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jueves, 19 de diciembre de 2024

LA GUERRA DE LOS ROHIRRIM. UN PURO ALTIBAJO ENTRE CALIDAD Y DESACIERTO

EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: LA GUERRA DE LOS ROHIRRIM de Kenji Kamiyama - 2024 - ("The Lord of the Rings: The War of the Rohirrim")

"El Señor de los Anillos: La Guerra de los Rohirrim" era una película muy esperada y que ha recibido críticas mixtas en general. Puede que haya pesado en esto lo primero, sus gigantescas expectativas, pero también creo que en parte la desilusión ha estado justificada porque la película es una continua montaña rusa de calidad en todos los aspectos.

Dirigida por Kenji Kamiyama, experimentado animador presente en montones de producciones japonesas (muchas encargos de otras sagas), ha estado producida por New Line Cinema, la Warner Bros. Animation y Sola Entertainment, mientras que las voces son de intérpretes ingleses o australianos como Brian Cox o Miranda Otto. 

De esta gran superproducción animada tan heterogénea ha salido, como he dicho, un altibajo incesante, y el altibajo es tal tanto a nivel de trama como a nivel de animación.

A nivel de trama tenemos una historia centrada en el pueblo de Rohan en la que hay conspiración, batalla y algo de aventura. El filme quiere abarcar mucho y descompensa a los tres géneros. La historia que narra es interesante, pero está llevaba a veces a trompicones y tiene picos de interés y picos de languidez, lo que hace que el ritmo se resienta bastante en muchos segmentos. 

Si unimos esto a que dura 130 minutos, tenemos un problema de desequilibrio importante. Todo lo que se cuenta se podía haber contado perfectamente, valga la redundancia, con, mínimo, 20 minutos menos.

Los personajes son lo mejor de "El Señor de los Anillos: La Guerra de los Rohirrim": tienen todo el carisma épico que se espera de una obra ambientada en el universo de J.R.R. Tolkien y sus diseños cuentan con gancho, mientras que sus conflictos son interesantes (a pesar de ser víctimas del desarrollo descompensado de la trama general).

En el aspecto de la animación, se mantiene toda la descompensación referida: a veces esta animación es magnífica y a veces está cortada a hachazos (faltan frames, y hay momentos en los que es excesivamente evidente). Esto, en una gran superproducción de este tipo y de una saga con tantísimos seguidores, no es demasiado tolerable hoy en día, la verdad. Sí son espectaculares los escenarios: de un realismo que a veces es indistinguible de una fotografía y que nos transportan desde el minuto uno a la Tierra Media más esplendorosa.

"El Señor de los Anillos: La Guerra de los Rohirrim" es puro claroscuro de calidad. No deja de ser interesante, pero tampoco deja de estar coja en montones de aspectos, y eso es una pena. Podría haber sido mucho mejor de lo que finalmente ha sido.

miércoles, 13 de noviembre de 2024

LOS ANILLOS DE PODER. SEGUNDA TEMPORADA. LA SERIE ALCANZA EQUILIBRIO Y CALIDAD

EL SEÑOR DE LOS ANILLOS. LOS ANILLOS DE PODER. SEGUNDA TEMPORADA de Hideaki Anno - De 2022 a 2024 - ("The Lord of the Rings: The Rings of Power")

A la primera temporada de "Los Anillos de Poder" le dieron hasta en el carnet de conducir: el "hate" que recibió fue salvaje y brutal prácticamente desde su primer capítulo y, si bien pienso que la temporada no era en absoluto perfecta y que languidecía ante la alargada sombra de "Juego de Tronos" (la comparación es inevitable en el contexto audiovisual actual), tampoco creo que fuese ese horror que decían que era (la tenéis comentada en esta misma etiqueta, por cierto).

El mundo de J.R.R. Tolkien está sin terminar en gran parte: quedan muchos aspectos de su trasfondo en la niebla. Eso es un hecho, y a la hora de adaptarlo es necesario rellenar estos huecos echando mano de la pura invención. 

