo malo que esto trae), se sigue de forma agradable y las escenas de acción son verdaderamente buenas (en especial el primer combate en el funeral y la lucha en el tren).

La estética, sin perder la personalidad propia de las viñetas, es ligeramente más realista que la de las anteriores entregas debido a la uniformidad de su colorido en líneas generales, a la poca proliferación de mutantes con poderes vistosos y a su retrato de un Japón en general alejado de exotismos baratos (algunos hay, pero son los justos y necesarios).

Los personajes no son el culmen de la profundidad, ni siquiera el propio Lobezno, pero cumplen con su función sin resultar tontos y con un carisma mínimo, mientras que el romance y el humor están justamente equilibrados.

¿Cosas buenas de "Lobezno Inmortal"? Pues bueno, el hecho de ser consciente de su condición de "película puente" artesanal y punto. ¿Cosas malas de "Lobezno Inmortal"? Pues lo mismo, pero visto desde la otra cara de la moneda: no pasa de ser una "película puente" y, aunque no es incoherente como el primer "Lobezno", tampoco aporta mucho a la saga.

jueves, 7 de abril de 2022

X-MEN ORÍGENES: LOBEZNO. ENTRETENIDA PERO PLANA, IMPERSONAL E INCOHERENTE

X-MEN ORÍGENES: LOBEZNO de Gavin Hood - 2009 - ("X-Men Origins: Wolverine")

Merecidamente o no y para bien o para mal, Lobezno es el personaje más famoso o por lo menos el más conocido por el gran público de los X-Men e incluso uno de los más representativos del conjunto del propio universo Marvel, donde rivaliza con grandes como Spiderman, los Vengadores o con compañeros suyos como Magneto, Cíclope, Tormenta o el también muy popular Gámbito.

Esto ha propiciado que en el mundo de los cómics haya tenido su propia serie, que completa sus aventuras con el grupo de mutantes. Y, por supuesto, su película en solitario no se hizo esperar tras el cierre de la primera trilogía de los X-Men, y fue una precuela que narraba sus aventuras previas a su entrada en la banda del Profesor Xavier.


Después de un bodriazo tan infame como "X-Men III. La decisión final", "X-Men Orígenes. Lobezno" por lo menos no da vergüenza ajena y resulta esencialmente distraída, pero no pasa de ser una película muy, muy normalita y, además, llena de incoherencias con respecto a la mencionada trilogía que argumentalmente le sigue.

El sudafricano Gavin Hood, recién salido de la excelente "Tsotsi" (y por ello tal vez esperábamos algo más de él) realiza un trabajo correcto en el apartado técnico: las escenas de acción están aceptablemente llevadas y no son abusivas (y alguna que otra está bastante bien, como la de la huida del laboratorio).

Sin embargo, la película no tiene personalidad visual como por ejemplo si tenían "X-Men" y "X-Men II": es funcional y punto.


Por otra parte, los diálogos no están demasiado pulidos, mientras que los personajes son planos: no actúan de forma estúpida pero tampoco consiguen emocionar aunque estén bien interpretados (para lo que hay que interpretar).

Finalmente, la trama tiene algunas cosillas algo estúpidas (Lobezno no detecta que Kalya sigue viva con sus sentidos infalibles, Lobezno entra en la isla acorazada como Pedro por su casa, Gámbito actúa a veces sin saber muy bien qué hace, el recurso de la bala de adamantium es una cutrada...) pero en general, y aunque no deja de ser un refrito, no aburre.


Y, como siempre, queda por analizar los personajes, la parte más importante de un filme de estas características, en el que hay muchos mutantes diferentes con intereses diferentes. Se puede decir que no resultan tontos como en la película de Brett Ratner, pero tampoco inspiran nada más allá de ser "los buenos" y "los malos".

Dientes de Sable es posiblemente el que despliega un poquito de más hondura debido a su relación con Lobezno, pero el resto pasan sin pena ni gloria: Kalya Silverfox hace un rol bastante insípido como novia del protagonista, William Stryker es "el malo" y no va más allá, Deadpool (en su primera versión) es una bestia destructora que destruye y ya está y Gambito va y viene según le da y cambia de opinión sin parar.


Los secundarios están al mismo nivel: aportan bastante poco y algunos no sirven más que para exhibir efectitos especiales.

Para terminar, hay que mencionar que, siendo una precuela del primer "X-Men", "Lobezno" está llena de incoherencias: el protagonista y Dientes de Sable no se reconocen en aquella (y llevan una relación de hermanos enfrentados muy tormentosa), el encuentro de Lobezno con Stryker en "X-Men II" está explicado con pinzas, la aparición del Profesor Xavier se tambalea porque siendo el mutante ultrapoderoso que es no detecta nada que tenga que ver con Lobezno, de Gámbito no se dice nada en la trilogía...


