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viernes, 7 de febrero de 2020

CARS III. LA ÚNICA PELÍCULA DE PIXAR VERDADERAMENTE MALA HASTA AHORA


Pienso sinceramente que Pixar tiene a la saga de "Cars" para vender merchandising y sacar pasta y poco más (bueno, y para producir luego otras películas mejores, no vamos a ser tan mal pensados).

Las dos primeras entregas de la hasta ahora trilogía son claramente más flojas e infantiles que todo lo que la compañía había hecho hasta entonces, y tienen más moralina barata, un humor mucho menos inteligente y adulto y un estilo más naif.

"Cars III", del debutante Brian Free y orientada a niños más pequeños de la norma y casi nada a los adultos que puedan acompañarles al cine es la confirmación de todo esto.


Ahora ya no hay quien la salve: posiblemente sea, y con diferencia, la película de Pixar más mala (sí, mala) hasta este momento, por encima incluso de cositas más endebles como "El viaje de Arlo", que a mi por lo menos no me convenció demasiado.

La historia está manida y es predecible, los personajes antiguos son repetitivos (aunque ahora por lo menos el plasta de Mate no es tan protagonista como en la segunda entrega ni suelta tanto chiste malo por segundo) y los nuevos no dicen absolutamente nada (ni siquiera un villano extremadamente soso).


El maniqueísmo por otra parte está trazado con una línea demasiado gruesa (o hay buenos humildes y solidarios o hay malos gilipollas o egoístas y nada más), las carreras nos las sabemos de memoria, los giros de guión están muy vistos y el desenlace, que sí que tiene un toque algo novedoso, tiene también muchas cosas metidas con calzador.

No hay nada en "Cars III" del Pixar que conocemos. Ni ironía, ni drama serio, ni humor inteligente, ni guiños adultos, ni imaginación visual, ni tramas originales y ni siquiera escenas de acción que no sean olvidables. Nada.

Encontramos en esta desafortunada película, ya sí de forma definitiva, una película de Pixar de esas "que parecen de Dreamworks", y encima de las peores de Dreamworks (aunque Dreamworks ha cambiado para mejor en los últimos años, también es cierto).


Por primera vez, la compañía de "Toy Story" nos entrega, con "Cars III", una producción que verdaderamente se puede calificar, como he dicho antes, como clara y abiertamente mala. 

¿Que la animación es preciosa? Bueno, eso pasa en todas las producciones de este estudio sin excepción. No la salva de la quema.

"Cars III" es un rollazo patatero demasiado infantil y demasiado simplón destinado a sacar pasta pasando la gorra en el cine y en las tiendas de peluches y merchandising. Triste, pero es lo que hay. A pesar de todo, por suerte, la norma de Pixar hasta ahora ha sido otra, y patones como éste son aislados.


jueves, 6 de febrero de 2020

CARS II. UN FLOJO HOMENAJE A JAMES BOND DE LA SAGA MÁS FLOJA DE PIXAR


Ayer ya hablé de lo que ocurre con "Cars" y lo mismo se puede decir de "Cars II", que se estrenó en 2011 justo después de "Ratatouille", "Wall-E", "Up" y "Toy Story III". Ahí es nada.

Y es completamente normal por otra parte lo que le pasa a esta saga de Pixar: cuando un estudio presenta obra maestra casi tras obra maestra... Sus producciones más nornalitas despuntan... Para mal.

"Cars II", de nuevo dirigida por John Lasseter (le acompaña ahora también el animador Brad Lewis), parece de nuevo más una película de Dreamworks (del Dreamworks impersonal) de que Pixar. 


Visualmente es impecable y maravillosa, y, más orientada a la acción que la primera parte, presenta unas escenas dinámicas, divertidas, imaginativas y espectaculares de este tipo.