No obstante, yo creo que en esta serie han rellenado dichos huecos bien, con dignidad y respeto por el material original, y en esta temporada se puede comprobar todavía con más rotundidad.

Esta nueva tanda de capítulos de la serie mejora, y mucho, con respecto a su antecesora. Los errores que aquella tuvo se subsanan y los personajes se vuelven más profundos, grises e interesantes, así como la trama, que se distancia de forma notable de un conflicto de buenos contra malos para presentar dilemas complicados, sin salida fácil, en un mundo en guerra.

Hay giros inesperados en esta temporada de "Los Anillos de Poder". Hay como he mencionado caracteres que van a sorprender con actuaciones con más aristas de lo que habíamos visto en la anterior y, en medio de la epicidad tolkieniana habitual, se va a desarrollar una tesitura nada sencilla sobre la guerra y la paz, la justicia y la injusticia, el enfrentamiento entre pueblos y, sobre todo, la corrupción y el poder.

Todo esto consigue, por fin, conectar del todo con el público y dejar atrás la indefinición y lo predecible de la primera temporada. Además, todas las tramas están aquí equilibradas en protagonismo: otro fallo que tuvo aquella fue no lograr este equilibrio.

Se completa el conjunto con un aspecto visual de nuevo esplendoroso (veo el mundo de Tolkien representado en cada paisaje y en cada interior de la serie) que parece contar con más presupuesto además para mejores escenas de acción y de batallas (y en este segundo campo vamos a ver una absolutamente genial e inolvidable, lo aseguro: por fin tenemos aquí una refriega bélica en condiciones).

Esta segunda colección de episodios de "El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder" me parece que por fin ha dado en el clavo en todos los aspectos. Esperemos que la tercera siga manteniendo esta gran calidad.

viernes, 30 de diciembre de 2022

LOS ANILLOS DE PODER. UNA SERIE MUY SOLVENTE INJUSTAMENTE DESPRECIADA

EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: LOS ANILLOS DE PODER de Patrick McKay y John D. Payne - 2022 - ("The Lord of the Rings: The Rings of Power")

La última serie que voy a comentar en el blog este año es esta "El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder", posiblemente, para mucha gente, una de las grandes decepciones del 2022 que vamos ya a cerrar.

No ha gustado al público general, posiblemente acostumbrado a series mejores de su género (o tal vez saturado de ellas) ni al público más dado a la fantasía épica. Del público fan de J.R.R. Tolkien ya ni voy a hablar: la mayor parte de éste directamente la ha detestado.

"El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder" partía con muchas, muchas desventajas, pienso. Primeramente, tenía que rellenar muchos huecos en la obra del mencionado Tolkien para poder elaborar algo medianamente coherente y bien hilado: problemas de derechos (no se podía crear contenido exacto de las obras "El Silmarillion" o "Cuentos inconclusos de Númenor y de la Tierra Media") y problemas con que el propio mundo tolkieniano se había quedado, tras la muerte de éste, bastante incompleto, con muchas lagunas y hechos y culturas por desarrollar.

Segunda desventaja: había una expectación inmensa. Creo que era preciso crear una obra maestra sí o sí para tener contento a todo el mundo. Esto es algo injusto, desde luego, pero el mercado de la ficción funciona así y, en una época de sobresaturación de series y de competencia verdaderamente atroz, más. 

Y tercera y última desventaja: la mencionada competencia atroz. Porque lo es. Ya de partida "El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder" tenía que pelear con una precuela de nada más y nada menos que "Juego de Tronos", "House of the Dragon", y con una secuela de "Willow", una de las películas fantásticas más importantes y queridas de los ochenta. 

Eso, solamente dentro de su propio género. Porque aparte estaban "Peacemaker", "Andor", "Dahmer", "Vigilante", "1899", "The English"... Este 2022 ha sido un año especialmente bueno para las series y eso le ha afectado a la que, sin ser mala, tal vez sea de las más discretas de todas las más conocidas.