En fin, queda feo hacer una precuela y que las cosas no coincidan (y que se lo digan a George Lucas, jeje). Y queda otra cosita: el mencionado Deadpool, que ha tenido luego su propia aventura dentro de este universo, no tiene nada que ver con el que después se mostrará en sus dos películas. 

Para alguna gente esto puede que no tenga importancia, pero creo que si haces una saga interconectada, tienes que ser coherente. No puedes sacar a un personaje en una película y luego sacarlo en otra totalmente diferente. No es serio, esencialmente, y para los seguidores más exigentes de la franquicia es insultante.

"Lobezno" es una película fallida, divertida pero fallida: no es la bazofia más grande del cine de superhéroes (que ya hay bastantes por otra parte) pero es también completamente olvidable y muy decepcionante en sus relaciones con el resto del universo mutante cinematográfico de Marvel.

domingo, 22 de diciembre de 2019

LOBEZNO: HONOR. LA AVENTURA QUE DEFINIÓ AL LOGAN QUE TODOS CONOCEMOS


En los años setenta, ni los X-Men ni su componente Lobezno eran lo que son hoy. La colección del grupo de los mutantes nació en 1963 de manos de Stan Lee y Jack Kirby, pero nunca vendió bien y cerró a principios de la mencionada década siguiente.

En 1975, Len Wein los relanzó e inmediatamente lo sustituyó Chris Claremont, que reorganizó al grupo original y añadió nuevos personajes y convirtió a la serie en una de las principales de Marvel. La escribió hasta 1991 y, tras su marcha, lo siguió siendo y hasta inauguró a principios de los 2000 el "boom" del actual cine de superhéroes.


Lobezno, por su parte, había aparecido por primera vez como personaje secundario en el número 180 de "El Increíble Hulk" de octubre de 1974. Apenas era un cameo creado por el propio Wein, por Johm Romita Jr. y Herb Trimpe, y era un enemigo muy físico y poco más que no aportó demasiado hasta que en 1975 fuera incluido en los mencionados nuevos X-Men.

Logan empezó su andadura siendo un personaje pendenciero, fanfarrón, busca-broncas y casi invencible. No era el más atractivo del grupo mutante, pero poco a poco se fue ganando muchos fans y fue convirtiéndose, merecidamente o no, en uno de sus caracteres más queridos.


En 1982, Claremont lanzó la mini-serie "Lobezno", la primera en la que debutaba en solitario, y lo hizo acompañado a los lápices nada más y nada menos que por Frank Miller, que estaba entonces ascendiendo a pasos agigantados.

Hoy es conocida como "Lobezno: Honor" (por el título del último de sus cuatro números), y es, desde luego, uno de los cómics indispensables de Logan y el que empezó de forma definitiva a definirle y a sentar las bases de lo que es actualmente: posiblemente el mutante más famoso de todos, y el único que ha tenido serie propia verdaderamente duradera y película individual en el cine.


En "Lobezno: Honor" el miembro estrella de los X-Men dejaba atrás su pasado como personaje plano y monocolor para embarcarse en una historia en la que se probaba a sí mismo, en la que su parte humana y su parte animal se enfrentaban, en la que se asentaban pistas grandes sobre su pasado y en la que vivía una atormentada y triste historia de amor.

Chris Claremont equilibraba perfectamente la acción y el drama, el toque de humor canalla propio de Logan y el diálogo interior que expresaba su tormento, y nos entregaba una aventura en solitario inolvidable.


Frank Miller a su vez nos regalaba un dibujo fantástico, con su característico estilo a caballo entre potente y tosco pero extremadamente personal y definido, y con su habitual poderío a la hora de distribuir y crear espectaculares y dinámicas escenas de acción (son todas una delicia, y este cómic es esencialmente acción, mucha acción).

Fue sorprendente en su momento ver a Lobezno sufrir, descubrir sus puntos débiles y sus incongruencias. El personaje ya nunca más volvió a ser el mismo y fue completado en otras sagas importantes y posteriores. Pero el principio del Logan que todos conocemos está en este cómic.


Hay cosas que han envejecido, ciertamente, en "Lobezno: Honor". Su visión de Japón indignaría hoy a un japonés (y posiblemente lo hiciese en 1982 también): el país del sol naciente es un lugar mitad idealizado, mitad brutal, donde domina una concepción del honor exagerada (que fue la concepción del honor del pasado en esta nación, también es cierto), un machismo galopante y una violencia a la que se le rinde un culto ritual.

Siempre digo lo mismo: cada obra ha tenido su momento. Y el resto de cosas, en esta en concreto, son todo aciertos.

"Lobezno: Honor" supone el inicio de un mito y además es una aventura frenética y vertiginosa, deliciosamente dibujada, que se bebe en un vuelo.