Sin embargo, como en la primera parte también, el humor inteligente marca de la casa se ha resentido e infantilizado, los personajes han perdido personalidad (se ve claramente el intento fallido de convertir a Mate en un icono de Pixar -fallido, como he dicho, porque aquí incluso el carácter tiene poca gracia y es hasta pesado-) y el mensaje se ha simplificado a favor de una historia más de buenos contra malos con la moralina de siempre (pero con menos gracia y más evidente) sobre la amistad, la familia, la fraternidad o el valor de la humildad.


Ni el hecho de que sea "Cars II" una parodia de los filmes de espionaje clásicos (concretamente de los siempre socorridos de James Bond) llena de homenajes y guiños ayuda a que el conjunto alcance algo de brillantez.

No lo hace igualmente el contar con unos personajes nuevos bastante sosos y predecibles que no aportan demasiado ni complementan a los ya clásicos, que se limitan a repetir sus papeles sin novedades. 


No es estrictamente una mala película esta "Cars II" de todas maneras. Su antecesora tampoco lo era, valga la redundancia. Pero no deja de ser un espectáculo de animación preciosa pero simplemente distraído, y a Pixar ese "simplemente distraído" no le hace bien a estas alturas.

Con "Cars III", que se estrenó en 2017 y que cerró la hasta este momento trilogía, se repetiría la historia, y hasta empeoraría todavía más. Mañana hablaré de ella.


miércoles, 5 de febrero de 2020

CARS. LA IRREGULAR INAUGURACIÓN DE LA TRILOGÍA MÁS FLOJA DE PIXAR


Cuando tienes a tus espaldas obras maestras como "Toy Story", "Monstruos S.A.", "Buscando a Nemo" o "Los Increíbles", es normal que cuando haces una película "más normalita" (que para colmo sería sucedida en años siguientes por otras obras maestras como "Ratatouille", "Wall-E" o "Up") las comparaciones sean odiosas. 

La trilogía de "Cars" es de lo más flojito que ha hecho hasta ahora la compañía Pixar. No porque sea mala, que no lo es, sino porque inexplicablemente destila más moralina de lo habitual, porque trilla conceptos más vistos ya que las orejas de Mickey Mouse y porque no presenta nada nuevo en líneas generales.


Se dice mucho, y con bastante razón, que compañías como Dreamworks son el "reverso cutre" de Pixar (aunque lo cierto es que desde hace unos cuantos años Dreamworks se ha puesto las pilas y ha logrado salir del humor clónico de la excelente aunque explotada hasta la saciedad "Shrek" y está entregando películas cada vez más adultas).

Pues bien, a "Cars" y a sus secuelas les ocurre lo siguiente: parecen más películas de Dreamworks (del Dreamworks sin personalidad) que de Pixar. Y eso que John Lasseter está directamente detrás de la dirección de las dos primeras.


"Cars" presenta, una vez más, un universo esplendorosamente animado con personajes con personalidad y basado, esta vez, en una sociedad donde todos sus integrantes son coches. 

Los escenarios son preciosos, la animación maravillosa, los detalles fabulosos y cuidados hasta el mimo. Sin embargo, la trama no innova absolutamente nada y volvemos a tener una historia de amistad en la que la humildad gana a la soberbia y que presenta el clásico mensaje de hermanamiento entre todos los seres.


Que sí, que eso pasa en todas las películas de Pixar, de Disney, de Dreamworks y hasta del Estudio Ghibli. Pero aquí la moralina se pasa un poco de rosca (hay lecciones sin parar) y, además, el humor inteligente marca de la casa, aunque está presente (y hay gags buenos, por supuesto), pierde fuelle e inventiva en favor de una historia más simplona en todos los aspectos.

No hay discursos vergonzantes, desde luego, y como película de acción y aventuras "Cars" cumple de sobra (tiene momentos muy conseguidos, como siempre). Sin embargo, para ser de Pixar... Es floja y, desde luego, la más olvidable de toda su filmografía junto a sus dos secuelas y junto a otras obras tan extrañamente irregulares como "El viaje de Arlo".