Pero, ¿qué tenemos realmente en "El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder"? Pues yo creo que una buena primera temporada, aunque no tan magistral como las mencionadas y por ello eclipsada por éstas.

Se ambienta antes de "El hobbit" y de "El Señor de los Anillos", en la Segunda Edad, y traza un retrato coral de diferentes personajes representantes de diferentes razas, culturas y poderes de la Tierra Media que se van cruzando y replegando en una unión poco a poco.

Hay relleno y hay invenciones (es imposible que no las haya con las limitaciones argumentales que se tuvieron desde el principio -y además, "El Silmarillion" tampoco es tan, tan extenso como para generar tantísimo material-), y también está todo descompensado: existen líneas muy interesantes y otras menos.

¿Cosas positivas? Pues bastantes, oigan. Primero, lo visual. El mundo de Tolkien está espléndidamente representado, con una riqueza y belleza enormes, con efectos especiales magníficos y con caracterizaciones, vestuarios y plantel de monstruos y otros seres excelente. 

Sí que hay algunas descompensaciones (por ejemplo, Númenor o los reinos élficos o enanos están muy bien representados y algunos pueblos humanos o hobbits quedan bastante cutres en comparación). No obstante, el resultado a pesar de esto es esplendoroso.

Más cosas positivas: los personajes. Tienen carisma. Los ya conocidos (me he encantado ver a Galadriel o a Elrond en sus versiones jóvenes o ver por primera vez en la pantalla, desarrollados más allá del cameo, a personajes como Durin, Isildur o Elendil) y los nuevos (que, de verdad, me parecen carismáticos: no entiendo tanta queja).

También me parece coherente el discurrir de la trama, y las sorpresas que guarda, y los homenajes y los regalitos que va dejando para el fandom. Puede no ser perfecta, pero la serie está hecha con conocimiento y con cariño, y eso se nota.

Finalmente, los temas de Tolkien están todos ahí: la justicia, la bondad, la amistad, el amor, la integridad, el odio, el enfrentamiento entre razas y culturas, la lucha contra el mal, la destrucción del medio ambiente, la ambición desmedida que acaba en corrupción y perfidia.

¿Fallos? Pues sí los hay. Hay líneas argumentales más interesantes que otras (lo cual no pasa exclusivamente en esta serie), hay algunos hechos bastante predecibles y que se pueden ver a leguas (sí, los hay) y hay alguna que otra invención que chirría con razón ante cualquier fan de la obra de Tolkien.

Pero oigan... No estamos ante una serie horrorosa. En absoluto. Puede ser descompensada, más discreta que otras, menos redonda, pero "El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder" me parece más que digna y creo que solvente dado el reto que tenía por delante. A ver cómo avanza en siguientes temporadas.

lunes, 31 de octubre de 2022

EL SILMARILLION. LA HISTORIA UNIVERSAL Y MITOLÓGICA DEL MUNDO DE TOLKIEN

EL SILMARILLION de J.R.R. Tolkien - 1977 - ("The Silmarillion")

"El Silmarillion", publicada póstumamente por el hijo de Tolkien, Christopher, en 1977, tres años después del fallecimiento de éste, es una obra que quedó en parte incompleta y que acompañó al escritor durante prácticamente toda su vida.

Sus orígenes se remontan a 1917, cuando Tolkien, entonces oficial durante la Primera Guerra Mundial, estaba convaleciente de la "fiebre de las trincheras" en un hospital militar. En 1925 seguía aún esbozando cómo sería su particular mitología, de la que incluiría ya muchos elementos en su exitosa "El hobbit", de 1937.

Tras el éxito de esta primera novela suya, presentó a su editor un esbozo desarrollado de "El Silmarillion" que fue rechazado por ser considerado "muy oscuro" y "demasiado céltico". No obstante, se le ofreció también continuar con "El hobbit" en una secuela y de ahí surgió ya "El Señor de los Anillos".

A pesar de su trabajo en su mítica trilogía y de su éxito posterior, el creador de la Tierra Media nunca abandonó estos relatos: poco a poco los siguió completando y puliendo y en ellos explicó el nacimiento de su mundo y gran parte de su desarrollo.

"El Silmarillion" es una obra absolutamente titánica. Es una completa historia universal del universo de Tolkien desde su mencionada creación hasta las postrimerías de lo que ocurre en "El hobbit" y "El Señor de los Anillos".

Vamos a ver cómo los dioses crean este universo, a sus razas y a sus criaturas y parajes, y cómo, posteriormente, estas razas y criaturas se relacionan entre ellas. Hay batallas, hay nacimientos y fenecimientos de reinos, hay gestas épicas, hay historias de amor inolvidables, hay caídas en la perfidia por el poder o la maldad y hay descripciones exhaustivas de todo esto como si ante un libro de historia estuviésemos. 

"El Silmarillion" es impresionante. Sí, está escrito de la forma pomposa y acumulativa en la que solía escribir Tolkien y que no gusta a todo el mundo. Y sin embargo aquí este estilo le viene como anillo al dedo (nunca mejor dicho) porque las descripciones tan detalladas son necesarias ante lo que, repito, estamos: una historia universal. 

Y oigan, es prodigioso que alguien se inventase de la nada tantas razas, culturas, hechos, batallas, personajes, dioses, cuentos, poemas y hasta idiomas. Hoy, que la literatura fantástica moderna tiene muchos capítulos a sus espaldas, tal vez estemos acostumbrados a mundos muy completos como los de George R.R. Martin o Joe Abercrombie, pero en los tiempos en los que Tolkien escribía no era este hecho tan habitual. De hecho, él fue el pionero de todo esto, o por lo menos el pionero que llegó primero a la gran fama.

"El Silmarillion" es un libro irregular, hay que decirlo también. Está montado por el mencionado hijo de Tolkien (con indicaciones que dejó su padre) y está compuesto de historias seleccionadas. Y es cierto que hay muchas muy desarrolladas, como las de la creación, las de los viajes de los elfos Noldor o la de Beren y Luthien y otras menos como la de la Guerra de la Cólera, la de los enanos mezquinos o las del último capítulo, que se precipita con bastante rapidez a los tiempos cercanos a "El hobbit".

Conociendo el pensamiento de Tolkien y sus creencias religiosas, hay que tener en cuenta que hay en "El Silmarillion", a pesar de sus inspiraciones mitológicas nórdicas, una concepción muy cristiana de su mundo y de sus personajes.

Existe un dios central, Ilúvatar (o Eru), que es único y absoluto y que es el padre de todo lo que existe y de los demás dioses. Es, claramente, el Dios cristiano (y leo que el mismo Tolkien hablaba de él en estos términos, como una representación mítica suya). Y este dios es, por supuesto, bondadoso y generoso pero también enigmático en sus intenciones y aleatorio en algunas de sus decisiones.

Por otra parte, los demás dioses y seres místicos se comportan también como ángeles bíblicos, mientras que el maniqueísmo está muy acentuado, como en el resto de la saga: los buenos suelen ser muy buenos y relucientes, completos dechados de virtudes, y los malos suelen ser pérfidos tanto por dentro como por fuera (y a veces en este aspecto incluso monstruosos).

No obstante, también hay que decir algo: Tolkien en "El Silmarillion" incluye más personajes de tono más gris que en ninguna otra de sus obras. Es de agradecer, y aunque normalmente las malas acciones de estos personajes se deben a que caen bajo el influjo de la maldad (representadas en Melkor o Sauron y en sus criaturas malignas de una forma a veces casi simbólica o alegórica) o a que se dejan llevar por pasiones como la soberbia o la ira, por fin vamos a ver a elfos egoístas y altaneros, a enanos que se pervierten o a humanos crueles cuales dioses de la Antigüedad (y por supuesto, también enfrentamientos entre todos ellos).

"El Silmarillion" es un libro único y especial, bastante inimitable, que puede resultar ciertamente  algo pesado en más de uno de sus pasajes: se trata de un bloque gordo de narrativa histórica pura de manos de Tolkien. 

No obstante, también hay que decir que es muy interesante si te gusta su mitología y que tiene en sus páginas historias fantásticas y personajes inolvidables. Su influencia en toda la literatura épica posterior es gigantesca, y a la vista está todavía hoy.

domingo, 30 de octubre de 2022

EL HOBBIT: LA BATALLA DE LOS CINCO EJÉRCITOS. EL DESPROPÓSITO CULMINANTE

EL HOBBIT: LA BATALLA DE LOS CINCO EJÉRCITOS de Peter Jackson - 2014 - ("The Hobbit: The Battle of the Five Armies")

¿Qué es lo que pasa cuando adaptas una novelita de unas 200 páginas en tres películas de más de dos horas? Pues ya lo sabemos: trama alargada como un chicle, subtramas inventadas, personajes que no salían en la novela que hay que meter por la fuerza para rellenar, personajes igualmente inventados... En fin, es lo que hemos visto en las dos primeras partes de la adaptación cinematográfica de "El Hobbit". 

Y... ¿Qué es lo que pasa además cuando en las dos primeras películas metes casi toda la novela? Pues que para rellenar el metraje de la tercera tienes que inventarte... Casi toda la película. Y para colmo, Peter Jackson, el creador de esta cosa y de sus antecesoras, se la ha inventado mal. 

"El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos" es un auténtico despropósito. Tras una introducción de cinco minutos en la que se despacha de mala manera toda la conexión con la segunda entrega de la saga, se pasa a una batalla de dos horas y pico interminable y, además, mal rodada. 

Los personajes apenas tienen desarrollo en esta orgía de combates indiscriminados y los que lo tienen están mal desarrollados (el papel protagonista de Bilbo queda reducido de mala manera, el carácter de Bardo desaparece un trecho del filme para aparecer casi al final, Galdalf pierde importancia de forma cutre y Legolas, que ni siquiera está en la novela, se hace el amo del cotarro sin razón ninguna...), mientras que los mencionados combates son largos y pesados y hunden un ya de por sí ritmo inexistente. Y encima, Jackson rueda todo mal. Sí, la película, como he dicho, está mal rodada.

La batalla infumable que se zampa casi todo el metraje es muy confusa, tiene fallos gigantescos de raccord por todas partes, aparece y desaparece su sonido ambiente en según qué momento cuando toda la acción se desarrolla en sus alrededores (terrible fallo, de bulto e incomprensible en un director experimentado), el espectador no sabe con certeza cuáles son los cinco ejércitos implicados en ella (es que ni se explica, oigan, y algunos de estos ejércitos aparecen SEGUNDOS, sí, segundos) y todo termina en una sucesión infumable de supuestos "combates decisivos" metidos a lo bestia y sin sentido de la acción y de su despliegue y despachados uno tras otro como en una cadena de montaje.

Para colmo de los colmos (y aquí aviso de que viene un enorme spoiler, aunque la verdad es que creo que es mejor que el espectador fan de la obra de Tolkien los sepa de antemano), a Peter Jackson no se le ocurre otra cosa que despachar al dragón Smaug en cinco minutos (sí, en los cinco primeros minutos de película nos lo cargamos y ole y a otra cosa mariposa) de forma que todo el final supuestamente sorpresivo de "El Hobbit: La desolación de Smaug" no sirva para absolutamente nada. 

"El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos" es un subproducto muy bien empacado para sacar los cuartos descaradamente al personal, la horrenda culminación de una adaptación infame que nunca tendría que haber sido una trilogía. Jackson, esta vez lo has hecho fatal.

sábado, 29 de octubre de 2022

EL HOBBIT: LA DESOLACIÓN DE SMAUG. MÁS DE LO MISMO Y MÁS ALARGADO TODAVÍA

EL HOBBIT: LA DESOLACIÓN DE SMAUG de Peter Jackson - 2013 - ("The Hobbit: The Desolation of Smaug")

"El Hobbit: La desolación de Smaug" es más de lo mismo con respecto a su antecesora, "El Hobbit: Un viaje inesperado", aunque no llega a ser tan horripilante como la tercera parte de la trilogía, "El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos", la peor obra de toda la saga de la Tierra Media de Peter Jackson con mucha diferencia. 

El director de Nueva Zelanda vuelve a presentar una película que de la novela original de Tolkien tiene bastante poco. Es normal cuando, como comenté ayer, se hace la locura de meter con calzador unas 200 páginas de narración en tres cintas de más de dos horas. 

Volvemos a tener aquí, claro, una trama estirada como un chicle para rellenar metraje de cualquier manera, volvemos a tener a personajes que no salen en "El Hobbit" pululando por ahí (el más destacado -para mal- es Legolas, vehículo de lucimiento para que Orlando Bloom vuelva a a la saga a hacer sus piruetas élficas), volvemos a tener a personajes totalmente inventados (como esa elfa amiga de Legolas interpretada por Evangeline Lilly), tramas también inventadas (como el amorío de esta elfa con el enano Kili) y escenas de acción alargadas a lo bestia más emparentadas con las de un videojuego que con las espectaculares y dignas de la trilogía de "El Señor de los Anillos" (la de la huida de los enanos a través del río es especialmente demencial: además de ser eterna, es casi ridícula, con todos los mencionados enanos, valga la redundancia, rebotando como en un pinball). 

Y además tenemos un ritmo que se resiente debido al poco equilibrio entre la acción pura y el drama. Y alguna buena escena suelta por ahí también, pero solamente "alguna".

No se puede negar que Peter Jackson sabe crear un buen ambiente para su Tierra Media, desde luego: los escenarios siguen siendo maravillosos y la riqueza de los detalles también. Tampoco se puede criticar a los actores, que lo hacen bien y que están muy bien representados. Y, como he dicho, hay alguna escena excelente por ahí suelta (el juego entre Bilbo y el dragón Smaug es fantástico, y recupera al mejor Jackson, el que también dio destellos de buen director en la primera entrega con la escena del juego de acertijos entre Bilbo y Gollum). Igualmente, la película, al igual que su antecesora, puede resultar entretenida. 

Sin embargo, no es suficiente porque el conjunto, si no se hubiese ideado y hecho tal mal desde un principio, si no se hubiese ido tan descaradamente a sacar beneficios comerciales de mala manera, habría dado mucho más de sí. Otra pena.

viernes, 28 de octubre de 2022

EL HOBBIT: UN VIAJE INESPERADO. EL PRINCIPIO DE UNA ADAPTACIÓN DESASTROSA

EL HOBBIT: UN VIAJE INESPERADO de Peter Jackson - 2012 - ("The Hobbit: An unexpected journey")

Siempre he alabado, en general, la versión para la pantalla que Peter Jackson realizó de la trilogía de "El Señor de los Anillos". Desgraciadamente, no puedo alabar, ni por asomo, su versión de "El Hobbit", una adaptación que abandonó Guillermo del Toro, el que originalmente iba a dirigirla, al parecer por problemas de agenda. 

Jackson, después de su horrible versión de "King Kong" y de la también fallida "The Lovely Bones", aceptó volver a la Tierra Media para sacarse de la manga, de un libro que tiene unas 200 páginas, una trilogía (iban a ser dos películas, pero las ampliaron a tres... en fin) de cintas que para colmo pasan todas de las dos horas. 

Esta trilogía, por supuesto, se estrenó en tres años sucesivos (2012, 2013 y 2014) y en Navidad. Blanco y en botella. El éxito comercial fue claro. El artístico... No. 

¿Cómo metemos en tres películas de más de dos horas 200 páginas de un librito? Pues alargando la cosa como un chicle, haciendo escenas de acción interminables y metiendo a personajes inventados o que no estaban originalmente en la novela y dándoles subtramas. 

El desaguisado es bestial, y no sólo para los fans de la obra de J. R. R. Tolkien. Las tres entregas de "El Hobbit" son más que una afrenta a la obra de su autor: son tres películas erráticas, deslavazadas, alargadas con el peor de los descaros y por ello bastante aburridas.

"El Hobbit: Un viaje inesperado", sin ser tan horrenda como es "El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos" (la peor de todas con mucha diferencia), maltrata a la novela original de mala manera metiendo a personajes con calzador que no estaban en dicha novela, recreando escenas innecesariamente alargadas con verborrea y parafernalia barata y montando escenas de acción todavía más alargadas que tienen ya más que ver con las de un videojuego que con las estéticamente perfectas y serias de "El Señor de los Anillos" (especialmente, la huida del antro de los trasgos es infumable). 

La película puede llegar a ser distraída; sí. Eso no se puede negar. Pero aquí de "El Hobbit" hay poco y Jackson se dedica a acumular más que a hacer un buen trabajo, dejando un conjunto vulgar y anodino. 

Los actores, tanto los nuevos como los que repiten de "El Señor de los Anillos", trabajan bien, y la ambientación vuelve a ser excelente. También hay momentos fantásticamente rodados: los acertijos de Gollum están representados con fidelidad y sutileza y recuperan al mejor Peter Jackson, al que no está por ninguna otra parte. 

Eso es lo poco que se salva de esta infamia perpetrada contra "El Hobbit" por el mismo director que sorprendió diez años antes con la adaptación de su novela secuela. Una pena.

domingo, 14 de agosto de 2022

EL RETORNO DEL REY. EL COLOFÓN DE UNA TRILOGÍA QUE CAMBIÓ A GENERACIONES

EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: EL RETORNO DEL REY de Peter Jackson - 2003 - ("The Lord of the Rings: The return of the King")

La trilogía cinematográfica de "El Señor de los Anillos" terminó en 2003 con la correspondiente adaptación del tercer libro de la saga de J. R. R. Tolkien, "El retorno del Rey". Fue uno de los más grandes taquillazos de toda su década y de todos los tiempos y cerró una saga que, en el mercado doméstico, fue también una de las más vendidas. 

Para mi gusto, y aunque no es un mal filme en absoluto, "El retorno del Rey" es el más flojo del tríptico tolkieniano de Peter Jackson. 

Que sea el más flojo no significa, ya digo, que sea un mal filme, ojo; a pesar de sus fallos, sigue siendo una película fantástica que complementa de maravilla a sus dos antecesoras. 

El problema de esta última entrega de la trilogía es lo alargada que está en exceso y la falta de ritmo que esto conlleva en su parte final, que llega a resultar francamente algo pesada, y hasta en ciertos momentos de su parte media. 

Están corregidos los errores erráticos de "Las dos torres" (ahora ya sólo hay dos frentes narrativos, Frodo, Sam y Gollum en Mordor y los demás en Gondor y alrededores) pero aquí fallos de estructuración como el haber dejado la lucha contra Ella-Laraña para la primera parte del filme (cuando era claramente un clímax clave del segundo libro) o el no haber imprimido más fluidez a los varios amagos de final que el filme tiene (el libro también los tiene, pero el ritmo literario es muy diferente del ritmo cinematográfico) lastran el conjunto un poco. Pero, como he dicho, a pesar de todo, la película cumple de sobra con su cometido.

Peter Jackson también ha cambiado algunas cosas con respecto a la obra original (el papel final de Saruman difiere muchísimo, y ha sido muy criticado, especialmente por los fans de Tolkien, aunque hay que decir que al igual que ocurrió con las Quebradas de los Túmulos y la Casa de Tom Bombadil, habría ralentizado el filme aún más si cabe), mientras que algunas elecciones estéticas (como la de esos horribles muertos vivientes de color verde moco al estilo de "Los Cazafantasmas") desataron también no pocas indignaciones. 

Quitando estas cosas, fallos evidentes pero que no ganan gran importancia en un conjunto con más méritos que defectos, "El retorno del Rey" repite excelente reparto, excelente ambientación, excelentes efectos especiales, excelente sentido de la acción y excelente sentido de la batalla épica (y las batallas son inolvidables, todas, y momentos como la revelación de Eowyn son del todo magníficos).

En conjunto, la trilogía cinematográfica de "El Señor de los Anillos" es una muy buena trilogía que marcó a generaciones enteras como lo hizo en su día "Star Wars". 

Sí, hay estreñidos y puristas que no le dan ni le darán un vaso de agua a Peter Jackson por estas películas, pero son eso... Estreñidos y puristas. 

Con sus fallos, el director de Nueva Zelanda supo realizar una adaptación digna y que no faltaba al espíritu ni al respeto de la obra original de Tolkien. Otra cosa diferente son sus tres películas de "El Hobbit", en las que ha creado una infame aberración. De esas hablaremos en próximos meses.

sábado, 13 de agosto de 2022

LAS DOS TORRES. UNA ADAPTACIÓN DIFÍCIL LLEVADA A BUEN PUERTO POR JACKSON

EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: LAS DOS TORRES de Peter Jackson - 2002 - ("The Lord of the Rings: The two towers")

"Las dos torres" es, posiblemente, el libro más difícil de adaptar a la pantalla de la trilogía del anillo de J. R. R. Tolkien. La misma novela es, comparada con sus dos hermanas, algo errática y salta de manera constante de una parte de la Tierra Media a otra siguiendo las andanzas de la recién separada Comunidad del Anillo. 

Hay muchísimos hechos en esta segunda historia (el encuentro con Gollum, el rescate por parte de Bárbol, la llegada a Rohan, el encuentro con Faramir, el antro de Ella-Laraña, la invasión de Isengard, la Batalla del Abismo de Helm...) y llevarlos al formato cinematográfico con un ritmo adecuado hubo de ser una tarea ciertamente complicada. 

Peter Jackson lo consiguió más o menos, aunque el mencionado ritmo se haya visto ligeramente afectado en algún pasaje del filme, que se puede hacer demasiado largo por momentos. 

Pocos defectos le veo, aparte de esto, a esta segunda película de su trilogía tokieniana cinematográfica, realizada con ilusión y buen hacer en todo momento.

Le falta a esta obra, es cierto, la brillantez aventurera y evocadora que tenía "La Comunidad del Anillo", pero es cierto también que, por una parte, "Las dos torres" combina ya la aventura que predominaba en aquella con las batallas, el drama (que adquiere aquí mucho más terreno) e incluso con la intriga política y, por otra, que el factor sorpresa ya es menor cuando la primera entrega fue en su momento, un año antes, tan impactante en su representación visual del universo fantástico del escritor. 

El resto del filme cumple, y de sobra, mucho más que "El retorno del Rey", el que posiblemente sea el más flojo del tríptico debido a faltas de ritmo más acusadas y a un desenlace demasiado estirado por el director de Nueva Zelanda (a pesar de todo, es un buen filme, eso no creo que se pueda negar).

"Las dos torres", dejando a un lado todo lo comentado, mantiene los mismos méritos que su antecesora. Los personajes están henchidos de carisma y magnificamente interpretados (tanto los ya conocidos como las nuevas adquisiciones), las escenas de acción son muy buenas (la Batalla del Abismo de Helm es una delicia, a pesar de que Legolas le coja el gusto a surfear en cierto momento), la ambientación es fabulosa, el vestuario y los detalles riquísimos y, aunque los fans le han criticado al filme momentos totalmente inventados que no aparecen en la novela y que no vienen mucho a cuento (todo lo que se lía entre Frodo y Faramir, por ejemplo), la película respeta la esencia general del relato original y, además, es divertida y emociona como "La Comunidad del Anillo".